✧༺ Veintitresavo capítulo༻✧
—¿Piensas morderme?
Jungkook sonrió de lado, pasando su sinhueso por el cuello canela del humano que por fin portaba en su dedo el anillo de la familia Jeon.
Le quedaba hermoso como si estuviera hecho para ser el único que pudiera lucirlo con tanta gracia.
—Tú no quieres solo que te muerda, ¿verdad, travieso?
—Y-Ya me conoces.
El vampiro soltó un jadeo contra esa vena que palpitaba bajo la piel.
—Pídelo—demandó con arrogancia, provocando sumisión en Taehyung—. O te dejaré con las ganas.
—Fóllame rápido, no se darán cuenta que desaparecimos de la fiesta.
—Entonces haz silencio, lirio. No quiero que nadie te escuche.
El castaño se mordió el labio con desafío, apegando más sus cuerpos al saber que nadie les interrumpiría en esta ocasión, porque se aseguraron de ir hacia el despacho que le pertenecía al líder del clan Jeon, el cual se encontraba muy cerca del edificio en el que toda la comunidad celebraba de la buena nueva.
Era un sitio demasiado privado, al que solo los vampiros del consejo se les permitía acercarse con permiso previo de Jungkook.
Sin embargo, no planeaban tardar demasiado porque querían continuar gozando de lo que Jimin preparó con tanta dedicación y cariño para los presentes.
Aunque por más felicidad que la comunidad irradiara, dos personas se sentían demasiado confundidas al respecto.
Yugyeom se quedó de una sola pieza cuando fue testigo de la mirada enamorada que Jungkook le daba a Taehyung cuando le entregó la sortija que se suponía debía estar en su dedo ya que no existía mejor partido que él, ¿cierto?
Que gran mentira, jamás debió hacer ilusiones por lo que terceros repetían como un mantra.
"Serías la pareja perfecta para Jungkook".
"No hay otro vampiro más capacitado que tú para ser la mano derecha del líder".
"Lord Jeon siempre ha sido muy amable contigo, de seguro le gustas".
"Quizá está esperando a que la situación con el perseguidor termine para pedirte que lo intenten".
"No te atormentes si no te da muchas señales, él es serio por naturaleza".
"Te quiere más que un amigo, se le nota".
"Confía en que el destino te dará el privilegio de volverte su pareja de sangre".
Pura mierda, no era más que eso.
Le llenaron la cabeza de tantas ilusiones por lo que la caída estaba siendo más dura de lo que imaginó.
El castillo de esperanza de una relación que nunca se desarrolló, yacía derrumbado como si estuviera hecho de frágiles naipes.
Ya no importaba, no debía culpar a nadie de sus desgracias.
Ni siquiera a Jungkook.
Quien de verdad nunca le dio un trato preferencial como muchos le hicieron imaginar.
Tan solo esperaba que Taehyung fuera su decisión acertada, una que le hiciera feliz y de la que jamás se arrepentiría al tratarse de un humano y no de un vampiro puro.
No es que fuera prejuicioso sobre parejas de sangre que estuvieron en las mismas condiciones, pero en el caso de la persona que fue su platónico por tantas décadas, el bienestar del mismo era lo que más le importaba, pues el azabache se merecía todo lo bueno desde que asumió el puesto de sus padres siendo tan justo y responsable como ellos lo fueron en el pasado.
Soportando el peso de un clan entero sobre sus hombros, protegiéndoles de diversas adversidades y brindándoles la seguridad que solo un líder les podía dar. Y a pesar de que el último siglo estuvo lleno de incertidumbre, confiaba que en esta ocasión las cosas serían diferentes.
Pondrían al perseguidor en su lugar y continuarían viviendo en paz sin hacerle daño a nadie como en el pasado.
No pensaba ser una piedra en el camino, porque tenía dignidad y amor propio. Le dolía, pero se haría a la idea.
—Yo sé conocer mi lugar, y si Lord Jeon te ve capaz, eso está muy bien—murmuró, mientras caminaba con dirección hacia su hogar. No quería quedarse más tiempo siendo testigo de algo que por el momento le afectaba bastante—. Mi lealtad con el clan es primero a que cualquier otro sentimiento unilateral.
