✧༺Quinto capítulo༻✧
—¡Buenos días Tae!
La voz de Hoseok al otro lado de la línea puso de los nervios al escritor de cabellos castaños. ¿Justo ahora que estaba tratando algunos asuntos con un vampiro, su amigo tenía que ser tan inoportuno como para llamarlo?
En definitiva, la vida no le daba un respiro.
—H-Hola hyung.
Tartamudeó al sentirse intimidado por la inquisitiva mirada del azabache sobre sí mismo. Por un demonio, lo mejor que Taehyung hubiera podido hacer era haberse retirado a su habitación para así evitar que cierto joven de piel nívea analizara cada una de sus acciones con tanta intensidad y curiosidad ya que le ponía nervioso.
Kim contestó sin analizar lo que decía. De todas formas, ya era demasiado tarde como para dar vuelta atrás.
No le convenía que Hoseok sospechará que su vida había dado un giro inesperado que todavía debía pensar cómo justificar.
—¿Qué te sucede? ¿Apenas te despiertas?
—No, no es eso, Hobi—Taehyung se perdió de ver cómo Jungkook enarcó una ceja al escuchar aquel nombre en diminutivo. Sin embargo, el castaño prefirió no prestarle atención, aclarando su voz en el acto—. No te preocupes, ¿pero a qué se debe tu llamada?
—Bueno, si tú lo dices... —respondió con despreocupación—Te llamo para contarte que Jin hyung se contactó conmigo para preguntarme cómo vas con el libro.
—¿De verdad? Mierda, ¿qué le dijiste?
Taehyung cuestionó manteniendo ese semblante de preocupación que llenaba de intriga al inmortal que yacía a una distancia considerable, escuchando muy levemente la conversación gracias a sus desarrollados sentidos.
¿Qué por qué lo hacía? Fácil, el castaño nunca le dijo que no tenía permitido escuchar dicha conversación. Y de todas maneras no estaba entendiendo gran parte de lo que hablaban, por lo que decidió recostarse en el cómodo sillón que tenía cerca para reposar un ratito.
No tardando en sentirse como en su propia casa al cerrar sus parpados como si estuviera durmiendo.
Y no lo decía en sentido figurado, pues desde ya ese sería su nuevo hogar por el momento y lo disfrutaría mientras pudiera en todo el sentido de la palabra.
El escritor lo observó de reojo, tratando de concentrarse en la narración detallada de su preciado publicista. En la que comprobaba como su amigo había conseguido tranquilizar a Seokjin para que no lo estresara más con ese tema hasta nuevo aviso.
—Y con eso bastó para que confiara en mis palabras—musitó orgulloso al mayor—. Así que puedes trabajar tranquilamente hasta que llegué el momento en que le muestres los primeros avances.
—Mil gracias, Hobi hyung. Te debo una.
—Sí, lo haces. Y ahora que lo pienso, aprovecharé a cobrarme ese favor yendo hasta allá para que me invites a desayunar en la nueva cafetería que inauguraron hace unos días atrás.
Cuando el castaño escuchó tal proposición, no pudo evitar entrar en pánico. Sobresaltando al pobre vampiro en el proceso.
—¡NO!
—Pero Tae, ¿por qué? —al mencionado no le fue difícil imaginar como un puchero en el rostro del mayor ante su rotunda negación—¿Qué lo impide?
—Es que...
Sus orbes claros se encontraron con los de color rojizo, provocando que una excusa escapara de sus labios tan naturalmente hasta conseguir pensar en algo que justificara la presencia de Jungkook. Aquel pretexto fue tan ingenioso que él mismo se sorprendió al escucharse. Sus ideas no tenían límite.
—Como te dije, ayer conseguí la inspiración que necesitaba por lo que quiero aprovechar a plasmarla lo más pronto posible, y para ello quiero estar solo hasta presentar el prólogo y primer capítulo...
El cual sería tiempo suficiente para tenerlos listos o eso era lo que Kim tenía previsto.
—Está bien, aceptaré ya que lo que más deseo es que puedas hacer un buen libro.
—Gracias por ser tan comprensivo, hyung.
