O4
Jimin esperó un par de meses para que la situación se calmara a su alrededor y para sí mismo. Jungkook había desaparecido después de aquella noche y la manada entera lo señalaba a él como el culpable de su desaparición. Los únicos que por alguna razón no lo hacían, eran los que sabían la verdad tras su desaparición, los hermanos menores de Jungkook.
El resto de la manada, había comenzado a humillarlo de las peores maneras, golpeándolo de nuevo y llegar al punto de amenazarlo a muerte. Nadie hacía nada y por el resto de aquel año, sufrió por parte de la manada entera.
Había comenzado a construir un refugio en el bosque y habitar de a poco el lugar, estaba demasiado lejos de la manada y para llegar allí debía convertirse en su forma lobuna, porque al parecer a la luna había decidido que los omegas tenían la piel demasiado débil como para atravesar ciertos lugares en su forma humana. Hacía mucho tiempo que dejó las actividades organizadas por la manada y cada vez que se acordaba de cualquier ritual de la luna, los recuerdos llegaban a su mente.
Había llorado lo suficiente por Jungkook, por su rechazo. Lo detestaba, pero al parecer por cada año que pasaba, su amor por él crecía con fuerza. Lo que no favorecía sus pensamientos sobre dejar la manada por completo. Si su abuela estuviera allí, las cosas hubieran sido distintas.
Si Jungkook hubiera estado allí...
Estaba esperanzado, por primera vez, había pensado que Jungkook estaba dispuesto a abrirse ante él. Pero de nuevo, le había roto el corazón, era la última esperanza que tenía en aquella manada.
Jungkook jamás se despidió, jamás le explicó a Jimin. El omega supo que algo tenía que ver su madre, pero lo confirmó en su cumpleaños veinte, cuando un par de Alfas estaba reunido en un círculo alrededor suyo, a punto de golpearle, porque habían descubierto que permanecía más tiempo en el bosque que en la manada a la que pertenecía.
Estaba cansado, dispuesto a recibir cualquier golpe, no podía defenderse más. No quería nada más que vivir en paz. Había sido suficiente recibir humillaciones y que el único hombre que amaba se fuera sin dejarle nada a él.
De repente, dos de los alfas fueron apartados de un fuerte tirón. Jimin abrió los ojos.
Estaba ahí. Jungkook estaba ahí. Un poco cambiado, sus facciones eran mucho más marcadas y sus ojos estaban agotados, maduro, Jungkook se veía más maduro que la última vez, pero también se veía triste. De repente, sus ojos estaban recorriendo todo el cuerpo del alfa, sin poder creer lo que estaba viendo. Ignoró las náuseas en el estómago y se lanzó al alfa que lo recibió a gusto.
Jimin estaba llorando, no por las humillaciones que había recibido todo este tiempo.
Estaba llorando porque el alfa que amaba estaba de vuelta...Esperaba que, para finalmente, estar a su lado.
Jungkook dio un sutil beso en su oreja y comenzó a murmurarle dulces palabras para calmar sus sollozos, estaba igual de dolido que el omega. Si no fuese porque tenían un par de miradas y voces criticando la situación, también estuviera llorando.
Había cambiado, aunque no lo pareciera. Ninguno lo conocía, ninguno sabía lo que sentía y pensaba.
Si tan solo las cosas con Jimin hubiesen sido diferentes.
"Ven". El omega sigue colgado del cuerpo del mayor, quien comienza a moverse en dirección al hogar de Jimin. Encontrándose con lo que quedaba de uno. Hay una camilla y un par de objetos de cuidado personal, no hay rastro de lo que solía ser. A Jungkook se le encoje el corazón.
Recuesta a Jimin, que parece no estar dispuesto a dejarlo ir, así que se tumba a su lado y deja que llore sobre su pecho, mientras acaricia su cabello. Jimin está comenzando a decir cosas coherentes, después de unos minutos en que no era más que sonidos extraños.
"Lo siento, hay muchas cosas que...Sucedieron. No debías estar presente en ellas, no estoy dispuesto a que veas una pizca de crueldad, pero al parecer la has recibido. No mereces nada de esto. ¿Lo sabes?" Jimin asiente entre el cuello del alfa. Cuanto extrañaba su piel, su aroma, su voz...Todo aquello era real. Jungkook estaba con él.
"No tienes que decir cosas que no debes. Sólo necesito saber que estarás bien. Por favor". Jungkook suelta una carcajada y tapa su rostro que está comenzado a dejar salir todo lo contenido. Llora como no ha hecho antes, como si aquellos golpes no hubiesen sido más dolorosos que las palabras que Jimin deja para que sólo ellos dos sean presentes de esto.
Jimin apreta su cintura. "¿Cómo te atreves a decir eso?, primero debo asegurarme que estarás bien. Voy en segundo lugar aquí, eres la prioridad". Pellizca su oreja, Jimin limpia las mejillas del alfa y las besa.
"Tu madre puede hacerte daño. Fue ella, ¿verdad?"
El alfa desvía el tema. "No importa".
"Prométeme que todo saldrá bien entre nosotros, por favor, sólo necesito que estés a mi lado y es suficiente para mí. Escapemos de aquí. Podemos iniciar de cero, tengo una..."
Jungkook no estaba dispuesto a arruinar su felicidad, así que lo besó. Como tanto le hubiera gustado hacer, desde hace unos años.
Sus labios eran salados, pero encontró la dulzura en ello. No dejaron de besarse hasta que Jimin necesitó un descanso de tanta intensidad. Jungkook rió.
"Tengo que decirte algo". Jimin sonrió con el corazón acelerado.
"Puede esperar". Y aquello sirvió para lo que sucedió a continuación.
La líder de la manada apareció y Jungkook por instinto cubrió al omega.
Pero ella por el momento, no lo quería a él.
Quería a su hijo.
se queeeríaaan y quería escapar con él:(
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