✧༺ Quinceavo capítulo༻✧
Taehyung presionó el botón de enviar, sintiéndose contento por haber terminado tres capítulos más para Seokjin. Últimamente estaba teniendo mucha inspiración cuando escribía su libro, y eso lo atribuía a que, durante las últimas tres semanas, en al menos cuatro noches, compartió mucho con los miembros del consejo, y ese grupo de jóvenes vampiros que eran el apoyo de sus mayores.
Decir que lo recibieron con brazos abiertos, era decir muy poco. En ningún momento lo hicieron sentir extraño, prácticamente se volvió en uno más del grupo. Era como una nueva familia, ya que logró compartir buenos momentos con cada uno de ellos a pesar de que el tiempo pudiera considerarse limitado. Puesto que, la presencia de Lord Jeon seguía siendo un secreto para el resto de vampiros, y eso continuaría así hasta nuevo aviso.
El escritor estaba impresionado por la manera en la que lograron pasar desapercibidos, porque cada uno de los inmortales que conocía esta información ponía todo su esfuerzo para no revelarlo y ayudarlos a cubrirlos cada vez que entraban por el portal que únicamente se abría con la llave de Jungkook. La experiencia de no ser cubiertos contaba con cierta adrenalina que emocionaba a Taehyung, por lo que se prometió disfrutarla por el tiempo que durara.
Sin embargo, mientras el castaño se concentraba en cosas tan sencillas como esa, Jungkook aprovechó algunas de las visitas para conversar con Namjoon y Solar. Ese par de vampiros siempre serían sus mayores estrategas y confidentes para lo que tuviera que enfrentar. A fin de cuentas, los conocía desde que tenía uso de razón.
Eran los hermanos que el destino no le dio. Atesorados por sus padres como si fueran propios desde antes de que Jungkook naciera. Ya que los primos Kim eran los hijos de sus mejores amigos que en paz descansaban desde hace siglos atrás.
La vampira de cabellera rubia y el vampiro de hoyuelos estuvieron desde que dio sus primeros pasos hasta que su edad se detuvo, regalándole esa apariencia jovial que sería eterna. Durante el siglo que estuvo dormido, los mencionados se pusieron en marcha organizándose para que por esta ocasión la historia fuera distinta.
Motivo por el cual, Jungkook se relajó de manera considerable.
Porque en un futuro cercano podrían volver a saborear la paz y la verdadera libertad como en el pasado.
Teniendo eso cuenta, Lord Jeon también aprecio los nuevos recuerdos que creó junto a su querida gente. Solo que, por esta ocasión, los disfrutó mucho más gracias al escritor de varios best-sellers reconocidos a nivel internacional.
No podía negar que una linda sensación que nunca antes experimentó se instaló en su corazón desde que vio la manera tan amena con la que Taehyung trataba a su familia. Como si hubiera estado destinado a ser parte de ella.
Era extraño, pero muy satisfactorio.
Una pena que en los últimos días lo sintiera un poco alejado de él cuando volvían a casa. Últimamente el azabache se había acostumbrado a ver la tv, jugar videojuegos o conversar sobre cualquier cosa con Taehyung. Aunque no se veía capaz de reclamarle, ¿por qué lo haría?
No existía razón de peso como para exigirle tener esos momentos de vuelta. Él mismo dijo que eran buenos amigos, y los amigos no tenían que pasársela veinticuatro siete juntos. El castaño estaba ocupando ese tiempo en su trabajo, por lo que era algo muy productivo que siguiera avanzando al contar con la suficiente creatividad para obtener los mejores resultados.
Sí, eso era lo fundamental. Además, le seguía permitiéndole cuidarlo para que su salud no se deteriorara por la sangre que le quitaba cada día.
Pero dejando eso de lado, a Jungkook le gustaba ver lo rápido que Taehyung entró en confianza con Jimin. A día de hoy eran como un par de amigos que se conocían de toda la vida y le encantaba.
Según el escritor, aquel vampiro de inmensa amabilidad se convirtió en su perfecto confidente, a pesar de los celos que le tuvo cuando lo conoció al ver tantas confianzas con su líder. Solo unas horas le bastaron para comprobar que no había nada entre ellos, incluyendo el hecho de que el rubio tenía a su pareja, y que no era el único en tratar tan cordialmente a Jungkook.