—No es nada Tae, comprendo tu sufrimiento. Por lo que si tu laptop tiene que ser la única compañía que tengas en estos momentos, te deseo la mejor suerte del mundo—le animó con sinceridad y no tardó en advertir—. Pero eso sí, por más metido que estés en la escritura, no quiero que descuides tu salud.
—Te lo prometo, hyung. Me alimentaré bien, dormiré las ocho horas y me tomaré uno que otro descanso para relajar el cuerpo.
En definitiva, las palabras de aquel sujeto que suponía era un buen amigo del escritor se cumplirían al pie de la letra o dejaba de hacerse llamar Lord Jeon. Esa fue la promesa silenciosa que el joven de piel nívea se hizo, porque no estaba entre sus planes descuidar a su mate, quien también era su nueva responsabilidad desde que lo marcó horas atrás.
—Con eso me quedo más tranquilo—admitió el mayor, relajando al escritor ante el voto de confianza que le había dado—. Entonces cualquier cosa me avisas, ¿sí?
—Por supuesto, adiós hyung. Ten lindo día.
—Tú igual, hasta pronto Taehyungie. ¡Fighting!
Y con eso bastó para que el castaño diera por finalizada la llamada, soltando un suspiro de alivio al haber conseguido librarse de esa situación.
—¿Ya estás en paz? —interrogó el inmortal desde el sofá, mostrando esa sonrisa ladina que lo caracterizaba—. Por un instante creí que perderías los nervios.
—Tampoco exageres, me tomó desprevenido y ya, lord—respondió en ese tono burlón que servía como provocación para el azabache—. Así que mejor quita esa carita confianzuda.
—Como digas, tigre—lo molestó, escuchándolo resoplar. Sin embargo, el vampiro dejó de lado la satisfacción que ese sonido le causaba para realizar la siguiente pregunta para asegurarse de sus sospechas—. ¿Quién era la persona con la que hablabas?
—Vaya, parece que con el pasar de los minutos se te ocurre un nuevo apodo para mí. Primero ogro, luego lirio y después tigre, ¿qué más puedo esperar de ti?
El joven de piel canela contratacó consiguiendo que su huésped riera con ganas.
—Es que te quedan. Y te olvidaste del bonito—recalcó, dejando a la vista sus brillantes colmillos—. Pero eso no es tema de discusión, ¿por qué evades mi pregunta?
—No la estaba evadiendo. Por eso si tanto te interesa saber, no es problema para mí contarte que me encontraba conversando con Jung Hoseok, mi publicista, mejor amigo y querido hyung.
—Entiendo, es bueno saberlo. Por un momento creí que podría ser tu novio y ahí sí sería difícil para ti explicar que hago viviendo aquí contigo.
—¿Qué te hace pensar que no tengo novio? —interrogó haciendo una pequeña mueca con esos labios rojizos que eran dignos de admirar según el vampiro—. ¿Acaso no me ves como un buen prospecto para ello, lord?
—Jamás dije eso, lirio. Pero... ¿No fuiste tú el que me disté a entender que por poco vives por la escritura? No creo que siendo un trabajador compulsivo tengas mucho tiempo como para divertirte.
—¿Entonces ahora estás insinuando que soy un amargado?
Jungkook suspiró, y no tardó en incorporarse para hacerle frente de más cerca al castañito que parecía amar malinterpretar sus palabras.
El susodicho le observó con atención, tratando de no verse afectado ante el carente espacio que les unía en ese preciso instante.
—Lirio, no disfrutes tanto de sacar de contexto todo lo que digo o terminaremos peor que perros y gatos y eso es lo que definitivamente no quiero—explicó, viéndole directo a los ojos, mientras Taehyung se preguntaba en qué momento había quedado acorralado contra la pared—. Apenas te conozco, así que sería incorrecto sacar un juicio de valor acerca de que, si realmente eres amargado o no, cualquier cosa que salga de mi boca es solo para molestarte, pero si hablamos con seriedad, créeme que prefiero comprobar por mí mismo las actitudes que puedas tener.
—¿Y cómo piensas hacer eso?
—Vamos a vivir juntos, ¿o tan pronto lo olvidaste?
"Demonios, él tenía mucha razón".
