✧༺ Doceavo capítulo༻✧

Taehyung era muy difícil de asustar. Sin embargo, en ese momento en el que sus neuronas apenas habían vuelto a trabajar luego de estar profundamente dormido, le fue imposible no soltar un fuerte grito por la impresión que le causó la irreal situación.

Un extraño que podía transformarse en murciélago ingresó a su casa a altas horas de la noche, ¿cómo demonios alguien podría juzgarlo al sentirse un poquito atemorizado?

No obstante, al desconocido de rubios cabellos parecía haberle causado gracia la reacción del humano, pues no borraba la estúpida sonrisa que tiraba de sus labios rellenos. Detalle que indignó al escritor que estaba a nada de dejar el temor inicial para ponerse en guardia y tratar de defenderse.

Porque antes muerto que cobarde. La vez anterior Jungkook le tomó desprevenido, por lo que en esta ocasión trataría de eximirse para no verse tan patético rogando por su vida. Ojalá que las clases de artes marciales que tomó en un curso de verano cuando estuvo en secundaria sirvieran de algo.

Lástima que su intento de redención se vería interrumpido por un azabache que salió corriendo desde su habitación, tratando de ser lo más veloz que sus pies le permitieron.

—¡¿Qué está pasando aquí?!

El vampiro cuestionó, considerablemente exaltado por el temor que le invadió al escuchar al castaño chillar como si le estuvieran haciendo algo malo. No estaba durmiendo ni nada por ese estilo, pero si se asustó ante el repentino ruido.

El tercero en discordia giró su rostro al percibir esa voz tan peculiar y que, por obvias razones, extrañó en demasía.

Mi lord.

El rubio hizo una reverencia que denotaba el respeto que sentía por el inmortal. Agachando su cabeza lo más que pudo para no reírse por el aspecto que el susodicho lucía en esos momentos.

Porque Jimin jamás imaginó ver al último de los Jeon luciendo un outfit tan gracioso. Aquel pijama con diseño de conejitos rosados lo hacía ver de todo menos como el líder intimidante que se suponía que era.

—¿Tu lord? —Kim inquirió sin disimular lo chocante que le parecieron esas palabras por parte del contrario. Ya fuera por la molestia o la sorpresa—¿L-Lo conoces?

—Cómo no conocerlo... —soltando un suspiro, acomodó un mechón rebelde de su cabello antes de irse acercando hacia el rubio que seguía manteniendo su mirada clavada en el piso—. Es un gusto verte, Jimin hyung. Puedes dejar las formalidades, un miembro del consejo no debería mostrarse tan sumiso.

—Es la costumbre, Jungkookie. Ya sabes que tenemos protocolos que seguir, por más buenos amigos que seamos.

El más bajito se incorporó a su posición inicial, sonando muy contento por el permiso que el azabache le había dado para tratarlo como usualmente hacía. Algo que Taehyung no pasó por alto, por lo que se mantenía con una ceja alzada, analizando de arriba abajo al intruso.

—No quiero interrumpir el reencuentro, pero me podrías decir la razón por la que un lunático se coló a mi casa, Jeon Jungkook.

El tono filoso de voz del mortal impactó a Jimin. ¿Cómo es que podía hablarle de esa manera a su líder? No es que le incomodará, pero conociendo a su dongsaeng como lo hacía, jamás permitiría tantas confianzas. Ni siquiera con la gente a la que consideraba como sus confidentes- él, por ejemplo- les aceptaba que se comportarán así. El Jungkook que recordaba en menos de un segundo se hubiera cobrado tal insolencia.

A menos que...

Jimin se llevó una mano a la boca, mientras sus ojos se iluminaban cual dos luceros resplandecientes color escarlata.

¡Por todos los murciélagos! Realmente esperaba que fuera como fantaseaba. Su líder se merecía mucha felicidad.

Al inicio creyó que la única relación que podían compartir era de una linda amistad, que nació a raíz del dulce gesto que castaño tuvo al recibir al vampiro en su casa como un buen samaritano, pero tal parecía que su instinto había fallado.

Aunque por más contento que Jimin se sintiera por la buena nueva de su lord, no le quedaba de otra más que guardarse su entusiasmo para no poner tenso el ambiente.

—Oh Tae, todo tiene una explicación. Él es Park Jimin, uno de mis amigos que es parte de mi consejo vampiro.