Y hablando del novio de Jimin, también aprendió a llevarse de maravilla con él. En un inicio sintió que era una persona difícil de tratar, pues parecía de un carácter duro, pero fácilmente podría ser comparado con un tierno gatito.
Dicho pelinegro estaba más que domado por Jimin, lo veía con tanto amor que le era inevitable no envidiarlos, porque la reciprocidad que compartían se notaba en el aire. Y a pesar de llevar tanto tiempo juntos, se notaba que el amor solo aumentó.
Él deseaba tener algo así de lindo y duradero, pues sus experiencias pasadas no se comparaban en nada.
Sin embargo, la anécdota que Kim jamás olvidaría sería la de hace unos tres días atrás que tenía que ver con él y un pequeño felino de color negro.
Taehyung ingresó a la sala del consejo, donde esperaría al vampiro de cabellera dorada con el que conversaría acerca de unas revistas de moda que el escritor le proporcionó para darle un cambio a su armario que, aunque no le pareciera, estaba lleno de prendas antiguas.
Sus ojos sin querer viajaron al inmortal que suspiraba frustrado, mientras se ponía algunos vendajes en las manos y en los brazos que yacían descubiertos por haber arremangado su camisa.
—Yoongi hyung, ¿qué te sucedió?
—Oh, hola Taehyung—Min se dio la vuelta sobre su asiento solo para saludar a ese humano con el que su Jimin se llevaba tanto últimamente—. No es nada, otra vez problemas con Sombra. Ya sabes lo difícil que es...
—Entiendo...
Y vaya que lo hacía. Sombra era el gatito que Jimin adoptó hace unos años atrás. Poco después de su primer encuentro con la gente de Jungkook, el castaño tuvo el gusto de conocerlo. Era una bolita de pelos de color negro como el carbón. Sus ojitos eran dos preciosas escarlatas y su maullido era tan tierno que podría encantar a cualquiera.
Se había llevado muy bien con él, en cuestión de minutos logró que le ronroneara y le diera tiernos cabezazos en su pierna. También le lamió las manos y se acomodó en su regazo por algunos minutos. Era un amor y todos los vampiros a su alrededor lo adoraban por lo cariñoso que podía ser.
Pero Yoongi no podía decir lo mismo.
Aunque por parte de la pareja de Jimin, existían las ganas de llevarse bien con el animal, el susodicho parecía querer arrancarle el cuello cada que podía cuando estaba cerca de su dueño.
Los gatos usualmente eran muy territoriales con las personas que amaban, así que no se le hizo tan extraño al inicio. No obstante, ahora que veía que parecía ser cosa de todos los días, no pudo evitar creer que había algo más allá que simple celos.
—¿Siempre es así?
El joven de piel canela interrogó con curiosidad, moviendo una silla para acomodarse a su lado con el único fin de tener una profunda charla.
—Desde que lo convirtió en un animal vampiro, sí.
Eso fue un detalle que le voló la cabeza a Kim. Nunca en su sano juicio pudo imaginar que algo así fuera posible. Pero una vez más, la realidad superaba a la ficción. El procedimiento era el mismo que con los humanos. Un vampiro mordía el cuello de un animal, inyectando el veneno que conseguía la transformación en lugar de succionar la sangre.
Y pasados unos minutos, la vida se drenaba de aquel ser vivo, hasta cambiarlo en su totalidad a un ente inmortal. La única diferencia es que los animales no tenían la capacidad para mutar a murciélagos, pero eso era lo de menos, porque lo más importante era que tenían la posibilidad de estar eternamente unidos con sus dueños.
Taehyung hubiera dado todo por haber conservado a sus anteriores mascotas, por más egoísta que eso sonara. Por lo que le era inevitable no alegrarse al saber que Jimin y los demás vampiros que contaban con la compañía de sus mascotas, pudieran convivir por un tiempo ilimitado.
La historia que su nuevo amigo le compartió acerca de Sombra era muy conmovedora, digna de alguien tan noble como Park. En una noche oscura, el rubio estaba vigilando los alrededores porque los del consejo creían que el perseguidor había dado con su paradero según una de las amigas brujas de Solar que podían sentir la presencia del susodicho.
Pero para su suerte, había sido una falsa alarma.
