✧༺ Diecisieteavo capítulo༻✧
—¡¿Qué rayos fue eso?!
Jungkook alejó a Taehyung cuando tuvo un momento de lucidez en medio del dulce beso que compartieron segundos atrás. Las palmas del vampiro reposaban sobre el pecho ajeno, creando distancia entre sus cuerpos. Las mejillas de Jeon ardían en rojo, pero el humano no se le quedaba atrás.
Kim apenas estaba recuperando el aliento después de probar esos labios que con el pasar del tiempo llegaron a inspirarle tantas cosas. Ya que, más veces de las que podría contar, terminaba observándolos con detenimiento cuando el vampiro tenía su atención en cualquier otra cosa que no fuera él.
—Un beso—respondió con simpleza, relamiendo su belfo inferior por pura inercia. Una acción muy sexi según Jungkook, pero que sabía no era lo importante en este momento—. No me dejaste de otra. No te callabas lord.
—¿Perdón? ¿Ahora es mi culpa?
Su ceño se frunció inevitablemente, sin embargo, el puchero que adornaba su boca evitaba que se viera tan intimidante como creía que hacía.
Al contrario, el escritor quería hacer desaparecer esa expresión con muchos de sus besos. Y quizá también deseaba hacer otras cosas más, pero ese era un tema muy aparte.
—No pongas palabras en mi boca, Koo.
Las grandes manos de Taehyung se afianzaron en las muñecas ajenas con el objetivo de bajarlas lentamente a una posición menos tensa, pues debían conversar como adultos civilizados después de la situación tan reveladora en la que se vieron envueltos.
—Entonces, ¿qué es lo que propones?
—Charlar. En paz.
Jungkook se dejó hacer, permitiendo que sus manos cayeran a cada lado de su cuerpo, mientras Taehyung soltaba un suave suspiro.
—Bien, ¿por qué me besaste? —cuestionó con seriedad, no quería andarse con rodeos de ningún tipo—. Dejando de lado que supuestamente lo hiciste para callarme.
"No podía esperar menos de ti, Jungkook", fue lo que Taehyung pensó al ser interrogado sobre su inesperado accionar. Y ahora que contaba con la confianza suficiente al respecto, con gusto podría darle la respuesta más sincera.
—Porque pienso en ti cada día, desde que me duermo hasta que me despierto. Me gustas muchísimo Jungkook. Has logrado que me enamore de ti en tiempo récord y estoy tan feliz de que seas tú quien provoque las mariposas en mi estómago.
El inmortal se quedó sin palabras. Porque por más que hubiera sido directo en su búsqueda de respuestas, jamás imaginó encontrarse con una contestación igual de franca que su interrogante.
—¿De verdad?
Debía estar soñando. Quizá se golpeó la cabeza al salir de la fiesta.
Sí, eso era lo más lógico.
—¿Crees que puedo jugar con algo así?
No imaginaba que la respuesta fuera sí, pero la incertidumbre en la mirada ajena lo animó a preguntarle lo que pensaba.
—No, pero...
Jeon lo analizó con paciencia. ¿Sería correcto decirle lo que sentía sin ninguna clase de filtros?
—Dímelo, Koo. No me voy a enojar.
Kim lo animó con voz tranquila, pasando su dedo pulgar por su mentón. Dándole una tierna caricia para que se abriera en su totalidad.
—Me dolió mucho que me mandaras a la zona de amigos cada que podías. Yo sabía de sobra que nuestra relación no pasaba de eso, pero que me lo recordaras a cada rato fue muy feo. Sin contar que esta última semana estuviste extraño, distante y parecía que no soportabas estar en un mismo lugar conmigo por más de una hora.
Era un idiota, lo trató horrible, pero se encargaría de enmendarlo.
—Lamento tanto haberte hecho sentir como la mierda, Koo. Sé que no es justificación, pero...
—¿Pero?
