Capítulo 18
Daniel.
Después de tres largas y eternas semanas sin verla, digámos que al fin la “recuperé” de nuevo. Sé que lo arruiné la última vez que nos vimos, pero no quería que Calum comenzará a fastidiarme con esa mierda del amor, eso no existe para mí, pero debo admitir que me gusta mucho esta chica; no la quiero para algo serio, pero a la vez soy egoísta y tampoco la quiero dejar ir, algúna voz estúpida en mi ser me dice que ella me pertenece aúnque no sea así.
Quizá simplemente es su belleza tanto física como interna la que me cautiva tanto; está para hechar polvos hasta que le salgan agujetas. Ella es perfecta, perfecta para mí.
¡Joder con está castaña!
Si no logro acostarme con ella mi amiguito va a acabar un poco inflamado y con muchas duchas frías.
Ella viene pegada a mí y me tiene abrazado con fuerza mientras su cabeza está recostada en mi espalda, sonrío al ver sus lindas piernas cubiertas por unas calcetas largas negras que le llegan justo arriba de las rodillas. Ese uniforme le sienta muy bien, se ve jodidamente caliente con esa minifalda; núnca hubiese visto a una colegiala tan buena como ella en toda mi puta vida.
Cualquier hombre ahora mismo estaría babeando con una chica como esta.
¡Y... Sí!, estoy pensando en sexo ahora mismo.
Y sé que todos piensan lo mismo, ya que en todos los semáforos que he parado se le han quedado viendo hombres de diferentes edades como si fuese carne fresca, pero simplemente me he dedicado ha enviarles miradas intimidantes.
¡Mi pequeña flor!
Últimamente he estado soñando con ___ y no de la mejor manera, debo decir... Por ejemplo, ayer soñé que estábamos follando de todas las formas habidas y por haber en la cocina, ¡mierda!, me desperté sudando y tan empalmado a causa de la excitación, no es nada agradable soñar con alguién de esa forma y más si eres hombre.
Cuando por fin visualice el edificio donde vivía conduje hasta entrar directamente a los estacionamientos y aparqué mi preciosa moto justo al lado de mi auto deportivo, esperé a que ___ bajará para luego apagarla y bajar yo... Solo espero que Calum o alguno de los chicos no esté arriba ya que todos nuestros amigos tienen una copia de la llave, incluyendo a uno de mis dos hermanos.
¡Maldita la hora en la que a Calum se le ocurrió darles permiso para tener la copia de la puta llave!
—Creo que no le agrado mucho a tus amigas, ¿cierto?- pregunto captando su atención y rompiendo el silencio que nos evadía.
Ella muerde su labio inferior, al parecer no sabe que decir.—No es eso, simplemente se dejan llevar por lo que dicen las demás personas.- responde cabizbaja algo preocupada.
—¿Y qué es lo que todos dicen?- pregunto sabiendo perfectamente a lo que se refiere.
Se queda callada un momento y luego empieza a caminar a mi lado.—No lo sé con certeza, pero creén que eres una mala influencia y una mala persona.
Sé que lo soy.
—No soy malo...- respondo serio.— Digámos que simplemente soy un poco más liberal que el resto de los demás.
—Te creo...- dijo sonriendo de manera tierna.
Giré a verla y alce una ceja debido a su respuesta corta y segura.—¿Hablas enserio?- pregunté algo sorprendido.
Ella asintió.—Es decir, no me lo tomes por el lado morboso, pero te prefiero a ti antes que a los demás.- lo dijo con convicción, como si estuviera dispuesta a poner las manos o incluso el cuerpo entero en el fuego por mí.
Más que gustarme me encantaba que alguién estuviese apostando a ciegas por mí.
—¿Confías en mí?- pregunté tratando de sonar sereno.
—Confío en ti...- confirmó.
Sonreí para luego pasar uno de mis brazos por su cuello y ella rodearme con uno por la cintura.
—Perdóname por comportarme como un imbécil la última vez que nos vimos.- dije con sinceridad.
—Olvida eso...- me observó por unos cuantos segundos.
[…]
Abrí la puerta de mi apartamento y agradecí grandemente que nadie estuviese ahí, entré seguido de ___ la cual me siguió hasta que llegamos a mi habitación la cual cerré con llave, ya sabén, ¿no?
Para que nadie nos interrumpa.
—¿Quiéres ver una película?- le pregunto.
—Sí, ¿porqué no?.
Asiento y camino hasta mi ropero en el cual tengo varios discos... Giro a verla por un momento y observo como ella deja su mochila en una esquina y luego se lanza a mi cama con confianza causando que su falda se levante haciendo así que se le vea la preciosa braga color negra de encaje que lleva puesta.
¡Joder!
Río al ver como se baja la prenda rápidamente avergonzada.
—Tranquila, ya lo he visto antes.- digo refiriéndome a su culo y a la última vez que dormimos juntos.
—Cállate...- dijo riendo suavemente.
Sonreí burlón para luego caminar hacía el dvd y colocar el disco.
[…]
La tarde estaba transcurriendo rápidamente y notaba a ___ un poco cansada. Cogí una manta que se encontraba en una silla y la tapé.
—¿Tienes sueño?- pregunté.
—Sí, un poco.- dijo con voz suave.
No pude resistirme y decidí meterme debajo de aquélla manta también, ella me dió la espalda acomodándose mejor y aproveché para tomarla de la cintura para después tirar de ella y acercarla más a mí, se dió la vuelta para observarme y cerré los ojos.
Ella comenzó a acariciar mi mejilla y simplemente sonreí.—Debería decir algo o...
—Cállate.- ordenó a lo cual reí brevemente.
Miré sus labios durante unos cuántos segundos y al darme cuenta que tenía los ojos cerrados le dí un pico haciendo que no le diese tiempo de reaccionar.
Ella abrió los ojos algo sorprendida y me pegó suavemente en el hombro.
—Te odio.- dijo escondiendo su cara roja entre mi cuello.
—Te excito...- afirmé burlón.
—Eso quisieras.
—Yo sé que lo hago, aúnque no lo admitas.
—Claro, sigue soñando.- habló aún sin verme.
Pero de pronto el sonido de un celular nos interrumpió causando que me irritara un poco.
—¿Hola?- dijo ella media vez cogió su móvil.—¿Hola?- repitió nuevamente.—¿Quién es?
Le quité el móvil de las manos y conteste yo.—¿Quién habla?- pregunté serio y fue ahí cuando colgaron.
¿Qué cojones?
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