U N O

—¡Nam hyung! Puedo llegar solo a mi aula.

Un lindo chico pelinegro era prácticamente arrastrado por su mejor amigo por los pasillos de su nuevo instituto. Este rubio lo tenia sujeto de su muñeca sin ganas de soltarlo.

Solo te fuiste un año a Japón y no pudiste encontrar tu casillero JK.

El mayor se detuvo frente al aula número 06, el más bajo se cruzó de brazos.

Él quería y podía llegar solo ahí.

No me mires así Kookie, además tienes que llegar a tiempo para presentarte. Prácticamente eres nuevo aquí otra vez.

El más bajo suspiro, le agradeció a su hyung mientras ingresaba en el aula. Está aún estaba algo vacía, saludo al maestro que se encontraba arreglando sus cosas sobre el escritorio. No sabía donde sentarse aún cuando algunos mesas estaban vacías, optó por sentarse en la última ya que usualmente esa siempre está disponible.

Colocó su cuaderno y un lápiz en la mesa mientras veía con detalle el aula. Estudio en este instituto antes de tener que mudarse un año a Japón, continuó sus estudios en ese país pero sin dudas había extrañado este lugar además de sus amigos.

Más alumnos ingresaron al aula, muchos se quedaron viéndolo.
Ahora recuerdo porque no me gustaba cambiar de instituto pensó Jungkook.

Un sonido de algo cayendo a su lado llamó la atención del pelinegro.

Un chico de cabello azul había dejado caer su mochila en el escritorio, se sentó junto a él, rápidamente pensó que este debía ser su lugar. Rezó internamente para no viniera otra persona para reclamarle que ese era su asiento.

Le llamó la atención que los demás seguían observando a la dirección de ambos, más del chico a su lado.

Cabello azulado algo desteñido, labios de corazón y algo gruesos, mirada desinteresada y sería, su uniforme no está bien puesto.

Sé que solo se usa el uniforme el primer día, pero al menos debió ponérselo bien para hoy.

El maestro comenzó a hablar llamándolo para que pasara al frente a presentarse.

Buenos días, soy Jeon Jungkook, tengo 17 años y reingreso al instituto.

¡Ey bonito, dame tu número!— gritó un chico, Jungkook solo hizo una reverencia de forma de despedida para dirigirse a su asiento, no querían que vieran sus mejillas sonrojadas.

Una vez ya en su asiento escuchó al chico a su lado susurrar algo —Reingreso, eso lo explica.

Pensó en preguntar pero en eso el maestro comenzó a dictar.

La primera clase paso rápido, ahora estaban en la segunda y Jungkook no se podía concentrar por el hambre que tenía, agradece que la clases trataba de un tema que ya había visto en Japón así podía pensar en otras cosas sabiendo que no perderá este tema.

Miró al resto de sus compañeros, la mayoría estaban poniendo atención, excepto por unos tres que miraban alrededor como él estaba haciendo.

¿Podrías sentarte en otro lugar mañana?— dirigió la mirada hacia donde provenía la voz, su compañero de asiento lo estaba mirando directamente a los ojos con una mirada seria.

¿P-por qué? ¿Es de alguien más el asiento?— el de cabello azul no hizo sonido alguno, solo negó en respuesta —¿El asiento está dañado?— otra negativa en respuesta —¿Entonces por qué?

Solo no me quiero sentar contigo.

Jungkook no sabía cómo sentirse al respecto, se sentía un poco triste pero a la vez curioso. ¿Por qué no quería que se sentará con él? ¿Acaso lo consideraba feo? Pero si Nam hyung le decía que era bonito.

¿Por qué no quieres que me siente contigo?— No podía ni quería quedarse con la curiosidad, siempre lo regañaban por ser demasiado curioso, según eso podía ser malo, pero no piensa que lo esté siendo ahora.

¿Haz visto las películas? Esas donde hay un chico malo que no acepta que alguien entre a su círculo de amigos— él pelinegro pensó por unos segundos hasta que asintió irónicamente —bueno, yo soy ese tipo de chico así que no te me acerques ni me hables—. El de cabello azul regresó su vista al cuaderno ignorando al más bajo.

Jungkook no entendía, se sentía aún más confundido con esa respuesta, regresó su vista al cuaderno con un puchero adornando sus labios, iba a continuar poniendo atención a la clase pero si antes decir —Pero si usted fue el que me hablo primero.

El de cabello azul parpadeo rápidamente, regresó su vista a Jungkook intentado responderle, pero nada se le ocurría y eso lo frustraba más.

Joven Taehyung, si le gusta su compañero de asiento véalo después de clase pero por ahora preste atención a lo que estoy explicando.

Los demás alumnos posaron su vista en ambos chicos, Taehyung bufo un poco molesto mientras que Jungkook se ocultaba detrás de un cuaderno, quería ocultar su sonrojo otra vez.

Al terminar la clase, Jungkook recogió su cosa de forma rápida. Tenía mucha hambre y tenía que ver a Nam hyung en la cafetería.

Camino esquivando a los demás estudiantes, siempre quiso ser más alto pero su 1.50 de altura no ayudaba.

Cuando estaba por entrar a la cafetería, su mano fue tomada mientras era alejado unos metros de la puerta. Rápidamente volteo a ver a la persona causante de esto.

Mañana te sientas con alguien más.

Sin dudas no entendía al de cabello azul, Jungkook no quería cambiar de asiento y no entendía porque Taehyung se lo insistía. Tal vez era un poco mimado en conseguir lo que quería y no hacer caso en algunas cosas, pero lo que él más le pedía era muy bobo, al menos para él.

Pero...

Taehyung se agachó hasta quedar a la altura de Jungkook, sin dudas quería intimidar de alguna manera para que obedeciera —Recuerda que soy un chico malo que puede hacerte daño y...

¿Soy bonito?

La pregunta descolocó la perfecta expresión de chico desinteresado que Taehyung mantenía en su rostro, miró confundido al pelinegro —¿Qué?

Responda— Jungkook llevó sus manos a sus mejillas, sonrió marcando dejando ver sus dientecitos de conejo, sus ojos se achinaron gracias a esto, inclinó un poco su cabeza y volvió a preguntar —¿Soy bonito?

El de cabello azul estaba sin palabras ni pensamientos, cualquier otra persona hubiera respondido con insultos, golpes o hasta llorado pero el chico que tenía al frente lo atacó con ¿Aegyo?

Sin saber cómo responder, solamente se enderezó y se alejó del menor.

Jungkook respiro tranquilo, preguntar si era bonito más su aegyo fue un táctica que aprendió para despistar a las personas.

Siempre le funcionó.

Puede que se viera muy valiente, pero en realidad la mirada de Taehyung ya lo estaba intimidando. No quería cambiar de asiento, aunque pensó que tal vez era lo mejor.

Pero algo que Jungkook no sabía es que su ataque de aegyo además de despistar, también llamó la atención de un Taehyung harto de los chicos que se creen rudos.

Tal vez ahora debería tantear con alguien tierno

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