—Me he vuelto una persona muy insegura, pues no veía una razón significativa para que te fijarás en mí. Además de que temía que nuestra amistad se arruinará por unos sentimientos que creía que eran unilaterales.
—¿Unilaterales? Esto es surrealista, ya que, si lo pienso con detenimiento, a veces dejaba muy por la superficie lo que sentía por ti. Ya fuera con actos o en palabras.
Su preocupación constante era una de ellas. Porque por más mates que fueran, cuando no había una conexión fuerte, cualquier otro vampiro podría despreocuparse del humano del que se alimentaba. Pero ese no era su caso, ya que se encargaba de cuidar a Taehyung con tanta devoción como si se tratara de su mayor tesoro. Y vaya que lo era, a estas instancias era incapaz de negar lo obvio.
—Es una pena que le correspondas a una persona que no entiende las cosas si no lo dices claramente ya que todo lo confunde con simple amabilidad.
—No digas eso, jamás sería una pena enamorarse de alguien como tú.
Debatió su argumento con firmeza, con sus manos picando por tomar ese bonito rostro para iniciar un nuevo beso.
—¿Quieres hacerme llorar, lord?
Los ojos avellana de Taehyung evidenciaban lo mucho que esas palabras tocaron su corazón.
—Si es de otra forma, sí. Quizá es una posibilidad que no está muy alejada de la realidad.
Admitió coquetamente, provocando una risita en el joven de piel canela al que se le cristalizaron los ojos por las dulces palabras del vampiro.
Pero antes de que pudiera soltar otro comentario que se pudiera malinterpretar, Taehyung lo calló con su dedo índice. Regalándole una sonrisa cuadrada en el proceso que emocionó al muerto corazón del vampiro.
—Shhh, no perdamos el tema de conversación Koo—el susodicho afirmó con un movimiento de cabeza, esto era serio—. Bien, como te decía, existían tantas cosas que me desanimaban a si quiera intentar algo, pero tus obligaciones como líder me frenaron mucho más.
—¿Por qué? —inquirió con curiosidad, luego de que el humano le permitiera hablar al quitar su digito de entre sus finos labios—. Explícame, porque no lo entiendo si te ganaste el cariño de todo mi consejo. Ninguno de ellos se pondría en tu contra.
—No lo digo por los chicos. Soy un simple escritor con unos cuantos best sellers que tuvieron su momento de fama. ¿Qué más puedo ofrecerle al líder del único clan vampírico en Corea?
—Tu amor...
—Lord, sé realista—lo regañó, pero la mano de Jungkook acunando su mejilla consiguió que cualquier pensamiento estúpido se disipara cual neblina.
—Lo estoy siendo, Tae. Confía más en ti.
—Y yo que creía que te hacía un bien al poner muros entre nosotros desde que te encontraste con tu gente.
—Gente a la que también cautivaste. Quizá demasiado...
El recuerdo de Wooshik fijándose en Taehyung seguía molestándole como si tuviera una astilla clavada en el dedo. De solo recordar su cara de tonto enamorado el humor le cambiaba.
—¿Eso significa que lord Jeon se puso celoso?
—¿Tú que crees? Ardí en celos desde el momento en el que vi lo cariñoso que eras con tu secretaria, luego vinieron tus fans y ahora ese vampiro atrevido que no sabe leer entre líneas.
—Ya veo, entonces aprovecho a confesar que también me hervía la sangre cada vez que alguno de tus vampiros escapaba de tirarse encima tuyo, incluyendo al tal Yugyeom. Eso sin contar las miradas que varios te dedicaban cuando salíamos de compras o a pasear por ahí.
—Ninguno significa nada para mí.
Ni hoy ni nunca lo serían. Porque desde que Taehyung apareció en su vida, Jungkook no podía imaginar observar a alguien más que no fuera él.
Sus ojos solo estaban en él.
—Para mí tampoco, pero igual es algo en lo que debemos trabajar, lo sabes, ¿verdad?
—La confianza es fundamental, lo tengo muy presente, lirio.
—Solo así podremos prosperar como pareja...
