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La situación no mejoró la mañana siguiente.
Jimin estaba agotado tanto física como emocionalmente. Afrontar el hecho de que el hombre que creía jamás volverlo a ver estaba a menos de dos metros suyo, no era fácil.
Aún había una pizca de esperanza de que fuera un sueño bizarro o que aquel hombre no era Jungkook sino algún tipo de gemelo suyo, pero no quería afrontar la verdad.
Y esa era que Jungkook estaba ahí. Tal vez no de la misma manera, porque sus recuerdos no habían vuelto, al menos no lo habían hecho la noche anterior.
Ahora debía pensar en lo que debería hacer.
Podría quedarse a su lado y estar juntos durante el resto de sus vidas en el bosque.
Sí. A primera vista sonaba bien. Fantasioso y romántico.
Pero la realidad no era esa.
Era que Jungkook debía volver con sus deberes como futuro líder de la manada, lo que implicaba lo que a Jimin no le hubiera gustado pensar; Jungkook debía volver con su esposa que quizás estaba sufriendo por su lazo, la aldea estaría buscándolo y su madre debía estar furiosa.
Debió haber puesto todo patas arriba.
Le causaba gracia saber que era probable que la manada estuviera sufriendo, pero a la vez sabía que no debía hacerlo.
Debía tomar cartas en el asunto.
Porque Jungkook ya no pertenecía a su lado y quizás nunca lo había hecho.
Mientras el Omega organizaba sus ideas y los objetos que había dejado esparcidos por la cueva, Jungkook fingió dormir, hasta que se agotó y se levantó de un salto. Jimin se espantó y retrocedió por la acción inesperada.
El alfa había pasado toda la noche pensando en una solución para el malestar que sentía Jimin.
Lo mejor que se le ocurrió fue intentar ser amable y no ser un estorbo para él, aunque aún estaba herido, podía seguir siendo un alfa ágil. Había decidido creer en el rubio y estar a su lado mientras buscaba una solución. No podía permitir que pasara por algún malestar causado por él.
Para él, Jimin era una persona nueva, sus sentimientos eran de amistad y algo de empatía, no había amor y no creía que lo hubiera antes, según lo que el Omega había contado. Sonaba como un alfa al que poco le importaba y quería arreglarlo. Al menos si era con una amistad, que era lo que podía ofrecer.
Pero aunque pensara todo eso, no tenía idea de si Jimin siquiera quería ser su amigo.
Probablemente le odiaba y tenía todo el derecho a hacerlo.
Sólo esperaba hacerle bien.
El Omega susurró. "No hagas eso, me asustas". Jungkook sonrió y asintió acercándose a él y ayudando a organizar todo. "Yo puedo solo".
Jimin retrocedió antes de poder tocar su hombro.
Los días en que había pasado como lobo, siendo cuidado por Jimin, le habían hecho aprender que el joven Omega era independiente, pero eso no significa que no podía darle una mano. Además, no había apartado a Jungkook, simplemente parecía algo irritado, pero no estaba molesto por la ayuda.
"¿Cómo despertaste de la herida?, si estás mejor podemos ir al río a ponerte otra venda. Puedo hacer una mezcla entre la Nostrum y el agua de la montaña".
El alfa asintió ante la sugerencia. "Ya no duele tanto". Recoge el último frasco. "Gracias a ti".
Cruzan miradas, Jungkook le sonríe y Jimin la aparta.
No puede caer.
No va a caer.
"Vale. Entonces podemos ir ahora. ¿Serías capaz de caminar o ir en tu forma animal?, Podría sugerirte transformarte, duele menos y hace que te cures más rápido".
"Me cuesta un poco manipular esto de la transformación, pero puedo intentarlo, después de todo eres tú el médico".
Jimin asiente en silencio y está detrás de su espalda, esperando que Jungkook se transforme. Esta vez va a caminar. Es la mejor manera de acudir a Jungkook por si ocurre alguna emergencia con su herida. No le creyó cuando dijo que estaba mejor, preferiría evitar accidentes.
El alfa lo intenta varias veces, conectarse con su alfa, relajarse. Jimin le había dicho eso cuando no pudo hacer nada la primera vez y se quedó en blanco pensando en cómo podría hacerlo. Estaba semidesnudo, pues no quería romper la camisa del Omega, con respecto al pantalón, le daba vergüenza mostrar su desnudez, aunque ya lo había hecho.
Miraba al suelo intentando conectarse con su lobo y no sucedía nada.
Hasta que volteó a ver al Omega que le miraba con algo de esperanza, luego sucedió como si fuera algún hechizo.
Tardaron treinta minutos en bajar de la cueva y llegaron a una quebrada. Jimin seguía sorprendido como la primera vez que vio al lobo de Jungkook.
El alfa volvió a su forma humana más fácil de lo que hubiera pensado y Jimin le sonrió de manera cordial cuando gritó con alegría "¡Fue más fácil!"
Se puso otro pantalón bajo la advertencia de Jimin, de no volver a romperle uno y luego dejó que el Omega hiciera su trabajo.
Estaba recostado sobre un tronco, observando como el rubio hacia su labor. Sus labios pomposos eran bastantes atractivos. Los mantenía en una línea mientras se concentraba en limpiar la herida de Jungkook y eso le hacía ver más atractivo.
Tras un largo tiempo, Jungkook decidió preguntar. "¿Y bien?, ¿Cuál es el plan?, ¿Qué haremos ahora?"
Jimin elevó una ceja y le miró atónito. "Volverás a casa. Buscaré una manera de llegar y dejarte allí, debes volver a tu hogar".
Y Jungkook mentiría si dijera que no le dolió en absoluto.
Pensaba que Jimin quería estar a su lado, pero le había alejado.
Luego comprendió que apenas había pasado un día y asintió en silencio, dejandose curar para luego volver a la cueva.
gracias por leer!! nos leemos mañana 💗
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