28

Hilary...

A veces me pregunto si hice bien en venir a vivir aquí con él, no llevamos mucho de estar juntos, en sí ni juntos estamos, solo salimos unas pocas semanas antes de lo ocurrido con mi hermana.

Cuando lo conocí vi a un chico que sabía me causaría problemas, sabia que él los tenia, se le notaba a metros de distancia pero quise acercarme, quise conocerlo porque el solo verlo me había atrapado por completo, me olvide de Erick, de que posiblemente su mundo no era algo bueno y sólo me lance al vació. 

Su apariencia de chico problemático era cautivante y digo chico problemático y no chico malo porque en él no era lo mismo. Su vida era un poco peligrosa. Chaquetas, ropa negra, cigarrillos, trago, cosas ilegales, pandillas, peleas, esto era él y aún sabiendo esto me lance a por él. 

Al principio fue muy lindo, me daba regalos, salíamos a cualquier lugar, todo era lindo pero luego, cuando me mude con él, todo se fue viniendo abajo poco a poco, se volvió violento, no me dejó seguir yendo a la Universidad ni contactarme con nadie, cada que lo intentaba él me golpeaba o gritaba, si no me quería acostar con él me obligaba y yo solo lo dejaba ser, me daba miedo que llegara a algo peor, él me hacia sentir débil.

Ahora no se que hacer, no quiero continuar viviendo esto pero denunciarlo no servirá, en primera porque la justicia es una mierda y en segunda porque estoy encerrada en este lugar, aún no entiendo como todos en este bloque no han notado mis gritos en las noches, como no hacen algo para detenerlo pero si me escuchan no se meten, nadie quiere meterse en los problemas de otros, no les importa si me matan, solo les importa estar a salvo ellos y que los demás se jodan.

Tirada en una esquina, escondida entre mis piernas intento no levantar la mirada, no quiero encontrarme con su ahora endemoniada mirada, está arrojando todo por el lugar, una de sus peleas no a salido bien, a tomado y se a desquitado conmigo nomas porque no tenia comida hecha cuando a llegado.

Sale por fin luego de unos minutos, da un portazo y el lugar se queda en completo silencio. 

Me levanto y miro todo el lugar, vidrios, botellas, cerámica, cigarrillos, hay de todo tirado en el piso gracias a su ataque de ira. Voy al baño y me miro en el espejo, mi lado derecho está muy rojo, mi labio partido y en mi ojo se empieza a formar un morado, me duele, las lagrimas empiezan a salir de nuevo, esto no es como lo pensé, debí conocerlo más.

Salgo del baño y empiezo a buscar el teléfono de la casa, lo encuentro en uno de los cajones, lo conecto y llamo a casa de Thalia, solo espero alguien esté ahí, espero que alguien esté despierto a esta hora, aunque no es muy tarde.

Llamada 

¿Hola? Escucho la voz somnolienta de Thalia y en mi interior celebro porque se haya levantado y no lo haya dejado pasar.

Thalia. Digo con voz débil y un sollozo sale de mis labios.

¿Hilary? Pregunta en tono confundido. ¿Que sucede?

Ayúdame, por favor. Digo de forma suplicante y ya no me importa los sollozos que salen de mis labios. Ven por mí, por favor. 

¿Dónde estás?¿Qué sucede? Pregunta rápidamente con lo que yo distingo un poco de preocupación. Voy a responder pero escucho la puerta de la casa abrirse, el miedo empieza a correr por mi cuerpo.

Él está aquí. Susurro con miedo, mi cuerpo se estremece y tengo miedo a lo que pueda suceder. En mi cuarto, primer cajón... Empiezo a decir pero me callo al sentir la puerta del cuarto abrirse, escucho un gruñido y pronto estoy tirada en el suelo.

—¿QUE CREES QUE HACES? —Pregunta en un grito de enojo, me mira con odio y los ojos inyectados en sangre, me da miedo verlo, él me da miedo.

—Na-nada. —Tartamudeo, siento mi labio inferior temblar, él coge el teléfono y lo estrella contra el piso volviéndolo miles de pedazos.

Fin llamada

—¡¿A quien intentabas llamar estúpida?! —Pregunta mientras camina hacia mí, empiezo a arrastrarme con miedo pero mi espalda choca contra la pared. —¿Llamabas a tú hermanita o, quizás a la policía? —Pregunta en un tono burlón pero a la vez molesto. 

Al ver que no pretendo responder me agarra de los abrazos y me empieza a zarandear para luego pegarme una cachetada que me tira al piso, siento la sangre volver a salir de mi labio y mi cara arder por el golpe.

—No-no llama-llamaba a nadie. —Tartamudeo tratando de levantarme pero él me lo impide pegándome una patada en el estomago que me vuelve a tumbar en el piso y me saca todo el aire, él me vuelve a dar otra patada a lo que yo suelto un quejido de dolor. —Pa-para, por favor. —Digo en tono bajo y suplicante pero él solo me ignora y me coge del cabello para así levantarme y hacer que lo mire.

—CÁLLATE. —Grita jalando mas fuerte mi cabello. —Entiéndelo, NO TE IRAS DE AQUÍ. —Dice y me tira de nuevo, siento un fuerte golpe en mi cabeza, llevo mi mano al lugar y sale sangre, di contra el borde de la cama, veo borroso, el dolor es horrible y la sangre no cesa, mi cuerpo está adolorido pero a él parece no importarle ya que vuelve a patearme, trato de hablar pero no lo logro, no logro que salga algo de mis labios, no puedo ni verlo bien.