Porque si tenían eso, todo sería más llevadero para su floreciente relación.
—¿Pareja?
—Sí, lord. Como pareja.
—¿Es una propuesta, TaeTae?
—Sí, pero si no ha quedado claro... Puedo demostrarte mis intenciones de una manera más directa, ¿te gusta la idea?
—Guíame, que yo te sigo donde quieras. Porque con gusto acepto lo que quieras darme.
Compartieron una sonrisa cómplice, antes de romper la distancia entre sus anatomías para besarse con mayor intensidad, mientras la suave luz de la luna que ingresaba por la ventana bañaba sus rostros con delicadeza. Creando la imagen más bella entre los amantes decididos a amarse sin miedo.
La noche que les esperaba sería larga, pero inolvidable.
🍷
(Parte +18 a continuación, si no les gusta, hasta aquí lleguen con la lectura por favor.)
A tropezones llegaron a la habitación del escritor. Con Taehyung dominando el beso, recostando a un embelesado Jungkook con suavidad sobre el mullido colchón. Quedando el humano encima del vampiro que se deshacía cual hielo al sol gracias a las sensaciones tan excitantes de los labios ajenos sobre los suyos. Ah, se sentía tan placentero, como si sus bocas hubieran estado destinadas a encajar entre ellas.
Los minutos parecían durar una eternidad, pero por obvias razones, Taehyung tuvo que detenerse. Los belfos de Jungkook lo estaban consumiendo de una forma tortuosamente irreal, por lo que, si no ponía un alto pronto, ninguno podría controlarse. Además, sus pulmones le exigían oxígeno de manera urgente, pues al ser un mortal, esa era una de las necesidades básicas que no podía ignorar.
—¿Por qué te detienes?
El líder interrogó con indignación ni bien dejó de sentir esa boca devorándole con necesidad. No era justo que su lirio le prohibiera seguir disfrutando de sus besos.
—No hay razón por la que debamos apresurarnos, Koo.
Taehyung se alejó un poco, manteniéndose en la misma posición, donde el vampiro yacía atrapado contra la cama y su cuerpo.
—¿A qué te refieres? Yo quiero seguir... hasta el final.
—Pero...
—No me estoy sintiendo incómodo si es que esa es tu preocupación. Así que cumple con tu palabra y sigue comiéndome la boca, lirio.
El castaño se quedó mudo ante la tentadora invitación que su acompañante le hacía. ¿De verdad tenía pase libre para llevar a cabo su mayor fantasía? Esa que varias veces le dejó un molesto problema en los pantalones de su pijama al despertar de esos sueños tan lúcidos.
Cuando dijo lo que dijo, Kim imaginó que serían unos cuando besos fogosos o unos atrevidos toqueteos, pero que después de eso no pasaría a más. Tal parecía que se había equivocado a lo grande.
Porque el mismísimo inmortal estaba pidiendo por más y él era lo suficientemente débil ante el susodicho como para no considerarlo.
—¿Estás seguro?
—¿No quieres?
—Bueno, es obvio que sí, pero no me imaginé que algo así sucedería tan pronto...
—¿No te parece adecuado?
—Para nada, me alegra que exista ese tipo de seguridad entre los dos como para querer avanzar sin pensárnoslo tanto.
—Pienso igual, nunca antes me sentí tan determinado.
—¿Cómo así, lord?
—Esta sería mi primera vez intimando con alguien...
Las mejillas coloradas del vampiro delataban la vergüenza que le supuso confesar algo así, esperando no decepcionar al humano que parecía tan experimentado.
—¡¿Qué?!
—¿De qué te sorprendes tanto?
Jungkook preguntó enfurruñado, tratando de que su voz no fuera tan alta y provocando que Taehyung le diera un pequeño beso que disipó instantáneamente la mueca que reposaba sobre sus labios.
—Es que no me lo creo.
—¿Acaso estás insinuando que me veías con cara de ser alguien promiscuo?