El vampiro siguió su camino, ignorando por completo que uno de los suyos también había salido del edificio al mismo tiempo que él. Con la única diferencia de que el susodicho se encontraba tan consternado cómo para tomar la decisión impulsiva de ir al exterior, cruzando por el portal después de pedirle el favor a Namjoon que le diera permiso para irse a pasear un rato.
Prometiendo no tardar mucho.
El vampiro con hoyuelos no quiso interrogarle tanto por estar tan concentrado en el amigo de Taehyung, el interesante y divertido Seokjin. Y porque nunca le dio razones cómo para desconfiar de él. Tal vez quería un momento a solas, fuera del bullicio y eso se respetaba, no era nadie para juzgar las acciones ajenas.
Grave error de los dos.
Wooshik corrió hacia el callejón más cercano, apoyándose en la pared de ladrillos para analizar toda la situación vivida hace unos cuantos minutos.
Ahora todo tenía sentido.
Por eso nunca Taehyung aceptó ninguna de sus propuestas cada vez que lo encontraba cuando estaba de visita.
¿Cómo aceptarlo si su interés iba dirigido a otra persona desde el inicio?
Era tan estúpido por creer que tendría una oportunidad con el bonito humano.
Aunque nadie debía culparlo por sentirse como se sentía.
Era horrible la sensación de perder una batalla sin siquiera haberla luchado.
Pero si lo pensaba con calma, era normal que el joven de piel canela se sintiera atraído a su lord.
Compartían una historia, vivían juntos y a estas instancias la convivencia tuvo que volverlos muy unidos.
Era ilógico que no hubiera visto las señales tan obvias.
Un iluso por creer que no podrían enamorarse en el proceso.
¿Buenos amigos? Sí, claro. Los amigos no compartían miradas que se sintieran tan íntimas, muchos menos poseían una tensión que fuera tan palpable al estar en un mismo lugar.
Casi todos creyeron que eran pareja desde el principio, pero que lo negaran con tanta determinación fue lo que le dio esperanzas de confiar ciegamente en el deseo naciente de su muerto corazón.
Era imposible que alguien tan interesante y carismático como Taehyung no le llamara la atención. Pero no le quedaba de otra más que hacerse al dolor y acostumbrarse a la idea de ver al castaño como el nuevo líder del clan Jeon.
La aflicción no desaparecía de su rostro, manteniéndose con la cabeza gacha, mientras seguía perdido en sus pensamientos. Se mantuvo de esa manera hasta que vio una sombra acercársele de una manera muy rápida, tomándole de la garganta con rudeza.
El hombre que ocultaba su rostro con un gorra y un cubrebocas parecía saber que no lo estaba ahogando o haciéndole algún tipo de daño con su tosco agarre. Sin embargo, poseía la fuerza necesaria para inmovilizarlo y dejarlo sin habla.
El miedo comenzó a recorrer cada parte de su cuerpo, de los pies a la cabeza, conforme la mirada ajena le detallaba con una intensidad demasiado tenebrosa.
—Ni se te ocurra gritar porque nadie vendrá a tu rescate. Esto será rápido—advirtió con voz gélida, ubicando dos de sus dedos en su frente—. Colabora si no quieres que te mate y acabes como el resto.
Lo último que Wooshik sintió fue un toquecito en medio de sus cejas, escuchando como el contrario murmuraba algo inentendible, hasta que lo siguiente que apreció fue como todo a su alrededor se volvía negro. Su cuerpo cayó al suelo después de quedar inconsciente, mientras Sangbum ocultaba una mueca macabra detrás del cubrebocas oscuro que usaba.
Después de toparse con el castaño cuando estaba en su turno de trabajo en el centro comercial, el perseguidor tomó la decisión de estar muy al pendiente de quien salía y entraban por el portal que hace poco descubrió que pertenecía al escondite de esos monstruos chupasangre que le arrebataron lo que más le importaba.
Su mente continuaba maquinando diversas ideas para llevar a cabo su venganza cuando percibió una sensación muy particular cerca suyo. Al ser brujo, poseía algunos poderes que le permitían apreciar las emociones ajenas. Mucho más si se trataban de sentimientos negativos como el odio, la tristeza o la ira.
