Capítulo 15
____.
Frunzo el ceño al escuchar unas voces lejanas discutir y abro lentamente los ojos con algo de dificultad, me despierto por completo y suspiro pesadamente, giro hacía mi lado derecho y veo que Dany no está lo cual se me hace muy extraño, me siento en la cama y froto mis ojos para después darme cuenta de que estoy destapada, no le doy importancia y me levanto caminando sin hacer ruido hasta situarme en una esquina de la puerta la cual se encuentra abierta.
—No tienes porque ponerte así de cabreada, tía.- dice Dany bordemente.
—Es que el caso no es que quedes con ella, ¡si no que te la folles!.- alza la voz.
—Cierra la boca, mujer, la vas a despertar, además, estás sacando las cosas de contexto, que recuerde tú y yo ya no somos nada, puedo quedar con quién quiera, cuando quiera... y para aclararlo ella es sólamente una conocida.
—No me mientas, estás empanado con la puta esa.- dice casi chillando.
Está rubia está loca.
—¡Ya cierra la boca!- exige él en voz baja.
—Entiendo y lo admito, joder, ella es preciosa, pero ya, eso es todo, ¿no?, dime que no está contigo.- dice mientras lo toma del cuello.—Dime que sólo es una más.- le acaricia las mejillas, y joder, si no me he puesto celosa.
Él aparta sus manos y sonrío internamente.—No tengo porque darte explicaciones.
—Sí que las tienes, sabés lo mucho que te quiero.- se acerca y lo besa.
LO BESA.
¡Mierda!
Siento como un agujero se forma en mi estómago y quiero ir a quitarle las extensiones a esa zorra, pero no soy quién para hacerlo.
—Ya, Mariana.- la aparta salvajemente y algo dentro de mí se alegra grandemente de que la trate así, aúnque no debería.—Lo nuestro se acabo, ¿porqué no lo entiendes?, siempre, desde que empezamos sabías que yo no quería nada serio con nadie, me llegué a encariñar un poco, lo admito, pero jamás me enamoré de ti, y te recuerdo fue la relación más estúpida que tuvimos, ¿o no recuerdas que los dos nos poníamos los cuernos?
—Yo sí me enamoré...- dice casi al borde de las lágrimas y no puedo evitar sentirme mal por ella.
Pensándolo todo bien, Daniel se está comportando como un completo imbécil con ella, pero no puedo juzgarlo, él tendría sus razones.
—No mientas, tú jamás estuviste enamorada, hemos tenido está conversación miles de veces ya, siempre que vienes es solamente para tener sexo, cosa que no vas a obtener porque tú sabes perfectamente que no repito con la misma dos veces.
Gilipollas.
—No te has librado de mí, Daniel Oviedo.- dice furiosa saliendo por la puerta.
Que tipa tan sacada de sus cabales.
Él suspira de forma pesada y cierra la puerta de un sólo golpe, corro de puntitas hasta llegar a la cama y me tumbo en ella. Tras unos cuantos segundos puedo sentir la presencia de Daniel en la habitación.
—Sé que estás despierta.- me dice neutro.
Me sorprendo por un instante y no sé que decir al respecto, pero me vale una mierda ya.
—Deja de verme el culo.- digo al sentir su intensa mirada en mi trasero descubierto.
—Te aseguro que nadie más te verá las nalgas de la manera en la que yo lo hago.- se acuesta nuevamente a mi lado.
—¿Cómo supiste que estaba despierta?- pregunté aún dándole la espalda sin girarlo a ver.
—¿Cómo no ibas a estarlo con los gritos que daba la loca esa?- habla burlón.
Río internamente, tiene razón.—¿Quién era?
—No tiene importancia.- dice en un tono serio y decido no preguntar más.
Volteo hacía él por completo y no puedo evitar ver su torso desnudo, va de arriba hacía abajo, al compás de su tranquila respiración. De pronto me doy cuenta que las almohadas que nos dividían ya no estában y una estúpida idea corre por mi mente.
Observo detenidamente su rostro, está completamente relajado y sus largas pestañas destacan ya que sus achinados ojos están cerrados, se ve que ésta cansado, sus labios están rojos e hinchados por alguna extraña razón y sus cejas extremadamente gruesas y definidas, es el hombre más atractivo que jamás hubiese visto.
—Tengo frío.- susurro maldiciendo inmediatamente a mi conciencia la cual me ha traicionado.
Él gira a verme.—¿Quiéres otra cobija?- pregunta.
Niego y me acerco a él de forma tímida, no muy segura, causando que quede a centímetros de su rostro. Acaricio la barba espesa de su mejilla y él parece sorprenderse un poco, sus labios hinchados se abren levemente y Dany me observa sin entender. Subo una de mis piernas a su cadera haciendo que nuestra piel desnuda haga contacto y al instante sus pupilas se dilatan por completo.
Sé que quiere besarme, lo puedo notar, sin embargo, no se acerca y le agradezco grandemente que no lo haga.
Él me toma de la cintura y aparta mi mano de su rostro para después situarla en su pecho y abrazarme, escondo mi cara entre su cuello y ninguno de los dos dice nada.
Estamos completamente acurrucados él uno con el otro y se siente bien, es algo que recordaré por siempre aunque suene ridículo.
Solo espero que Dany esté sintiendo el mismo calor que siento yo por él.
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