Quería indignarse, pero estaba muy curioso por la opinión del escritor.
—Por supuesto que no, lord—lo calmó, besando su frente castamente—. Desde hace poco he empezado a caer en cuenta sobre tus bromas de doble sentido. Antes de que comenzáramos nuestra sesión de besos dijiste algo que se podía malinterpretar. Por lo que jamás se me pasaría por la mente que no hubieras experimentando una primera vez.
—Pues ahora ya lo sabes...
—Es que eres tan guapo, ¿cómo alguien no pudo comerte?
—C-Cállate, humano pervertido.
—Qué lindo eres.
El azabache rodó los ojos, sintiendo el calor de sus pómulos alcanzar sus orejas. Sin tener escapatoria de las emociones que lo invadían gracias a los halagos del contrario.
—Bueno... Lo cierto es que tuve algunos roces con personas en el pasado. Con uno que otro vampiro que pertenecía a clanes distintos, es decir, eran extranjeros.
—Ya veo, pero si contaste con la oportunidad, ¿por qué no lo intentaste?
—Algo en mí me decía que esperará a que la luna de sangre me enviará a mi persona especial.
—Eso es muy romántico, Koo. Tan dulce.
Kim acarició la mandíbula ajena con ternura, controlando que su peso no lastimara al vampiro avergonzado debajo suyo.
—Por eso nunca terminaba lo que iniciaba, y cuando hacia esas bromas era solo una manera de desahogar la clara frustración sexual que tengo.
—Tiene sentido para mí.
—Pero si igual hubiera querido hacerlo, el ser líder me quitaba mucho tiempo como para buscar una persona con quien tener un rollo de una noche.
—Ya veo, es entendible. El deber siempre ha sido primero para ti, pero si todavía quieres, yo podría ayudarte con eso.
—Quiero, eso es lo que más deseo desde que fui consciente de mis sentimientos... Solo que, si te soy sincero, creí que sería al revés.
Taehyung abrió la boca con sorpresa y comprensión. Ahora todo tomaba un nuevo sentido. Una sonrisa ladina se apoderó de sus labios.
—Hoy es tu día de suerte. No soy el más experimentado como parece que crees, pero fácilmente puedo adaptarme a ambos roles.
Lo que decía era la más pura verdad, porque como cualquier joven que había comenzado a vivir su sexualidad de una manera responsable, eventualmente descubrió lo mucho que disfrutaba estar arriba y abajo con cada experiencia que tuvo en el pasado. Determinando de manera inmediata que el caso de su lord sería igual al suyo, lo que volvería su relación mucho más interesante.
—¿En serio?
—Me llamaban inagotable en el pasado cuando practicaba de manera constante algunos deportes, así que no creo que puedas con ello. Pero está bien, quedó a tu cuidado, mi querido lirio.
Taehyung sonrió maliciosamente, retomando el control con un beso que les estaba deshaciendo el cerebro. Donde sus lenguas de acariciaban y su saliva se mezclaba, sus dientes impactando hasta quitarles el aliento.
Poco a poco, el humano comenzó a quitar los botones de la camisa blanca que el vampiro portaba. Deleitándose con la piel de porcelana que anhelaba marcar con sus manos y con su boca. Unas suaves caricias se esparcieron por el torso que quedó al desnudo, pellizcando levemente los pezones oscuros hasta afianzarse a la fina cintura que el inmortal poseía.
Kim pasó saliva al separarse para admirarlo con fascinación, encantándose con la expresión sublime que se apoderó de las facciones de Jeon cuando tocó los puntos exactos. Era tan bonito que quería hacerlo llorar.
—Te voy a castigar por decirme groserías.
Susurró roncamente contra su fría dermis al acercarse lo suficiente para mimar sus hermosas clavículas y largo cuello, dejando besos y mordidas que hicieron suspirar al azabache que mantenía su cabeza para atrás, ofreciéndole total acceso.
