Daniel.

Salgo del baño dejando sóla a la hermosa castaña y regreso con mi grupo de amigos que me esperan sin entender lo que ha pasado minutos atrás.

—¿Quién era esa tía y porqué preguntaba a todos por ti como una loca?.- frunció el ceño mi amigo Cameron sin entender.

—Me citó ayer para volver a repetir y la dejé plantada.- hablé serio.

Ellos empezaron a burlarse y yo simplemente los fulminé con la mirada.—Pobre, niña.- dijo Calum ésta vez.

—Ella sabía como era ésto, no sé porque vino a buscarme...- decidí callar para que no saliera algúna ofensa por mi boca.

Así es mi juego, no comprendo porque las chicas no lo entienden, no repito con la misma. No soy romántico, soy una mierda en eso, sin embargo, ahí vienen todas detrás de mí y no las culpo, es decir... Soy irresistible.

Sexo sin compromiso, quien no lo entienda puede irse muy a la mierda que ni falta me va a hacer. Y digo ésto porque a veces suelo calificarlas, bueno, a veces no, siempre... No ha habido nadie a la que le haya dado un puto diez en la cama, ninguna a llenado todas mis expectativas.

—Por eso yo prefiero estár sólo. Me sacan de quicio ¿sabés?... Además, cuando tienen la regla ya no puedes follar con ellas.- me dice Ian mientras le da un sorbo a su cerveza.

Rio por su comentario que no viene al caso y vuelvo a poner mi atención en Calum.—Vale, ya cálmate...- palmea mi hombro.—A lo mejor por aquí encuentras a otra chica, ya me entiendes.- dice el rubio seguro de sus palabras.

Pero lo ignoro cuando mis ojos se posan en una mujer preciosa que pasa frente a nosotros algo distraída.

Me gusta.

Una castaña con un rostro angelical, una castaña con unos ojos café hipnotizantes, una castaña con labios color cereza, una castaña con dulces pecas en el área de la naríz, una castaña con cuerpo de infarto, una castaña que está para mojar pan.

Sí, ____.

Pasa sin siquiera girar a verme y eso me hace querer ir detrás de ella, pero me resisto al ver la hermosa vista que tengo de su trasero.

—Pero que no sea la castaña, esa ya está apartada por mí.- dice de repente Cameron.

—Lastima.- protesto serio.—Es mía.- la marco de mi propiedad.

—No tienes que ser tan envidioso, tío, compártela.- insiste Ian y Calum simplemente ríe al ver mi cara de mala leche.

Maldita la hora en la que todos mis amigos se fijaron en ella. Ya le había hechado el ojo desde que la pillé en la pista viendo mi moto.

—No me gusta compartir...- digo alzando una de mis cejas.

—Es que hay que admitir que está guapísima... Y con esa cinturita ¡pff!- Calum ataca haciendo que me irrite un poco.

No quiero que ninguno intente ligarsela antes que yo.

—Sí, sí, sí...- digo para que se callen de una buena vez.

Pero joder, tiene razón, está tan buena que le haría un traje de saliva.

La quiero en mi cama.

No creo que me cueste tanto conquistarla y hacer que caiga rendida a mis pies. He tenido de todo: blancas, morenas, rubias, castañas, pelirrojas, de ojos claros, de ojos oscuros, altas, bajas, con tetas, con culo, solteras, con novio, también casadas... Pero no os hablaré sobre ese tema, el caso es que he obtenido de todo un poco.

Tomo un sorbo de cerveza y paso mi mano por mi tupé arreglandolo para que quede perfecto, giro a ver a la hermosa castaña y noto que está distraída viendo su móvil, camino hacía su dirección llamando la atención de varias personas, incluyendo la de sus amigas y pasó tras ella, tiene un buen trasero, es una tentación; me situo al lado de ella pidiéndole un shot al bartender, pero ___ ni siquiera gira a verme, cosa que me cabrea.

Tomo el contenido del pequeño vaso de vidrio para entrar en calor.—Deberías tener más vida social.- suelto captando por fin su atención.

—¿Qué haces hablándome?- pregunta alzando una ceja.

—Le hablo a quien me dé la gana, preciosa...- respondo retante.

Ella muerde la punta de su lengua y como que alguna parte de mi cuerpo comienza a animarse.

Joder, Danielín, no es momento para que despiertes.

—Está bien...- dice sin contradecirme.—Como quieras, Daniel...- parece saborear cada letra de mi nombre.—Así es como te llamas, ¿no?

—¿A caso no sabés quién soy, niñata?

—No y no me importa.- sonríe con hipocresía haciendo que la sangre comience a hervirme, así que decido fastidiarla un poco.

—Por favor, si te mojas con solo verme la cara...- sonrío de lado acercándome a ella de manera provocativa.—Pero ¿sabés algo?... Cuando te veo se me para... Y no hablo del corazón.

Ella frunce el ceño y abre levemente los labios.—¿Me estás jodiendo?- pregunta molesta.

—Tengo muchas maneras de joderte, muñeca.- digo dándole un intenso beso en la comisura de los labios causando que casi se derrita en mis manos.

Sonrio por su reacción para luego caminar como el dios que soy hacía donde están mis amigos, los cuales me ven con una sonrisa pícara dibujada en su rostro.

—Tú si que no pierdes el tiempo, eh.- Ian me pega levemente en el brazo.

—Joder, acabas de mojar muchas bragas.- suelta Cameron burlón.

Me rio y asiento con la cabeza.—Espero haber mojado las de ella también.

—Pues por la cara que ha puesto, no lo dudo.- dice Calum ésta vez riendo.

Saco mi móvil y busco entre mis contactos a mi hermano... Me alejo un poco hasta estár distanciado de la multitud y le marco causando que me desespere un poco al escuchar que no coge mi llamada, tras esperar unos segundos más escucho su voz del otro lado de la línea.

—¡Hey!... ¿qué pasa?- dice con voz adormilada.

—Necesito que me hagas un favor, macho...

—¿Y ahora que quieres, tío?- apuesto veinte euros a que rodó los ojos.

Veo que nadie se acerque y vuelvo mi atención a la llamada.—Necesito que investigues a alguién.