Fue lo que Taehyung pensó, pero como no quería quedar mal frente al inmortal que desbordaba confianza, simplemente desvió la mirada y escapó en un abrir y cerrar de ojos. ¿La manera en la que lo consiguió? Se agachó lo suficiente como para salir por el costado del vampiro, sin que este tuviera la mínima oportunidad de impedir su huida, procurando no rozar sus cuerpos en el proceso, ya fuera por una milésima de segundo.
Porque suficiente tenía con la atracción invisible que parecía atormentarlo cada vez que el inmortal se acercaba a menos de diez centímetros. Demostrándole que no sabía lo que era el espacio personal.
Aunque en sus adentros ese hecho no le desagradara en lo más mínimo.
—Obviamente no. ¿Cómo crees? —coincidió, tomando camino hacia su habitación mientras exponía su sentir. Esforzándose por ocultar el sonrojo que impregnaba sus mejillas de pan—. Sin embargo, hay algo que debo hacer por ti ahora que vas a vivir conmigo, así que espérame aquí.
El azabache no había comprendido que fue lo que sucedió, por lo que prefirió obedecer. Ansiando saber que era lo que el humano traía entre manos.
Quizá terminaría siendo sorprendido.
Porque palabras como esas no debían ser en vano, ¿verdad?
🍷
Jungkook nunca de los nunca se imaginó que lo que Taehyung quería darle fuera uno de esos aparatos táctiles con los que podía hacer llamadas y un montón de cosas más según palabras del castaño.
En realidad, se había sentido curioso cuando vio el móvil en manos de Kim, sin embargo, no pensó que pudiera hacerse propietario de algo parecido por su propia cuenta dadas sus circunstancias.
Pero cuando el humano se lo ofreció como presente, no pudo evitar sentirse conmovido por su gesto.
—Wow... Muchas gracias.
—No es nada. Lamento que no sea de lo más moderno en móviles, aunque sigue funcionando a la perfección y eso es lo que importa.
—Lo aprecio, pero...
—¿Por qué te lo doy? Porque por más pretencioso que suene, en la actualidad es una herramienta indispensable con la que te podrás comunicarte y enterarte cualquier novedad que esté sucediendo en el mundo a tiempo real.
—Su tecnología ha avanzado mucho. Me siento tan sorprendido, y a la vez temó no poder aprender a cómo usarlo.
El inmortal confesó con cierta pena, toqueteando la pantalla apagada del Samsung S8.
—No te preocupes, lord, para eso estoy yo—expresó, levantando la barbilla con orgullo al sentir que podía impresionar a Jungkook con algo tan tonto como eso—. Me encargaré de enseñarte lo básico como para que te sientas lo suficiente seguro como para descubrir la maravilla que un teléfono inteligente puede ofrecerte.
—¿Me tendrás paciencia, lirio?
—Te sorprendería lo paciente que puedo llegar a ser. Lo único que pido es tu total atención.
—La tienes. Lo juro.
—Genial, de algo sirvió no haber vendido a este pequeño—señaló el móvil que le entregó al vampiro, y luego completó la información al notar la mirada inquisitiva del contrario—. Es que hace poco lo cambié por el que viste que uso, el cual es un modelo más actual.
—Ohhh, ya veo. Parece que el destino estaba de nuestro lado como para que no tomaras esa decisión.
Más específicamente el móvil que Taehyung poseía era un Samsung S20, que compró a inicios de año con parte de las ganancias de su último libro.
—Así parece—le sonrió levemente y con un ademán le pidió que tomará asiente en el sofá—. Bien, es hora de empezar las clases antes de que se me haga más tarde para desayunar.
El inmortal asintió con un movimiento de cabeza. Obedeciendo al pedido de Taehyung, porque estaba realmente interesado en lo que iba a enseñarle y así, dejar de sentirse tan perdido con una parte que parecía tan fundamental en la modernidad.
Una hora completa transcurrió en la que pasó Jungkook ponía su absoluta concentración para entender cómo funcionaba el dispositivo móvil. Desde cual era el botón para encenderlo y apagarlo, los que servían para alzar y bajar el volumen y cada una de las apps del smartphone, incluyendo las redes sociales de todo tipo.
Destacando el hecho de que Jungkook no tardó en desarrollar una fascinación por Twitter, creando su propia cuenta privada que usaría para desahogar cada uno de sus pensamientos hasta encontrar a su gente, pero eso lo haría cuando estuviera solo.