Aquellas palabras provocaron un calor intenso en la parte baja del cuerpo que el escritor estaba adorando. Y por más que existiera una obvia amenaza por su comportamiento anterior, Jungkook presentía que después de lo que viviría, no se arrepentiría en lo más mínimo.
Antes de que el susodicho pudiera replicar, apreció como Taehyung desabrochaba su pantalón con suma destreza. Los besos del mortal descendieron por su abdomen tonificado y adornado por un perfecto eight-pack después de que se sintiera orgulloso con las marcas de succiones que se quedaron tatuadas en ese lienzo impoluto que amo hacer suyo con su boca.
Un leve gemido escapó por primera vez en medio del encuentro pasional de los enamorados. Kim quería provocar muchos más de esos, mientras continuaba descubriendo las zonas sensibles del cuerpo que se desarmaba bajo su toque.
—Tan sensitivo... Ya estás tan duro como una roca, vampirito.
Anunció, detallando la erección atrapada bajo la ropa con una mirada tan oscura que no había rastro de los orbes claros. Regalándole un apretón que sobresaltó al ser sobrenatural que estaba tan ensimismado en las sensaciones que seguía experimentando.
—¿Q-Qué esperabas? Eres bueno en lo que haces...
—Todavía no has visto nada. Tu castigo inicia ahora, prepárate mentalmente para ello.
De un solo movimiento, se quitó de encima suyo, obligándolo a sentarse al borde para dejar a la vista su punzante masculinidad al quitarle las prendas y calzados que consideraba un fastidio para su labor. La boca de Kim se hizo agua ante la cautivadora imagen que tenía a su disposición. Unos muslos gruesos en los que quería perderse cada que tuviera oportunidad y un miembro despierto que su mano quería masturbar con habilidad.
Tal y como lo haría justo ahora.
—T-Tae...
Verlo arrodillado en medio de sus piernas, con las mejillas sonrojadas y con sus dedos largos paseándose por su extensión húmeda por el líquido preseminal eran una bendición con la que soñó desde que lo conoció. Todavía recordaba la broma subida de tono que le hizo en ese entonces.
—Aguanta cuanto puedas, ¿bien?
El vampiro asintió quedito, mordiendo su labio inferior para no parecer tan desesperado. Tampoco estaba en sus planes dejarse ir por algo tan simple como eso, quería más, mucho más.
Una pena que no previera que la lengua del humano fuera tan espléndida en conjunto a las caricias que la mano contraria también le proporcionaban. Su sinhueso trazaba cada vena del firme tronco de su virilidad, mientras masajeaba los testículos cargados que esperaban alcanzar una pronta liberación.
Poco después el castaño introdujo el falo en su boca tras darle un beso a la punta, marcando un ritmo suave. Grabando en su mente el sabor salado que tuvo el gusto de probar gracias a la felación que estaba realizando con tanta dedicación.
Las manos de Jungkook arrugaban el edredón que cubría la cama, a la par que los dedos se sus pies se retorcían por el placer que lo consumía a fuego lento.
No se sentía capaz de tocar al chico entre sus muslos, pues el vaivén que ejercía sobre su eje era el ideal para hacerlo tocar el cielo. La cavidad bucal lo resguardaba tan correctamente que no imaginaba un día sin estar ahí a partir de ahora. Sin embargo, no le fue difícil imaginar otro lugar que muy seguramente sería tan bueno como ese.
Pero su punto de quiebre fue cuando su miembro llegó tan profundo en la garganta del escritor, quien supo cómo manejar las arcadas que hicieron lagrimear ligeramente sus ojos.
—M-Maldición, lirio... No podré aguantar más...
Los sonidos obscenos inundaban la habitación conforme el joven de piel canela volvía a trazar un nuevo vaivén con su boca, manteniéndose cuidadoso para no lastimarlo con sus dientes. Era un experto, pero jamás lo diría en voz alta.
Fue aumentando la velocidad hasta que el líquido espeso llenó su cavidad por completo, tragando hasta la última gota con verdadero gusto.