Pues cuando alguien se sentía de esa manera era porque más vulnerable se encontraba.
Más frágil, más débil, más sensible.
Una víctima perfecta para alguien como él que con el tiempo aprendió a utilizar a las personas como sus títeres.
Porque al estar tan herido, era más sencillo el poder manipular.
Algo que no sucedía con las personas con mentalidades fuertes.
Aquel vampiro idiota que se cruzó en su camino tuvo la mala suerte de sentirse mal cuando rondaba por la desierta zona.
Sin embargo, Sangbum vio esta oportunidad como un regalo del cielo al poder ser capaz de leer los pensamientos que le orillaron a deprimirlo de esa manera.
Su querido Dae tenía la culpa de hacerle sentir mal.
Pobre idiota. Si no consentía que tuviera una relación con su líder, peor aún aceptaría que la tuviera con un don nadie como él.
Lo bueno es que podría usarlo a su conveniencia cuando el momento llegara.
Y eso sería muy pronto, ya no existía motivo para seguir aplazándolo.
Lo controlaría para conseguir su objetivo.
El perseguidor dejó a su víctima tirada en medio del callejón, retirándose en medio de la oscuridad como si nunca hubiera pasado por el lugar.
Cuando Wooshik despertó no recordaba absolutamente nada.
"¿Qué me paso?" "¿Cómo llegué aquí?"
Fue lo que se preguntaba, mientras se incorporaba con una tortuosa lentitud al estar tan desorientado. Tenía muy presente que salió de la fiesta por sentirse abrumado ante la noticia de Taehyung y su líder como pareja oficial, pero después de cruzar el portal no conseguir hacer memoria de lo que sucedió.
Vio a sus alrededores y notó una piedra cerca de su pie.
Quizá se resbaló y se golpeó la cabeza, provocando que olvidara lo vivido con anterioridad.
Al fin y al cabo, ser un vampiro no significaba ser inmune al dolor o accidentes de este tipo. El daño era real y palpable.
Wooshik decidió no darle más vueltas al asunto y volver a su hogar, porque lo menos que quería era tener otro accidente que esta vez pudiera ponerle en algún peligro.
No era buena idea que algún humano le encontrara en malas condiciones como para pretender ser un buen samaritano con él a tal punto de que descubriera su secreto si llegaba a pedir alguna ambulancia que lo trasladara al hospital o una patrulla que necesitara su información personal.
No era una opción ponerlos en evidencia de esa manera.
Además, le dio su palabra a Namjoon de volver pronto con la llave que le prestó para salir al exterior. Debía devolvérsela en sus manos y agradecerle nuevamente su comprensión.
Ya que nadie tenía permitido salir si no era con permiso de las máximas autoridades o siendo acompañado por alguien experimentado.
Literalmente su caso fue una magnifica y afortunada excepción la que el vampiro del consejo hizo con él.
No podía fallarle.
Tampoco tenía mucha consciencia de cuánto tiempo se tardó, por lo que el vampiro rogó para sus adentros que no hubiera sido más de una hora. O de no ser el caso, esperaba que Namjoon siguiera distraído con el otro humano como para que su impuntualidad no fuera tomada en cuenta.
Wooshik no se lo pensó dos veces antes de ir corriendo de vuelta al portal, decidido a devolver lo que pidió prestado para no levantar preocupaciones innecesarias.
Sin imaginar que sin pretenderlo le dio el arma más mortal a su peor enemigo.
Mientras tanto, cuando la pareja estuvo de vuelta, se acercó hacia su grupo de amigos que charlaba con tanto ánimo, mientras el resto de vampiros bailaba en medio de la pista preparada especialmente para la ocasión. Taehyung no pudo contener la sonrisa al notar lo cómodos y confiados que se veían sus queridos hyungs en lugar repleto de seres tan distintos a ellos, porque desde siempre creyeron que eran pura ficción.
Jungkook no soltaba a Taehyung de su agarre, provocando que el susodicho se sintiera tan complacido por su actitud mimosa, dejando de lado su usual seriedad. Un detalle que no pasó desapercibido para sus amigos que les sonreían con cierta complicidad al verlos aparecer luego de un buen rato. Tampoco deseaban exponerlos o avergonzarlos sobre lo que hicieran en sus momentos privados, por lo que se dispusieron a saludarles con simpleza.