—Un placer...

Iba a llamarlo por el nombre por el que lo conocía, pero el chico de piel canela se le adelantó al responderle.

—Kim Taehyung—complementó, recibiendo la mano del rubio sin tanto recelo como al principio. Pues ahora que el inmortal aclaró que era su amigo vampiro, se sintió mucho más en paz consigo mismo—. El gusto es mío, pero necesito más respuestas.

Jungkook asintió con un movimiento de cabeza. Sin embargo, él también las quería con urgencia, porque no entendía como rayos Jimin logró dar con su paradero.

El joven de labios rellenos sintió la mirada de su líder encima suyo, por lo que supo que tenía que hablar.

No obstante, antes de dejar que su boca soltará toda la información, sabía que debía disculparse por su abrupta intromisión.

—Bueno, antes de contarles como aparecí aquí, quiero disculparme contigo, Taehyung-ssi. Sé que no debí ingresar en mi forma de murciélago a tu hogar, pero me emocioné mucho cuando di contigo. Porque si lo hacía, sí o sí ubicaría a Jungkookie y ciertamente me saqué la lotería al darme cuenta que es tu huésped.

—Está bien, no te preocupes. Solo me impresionó demasiado ver que tenías la capacidad de convertirte en murciélago. Es algo de admirar.

—Ohhh, muchas gracias por el cumplido, pero...

—Yo también puedo hacerlo—Jungkook interrumpió al más bajito que le dedicó una mirada de incredulidad, porque parecía que su líder quería captar la atención ajena a toda costa, ya que el susodicho se fijó en como Taehyung parecía honestamente interesado en eso—. ¡Mira!

Y eso bastó para que Jungkook se convirtiera en aquel animal alado frente al escritor que todavía continuaba procesando lo que estaba viviendo.

En definitiva su vida se ha estado volviendo una completa locura.

—A este paso se me bajará la presión y necesitaré algo de azúcar para recuperarme.

El castaño masajeó el puente de su nariz, mientras el vampiro volvía a ser humano.

—Perdón, pero solo quería dejártelo en claro—justo ahora Jeon parecía un cachorrito regañado—Es que todos los vampiros podemos hacer eso.

—Entiendo, gracias por querer aclarármelo—el joven de piel canela dejó una caricia en el mentón ajeno, que fue capaz de suavizar la expresión del azabache que si tuviera cola de perro la movería de un lado al otro por lo complacido que parecía ante ese cariñoso tacto—. Tranquilo.

Jimin no daba crédito a lo que veía, ni mucho menos que el joven de piel nívea pareciera tan acostumbrado a esos tratos como para dejarse hacer por el humano. Ya con esa acción su suposición estaba más que confirmada, no había duda.

Además de que gracias a ese par pudo experimentar en carne propia lo que era ser un mal tercio cuando cierto vampiro con hoyuelos le decía que se sentía así cuando estaba con su adorada pareja de ojos gatunos.

El rubio carraspeó para sacar de la burbuja a los tortolitos. Logrando que Jungkook fuera el primero en alejarse para recomponer su postura recta y elegante que lo caracterizaba.

—Bueno, creo que podríamos ir a otro lugar para conversar mejor.

—Sí, tienes razón hyung. ¿Podemos ir a la sala, Tae?

—Claro, vamos.

Ambos inmortales siguieron al castaño que no podía evitar bostezar porque a pesar de todo seguía estando adormilado. Motivo por el cual Jungkook le regaló una mirada desaprobatoria a Jimin, quien entendió de primera el mensaje implícito de ella. Seguro el líder estaba enojado con la idea de que su novio pasará mala noche, ya que pudo contenerse y aparecer cuando fuera un nuevo día, pero hizo lo contrario.

A fin de cuentas, el sol no le hacía ningún daño, pero no podían culpar de todo ya que era un ser sobrenatural que preferiría mil veces más la oscuridad de la noche.

Por ese motivo le correspondió con una sonrisa avergonzada.

El escritor encendió las luces de la habitación y con un ademán les invitó a que tomarán asiento en los cómodos sillones. Por inercia, por costumbre, o por mero gusto, el azabache se ubicó a un costado de Taehyung. Mientras el otro vampiro se adueñó del lugar frente a ellos.