Lo siguiente que el agitado vampiro vio fue la manera tan seductora en la que el humano se relamía sus belfos maltratados, aruñando los muslos que lo rodeaban y que estuvo apretando durante gran parte de su accionar.
—¿Ya estás cansado? Bueno, eso sería obvio al ver lo mucho que te gustó.
—No, pero no negaré que me fascinó lo que hiciste.
—Genial, porque pienso agotarte las energías, lord Jeon.
—¿Tienes la confianza suficiente para decir eso, bonito? —lo retó, con la diversión marcada en su melodiosa voz—. No soy nada fácil, ¿lo sabes, cierto?
—Solo deja que hyung se encargue, cariño.
Poco le importó a Jungkook que el humano usará ese honorífico que era tan incorrecto dada la situación, pues él era el mayor entre los dos y por mucho. Pero, de todas formas, desde que se conocieron las formalidades quedaron en segundo plano así que era lo de menos. No obstante, el líder no dijo nada porque aquello le calentó en demasía.
Ya que tal vez, solo tal vez, sin pretenderlo encontró un apodo coqueto con el que podría llamarle mientras hacían travesuras.
—Entonces antes de que me folles, primero quítate la ropa, hyung...
El susodicho se despojó de sus prendas a una velocidad impresionante, permitiéndole al azabache comérselo con la mirada de arriba hacia abajo.
Ese bonito cuerpo acanelado que usualmente se escondía con ropa sencilla sin duda lucía mucho más apetitoso al estar como cuando llegó al mundo. Mostrando que cada rincón era precioso a la vista, con una piel suave que lo hizo imaginar la euforia que sentiría cuando pudiera tocarlo como quería.
Taehyung se movió hasta la mesita de noche donde sacó del primer cajón un botecito de lubricante, bajo los atentos orbes escarlatas.
—¿Qué...?
—Lubricante para que no te duela, Koo. Quiero hacerte sentir tantas cosas, pero también quiero que sea memorable para ti. El placer mutuo es lo primero.
—Ya deja de ser tan perfecto—le reprochó—. Aunque ahora me siento celoso...
—¿Eh? ¿Por qué?
—Porque si tienes eso significa...
No quería decirlo, porque este momento era de los dos. No era prudente mencionar cosas que ni al caso, pero la imprudencia parecía ser la nueva cualidad favorita del vampiro.
—No lord, para. Hace mucho que no lo hago gracias a las montañas de trabajo que tengo por mis libros.
—¿Entonces?
—Bueno, a veces no se necesita a otra persona para divertirse—comentó, rememorando esos buenos tiempos en los que disfrutaba en soledad de su cuerpo—. Acuérdate de lo que te conté la vez pasada...
Como si el recuerdo esperara por ser revivido en la mente del más pálido, Jeon rememoró la incómoda charla en la que se vio envuelto con Taehyung después de que, al estar revisando algunas notificaciones en su móvil, le aparecieran algunas propagandas de rebajas en juguetes sexuales.
Él jamás se imaginó que existiría algo así, por lo que cuando Taehyung notó su impresión, se acercó y le explicó de que iba la cuestión. Realmente sería imposible olvidar ese momento, por más que se esforzará en ocultarlo en lo profundo de su mente.
Y con lo dicho por Taehyung, fue cuestión de segundos para que Jungkook comprendiera a que se refería al conectar los puntos con la información que el susodicho le proporcionó.
—Tú...
El interés estaba presente en cada facción del rostro del vampiro.
—Sí, lo uso cuando quiero montar algo—confesó sin ápice de vergüenza, mientras quitaba la tapa del lubricante—. Ya sabes, el estrés a veces es mucho para un humano como yo. Así que desfogar de esa forma ha sido una solución muy preciada para mí.
—Ya veo, aunque a partir de ahora no lo necesitarás más—dijo, ese juguetito no sería mejor que él.
—Tendrás que demostrármelo, Jungkookie.
