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—No ese no es el resultado, esta ecuación está mal. —No entiendo esto. —Stephen, amor, por favor duérmete. —¡Qué no es así! —Mi genio y paciencia no son los mejores en este momento.
Estoy en mi casa junto con Brad y Ryan a quienes estoy ayudando en tareas y a estudiar ya que estamos a solo dos semanas de por fin terminar el infierno llamado colegio y todo es un caos; trabajos en grupo, exposiciones, maquetas, tareas, exámenes, exámenes sorpresa, mi cabeza es un desastre al igual que todo conmigo, mi casa está patas arriba y mi hermano ahora que medio sabe caminar está de necio y rebelde, mi paciencia es poca en estos tiempo y haber aceptado ayudar a los dos chicos me a pesado, no entienden muchas cosas y explicarles una y otra y otra vez se vuelve irritante cuando yo igual tengo mis temas sin entender.
Ahora es cuando agradezco que ese estúpido viaje de curso haya sido a inicio de año escolar, habían decidido eso porque en estás fechas estamos con todo encima y ademas algunos están con cosas de Universidades, claro yo a ese dichoso viaje no pude ir y tampoco es algo de lo que me arrepienta, estar con personas con las que no me llevo en un tonto viaje a la playa no estaba en mis planes.
—Voy por una pastilla para la cabeza. —Informo y me levanto un poco brusca de la mesa del comedor, en ella hay miles de hojas, libros y tres laptops, en el piso igual se encuentran algunas hojas que de milagro Stephen no a dañado o ensuciado.
Voy a mi cuarto y cojo una pastilla de mi mesa de noche, la tomo con agua del grifo de mi baño y me tiro en mi cama, cierro los ojos y deseo escapar por un tiempo de aquí y de todo esto, poder estar más relajada, quizás pronto eso llegue o por lo menos eso espero, algún día, en algún momento.
La cama se hunde a mí lado y evito abrir los ojos, se quien es ya que el chico con rulos debe estar corrigiendo la ecuación para que así yo por fin le diga que está bien y quite su cara de miedo, no es en si mi intención esa pero, como dije, tengo poca paciencia y tenerlo a él con la misma ecuación desde hace diez intentos y a un Stephen llorando sin motivo no es de ayuda.
—Si quieres podemos irnos y te dejamos descansar, estos días has estado demasiado ocupada. —Escucho que dice Higgins con un poco de pena en su voz, abro los ojos y veo que parece avergonzado lo cual no entiendo.
Me levanto a la vez que paso las manos por mi cara y fijo mi mirada en el saco de boxeo ya que está justo enfrente.
—No hay problema en que se queden, solo estoy un poco sobrecargada. —Digo y suelto un bufido de cansancio. —Ya sabes el colegio, el trabajo, Stephen y apenas se está recuperando de la fiebre que tenia, no a sido una semana fácil. —Enumero según lo que he tenido está semana y él asiente. —Gracias por cierto. —Digo en un tono un poco bajo, él solo me mira con confusión. —Por tu ayuda todo este tiempo con mi hermanito, dije que sería por poco tiempo y ya va mucho más, así que gracias, en serio. —Explico sonando lo más sincera posible.
Higgins a sido de demasiada ayuda desde hace ya un tiempo y un buen apoyo, no seré una desagradecida con él.
—De nada Cooper. —Sonríe de lado sin quitar su mirada de mí. —Espero no lo tomes a mal pero, te ves desastrosa. —Comenta a lo que yo río, eso ya lo se, tengo más ojeras que cara, mi cabello es un desastre y debo estar más pálida que de costumbre. —¿Segura que estás bien? —Pregunta a lo que yo asiento.
—Ya sabes que cuando llego del trabajo debo terminar las tareas y las termino casi cuando me debo levantar para ir a estudiar, así que no he podido dormir mucho pero me siento bien pero si algo pues haré algo y listo. —Miento.
No he podido dormir bien ni comer bien lo cual a provoca muchos dolores de cabeza y mareos pero prefiero no preocuparlo más de lo que ya parece, ¿la razón? no me gusta que se preocupen por mi, lo sé, es raro, pero no estoy acostumbrada a eso.
—Está bien. —Dice sin parecer seguro y se levanta de la cama. —Te espero abajo. —Asiento y él sale del cuarto.
Voy al baño y echo agua en mi cara para así quitar un poco el cansancio y el sueño que cargo encima, recojo mi cabello en una coleta alta y bajo para así continuar con todo el trabajo.