Antes de volver a su hogar, el inmortal escuchó unos maullidos con su desarrollado sentido de la audición. El sonido lastimero lo condujo hacía unos arbustos, donde encontró a varios gatitos que hace rato habían dejado este mundo.
A Jimin el corazón se le partió, no resistieron el abandono. Si tan solo alguien hubiera cuidado de ellos, nada malo les hubiera pasado. Sin embargo, podía hacer algo por el único gatito negro que seguía vivo.
Lo tomó entre sus brazos, jurando protegerlo como su mayor tesoro. No tardó en conseguir todo lo necesario para ayudarle a recuperarse de a poco, logrando que aquel felino creciera sano y fuerte.
"Conmigo no te faltará nada pequeño. Voy a cuidarte".
Su promesa fue cumplida al pie de la letra. Todos estuvieron felices por Jimin, quien parecía más feliz por tener un compañero peludo. La elección de su nombre se basó en que el animalito lo seguía todo lado, y eso le encantaba al rubio.
Yoongi también era muy feliz por su pareja, pero luego de que Sombra se volviera vampiro su comportamiento se tornó muy arisco hacia él. El pelinegro le tenía mucha paciencia, por lo que a día de hoy ya estaba más que acostumbrado a esa actitud
Sin embargo, no podía evitar preguntarse si en algún momento eso podría cambiar.
-—Entiendo, pero debe haber una razón por la que te trata así.
—Créeme que Jiminnie y yo lo pensamos cada día, pero no hay una respuesta clara.
—¿Te parece si me conversas sobre ello en lo que llega Jiminnie? No soy un experto en animales, pero tuve varios a lo largo de mi vida, quizá pueda descubrir algo.
—¿Estás seguro? —Yoongi sabía que la presencia de Taehyung se debía a que esperaba a su pareja, pues ya se lo comentó con anterioridad. Además, era un momento que ambos aprovechaban por mientras Jungkook se la pasaba charlando con los primos Kim. Al verlo tan convencido, asintió con la cabeza—. Bueno, si tanto insistes.
—Soy todo oídos, hyung.
Luego de algunos minutos escuchándolo, a Taehyung no le fue difícil encontrar lo que parecía ser el problema. Recordando de paso lo que había visto con sus propios ojos desde que comenzó a frecuentar a la pareja y el gatito negro que adoraba al rubio con todo su ser. Ya que ni bien el animal veía a Jimin, el resto del mundo pasaba a segundo plano.
La imagen vívida de la bolita de pelos negra que ronroneaba y pedía mimos era difícil de olvidar por ser tan dulce a la vista, no obstante, si alguien se fijaba con atención, el joven de piel pálida siempre rondaba la escena, y también sucedía en viceversa, cambiando los papeles de cada uno. Creando un determinado contraste difícil de ignorar.
—Creo que para que ustedes mejoren su relación, debes ser el primero en dar el paso de tregua.
—¿A qué te refieres? Ilumíname por favor.
—Ustedes dos son como dos gatos queriendo marcar territorio cuando deberían aprender a compartir a Jiminnie. Porque cuando alguno de ustedes está con él, el otro quiere acaparar su atención de una u otra forma. Así sea inconscientemente y en el caso de Sombra eso es igual a una provocación.
Esas palabras sonaron muy lógicas para el pelinegro.
—Ya veo, nunca me fijé en dicha actitud de mi parte. Entonces, si dejo de hacerlo, ¿crees que ayude?
—Eso espero, hyung. Cualquier cosa me avisas ahora que tienes mi número. Nada pierdes con intentar.
—Muchas gracias, lo intentaré. No me gusta que eso ponga triste a Jiminnie.
—Me imagino, ojalá sea lo que ambos necesiten.
Taehyung le consoló y Yoongi le regaló una pequeña sonrisa de gomita, esas que el rubio adoraba en demasía.
Cinco minutos después, el inmortal de labios rellenos hacía aparición, lamentando llegar tan tarde. Su pareja lo recibió con un casto beso en los labios, para luego despedirse del par de nuevos amigos que tenían tanto que conversar, esperando que el consejo del escritor funcionará o finalmente perdería las esperanzas.