No obstante, jamás se esperar ser testigos de la faceta más desconocida del azabache. La que era posesiva con su mate, próximamente su pareja de sangre.
—No miren mucho a mi lirio, por favor.
—Alto ahí, no solo miramos a Tae, también estamos mirándote a ti—bromeó Jimin con diversión, acariciando la cintura de Yoongi al tenerlo tan cerca suyo—. Así que puedes estar tranquilo.
—Entonces tampoco miren mucho a mi lord.
El escritor le siguió el juego a su pareja, acariciando sus manos que le rodeaban con protección desde atrás.
—Vaya, ustedes sí que están conectados—mencionó Seokjin enternecido, porque le hacía muy feliz ver tan enamorado a su querido dongsaeng—. Son tal para cual.
—Y que lo digas, se ven tan lindos juntos—concordó Hoseok, mirando de reojo a la vampira a su lado—. Y los apodos que usan no se quedan atrás.
—Cierto, jamás nos imaginamos escuchar a Jungkook hablar de esa manera tan cariñosa y con tanta libertad.
Yoongi se permitió reír, contagiando a los demás y avergonzando de manera momentánea al susodicho. Sin embargo, al sentir como Taehyung giraba un poco su rostro para plantar un beso en su mejilla, cualquier pensamiento instalado en su cabeza se desvaneció.
—Que dulces son, me encantan—musitó Yongsun con ganas de apretujarlos entre sus brazos—. Desde ahora dependo emocionalmente de su linda relación, así que duren mucho.
Esta vez la pareja se unió a las risas con sus amigos, pues la fémina era demasiado ocurrente cuando se lo proponía.
Eventualmente, la conversación siguió por otros temas triviales hasta que a Jungkook se le escapó confesar indirectamente que Taehyung lo probó en todos los sentidos posibles.
—Wow, esa no me la esperaba—confesó Namjoon boquiabierto—. Mucha información.
—¿Quién lo diría? Nuestro lord decidió no tenerle miedo al éxito como para volverse un muerde almohada—el vampiro de mirada felina le molestó, ganándose un codazo por parte de Jimin—. Auch, cariño. Eso sí me dolió.
—No seas imprudente Yoon, no eres quien para hablar cuando eres igual que nuestro querido Jungkook-ah.
—Buen punto. No puedo argumentar nada contra eso.
—Calla, que yo también lo hago morder la almohada—confesó en voz bajita, para que solo la otra pareja le escuchara, aprovechando que los demás alejaron un poco de ellos para ver y animar al resto de vampiros que bailaban con tanto entusiasmo en el salón—. Y lo permito porque quien lo hace es Tae.
—Por todos los cielos, Koo no nos expongas así.
—Lo siento, lirio—se disculpó, poniendo ojos de cachorro. Esos que debilitaban al castaño por lo tiernos que eran—. Pero Yoongi fue quién empezó, yo solo respondí.
—Sin duda ellos también son tal para cual—expresó el rubio, regalándole una risa a Taehyung que estaba muy de acuerdo con esa afirmación.
Antes de que cualquiera pudiera emitir algún comentario, Yeonjun y su grupo hicieron acto de presencia, tomando a cada uno de los brazos para que el susodicho les hiciera una propuesta.
—Llevan mucho tiempo charlando, ya es hora de que se diviertan también.
—Mi vampirito tiene razón, es hora de que salgan a bailar—apoyó Soobin con la emoción pintada en su rostro—. Se lo merecen.
—Y no aceptamos un no como respuesta—aseguró Chaehyun, señalando la pista de baile—. Muéstrennos sus mejores pasos.
—Nos urge—confirmó Dayeon ante las palabras de su novia—. ¡Vamos, andando!
Las parejas se rindieron ante la petición de los vampiros más jóvenes, siendo guiados hacia el resto de personas moviéndose de un lado al otro al ritmo de la música. Gozando de esa noche que se volvió inolvidable para ellos.
Y que, a su vez, sería la que marcaría sus destinos para siempre, sin que nadie fuera consciente de ello, siendo víctimas sin pretenderlo como en el pasado que ahora se sentía tan lejano.