No sabía ni por dónde empezar, por lo que su parte nerviosa fue la que habló por él para romper completamente el hielo.

—Antes de iniciar, ¿por qué tienes esa ropa Jungkookie?

—¿Qué tiene de malo mi ropa?—interrogó con seriedad. Ahí estaba el Jungkook que daba miedo—Porque no lo entiendo.

—No es muy tu estilo... Jamás me imaginé verte con un pijama así.

—Tae fue quien la eligió para mí. Los tiempos cambian y no está mal salir de la rutina de vez en cuando.

—¿Entonces si te gusto y no la estás usando por compromiso?

El joven de piel canela no pudo evitar meterse en la conversación inicial de los vampiros al creer que la jodió cuando le regaló aquel conjunto que era relativamente nuevo, porque hace apenas unos días atrás en el centro comercial lo compró especialmente para el azabache.

¿La razón? Jungkook le recordaba a un conejito. Y ese pijama tenía un estampado de eso, así que se dijo que era una señal para hacerlo.

—Claro que no, jamás usaría algo que no me gustará.

Le prometió, sin dejar de mirar a los ojos al humano. Provocando una sonrisa sincera por parte del mencionado.

—Eres un niño bueno.

Jungkook le correspondió la sonrisa con un aire de ilusión. Porque si no había quedado claro, le encantaba recibir cumplidos por parte de Taehyung.

Con cada minuto que pasaba Park quedaba más que estupefacto.

Ya quería saber más de ese humano que logró domar a su líder en tiempo récord.

—Ya veo... Lamento si soné muy indiscreto, Jungkookie.

Jimin se vio en la necesidad de nuevamente interrumpirlos, ya no debía seguir aplazando esto a causa de su histerismo inicial por finalmente haber dado con su Lord, al que vale recalcar no veía desde hace un siglo.

—Todo bien, Jimin hyung. Pero ya suelta la sopa, quiero escuchar hasta el más mínimo detalle.

Taehyung apoyo dichas palabras con varios asentimientos de cabeza, por lo que eso fue lo último que el rubio necesitó para soltar cada uno de los hechos que lo trajeron hasta ese momento.

—Verán, esto fue lo que sucedió...

🍷

Poco después que el consejo vampírico acordará una búsqueda exhaustiva de su líder, Jimin comenzó a salir más seguido a recorrer la ciudad. Aquel plan lo estaban tratando con sumo cuidado y sigilo, pues no querían alertar al resto de su gente de lo que estaba pasando, ya que siempre existiría la posibilidad de fallar en el intento.

Lo menos que deseaban eran poner nerviosos a todos los vampiros del clan Jeon si es que no encontraban a Jungkook.

El rubio aprovechaba las mañanas, mientras su pareja lo hacía en las noches.

Al inicio ambos estaban motivados, pero el más bajito comenzó a dejar que sus ánimos decayeran poco después de ser consciente de lo complicada que era la situación.

Ya que al estar en una ciudad tan grande como lo era Seúl, donde vivía tanta gente, sería más que difícil dar con el paradero del azabache. Un día que creyó que sería como cualquier otro, Park por fin pudo visualizar un rayo de esperanza.

Mientras caminaba por un centro comercial, sus ojos cayeron en una cabellera azabache que reconocería en cualquier lugar. Y aunque por un instante supuso que fue una ilusión, lo confirmó con su excelente sentido de la vista cuando dicha persona giró su cabeza como si estuviera buscando a alguien.

Era lord Jeon, sano y salvo.

Quiso acercarse rápidamente a pesar de lo lejos que se encontraba, pero sabía que eso llamaría la atención de las personas presente, por lo que en definitiva optó por no arriesgarse tanto.

Sin embrago, prefirió concentrarse en el humano que se iba acercando al azabache, mientras comía un helado. El vampiro lo detalló de arriba hacia abajo al susodicho, porque si conocía su rostro, era suficiente para que tuviera más posibilidad de encontrar a su líder una vez más.

Ya fuera porque lo buscará con ayuda de internet o le avisará al resto de sus compañeros inmortales.

Sin embargo, antes de que pudiera sacar su móvil para fotografiar la escena y tener la mayor prueba entre sus manos, los susodichos desaparecieron entre la multitud concurrida gracias a los descuentos que se realizaban en varias tiendas del lugar.