Mientras Taehyung estuvo terminando de escribir le llegó un mensaje de Yoongi a su móvil, diciéndole que parecía haber dado en el blanco, y que anhelaba que continuará así por mucho más. No pudo evitarse sentir contento por eso, pues las cosas que sucedían a su alrededor parecían ir de maravilla. Sin embargo, cuando terminó de apagar su laptop, recordó lo que debía hacer tras salir de su estudio.
Ya no había salvación o escapatoria, le tocaba asumir su palabra.
Una vez más le tocaría fingir, o cada día el enamoramiento por un vampiro de cabellos azabaches del que apenas estaba siendo consiente sería más obvio.
A estas instancias, Jimin había ayudado demasiado a abrirle sus ojos con ciertos comentarios sutiles de cómo era su comportamiento con Jungkook. Tan buen hablador era que hasta por momentos creía que debería arriesgarse a confesar su verdad, pero las inseguridades eran más pesadas.
¿Qué podría tener de bueno como para que un líder vampiro se fijará en él?
¿Ser escritor era suficiente? De cierta manera no creía tener muchas cosas que ofrecer. Hace mucho que no se enamora, así que nadie podría culparlo.
En la actualidad las relaciones eran tan efímeras y de poca importancia que por más que Taehyung quisiera intentarlo, no creía que existiera alguien dispuesto a darlo todo como él quería hacer.
Y por más que creyera que lord Jeon podría ser el indicado, temía joderla y dañar su amistad. Hace mucho le había soltado un comentario de que eran buenos amigos, ¿cómo reaccionar ante eso?
En definitiva, no quería arriesgarse y estrellarse contra un muro.
Pero ese sería la peor decisión del escritor. Pues sin pretenderlo daría falsas señales que herirían al inmortal.
¿Cuál sería el resultado final?
🍷
Jungkook se puso la chaqueta de cuero que se convirtió en su favorita desde que Taehyung le dijo que le quedaba genial. Un detalle en el que estaba muy de acuerdo, porque él sabía de sobra que el color negro resaltaba su piel lechosa.
Y ni qué decir de los apretados pantalones de mezclilla que se adaptaban tan bien a sus gruesos muslos, logrando atraer las miradas de cualquier ser que supiera apreciar su majestuosa apariencia. En conjunto con una playera suelta y unos tenis blancos que generaban ese contraste monocromático que tanto le gustaba al líder vampiro.
Comprobó la hora en el reloj de su muñeca, siendo consciente de que el momento que tanto esperó por fin llegó. Una sonrisa tiró de sus labios y sin mirar atrás, salió de su habitación con rumbo a la sala donde esperaría al castaño.
Para su sorpresa, ya se lo encontró en dicho lugar, muy concentrado en su móvil.
—Lirio, ¿ya estás listo?
—Sí, veo que eres muy puntual.
Kim resaltó ese hecho, mientras sus orbes color avellana disimuladamente se perdían en el look que Jungkook escogió para ese día. Se veía tan guapo, y provocaba tantas cosas en las que era mejor pensar para no tener problema entre las piernas.
Sí, lo ignoraría por su salud mental.
—Para nada, por un momento creí que estaba tarde—mintió, fingiendo desinterés cuando desde el día anterior estuvo rogando porque sucediera—. Pero parece que fue estoy a buen tiempo.
—Lo estás, ¿pero te sientes mentalizado para lo que te voy a enseñar?
—Siendo honesto me han dicho que tengo una excelente capacidad para aprender cosas nuevas, así que confiaré en esas palabras.
Sus orbes escarlatas se tomaron el tiempo de recorrer la cómoda y sencilla vestimenta del castaño. Pantalones de tela sueltos marrón oscuro que daba la apariencia de unas piernas más largas, zapatos de vestir del mismo tono, y una camisa beige que dejaba a la vista las tentadoras clavículas y el elegante cuello bañado por el sol.
A estas instancias el vampiro creía que no podía existir ropa que no le quedará bien. Era hermoso e irreal.
—Me gusta tu confianza, Koo.
—Y a mí me gustas... —de su boca se escapó la confesión más verdadera que su corazón podía guardar, pero su cerebro a último minuto logró arreglar la estupidez que dijo, consiguiendo que la cara de asombro del escritor cambiará a una de comprensión—. Como profesor.
—Me alegra saber eso, daré mi mayor esfuerzo para instruirte bien en el arte de la conducción.