¿Finalmente podrían superarlo?
🍷
Tres semanas transcurrieron desde que Taehyung era reconocido por el clan Jeon como la pareja de Jungkook. Sus visitas al escondite de los vampiros se volvieron mucho más frecuentes a raíz de este suceso, porque ya no había ningún secreto que esconder.
Además, sus mejores amigos se unieron a él con la intención de conocer mucho más a fondo a ese par de primos que tanto les llamaron la atención desde el primer día.
Tanto Hoseok como Seokjin estaban encantadísimos con Yongsun y Namjoon respectivamente, pues desde que tuvieron la oportunidad de conversar con ellos, sentían como si hubieran encontrado la otra mitad que les faltaba.
Ninguno sabía si pensaban llevar esa relación a algo más serio, pero lo cierto era que estarían conformes si eran tan felices como lo estaban siendo.
Los avances en el libro del castaño continuaban a buen ritmo, manteniendo orgulloso al CEO de VanteBooks, quien confiaba en que la obra del mejor autor de su editorial sería un rotundo éxito. Ya podía fantasear con los cientos de pedidos en masa para diversas librerías en cada ciudad de Corea del Sur, sin contar los pedidos de traducción a otros idiomas para exportar "I swear on my blood" a nivel internacional.
Pero dejando de lado la expectación por su nuevo best-seller, el joven de piel canela se encontraba extasiado por la aceptación que recibía de las personas más importantes para su querido Lord. Cada que lo veían le regalaban amables sonrisas, dulces palabras y los más bonitos deseos hacia su relación y su próximo liderazgo.
Si era honesto, ser la mano derecha del azabache era lo que lo tenía jodidamente nervioso, pero sabía que, si Jungkook se mantenía a su lado, guiándolo en cada paso, no existía razón para temer equivocarse.
El precioso anillo de rubí envolvía su dedo de manera elegante, recordándole la promesa que el dueño de su corazón le hizo cuando se lo puso. Ya quería que pasara todo el asunto de su libro para terminar de sellar su unión con el inmortal al que le profesaba su amor por medio de tiernos poemas.
Porque sí, esa era la nueva costumbre adaptada por el escritor, quien antes de ponerse a escribir su libro, dejaba volar su creatividad a modo de la más exquisita prosa con la intención de robar suspiros de esa boca que era adornada por un tierno lunar en la parte inferior.
En el tiempo libre en el que no se encontraban en el escondite de su clan, la pareja disfrutaba de "citas" en su hogar o de pequeños paseos en centros comerciales, en galerías de arte o en parques. Sin contar cuando salían a hacer la despensa, luciendo como la pareja más doméstica del mundo. A veces provocando suspiros en las personas que veían a ese par de chicos que parecían tan enamorados el uno del otro.
Justo ahora, Taehyung fue el encargo de planear una sorpresa para Jungkook, consiguiendo todo lo que necesitaría en los momentos en que su vampiro no lo notaba. El castaño le compró un regalo que guardó en la cajita más bonita que pudo encontrar y le preparó el ramen picante que más le gustaba, aprovechando que el susodicho se encontraba viendo una serie de superhéroes, mientras él supuestamente adelantaba un capítulo más de su libro.
La vivienda en la que residían poseía una preciosa terraza que Kim muy pocas veces usaba, pero que poseía una vista encantadora del firmamento sobre sus cabezas. No importaba si era de noche o de día, seguía siendo igual de bella.
Sin embargo, para esta ocasión decidió ejecutar su plan cuando la oscuridad se adueñará del cielo en el que empezaban a aparecer destellantes estrellas. En silencio, se escabulló al techo después de asegurarse de que Jungkook seguía pegado a la pantalla de su TV sin siquiera parpadear.
Era demasiado lindo cuando se concentraba tanto en algo que le gustaba.
"Gracias Marvel por mantener tan ocupado a mi lindo novio".
El humano acomodó los muebles que subió a la terraza con anterioridad en una de las esquinas del lugar, arreglando unos esponjosos cojines en los mismos junto a una manta con la que podrían abrigarse de la brisa nocturna. Quedando satisfecho al notal que la imagen mental en su cabeza estaba apegándose mucho a la realidad.