Han pasado tres horas desde la charla con Higgins, tres horas en las que solo hemos estudiado y tomado café.
Antes había considerado la idea de pedir unos días en el trabajo por el estudio pero con lo abarrotado que a estado últimamente no creo que me los den, eso y que Luca pidió los días y no se los dieron, y si al hijo no se los dio menos a mi.
—Yo digo que pidamos unas pizzas, gaseosa y quizás unas bebidas energizantes, así descansamos un poco porque esto es más de lo que mi cerebro puede soportar. —Habla en tono cansado Ryan mientras camina hacia el sofá y luego se tira en este.
En mi celular me encuentro con que mis amigos quieren venir así que aprovecho para pedirles de traer lo de comer a lo cual ellos aceptan, prefiero guardarme las preguntas del por qué no están en el trabajo.
Mientras rulos se queja acostado en el sofá y Brad está tirado en el piso con los ojos cerrados, aprovecho y cojo a mi hermanito, quien está acostado al lado del pelinegro y lo llevo a la cocina para así darle de comer.
Los minutos pasan y ahora yo me encuentro también acostada en el piso viendo a mi hermanito jugar con sus juguetes, los otros dos chicos se quedaron dormidos a los segundos de tirarse en donde están y yo los seguiría pero debo cuidar a Stephen, así que no me puedo dormir aunque es lo que más quiero, mis ojos pesan y el cansancio cada vez coge más terreno.
El timbre suena y con pereza me levanto del suelo para así ir a abrir, en el camino volteo a mirar a mi hermanito quien ahora se encuentra sobre Brad intentando despertarlo, lo cual creo está logrando.
—Espero hayan traído la com... —Enmudezco al ver a la persona parada enfrente de mí, en definitiva no es mis amigos y en definitiva es alguien que desearía no ver nunca en mi vida, el enojo empieza a correr por mis venas reemplazando el cansancio que tenia. —¿Qué haces tú aquí? —Pregunto entre dientes intentando no gritar, veo a mis amigos caminar detrás con las cajas de pizza, al llegar a mi lado la confusión y enojo cruzan sus rostros, más el de Luca.
—Hola Thalia.
—Claudia. —Digo entre dientes evitando las ganas de tirarmele encima o gritarle, no se cuanto podré aguantar.
Ella me empuja levemente y pasa a mi lado con una sonrisa que sé nada bueno trae, mira todo el lugar y se detiene en los cuatro chicos que se encuentran en la sala, dos de ellos lucen confundidos y los otros dos, uno se nota muy molesto y el otro igual pero no tanto.
—¿Qué haces aquí? —Pregunto mirándola de forma seria.
—Vine por lo que es mío. —Responde de forma simple y yo no entiendo, espero no se refiera a Stephen. —No, no me refiero a ese mocoso, es lo que menos me importa. —Habla como si hubiera leído mi mente y lo que dice solo me dan ganas de golpearla, eso y la mirada de asco que le a lanzado a mi pequeño hermano. —Me refiero a esta casa y a lo único que hice bien en la vida, Hilary. —Aclara y sigue mirando el lugar, yo aprieto los puños y trato de calmarme pero se que no podré.
—¿Disculpa? —Digo en un tono que suena incrédulo. —¿Vienes por la casa? ¿Te apareces luego de más de un año y dices que vienes por la casa? —Pregunto acercándome a ella sin quitar mi mirada fulminante, si mis ojos lanzaran dagas ella ya estaría muerta.
—Y por Hilary, ¿donde está ella? —Pregunta en un extraño tono animado, no es un secreto que su preferida siempre fue Hily.
—Está en el cementerio. —Respondo bruscamente a lo que ella hace una mueca de confusión.
—¿Murió un amigo suyo?
—Murió ella. —Respondo sin nada de tacto, sus ojos empiezan a cristalizarse y se sostiene de la pared para no caer, me mira y pareciera que quisiera mandarme a acompañar a Hilary. —Yo no la maté. —Ruedo los ojos ante su muy posible pensamiento.
—Es mentira, ESTAS MINTIENDO, ELLA NO PUEDE ESTAR MUERTA. —Me grita y pega una cachetada lo cual hace que me enoje y se la devuelva.
—A MI NO ME PEGAS CLAUDIA. —Grito enfurecida y la tiro contra la pared. —AHORA VETE. —Grito y señalo la puerta, no quiero verla, no quiero tenerla aquí, quiero que siga desaparecida de mi vida.
