Error no estaba seguro aún, pero decidió salir con Ink, ambos eran unos pequeños bastante felices y cariñosos, si no prestabas suficiente atención, solo dirías que eran dos niños cariñosos.

Pero, habia algo más que eso, ellos dos lo sabían, y los hacia tan feliz que no se alejaban ni lo ocultaban.

Eran tan pequeños e inocentes como para darse cuenta que estaban en un mundo donde no era algo "normal".

Ambos comenzaron a sufrir de abusos, los molestaban, insultaban y hacian bromas pesadas.

Se supone que podían soportarlo, no estaban solos y eran felices con el otro, pero la felicidad no es lo único necesario para vivir en paz.

Aquel día en clases, los habian comenzado a golpear, burlarse de ellos. Ink estaba en el suelo, abrazandose para cubrirse de las patadas de aquellos malvados compañeros.

Error tambien estaba siendo pateado por otros, y entonces se les ocurrió una gran idea, lo agarraron juntos y lo iban a llevar a la escalera, no eran tontos y sabian que era peligroso, pero la emoción del momento era mucha.

Ink no pudo hacer nada, solo lloraba mientras rogaba que lo dejaran en paz, al intentar levantarse solo logró desprotegerse a sí mismo y ser aún más golpeado.

Solo pudo ver como lanzaban a Error y este rodaba.

Ink recordaba el sonido de Error al caer.

Recordaba su cuerpo sin moverse al final de las escaleras.

Recordaba que aquel momento gritó desgarradoramente, pidió ayuda, pero nadie se dignaba a mirarlo, "porque ellos eran los raros".

Y las palabras de aquellos imbeciles solo fueron unas que en su cabeza quedaron.

"Quizás, si fueras más fuerte, él hubiese estado bien. Pero solo eres débil, naciste para ser pisoteado."

Entonces, Ink supo que deseaba ser fuerte.

Deseaba poder proteger lo que amaba.

Se culpaba a sí mismo, porque seguro si no le hubiese confesado su amor a Error, nunca hubiesen sido los raros.

Si el no hubiese aceptado, no serían desechados.

Error no despertó hasta tiempo después, pero no recordaba nada del suceso, tampoco mucho de la confesión.

Eso era bueno.

Doloroso, pero era la oportunidad de iniciar otra vez.

Eso hizo Ink, se fue a una nueva escuela y estableció su propio nuevo "personaje".

Fue dificil, mucho, tenia que cumplir las expectativas de los demás como el "Bully más respetado".

De hecho, dañó su propia vida, incluso.

Su madre trató de corregirlo mil veces diciendo que enamorarse de alguien del mismo sexo estaba mal, sufrió golpes en casa y en la escuela, pero todo era para hacerse más fuerte.

Todo era para poder evitar ese cruel destino otra vez.

Su madre murió de una enfermedad, el único a su lado era Zephyr, tampoco estaba tan encantado con la idea, pero no lo rechazaba, su relación no era la mejor, pero seguro era mejor que la soledad.

Aún así, su vida era un infierno.

Pero soportó cada mal para poder ver a Error otra vez y esta vez, poder hacer algo.

Cuando llegó a su escuela, no quiso hacerle daño, pero todos esperaban que hiciera su trabajo como Bully.

Fue doloroso, tuvo que hacerlo, tuvo que ser fuerte.

Pero cuando todos comenzaron a expandir rumores de que eran pareja...

Era una pesadilla.

La historia se iba a repetir, no quería perder a Error otra vez.

No otra vez.

Peleó por cuidarlo, porque lo dejaran en paz, por mantener su control en el sitio.

Pero al final, Horror solo demostró que lo había destronado deshaciendose de él.

Aún así...

Al menos Error estaría bien.

Y con dolor, solo cerró los ojos, dejandose llevar.