Capítulo 12
Daniel.
Hoy se podría decir que es un día no tan común ya que es el cumpleaños del tipo más atractivo sobre la faz de la tierra... ¡Oh, esperen!... Ese soy yo.
Así es, hoy es mi cumpleaños, menuda mierda, núnca suelo darle importancia a esta fecha, pero mis amigos insistieron demasiado para celebrarlo y organizaron una pequeña celebración en el club de mi hermano mayor, el cual también me insistió para que viniese a pasármela bien.
—Anda, bro, prueba una...- me dice Calum dándome una bebida extraña de colores.
Decido probar un poco y siento como me raspa la garganta de lo fuerte que está, cosa que es extraña ya que he probado alcohol antes.—¡Mierda!- exclamo a lo que él ríe.
—Que fuerte, tío.- se queja está vez Juttner a causa de la misma bebida.
Sigo bebiendo hasta que me acostumbro al sabor amargo y dulzón de aquél batido de colores alcoholizado.
La música estaba a todo volúmen y el ambiente ya estaba prendido al cien desde que llegamos con los chicos, ya llevaba tiempo de no venir a esté lugar y comenzaba a olvidar lo mucho que me encantaba estár aquí metido todos los fines de semana con amigos cercanos.
—Pero miren quien viene allí.- dice feliz Calum al ver a José María acercarse.
—Admitan que no es lo mismo si no estoy aquí.- dice egocéntrico a lo cual río.—¡Feliz Cumpleaños, bro!- dice abrazándome mientras palmea mi espalda.
—Créanme que lo que menos quería era celebrarlo.- digo burlón.
—No seas aguafiestas, joder.- se queja Juttner nuevamente.
—El castaño tiene razón, tío, no seas amargado.- dice está vez José María.
—Además, tenemos una sorpresa para ti que de seguro te encantará.- dice Calum rayandome un poco.
Alzó una ceja y los veo a los tres.—¿A qué se refieren?- pregunto curioso, pero ninguno responde, simplemente se lanzan miradas cómplices.
Ruedo los ojos y giro a ver a la gente que baila animadamente cuando de pronto veo que un viejo amigo se acerca con una sonrisa al verme.—No puede ser, tiempo sin verte, bro.- dice Kennedy.
—Joder, tío.- lo saludo con toda comodidad, hechaba de menos a este tipo, solíamos estár horas practicando deportes extremos y jamás nos aburriamos, pero desde que se lastimó la rodilla gravemente ya no pudo volver a hacer mayor esfuerzo, ya saben...—Me alegra ver que ya estás mejor.
—No has cambiado nada, bueno, excepto que ahora llevas barba.
—Es de apenas unos días, vamos.- río ampliamente.
—Te queda bien...- palmea mi hombro.—Sabía que hoy era tu cumpleaños, así que quise venir a felicitarte, me alegra que estés bien.
—Gracias, a mí también me alegra verte bien.
Él sonríe y me da una de las botellas de alcohol más caras del lugar.—Cortesía de la casa...- dice esbozando nuevamente una sonrisa para luego irse dejándome con la palabra en la boca.
¡Vaya, tío!
[...]
Después de apróximadamente una hora me siento algo mariado debido a las distintas clases de alcohol que he probado está noche y lo único que quiero es encontrar a alguién que me baje está empalmada que me cargo ya que por alguna extraña razón mi amiguito se puso feliz.
Intento caminar para despavilarme, pero siento como me falla un poco la vista ya que veo un poco borroso, de pronto una pequeña pelirroja pasa frente a mí y no puedo evitar ver su hermoso culo bien formado causando que ella esboze una sonrisa nerviosa y justo cuando logro estabilizarme mis amigos me llaman, decido ignorar a aquélla chica y voy nuevamente hacía ellos.
—Vente, bro...- dicen tomándome del brazo eufóricos y jalandome para luego hacer que nos sentemos todos en una mesa frente a la tarima de aquel club nocturno en la cual logro visualizar un tubo largo bien formado color plateado brillante.
En un abrir y cerrar de ojos la luz se ha apagado completamente, como si hubiese habido un corto circuito y al instante escucho como el resto de la gente se queja sin saber lo que está pasando.
—¿Se ha ido la luz?- pregunto serio.
Pero mis amigos me responden con un “¡Shhh!” cosa que me cabrea un poco ya que detesto que me callen; de pronto mis oídos captan una de mis canciones favoritas de rock, Tainted Love empieza a inundar el lugar con su melodía y unas luces tenues se encienden dejando ver a una pequeña figura que llama la atención de todos en el lugar.
Una mujer extremadamente buena camina por la pista y noto como se les hace agua la boca a los tíos al verla.
Ella sube al escenario robando suspiros y provocando que varios hombres digan morbosidades cosa que parece molestarle, sin embargo, yo me dedico a verla ya que se me hace familiar de algún lado, lástima que aquélla mascara no deje ver su rostro o ya sabría de quién se trata.
Media vez toca el tubo plateado sus caderas comienzan a moverse salvajemente, está segura de lo que hace y eso me gusta. La manera en la que baila es sensual y dominante a la vez, me gusta ese aire sádico que le dá al momento con el atuendo negro, es como si de una actriz porno se tratase.
A simple vista se puede apreciar que sabe perfectamente lo que hace, pero hay que admitir que se comporta como una pérfida cuando baila... ¡Pero mierda!, ese traje le sienta de maravilla. Mis ojos no pueden apartarse de ella ni un puto segundo, hasta la borrachera se me ha bajado de un tirón, es una lástima que no pueda bajar otra cosa.
De pronto algo simple llama mi atención en aquélla castaña; una perforación que lleva en el ombligo hace que se vea jodidamente caliente al igual que su melena larga y lasea, su piel clara hace que inmediatamente piense en ____... La veo fijamente algo anonadado y ¡No me jodas!, no puede ser ella. Veo como de repente aquélla chica nota mi presencia y sus pupilas se dilatan grandemente para luego comenzar a moverse algo torpe, como si no supiese lo que hace ahora.
Frunzo el ceño confundido y juro que siento como la sangre comienza a hervir por todo mi cuerpo, lo único que falta es que mis dientes se quiebren de tan apretada que tengo la mandíbula tratando de disimular lo cabreado que empiezo a ponerme al saber que todos los hombres están viéndola y pensando barbaridades al verla con esa pequeña ropa de perra sucia.
Me saco la camisa que llevo puesta llamando la atención de varias personas incluyendo a mis amigos y sin pensarlo camino firme hacía donde ella haciendo que se quede paralizada sin siquiera moverse del lugar en el que se encuentra parada, no quiero ni imaginar la cara de Doberman rabioso que tengo en este momento.
La tomo del brazo y sin pensarlo dos veces le coloco bruscamente mi camisa la cual le queda ancha causando que ella tiemble ante mi tacto para después cargarla como un costal de papas y sacarla de allí haciendo así que todos me abucheén, pero me vale una mierda lo que digan en este preciso momento.
Mi pequeña flor, tendré que darte un castigo.
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