Capítulo 23

____.

Daniel me jaló fuera de la cocina en la que se encontraban sus amigos hasta guiarnos a un corredor en donde no había nadie más que nosotros dos, al parecer no quería exponernos ante los demás, cosa que se me hizo extraña.

—¿Debes irte ya?- me pregunta serio.

Asiento.—Tengo que ponerme al día en la escuela.- digo mientras veo sus labios los cuales muero por probar otra vez.

—Iré a dejarte a casa, sólo dame un momento para arreglarme.- ordena viéndome fijamente para luego marcharse.

Giro para regresar a la cocina, pero al instante me topo con alguién.—Lo lamento.- digo al ver a un rubio con ojos color cielo, el cual no es Calum, sin embargo, él no me dice nada.

—¿Cuál es tu nombre?- me pregunta después de unos cuantos segundos sin hablar.

Frunzo el ceño levemente extrañada.—Me llamo ____…- susurro.

Él suspira.—Sólo quiero que sepas que Daniel no es como todos lo pintan y como él lo hace creer.

Me quedo un instante callada tratando de analizar lo que el rubio me ha querido decir.—¿A qué te refieres con eso?.

—Él no es de los chicos que si tú te vas irá corriendo detrás de ti...-habla de manera seria, como si lo conociera de años.—Él te sostiene la puerta para que te marches y se ríe de ti después de tener sexo; es esa maldita sonrisa que tiene siempre que dice “no eres importante”... Yo lo conozco mejor que nadie, créeme, sé que está roto, y cuando alguién se va, le duele demasiado.

Trato de progresar lo que me está queriendo decir, pero por más que trato, no comprendo aquél comentario.

Dany, ¿es a caso que alguién te rompió el corazón antes?

—No logro decifrar lo que dices.- murmuro.

—Él sólo busca a una chica que se quede, ____; sé que le gustas mucho, aúnque sea un cabrón y no quiera admitirlo, piensa que el amor lo hará débil y por eso prefiere pasar de chica en chica, no quiere amarrarse a una, ha sufrido mucho... Dany a visto algo en ti que no ha visto núnca antes en las demás y es por eso que muchas veces tratará de limitarte y se comportará como un completo hijo de puta para que te alejes, pero es ahí cuando debes quedarte, por más cosas hirientes que diga o haga, no huyas de él... No corras... No te escondas.

Aquéllas palabras me han jodido realmente, siento que mi corazón bombea rápidamente; de pronto escucho como una puerta se habre detrás de mí, pero no me giro, sigo viendo a aquél rubio tratando de progresar toda la información que me ha dado.

—¿Todo bien?- la voz de Dany se hace presente.

—Sí, solamente le estaba ofreciendo algo de beber.

Siento unas manos que se posan en mi cintura y salgo de mis pensamientos.

—¿Y?- me pregunta el rubio mientras me observa fijamente.

—Estoy bien, gracias...- le digo.—¿Nos vamos?- pregunto a Dany esta vez a lo cual él asiente.—Fue un gusto conocerte.- le digo al rubio y éste simplemente sonríe amablemente.

—Te veo luego.- le dice Dany chocando los puños para luego salir detrás de mí.

Sigo pensando en lo que me ha dicho aquél chico, sus palabras divagan en mi mente y no logro sacarlas de ahí. Muy en el fondo sabía que Daniel no era el cabrón que todos decían, simplemente es un escudo que lo proteje de los demás, en realidad es como un niño pequeño al que hay que  proteger porque tiene miedo de que lo puedan dañar.

[…]

El camino fue silencioso, mi mente estaba en otro sitio. Deseaba fuertemente saber todo lo que rodea al famoso Daniel Oviedo, saber quién es en realidad.

—Llegamos...- habló de pronto sacándome así de mis pensamientos.

Habíamos llegado a mi casa en un abrir y cerrar de ojos, o al menos eso había sentido yo.

Suspire y giré a verlo, no quería irme en realidad, lo había hechado mucho de menos.—No quiero irme...- susurré.

Él sonrió fugazmente.—¿Puedo ir mañana por ti al salir de la escuela?.

Asentí sin pensarlo.—Estaré esperándote.- le sonreí para después abrir la puerta del auto para marcharme.

Sentí su mirada pegada a mi espalda cuando puse un pie en el suelo y por algúna extraña razón eso me hizo parar.

Pensé unos cuantos segundos para luego girarme y toparme con aquélla mirada color chocolate, sin pensarlo dos veces estampé mis labios contra los suyos en un beso corto y tierno.

—¿Qué ha sido eso?- preguntó con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Nos vemos mañana.- dije saliendo por fin de su coche sin responder a su pregunta.

Que fuerte.

[…]

A la mañana siguiente, como ya era de costumbre, me levanté temprano para ir a estudiar; mi tarde, el día de ayer, había estado completamente aburrida y Daniel no me había hablado para nada durante todo ese tiempo.

Bajé a preparar mi desayuno rápidamente para luego sentarme en la mesa y comer; la casa estaba tan sóla, extrañaba muchísimo a mis padres y todas las veces que me regañaban por salir tarde.

Al terminar, entré al baño para lavarme los dientes, y sin más, salí de caso directo a la escuela.

Mis amigas no se han comunicado conmigo para nada y eso me tiene un poco melancólica, no me gusta pelear con ellas y mucho menos con Karen, pero es necesario que entiendan que no pueden guiarse de los chismes y difamaciones que los demás inventan o andan contando por ahí.

Solo espero poder arreglar todo con ellas y pedirles una disculpa por la manera en la que me comporté.

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