Kim colgó unas cuantas luces para crear una romántica iluminación, mientras en el suelo colocó una radio para escuchar música cómo baladas o instrumentales. También ubicó algunas velas aromáticas, porque sabía que el azabache era sensible a los olores y una mesita con un jarrón repleto de ramos de flores púrpuras, ya que era de los colores favoritos de ambos.
Por último, tomó las copas de cristal que trajo consigo, dejándolas a un costado del vino blanco que beberían después de comer los deliciosos fideos que se mantenían a la espera de ser calentados y servidos para la degustación de la pareja.
La sorpresa estaba quedando más que perfecta.
Ya quería ver la expresión que su chico pondría.
Cuando obtuvo el resultado que quería, fue en búsqueda del inmortal.
—¿Jungkookie?
Lo llamó por su nombre con esa voz que parecía hecha de terciopelo al abrir por completo la puerta de la habitación que compartían.
El vampiro giró su rostro, dedicándole una pequeña sonrisa sin dejar de estar recostado sobre su estómago en medio de la amplia cama cubierta por un edredón de color azul eléctrico.
—Hola Tae, ¿ya terminaste por hoy? ¿tienes hambre? —le cuestionó con esa preocupación que tanto le caracterizaba cuando se trataba de su persona—. Podemos pedir algo de comer si quieres, yo invito.
—No Jungkookie, tengo preparado algo mucho mejor.
Ante su confesión, el inmortal se incorporó para ir hacia el castaño que le miraba con esos orbes avellana desbordantes de amor.
—¿A qué te refieres? ¿Preparaste una sorpresa...?
—Justo eso, ven conmigo. Está todo listo.
El azabache dio un asentimiento con la cabeza, dejándose guiar por el escritor hacia la terraza. En algún punto de aquel recorrido, Taehyung le pidió a Jungkook que cerrara los ojos y confiara en él, porque no lo dejaría tropezar mientras subían por las escaleras.
—Ya puedes abrir los ojos, Koo.
Jeon obedeció casi de inmediato, la preciosa estampa frente a sus grandes ojos escarlata consiguió que una sensación gratificante se asentara en su pecho.
Era bellísimo. El regalo más precioso que alguien le pudo dar. La decoración otorgaba un ambiente íntimo y romántico que le emocionaba en demasía, porque jamás imaginó que sería tratado de esa manera tan conmovedora.
—Es precioso. Muchas gracias, Tae.
—Te mereces todo lo bueno, cariño. Soy feliz con que te guste, pero la sorpresa no acaba aquí.
—¿Todavía falta?
—Déjame mimarte, se supone que soy tu Sugar Daddy, ¿no?
Esa excusa era la carta bajo la manga del humano cuando Jungkook creía que Taehyung estaba siendo demasiado consentidor.
—Tú ganas...
Una risa brotó de los labios del inmortal, que no demoró en ser callado con un casto beso como cortesía del castaño.
—Necesitaba hacerlo. Ahora vuelvo, ponte cómodo.
Acto seguido, el escritor desapareció de la vista de Jeon, quien se ubicó sobre uno de los sillones, deleitándose con el vasto cielo en el que las estrellas eran las protagonistas.
La naturaleza era demasiado encantadora.
En menos de diez minutos, Taehyung volvía con la comida en una bandejita de madera que colocó sobre la suave superficie que tenían a su disposición, cuidando de no ensuciar nada.
—Hiciste ramen...
—Y no cualquier ramen, es tu favorito. El más picante.
Jungkook descubrió que le gustaba por error, cuando sin querer se había equivocado escogiendo el que a Taehyung le gustaba cuando estaban de compras en el supermercado.
Cuando se lo preparó a Taehyung, ansiando hacerlo bien para recibir un sincero elogio de su reciente pareja, lo que obtuvo de su parte fue una expresión de disgusto que sin querer hizo doler su corazón.
Hace muy poco comenzó a cocinarle cosas sencillas porque quería ayudar mucho más a su chico. No se creía el mayor experto, pero se defendía como podía. Y a Taehyung parecía gustarle bastante, por lo que esa era la recompensa más satisfactoria que podría obtener de su parte.