Y el azabache hubiera continuado atendiendo las últimas indicaciones del joven de piel canela, de no ser porque su mirada recayó en el cuello descubierto del mencionado.
—Oye Tae...
—¿Sí?
—Quiero morderte.
—¡¿Ehhh?! —exclamó con la boca abierta—. ¿Lo dices tan de repente?
—Soy alguien directo, lirio—El azabache admitió siendo ajeno a la impresión que sus palabras causaron en el humano. No porque fuera un insensible, simplemente sus colmillos estaban molestando mucho y necesitaba urgentemente un poco de sangre de su mate—. Yo no me voy con rodeos. Déjame hacerlo antes de que comas, por favor.
—¿Q-Qué tiene que ver que esté en ayunas?
—De esa forma tu sangre está más limpia y seguramente eso la volverá más deliciosa de lo que es.
—Mmm... —el castaño jugó con sus dedos en su regazo, luego de dejar a su costado el móvil que Jeon ocuparía de ahora en adelante—Lo tomaré como un cumplido.
—Lo es.
—De acuerdo, entonces...
Taehyung se tragó el nerviosismo inicial, e hizo algo que en otras circunstancias jamás hubiera hecho. Pero que extrañamente lo sentía muy correcto. Además, ya le había dado su palabra al inmortal y él nunca retrocedía ante sus decisiones.
Así que, con parsimonia comenzó a recostarse a cámara lenta sobre la cómoda superficie en el que se encontraban. Sin dejar de ser detallado por la penetrante mirada escarlata del joven que por inercia se había incorporado para darle espacio.
—Ven por tu sangre, Lord Jeon.
El tono demandante de Taehyung encendió algo en el más pálido que sería tan difícil de apagar, pero el vampiro ni siquiera era consciente de ello. Ni tampoco quiso darle la importancia que el caso requería.
Simplemente cedió a sus impulsos.
El azabache se acomodó sobre el cuerpo ajeno, poniendo cada una de sus manos a los costados del cuerpo que se encontraba a su completa merced.
—Relájate—pidió susurrando contra su cuello, evitando aplastarle con su peso— O podría lastimarte de verdad.
Kim asintió quedito, pasando saliva por su garganta al sentir como el vampiro tanteaba la zona con sus labios antes de incrustar sus filosos colmillos.
La piel canela no demoró en ser desagarrada con auténtica precisión, provocando que un audible gemido escapara de los labios de corazón del castaño, mientras inevitablemente cerraba sus parpados.
Causando satisfacción en el inmortal que sabía cómo hacer que la experiencia no fuera nada traumática. Para que, de esa manera, el castaño no se arrepintiera de su promesa.
El inmortal bebió del bonito chico por exactamente treinta segundos. Ni más ni menos.
Pero ese cortó periodo de tiempo fue el suficiente para que Taehyung lo disfrutara, dejándose fluir con la particular mezcla entre el punzante escozor y el abrasante placer.
¿Acaso era masoquista y no lo había notado?
Muy seguramente.
Su cabeza era un lío respecto a su particular gusto, mientras se iba formando una mordida nueva, justo sobre los agujeros de la marca de la noche anterior, que sí o sí tendría que ocultar ante los ojos curiosos de la gente.
—Listo. Muchas gracias, Taehyung-ah.
Un tanto mareado por la inesperada sensación que recorrió su organismo que antes no pudo experimentar totalmente al estar borracho, el escritor musitó un "no es nada", notando como el contrario se alejaba de su cuerpo y de inmediato le brindaba la mano para que pudiera levantarse.
—Ahora vamos a que comas algo—anunció, todavía saboreando el sabor metálico del líquido rojizo que había ingerido—Lo necesitas para recuperar nutrientes después de esto.
—S-Sí, gracias. Aún tenemos mucho que hacer por delante.
Y esa afirmación bastó para que la particular pareja fuera con rumbo a la cocina, donde el humano se prepararía un rico y sustancioso desayuno, siendo acompañado por un atractivo azabache.
Para finalmente dedicarse a comenzar a destapar el gran enigma que era Jeon Jungkook, su huésped vampiro.
Continuará...
Gracias por leer y darle mucho amor al fic, en el próximo ya descubrirán más acerca de nuestro lord.
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