—Muchas gracias, Tae. Yo también seré un buen alumno, porque no puede ser posible que Jimin hyung sepa conducir y yo no.
El ceño fruncido del joven de piel nívea hizo sonreír divertido al humano.
—Lo competitivo no se te quitará nunca, ¿eh?
—Es de mis mayores cualidades—admitió con confianza, pero a la misma vez levantó sus hombros como si no fuera nada relevante—. No tengo razón para negarlo.
—Lo suponía. Eres un caso, Lord.
Jeon no ocultó la sonrisa con la que le respondió, siguiéndolo de cerca, mientras el escritor lo guiaba hacia el garaje donde su Génesis GV80 les esperaba. Ingresaron al automóvil, con el inmortal en el asiento del conductor y el humano en el del copiloto. Anteriormente, Taehyung instruyó con lo básico a Jungkook, proporcionándole toda la información útil que pudiera ocupar, y él buscó por su propia cuenta cualquier detalle extra que se le faltara al mortal.
Por obvias razones, el vampiro no podría ir a tomar clases de conducción con un instructor profesional como cualquier otra persona. Mucho menos conseguir un carnet verdadero, solo quería aprender por si se presentaba alguna emergencia. Ya mucho se arriesgaron con la identidad falsa, no querían correr un riesgo más por una simple licencia de conducir.
El inmortal sentía que ya contaba con la teoría, ahora solo le faltaba la práctica. Pues su fuerte determinación era lo único que necesitaba para hacerlo bien.
Y así fue, el azabache parecía haber nacido para manejar vehículos caros.
Taehyung estaba orgulloso, la destreza y las capacidades de Jungkook eran de admirar. No se había pasado ningún límite de velocidad, supo respetar las señales de tránsito y ya conocía al derecho y al revés cada una de las funciones que le permitían a un automóvil ponerse en marcha.
Sin embargo, existió un momento en el que el escritor se perdió en la atractiva imagen del joven de piel nívea con su mano firme sobre el volante, y su fuerte brazo acomodado levemente en la ventana abierta. Su pecho también yacía atrapado por el cinturón de seguridad, dándole una vista exquisita sobre los músculos tensos bajo la tela blanca, mientras el azabache luchaba con estacionarse por primera vez.
El castaño tragó duro, otra vez pensando con la otra cabeza. Se propuso eliminar esos sugerentes pensamientos lo más pronto posible, sin embargo, al estar en plena ensoñación, ni siquiera notó cuando el vampiro consiguió su objetivo.
Mucho menos pudo prestarle atención cuando escuchó un grito desde afuera.
—¡¿Vante, usted es Vante?!
Al unísono dos voces femeninas se hicieron escuchar, acercándose lo suficiente por el lado del azabache para comprobar que sus ojos no les jugaron una mala pasada. Taehyung analizó por dónde venían aquellas chicas, tal parecía que Jungkook se estacionó cerca de un parque y al tener la ventana abierta en su totalidad, fácilmente podría ser reconocido.
No le molestaba que la gente notará su presencia, pero dada la situación le pareció tan extraño, tan lejano y tan surrealista. Quizá se debía a que estando con Jeon olvidaba que era un famoso escritor de varios best sellers reconocidos alrededor del mundo.
—Hola, sí, soy yo...
No ganaba nada con mentir, mucho menos rompería la ilusión de esas personas que parecían ser sus fans.
—Mi hermana y yo amamos como escribes. Eres perfecto, tienes tanto talento.
Taehyung iba a agradecerles con amabilidad sus lindas palabras y a presentar a Jungkook como su amigo, pues se imaginaba que la situación podría volverse más incómoda si aquellas chicas lo ignoraban como si no estuviera presente.
—Gracias por crear obras tan perfectas y personajes tan magníficos.
La otra fémina completó lo que dijo la primera, ambas con sonrisas tan brillantes como el sol, mientras sus orbes parecían lanzarle corazones, en comparación a los de un inmortal que parecían lanzar dagas por lo filosos que eran.
¿Y esas quiénes rayos eran? ¿Fanáticas de su lirio? Bueno, ya había leído uno que otro libro de su autoría durante ese tiempo y sin duda tenía mucho talento, pero la manera tan pegajosa con la que le estaban hablando y mirando le molestó tanto.