—¿No te gustó? Seguí todos los pasos que decían en el empaque, debería estar muy rico como prometen en los comerciales de esta marca.
Su ceño se frunció ante la incomprensión, pero no demoró en ser jalado hacia el regazo del castaño.
—E-Está muy bien, bonito—acunó su rostro, pasando su pulgar por el puchero que se adueñó de esa boquita que era su perdición—. Pero creo que te equivocaste, esto es ramen picante.
—Ohhh... Lo siento, es mi culpa por no leer dos veces lo que decía en el envoltorio.
—Tranquilo, son cosas que pasan. Valoro tu gesto, pero no creo poder comérmelo justo ahora porque mi estómago no está en las mejores condiciones.
—Cierto, entonces lo comeré por ti.
Se encontraba decidido y no creía cambiar de opinión ahora que su pareja le aclaró las cosas. A pesar de todo le gustó el detalle que tuvo con él.
—¿Seguro? ¿Crees ser capaz de tolerar el picante?
—Sé que no te gusta desperdiciar la comida, así que haré el mejor intento. Confía en mí, lirio.
Taehyung no pudo negarse a la petición del vampiro que luego de dar el primer bocado quedó encantado con aquella comida, deseando comerla una vez más.
Desde ahí, cada que se presentaba la oportunidad, Jungkook se llevaba algunos paquetes a casa para preparárselos para sí mismo cuando su novio hacía con los normales.
Sin duda era un lindo recuerdo que atesoraban con cariño.
—Pero no te gusta el picante, Tae.
—Por ti puedo hacer una excepción—aseguró, tomando la botella de vino entre sus manos—. Además, esto me ayudará a que la comida sea más llevadera. Tú tranquilo, cariño.
Recibió otro beso en sus labios, pues Taehyung esperaba que fuera suficiente para ceder. Efectivamente, el resultado fue el esperado. Lo primero que hicieron fue brindar por la especial ocasión, prometiéndose que esta cita sería una de muchas más que vendrían con el pasar de los años.
En medio de una charla amena que en su mayoría trató sobre la serie que el vampiro estuvo viendo, poco a poco la comida desapareció de la fina vajilla. Al mismo tiempo, en el que la bebida alcohólica se terminaba, dejando huella del liquidó que estuvo en las copas de cristal.
Dejaron las cosas que ocuparon a un lado tras limpiar el pequeño desorden, escuchando de fondo la música instrumental que colocaron para que no todo estuviera en silencio.
Se acurrucaron en los sillones por varios minutos, con el vampiro siendo apresado por los cálidos brazos del humano, mientras la manta de color blanco cubría sus cuerpos. Por su naturaleza, era demasiado frío en cuanto a temperatura, pero el calorcito otorgado por Kim era demasiado reconfortante.
Un tierno recuerdo cruzó por la mente de Jeon, consiguiendo que una sonrisa tirara de sus labios. Esta remembranza sucedió cuando la única relación que mantenía con el castaño era de amistad, pero el vampiro ya estaba siendo consciente de los sentimientos florecientes por el chico de piel canela.
Jungkook estaba en el balcón de la habitación de Taehyung, observando el paisaje cuando sintió como una peluda bufanda se enredaba en su cuello. No comprendía el gesto, pero en ningún instante quiso interrumpir al escritor que parecía muy dispuesto a cubrir esa parte de su anatomía.
—¿Por qué, Tae?
—Porque hace frio, lord.
—Yo no siento frío como lo hacen los humanos.
—Oh, ahora me siento muy estúpido. Debí suponerlo, lo siento. Solo quería devolverte los cuidados que tienes conmigo.
—No lo lamentes y tampoco pienses que te cuido porque quiera algo de ti, porque no es mi intención. Ya haces mucho por mí, y que sepas que me agrada demasiado cuando tienes esta clase de gestos conmigo.
—Es un placer, Koo.
Se regalaron unas sonrisas sinceras, mientras el silencio los invadía al ser testigos del firmamento oscuro que era iluminado solo por la luna llena de aquel día.
—¿Estás cómodo?
El tono suave de Taehyung lo sacó de su ensoñación, girándose hasta que ambos establecieron un profundo contacto visual. Jungkook acarició la mejilla de su pareja, como si estuviera dándole la razón con esa simple acción.