—Lo haré. Seré tan excelente estudiante que dominaré al maestro. Recuerda que la mayoría de cosas se me dan muy bien.
Determinó con confianza, sonriéndole con esos colmillos que Kim aprendió a disfrutar cada vez que traspasaban la dermis sensible de su cuello.
—Esa idea me fascina, mi lord—volvió a quedar de rodillas, teniendo a su disposición la entrada que iba a profanar—. Pero antes de eso, presta mucha atención a mis enseñanzas.
Sin esperar una contestación, el humano empapó sus dedos con el líquido viscoso que le facilitaría la intromisión. Dirigiendo uno de sus falanges a la abertura que se contraía en anticipación. Un gemido ahogado fue lo que el vampiro soltó al percibir como ese dedo hurgaba en su caliente interior. Intercalando movimientos de meter y sacar mientras el ardor inicial se iba trasformando en puro gozo.
Los jadeos del líder incentivaron a que su acompañante metiera dos dedos más, con los que cambió la forma de dilatación, moviéndolos en círculos y tijera, asegurándose de expandirlo para que recibiera su dolorosa erección sin mayor dificultad.
—¡Ahh! ¡M-Maldición! —su punto dulce estaba siendo tocado tan repetidamente que ya no podía dejar de exclamar, contentando al mortal—. Me estás enloqueciendo...
—Eso es obvio, cariño—varios besos cayeron en la cara interna de sus muslos durante el íntimo proceso—. Con solo tocarte te estremeces tanto que las piernas te tiemblan como si fueran gelatina.
Jungkook apenas fue consciente de cómo sus extremidades levemente flexionadas parecían no encontrar estabilidad en el borde de la amplia cama.
—Ya voy a entrar, quiero escuchar tus gritos, así que no los contengas.
Esos sonidos serían música para sus oídos.
—¡Mmhg, T-Tae!
El azabache vio como el chico se incorporaba luego de retirar sus dedos, dejándolo con esa sensación de vacío que sería prontamente reemplazada por algo más grande. Las manos lo tomaron de la cintura para atraerlo hacia la pelvis contraria, aprovechando a acomodar sus piernas sobre los hombros del castaño para mayor contacto.
—Si necesitas parar, solo dilo.
Taehyung guío su miembro hacia el anillo de músculos perfectamente lubricado, haciéndose paso lentamente por esa cavidad estrecha. Un ruidito de pura satisfacción escapó de ambos cuando se volvieron uno solo.
Sentirse tan libremente era algo indescriptible.
Kim nunca lo había hecho sin usar preservativo, pero si se tomó dicho lujo fue porque en una de las tantas conversaciones que tuvo con su vampiro, este le comentó que los de su especie no los necesitaban. Porque no se transmitían enfermedades de ningún tipo, y en el caso de embarazos, las posibilidades eran casi nulas, lo que explicaba la escasa población con la que contaban. Por eso cuando una vampira lograba quedar en estado lo consideraban como un verdadero milagro, dejando aparte el otro método que solo se usaba cuando los vampiros encontraban a sus parejas de sangre en humanos dispuestos a vivir eternamente su amor.
—M-Me encanta sentirte sin nada, pero muévete...
—Como gustes.
Y dicho pedido bastó para que las caderas del castaño comenzaran a arremeter lentamente contra ese trasero que acariciaba superficialmente en cada penetración. Dejando unas cuantas bofetadas en los glúteos que no demoraron en quedarse rojizos por la sensibilidad de la dermis blanquecina.
El choque entre sus pieles era ruidoso, tanto como el sonido que la cama hacía gracias a los movimientos que fueron en aumento, provocando una mezcla de gemidos y jadeos.
—Eres tan bueno, Jungkookie... Follarte es mejor de lo que soñé alguna vez.
El calor envolvía su falo que ansiaba por vaciar su semilla dentro de ese azabache que lo tenía tan enamorado, mientras su boca atacaba esos pezones que mordisqueaba y lamía a partes iguales.
—¡Más duro, hyung!