—Los únicos que se irá serán tú y ese mocoso. —Dice con burla intentando esconder lo destruida que a quedado con la noticia. —Vendí la casa, así que en este momento quiero que te lleves tus mierdas y a ese niñito de aquí. —Sonríe, sonríe con suficiencia, sonríe al quitarme mi lugar para vivir, sonríe al tirarme a la calle, no muestro sorpresa y no pienso suplicarle porque me deje quedar ya que se es lo que ella quiere, quiere ver que yo me humille ante ella pero no lo conseguirá.
—Bien. —Sonrío lo cual provoca que ella haga una mueca. —¿Me ayudan? —Digo mirando a mis amigos quienes solo asienten, veo sus rostros, están enojados y a la vez desconcertados, veo a Luca, él está a punto de caminar hacia donde esa mujer y pelearle pero yo niego y lo detengo. —No vale la pena. —Susurro a lo que él asiente.
—Mick y Ryan guarden todo lo de el niño, Brad y yo ayudaremos a Thali. —Manda en tono serio Luca a lo que los demás asienten.
Al entrar en mi cuarto siento unas grandes ganas de golpear mi saco de boxeo y sacar todo el enojo que siento pero lo reprimo, ahora no puedo hacerlo, ahora debo empacar todas mis cosas y dejar está casa, no sé a donde me iré son casi las diez de la noche pero ya lo solucionaré.
El silencio inunda el cuarto, cada uno parece sumergido en sus pensamientos y ocupado en guardar todo en las maletas y bolsas que hay en el cuarto, no me molesto en doblar la ropa, solo la embuto en su lugar, por suerte no tengo demasiadas cosas.
Saco de mi armario dos cajas en las que guardo algunos recuerdos y otras cosas para no olvidarlas.
—¿Quien es esa mujer? —Pregunta Higgins rompiendo el silencio del lugar.
—Mi madre.
Estamos todos fuera de la que fue mi casa, hay bolsas, cajas y maletas rodeándonos pero no muchas, mi hermano está en los brazos de Mick y juega con su cabello ajeno a todo lo que sucede a su alrededor mientras que yo veo como otro problema se suma a mi lista, esto era lo ultimo que necesitaba pero al parecer la vida no está de mi lado.
—¿Y ahora? —Pregunta Ryan rompiendo el silencio, todos me voltean a mirar y yo solo me encojo de hombros.
No tengo idea de que hacer, no se a donde ir, no quiero pedirles asilo porque no quiero ser molestia, siento que todo en este momento me sobrepasa, me siento ahogada pero trato de no mostrarme afectada, trato de mostrarme indiferente.
—No sé. —Suelto un suspiro de cansancio. —No sé que haré. —Digo un poco ida, diría que ir a un hotel pero solo hay dos y quedan a las afuera de la ciudad, el resto son moteles y no me iré a uno de esos lugares, hay hostales pero no me recibirían.
—Te quedarás en mi casa. —Informa Mick provocando que lo mire, voy a negar pero él me detiene. —No dejaré en la calle a mi hermana, en mi departamento hay un cuarto de sobra y te puedes organizar ahí. —Habla y sonríe con dulzura. —Se que Luca lo haría pero en su casa no se puede. —Es cierto, mi querido mejor amigo aún vive con sus padres y su casa es precisa para ellos tres.
—Eso es cierto, si no sabes que te ofrecería mi casa. —Habla Luca un poco apenado.
—No quiero ser molestia.
—No lo serás boba, pediremos un taxi o bueno dos y nos iremos. —Informa y hace lo que acaba de decir, yo prefiero guardar silencio en todo momento no tengo ganas de hablar, no tengo ganas de estar con ellos, no tengo ganas de nada, solo quiero estar sola con mi saco de boxeo pero eso no será posible ya que hubieron cosas que tuve que dejar como mi saco, la cama y la cuna de Stephen, en mi moto iba Higgins y la verdad no se como pudimos recoger todo.
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¡Hola!
Una pregunta que nada tiene que ver con la novela, ¿Soy la única a la que le molestan los anuncios en wattpad?
Ahora, retomando, ¿qué tal les parece la llegada de la madre de Thalia?¿Qué creen que suceda?¿Por qué creen que se fue?
Gracias a todos los que me leen, votan y/o comentan, a aquellos que están en el anonimato ojalá algún día salgan, igual gracias.
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