—Muchísimo, ha sido una cita de ensueño.
—Todavía me queda un detalle más para cerrar con broche de oro la velada.
—¿De verdad?
—Te sorprenderás, sé que te gustará.
—Entonces, ¿qué esperas?
—A que me sueltes, mi amor—le molestó, dejando picando sus belfos en un movimiento rápido—. Lo tengo guardado por aquí, dame un minuto.
—A ti los que quieras, guapo.
El humano se permitió reír por las dulces palabras de su novio que lo liberó de su fuerte agarre con piernas y brazos para buscar lo que sea que quería mostrarle. Con rapidez, Kim agarró la cajita que escondió detrás de uno de los sillones, no demorando en colocarla en las manos al líder que analizaba cada uno de sus movimientos con curiosidad.
—Ábrelo por favor.
Ni corto ni perezoso, Jeon accedió. Cuando pudo divisar el objeto, la felicidad aumentó como si fuera multiplicada por mil. Una hermosa pulsera de oro de 14 kilates con diminutos diamantes y rubíes incrustados esperaba por él.
—Es preciosa, y es obvio que no te salió barata.
Sus mejillas se colorearon al imaginar a su novio buscando un obsequio que fuera digno de él, ya que desde que se volvieron pareja no se cansaba de repetirle que era un tesoro que merecía todo lo mejor.
—Lo de menos es el dinero. Porque tú lo vales completamente, Koo.
—Muchas gracias, de verdad. Pónmela, mi amor.
Los dedos de Taehyung agarraron la fina pulsera de la cajita, enganchándola en la muñeca del azabache con destreza y delicadeza. Las piedras preciosas creaban un contraste hermoso con la lechosa piel del líder.
—Sabía que te quedaría perfecta. Desde que la vi supe que debía ser tuya.
El humano tomó su mano, dejando un beso en su dorso. La expresión de felicidad en el rostro de Jungkook parecía no querer disminuir en lo más mínimo.
—La elegí con la intensión de que fuera igual de simbólica que el anillo que me regalaste. Sé que no es una joya antigua que ha pasado de generación en generación, pero para mí significa que acepto estar a tu lado hasta el fin del mundo.
—Ahora sé que jamás sería capaz de arrepentirme de morderte esa noche, porque me has traído tantas cosas buenas a mi vida con las que a día de hoy no creo ser capaz de dejar, mi querido lirio.
—Ni yo, porque cambiaste mi rutina para bien. Me amas como tanto desee amar a alguien y eso es invaluable, mi lord.
—Te amo—expresó con tanta seguridad que el corazón del humano se aceleró más de lo que ya estaba—. Como nunca antes imaginé amar a alguien...
"Porque te arrebataron la oportunidad, te quitaron tu felicidad".
Casi de inmediato, se fundieron en un fuerte abrazo, acomodando sus cabezas en los hombros impropios, mientras se regalaban suaves caricias en sus espaldas.
—Yo te amo mucho más.
—Estaré esperando con ansias poder transformarte en vampiro.
—Solo debemos esperar un poco más, cariño.
—Y podremos ser felices por toda la eternidad, ¿cierto?
—Para siempre y por siempre.
Se separaron lo suficiente como para darse un beso cargado de emociones, incluyendo la promesa implícita que los mantenía expectantes al futuro en compañía del otro que esperaba por darles la bienvenida que se merecían, mientras un mar de estrellas destellaba sobre sus cabezas.
Sus corazones anhelaban su verdadera unión, tan ingenuos al obstáculo que aparecería para probar su amor.
¿La cruel historia se repetiría una vez más?
O, ¿la suerte estaría de su lado?
Las manecillas del reloj de una venganza tardía empezaron a funcionar luego de estar congeladas por más de un siglo, desconociendo cuál sería el resultado final de aquel destino que se pactó desde hace tanto tiempo atrás.
Continuará...
Pueden expresarse en los comentarios sobre todo lo que sucedió en el capítulo, porque estaré ansiosa de leerles. Muchas gracias por seguir al pendiente, nos vemos pronto. Cuídense mucho, mis amores.
Aquí les dejo algunas imágenes de referencia sobre la linda sorpresa de Tae a su Koo.
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