Las uñas del azabache se clavaron en la espalda canela después de que el miembro impropio alcanzara su próstata que era golpeada constantemente por el vaivén que el escritor ejercía, provocando que unas lágrimas rodaran por sus mejillas.
—No pensé que fueras masoquista, se suponía que esto era un castigo.
—¡M-Me las cobraré!
—Genial, porque también me gusta disfrutar del dolor que otorga el placer—se inclinó lo suficiente para lamer el lóbulo de la oreja del inmortal—. Tienes que hacerme sentir igual de bien, cariño.
—Confía en tu lord, lirio...
Continuaron entregándose mutuamente por unos minutos más. Con el vampiro creyendo que se quedaría sin voz gracias a sus incesantes gemidos, y el mortal que no bajaba el ritmo de sus embistes hasta lograr una sobreestimulación en su amado.
El susodicho le impidió que se tocara a sí mismo, inmovilizando sus manos rápidamente, luego de que en uno de los besos cortos que compartieron le susurrara que lo haría llegar solo con empotrarlo contra el colchón.
Volviéndolo tan suyo.
Pero por más quejas que le diera, Jeon sabía que no serviría de nada.
Seguramente ese era el castigo porque era una tortura experimentarlo a flor de piel, ya que su erección dolía por no ser atendida.
El placer arremolinándose en el vientre del castaño lo impulsó a llevar su mano a las caderas ajenas para hacer que el vampiro incrementará sus propios movimientos, sincronizándose en cuestión de segundos con los suyos.
Los dos se miraron cuando notaron que estaban por alcanzar el clímax, pues sus paredes anales apretaron la masculinidad ajena.
Por lo que Taehyung no se lo pensó dos veces para ofrecer su cuello con la intención de que Jungkook lo mordiera mientras era llenado con su esencia.
El sabor metálico de la sangre hizo papilla la mente del líder que se corrió sobre ambos abdómenes, a la par que el escritor sentía como su liberación lo elevaba al mismísimo paraíso.
Un minuto paso antes de que Kim lograra salir, admirando como su semilla salía a borbotones de la entrada ajena hasta manchar el edredón de su cama. Sin darle la mayor importancia al desastre creado, atrajo hacia su pecho perlado por el sudor al inmortal que se refugió entre sus brazos, en busca de calor y esos latidos acelerados que estuvo escuchando de principio a fin durante su pasional encuentro.
Jeon levantó su rostro para recibir un beso que jamás se le sería negado por parte del humano. Era suave, dulce y amoroso. Tan correcto para su alma entregada a ese castaño de sonrisa cuadrada que le regaló la misma reciprocidad.
Lo que hicieron no fue un encuentro casual, era algo que determinaba lo comprometidos que estaban con el contrario y eso valía más que el oro.
Los minutos pasaron mientras se susurraban palabras cariñosas, tanto que el ambiente se suavizó a tal punto que Taehyung imaginó que su encuentro quedaría hasta ahí, de no ser porque el vampiro se incorporó como pudo, quedando encima suyo con unos ojos que parecían querer comérselo vivo.
Ya sabía cómo debía proceder, por lo que las ansias de poner en práctica lo aprendido eran inmensas.
—Ya me probaste y comprendí lo que me enseñaste. Por lo que ha llegado mi turno para hacerte mío TaeTae, y creo que lo menos que merezco es que cumplas mi fantasía.
—Mmm... ¿Cuál es, mi lord?
Preguntó interesado y emocionado por la pronta recuperación del contrario. Estaba un poco cansado, pero esas palabras bastaron para sentirse listo para una ronda más con los roles intercambiados.
—Abre las piernas, y deja que mi boca haga un buen trabajo contigo.
Continuará...
Amé mucho este capitulo, deseo leerlos en comentarios. ¿Se lo esperaban? ¿Superé todas sus expectativas? Estoy muy curiosa. Seguimos en el próximo capítulo con la parte hot por parte de Koo, así que espérenlo con muchas ansias.
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