Parpadeo varias veces, tratando de disipar los puntos que veo, lo cual logro poco a poco, cuando ya logro ver un poco mejor lo veo, él está acercándose a mi, el odio en su mirada, el rojo en su cara por el enojo, su mandíbula tensa, sus manos echas puños, se sitúa encima de mi y se lo que me espera, se lo que sucederá a continuación.

—Po-por favor-or...

Thalia Cooper...

Apenas se cuelga la llamada me levanto rápidamente y cojo lo primero que veo para cambiarme, voy al cuarto de Hilary y busco en el primer cajón, no se que estoy buscando pero supongo que será un papel con alguna dirección, mientras busco llamo a Brad para que venga y se quede con mi hermano, por suerte él acepta ya que estaba con Ryan, han de ser un poco mas de la una y media de la mañana.

Por fin encuentro el papel y tal y como pensé es una dirección, busco las llaves de mi moto y bajo rápidamente, no se que estará pasando con Hilary pero me a dejado preocupada, el miedo en su voz, el llanto, no se escuchaba bien, ese grito masculino, su suplica, algo sucedía.

El timbre suena así que rápidamente abro la puerta y veo ahí a los dos chicos con rostro preocupado.

—¿Qué sucede? —Pregunta Brad entrando.

—Algo sucede con mi hermana, voy a donde ella. 

—Voy contigo. —Dice Brad, decido no poner objeción y solo voy a mi moto, arranco sin importarme si él viene detrás o no.

Entro en su departamento gracias a que la puerta se encontraba abierta y el panorama es, simplemente, nada agradable, muchas cosas tiradas y rotas y completo silencio. Empiezo a buscar a Hilary y la encuentro en un gran cuarto, está tirada en medio de un gran charco de sangre, rápidamente me acerco a ella y sin importarme si me mancho de sangre la agarro, tiene tantos golpes en su cara que casi es irreconocible, sangre sale de su cabeza, no se mueve, sus labios están pálidos y de ellos sale un hilo de sangre.

—Llama una ambulancia y a la policía, YA. —Digo en tono desesperado, pongo el dedo debajo de su nariz pero no siento nada, busco su pulso pero simplemente no tiene, me llevo las manos a la cara sin importarme si tengo sangre, trato de mantener la calma pero no se cuanto pueda, ella... ella está muerta.

Vuelvo a coger a Hilary, su cuerpo es tan liviano, levanto su blusa y veo el nacimiento de algunos morados en su abdomen, tiene marcas de manos en sus brazos, vuelvo a intentar tomar su pulso pero se que es inútil, no tiene, ella... ya no vive.

—Está muerta. —Digo soltando su cuerpo y alejándome de ella, me recuesto en la pared tratando de calmar mi respiración la cual inesperadamente se a acelerado, no se que sentir en este momento, es como si no fuera real pero, ahí está, su cuerpo inerte está enfrente de mi, tengo su sangre en mi, es real, ella ya no está.

El cuarto se sumerge en un gran silencio, ninguno de los dos sabe que decir ni que hacer, solo queda esperar a que llegue la policía.

Escucho múltiples pasos, ya a llegado la policía junto con unos paramedicos los cuales, ya no serán de ayuda.  Un oficial nos saca del cuarto y nos lleva hacia el sofá, esta va a ser una larga noche.

—Señorita necesito que colabore. —Escucho que dice el oficial como por quinta vez, estamos en comisaria, al parecer el departamento debía ser examinado, no entiendo muy bien porque si se sabe quien fue él culpable pero al parecer necesitaban nuestras declaraciones, no entiendo para que si de nada les servirán, no sabemos nada.

—Ya se lo dije todo señor, mi hermana me llamó llorando y con voz suplicante me pidió que fuera a ayudarla, busqué la dirección donde me dijo pero cuando llegué ya era tarde. —Le dije por quinta vez en tono cansado. —No conocía al chico, eché a mi hermana hace mas o menos dos semanas y desde entonces no sabia nada de ella, ni yo ni sus amigos. —Sigo hablando mientras lo miro a sus ojos, unos ojos cafés que me miran tratando de buscar un rastro de mentira pero no lo encontrará.

—No parece muy afectada señorita, no ha llorado ni nada por el estilo, era su hermana. —Dice de forma acusadora a lo que yo ruedo los ojos.

—No nos llevábamos bien. —Digo simplemente en tono brusco. —No sé usted señor pero yo supongo que él causante de todo es el chico del que habían fotos en el departamento, el chico que escuché. — Hablo de forma seria y con las brazos cruzados me apoyo en la mesa y lo miro. —No debe preguntarme cosas como si aquí la criminal fuera yo, yo llegué y ella ya estaba muerta, así que deje de mirarme de forma acusadora y de buscar alguna mentira en mis palabras porque no las encontrará, mejor vaya a buscar al asesino de mi hermana. —Digo bruscamente, él levanta ambas cejas en un acto de sorpresa pero luego vuelve a su estado serio busca mentiras.

—No estoy diciendo que usted lo haya hecho, pero son preguntas que se deben hacer, es el protocolo. —Acomoda su horrible corbata color rojo y luego me vuelve a mirar. 

—No me importa, mejor haga lo que no saben hacer, atrape a ese idiota. —Digo y me levanto para dirigirme a la puerta en donde hay otro policía, este me mira seriamente pero luego de que él otro le asiente me deja salir.

Ya afuera veo policías caminar de un lado a otro y otras salas de interrogación o lo que sean. Camino buscando la salida y a Brad para así poder ir por nuestras motos ya que nos trajeron en patrullas.

—Vámonos. —Digo apenas veo a Brad sentado en unos asientos al lado de la salida.

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