Jimin miente al decir que los primeros meses fueron fáciles.

Sus sueños se convertían en pesadillas en las que los ojos de Jungkook le perseguían, mientras sus colmillos se acercaban al cuello de su esposa. El alfa le sonreía y se despedía, mientras se apartaba.

Jimin le hacía preguntas y le llamaba cobarde, le susurraba que lo extrañaba y que le amaba.

Pero el Jungkook de ese sueño simplemente se despide de él y se va junto a su esposa.

Aquel sueño se repitió durante los tres primeros meses en que salió de la manada. Se llevó lo que faltaba y caminó en dirección al refugio que llevaba tiempo creando.

No logró que la tristeza lo llevara lejos, necesitaba mejorar y aunque no tenía al Alfa a su lado, debía aceptarlo.

Su estado de ánimo se había deteriorado, era probable que la luna les había designado como pareja y la marca de Jungkook sobre otra Omega, le estaba afectando.

Solía pensar en volver a la aldea y tener una última conversación a su lado, pero debía aceptar que su destino había cambiado.

Sabía que para un bien mayor, pues al cabo de unos meses, dejó de soñar con Jungkook y recuperó su salud.

Mejoró sus habilidades de caza y llevaba una libreta en la que identificaba distintas hierbas, por lo que su rutina, por un año y medio, consistió en cazar y vivir para él.

Solía estar más tiempo en su forma lobuna, por lo que no le resultaba incómodo moverse de esa manera entre el bosque.

Había construido una pequeña cama y logró un jardín de ciertas plantas de las que podía alimentarse. Cazaba conejos y peces.

Prácticamente su vida se había disminuido a disfrutarla de la manera en que debía desde el principio.

Y aunque de vez en cuando pensaba en Jungkook, no permitió que le persiguieron preguntas que le hacían creer que había una posibilidad en la que Jungkook volviera a su lado.

El hombre estaba dispuesto a sacrificar todo por la manada y por lo visto, Jimin jamás hizo parte de su visión. No quería ser un amante o ser humillado por nadie más. Y si el alfa jamás comprendió aquello, era un problema que debía solucionar él mismo.

Se preguntaba si su esposa ya llevaba su primer cachorro y esperaba que fueran felices.

El rencor fue apartado y reemplazado por una indiferencia algo disfrazada.

La soledad, aunque poco le importaba, le permitió llegar a conclusiones que consistían en pensar en sus futuros años de vida, esperando tal vez, encontrar a alguien que estuviera dispuesto a sacrificar las cosas que por distintas razones, Jungkook no pudo.

Estaba bien, habría alguien más que pudiera confíar en él.

Y si no lo hacía, no tenía problema con ello. Simplemente seguiría con su vida, pues tenía años de juventud por recorrer.

Llegó a pensar en descubrir el bosque completo, así que una tarde en la que se refugiaba bajo la lluvia, en medio del bosque, llegó a la conclusión que debía viajar.

Además de que, recientemente había encontrado restos de humanos cerca de su hogar y no estaba dispuesto a ser atrapado por aquellas bestias.

Aunque dejar aquel lugar que llamó hogar por casi dos años, lo tomó como una iniciativa más para conocer.

Con ello logró partir una semana después, dejando de lado, cualquier recuerdo relacionado a Jungkook.

Lo había dejado en el fondo de su cabeza...Incluso había olvidado todo lo relacionado a él, sus ojos, su voz.

A excepción de su aroma.

Cosa que le perseguiría por mucho tiempo.

Demasiado, diría yo.

por distintas razones, no pude actualizar el miércoles pasado, peero vuelvo a actualizar como siempre!! gracias por leer