Jimin suspiró cansino, teniendo que no sería posible usar sus primeras opciones para encontrar al misterioso castaño. Debería seguir esforzándose, pero al menos se sentiría más animado a continuar con ese arduo trabajo.

Estaba decidido a llegar a su hogar y contar todo lo que sabía a sus cómplices para darles un poco de anhelo, y porque información como esa no podía guardársela para sí mismo.

Una pena que los próximos días fueran una pérdida de tiempo, o bueno, eso creyó hasta que aquel día mientras caminaba cerca de una librería, antes de que se hiciera más de noche, su vista se fijó en un afiche de la vitrina del local.

Como si fuera una mala broma del destino, talló sus ojos para comprobar que no le fallaban, pero cuando tuvo suficiente de eso, pudo permitirse gritar internamente.

"Vante, el escritor del año próximamente nos deleitará con una nueva obra. Espérenla con ansias".

Es un famoso escritor, eso ayudará mucho.

Jimin susurró muy bajito y no perdió el tiempo para buscar información en su smartphone. Ignoró los datos como su nombre real, edad y sus libros, solamente para concentrarse en alguna noticia que pudiera hablar de su dirección.

A estas instancias, el rubio sabía de sobra lo metiches que la prensa de su país podía ser. Pues cuando algún artista, actor o celebridad en general compraba o alquilaba alguna vivienda en un sector privado y lujoso, no tardaban en filtrar todo.

Y sí, solo le bastó deslizar su dedo hacia abajo en la pantalla táctil, cuando encontró una noticia de tiempo atrás donde hablaba del escritor comprando una casa propia en Samseong-dong.

Le quedaba un poco lejos, pero se daría modos de llegar.

Por eso luego de contar su reciente descubrimiento a su pareja de sangre, se puso en marcha. Dejando a Yoongi curioso por si su amado conseguiría el mejor resultado en esta misión.

Horas después de sobrevolar el lujoso barrio en Gangnam, manteniéndose en su forma de murciélago con el único fin de pasar desapercibido, Jimin se fijó en una ventaba entreabierta.

Por pura inercia se fue acercando, camuflándose entre la oscuridad de la noche, hasta que finalmente lo vio. Y no se lo pensó dos veces para entrar y revelarse ante el humano que tan solo deseaba dormir en su mullida cama, ya que se imaginaba que el susodicho no se sorprendería de su presencia, por el hecho de que todo indicaba que conocía el secreto de su lord.

Agradeciendo que esa impulsiva acción, trajera consigo el encuentro más esperado.

—Vaya eso lo explica todo—Jungkook mencionó, orgulloso por la dedicación del joven de labios rellenos—. Pero, ¿no pensaste que Tae podría asustarse?

—Me pregunto lo mismo, hasta consideré ahuyentarte con una escoba antes de que te transformarás.

El rubio rio antes las ocurrencias del joven de piel canela. Feliz de no salir herido en el proceso.

—Me alegro de haberlo hecho a tiempo, o mi piel sensible quedaría marcada, pero no de la forma que me gusta—bromeó, claramente en doble sentido. No obstante, fue ignorado olímpicamente por los contrarios, pues no era momento de chistes—. Ah... Me confié de que Jungkookie te hubiera contado toda la verdad. Y tal parece que no me equivoqué.

—No lo hiciste, Jimin hyung.

El susodicho sonrió alegre por haber acertado en sus suposiciones.

—Con eso aclarado, ¿están preparados para ir a nuestro escondite ahora mismo?

—¿Yo también?

—Claro, todos querrán agradecerte por cuidar a nuestro líder.

—Ya veo...

Jungkook no demoró en mirarlo con ojitos suplicantes, confiando en que Taehyung accedería, mientras Jimin le dedicaba unos orbes que denotaban expectación por su respuesta. Por lo que al escritor no le quedó de otra más que terminar aceptando la propuesta, completamente débil por la tierna mirada del joven de cabellos azabaches.

Aunque en su interior estuviera sintiéndose de la mierda al creer que ese vampiro al que se acostumbró tanto, finalmente terminaría yéndose de su vida de la misma manera en la que entró.

De improvisto.

Continuará...

Gracias por leer, espero el capitulo les haya gustado. El próximo será mucho mejor, se los prometo. Cada día nuestro amado taekook es más obvio, y me encanta. 

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