Aunque la gota que derramó el vaso fue el comentario de la que parecía ser la mayor de las dos.
—Y eres más guapo de lo que se ve en las revistas o en videos, la cámara no le hace justicia, Vante.
La mirada coqueta y la forma tan descarada en la que se mordía el labio, fue suficiente para que de la garganta de Jungkook se escapara un sonido que mostraba su inmensa molestia.
Era una suerte que a estas instancias el inmortal supiera de las preferencias del castaño, o hubiera explotado. Lord Jeon no era conocido por tener un temperamento suave, por supuesto que no.
Cuando se enojaba lo hacía sin restricciones.
Chasqueó la lengua y de la manera más venenosa, expresó su sentir.
—No sabía que las señoritas de hoy en día no eran criadas con los modales necesarios como para no saber que es de muy mala educación ignorar al acompañante de la persona a la que saludas.
La que estuvo coqueteando con el escritor le devolvió una mirada cargada de enojo, pero parecía no saber que decirle ya que el color rojo se adueñó de su rostro.
—No fue nuestra intención—musitó la hermana menor, tímida por esa mirada sombría por parte de Jeon—. Lamentamos interrumpirlos.
—No se preocupen, chicas. Mi amigo fue criado a la antigua—bromeó para disipar el ambiente tenso—. Gracias por sus halagos.
Mientras Taehyung intervenía por el vampiro, desistió de mirarlo pues muy seguramente se enojaría más por lo que estaba diciendo. Y esa fue la mejor opción, porque Jungkook lo escudriñaba con un semblante indignado por la tan estúpida excusa que les dio.
Su lirio tenía suerte de que no pudiera enojarse seriamente con él, porque también se ponía en sus zapatos y sabía que ese era el precio del reconocimiento.
—Como sea, adiós.
La chica descarada como la denominó Jungkook mentalmente le torció los ojos, tomando del brazo a su hermana que se despedía con un ademán para alejarse del vehículo lo más rápido que sus pies les permitieran.
—Eso fue muy incómodo.
—Y qué lo digas, al menos lo aceptas—afirmó haciendo uso de su tono viperino por la mala sensación que le causó la susodicha, encendiendo el motor para volver a casa—. Mocosa irrespetuosa.
El escritor prefirió no acotar nada sobre el adjetivo con el que calificó a la chica, porque en parte tenía razón. Quizá pudo decirlo de otra manera, pero tampoco tenía derecho para reclamarle si eso era lo que sentía.
Esa actitud sí que le recordó a la de un líder intimidante como solían describirlo, pero que hasta la actualidad pensó que era una simple exageración de sus nuevos amigos vampiros.
—¿No estás molesto conmigo por lo que dije para calmar las aguas?
—No, pero cambiemos de tema o no podré concentrarme—pidió con voz neutra, revisando de reojo que no viniera algún otro automóvil con el pudiera chocarse—. Ya es tema superado.
—Está bien. Gracias por entenderlo, Koo. Hiciste un gran trabajo manejando.
—No hay de qué, lirio...
Su expresión se relajó al ver como Taehyung encendía la radio y ponía una de sus canciones favoritas del último mes. Poseía una melodía alegre y movida, hablando sobre el amor y que se deberían tomar malas decisiones al respecto.
Últimamente se sentía tan identificado con música como esa que cualquiera tendría el derecho de burlarse por ser un líder cobarde cuando se trataba de lo que su corazón quería.
—En parte se debe a que eres un excelente maestro.
—Ha sido un placer ayudarte, Lord Jeon.
Taehyung sonrió con suavidad, girando su cabeza hacia el otro lado para analizar el paisaje de las calles transcurridas de su querido Seúl, mientras tarareaba la melodía que se colaba por sus oídos. Tan inconsciente e ignorante de que dicha escena protagonizada por el inmortal estaba cargada de celos.
Sin la mínima idea de que muy pronto probaría un poco de ese sentir. Eso y mucho más.
Continuará...
Última actualización de 2022, espero haya cumplido todas sus expectativas. Gracias por leer este fic, nos vemos en la próxima actualización, que les aseguro será verdaderamente prometedora. Mucho ojo con las pistas que voy dejando.
Tengan un precioso inicio de año, les amo.
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