3

Ya llevaba corriendo mucho. Sus piernas dolían por tanto esfuerzo y el guardia no se daba por vencido.

Entro en un callejón, apoyo la espalda en la pared y trato de recuperar el aliento. Tan sólo le llevaba de ventaja una calle al guardia, en cualquier comentó Camisa Roja aparecería y la acabaría, o tal vez la entregue a CRUEL para cobrar la recompensa por un Muni.

Su cerebro trabajaba con rapidez. Huir no le funcionó, ahora había que recurrir al último recurso: aniquilarlo. No deseaba tener la sangre de otra persona en sus manos, baste era la que tenía como para agregar la de un guardia de Denver. Sus posibilidades eran infinitas y nulas a la vez; infinitas porque en ese callejón sobraban las cosas con la que podía matarlo, y nulas porque si fallaba el dispararía el arma y todo terminaría allí. 

En el suelo, cerca de un contenedor de basura, se encontraba una varilla de metal. Su diseño era de espiral, no muy larga, mas o menos de unos treinta centímetros y la punta tenía el diseño de flecha. Irónico.

Observo a su alrededor. Al otro lado de la calle, cerca de la acera, había unas varillas iguales a la que tenía en las manos, formaban una valla que, por su estado, debieron ser de un bonito color blanco.

Aferró con fuerza la varilla a su pecho. Solo una oportunidad. Los pasos del hombre se hacían más cercanos a cada segundo, se preparó para y cuando fue el momento extendió la mano con la varilla, clavando dicho objeto en el pecho del hombre.

El arma se disparó sola, por suerte no la hirió. ____ pateo el arma para alejarla de las manos de Camisa Roja, el cual se ahogaba con su sangre.

-debiste dejar de seguirme -se paró con una pierna a cada costado del hombre-. No tenía que terminar así... Collins -leyó la pequeña placa a un costado de su pecho.

Se inclino hasta que quedó cerca de su rostro. Su semblante se ensombrecido y sus ojos reflejan cierta oscuridad que existía muy en sus adentros. Los demonios que la siguen desde que ella tiene uso de razón. Esos pensamientos suicidas, la ira que no controlaba a veces y esas ganas de matar a todos; no son cosas normales que tiene que pensar una chica.

Tal vez una que no vivió lo que ella.

-¿Me harías un favor, Collins? -baja la mirada su herida- saluda a mis demonios de mi parte.

De un tirón saco la varilla de su pecho. Collins soltó un alarido de dolor, el cual fue interrumpido por la sangre que se acumulaba en su garganta. Elevó la varilla y la clavó en su cráneo, terminando de una vez por todas con su sufrimiento que ella ocasionó.

Se alejo del cuerpo despacio. Fue por el arma y la coloco en la parte trasera de su pantalón, cubriendo la con su chamarra. Paso sus manos por la parte interior de su chamarra, limpiando la sangre que había en estas.

Dejando el cuerpo ahí a la mitad de la acera, volvió a correr en busca de sus amigos y Thomas.

Corría por las calles más alejadas del centro de la ciudad, casi no eran transitadas. Cuando volvio a la cafetería pregunto a cada persona por el paradero de Thomas, ninguna le hizo caso, hasta que se harto y obligó a hablar a uno. Un hombre en sus cuareta, saco el arma y le apunto justo a la cabeza, quitó el seguro y le dijo que tenía tres segundos para responder algo coherente o le molaría los sesos. El hombre dijo que lo había visto irse con un guardia, señaló la dirección y he aquí su presencia.

Estaba comenzando a desesperarse, no lo veía ni oía por ningún lado, se estaba volviendo frustrante la situación. Pero todo cambió cuando escucho los disparos.

No eran de una pistola, más bien de una ametralladora. Eran lejos de donde ella se encontraba, cinco o diez calles más arriba. Sus piernas flaquearon, brotaron las lágrimas. Ahogo un grito con la palma de la mano sobre su boca.

Pedía a todos los Santos para que no fuera lo que estaba pensando. Un dolor se apoderó de su pecho e imágenes horrorosas aparecieron en su mente. Sacudió la cabeza, en un intento por aullentarlas.

-por favor que no sea él. Por favor que no sea él -repetía una y otra vez. Avanzó por las calles sosteniendose de las paredes.

Conforme iba acercándose una de sus extremidades comenzaba a temblar. Más adelante había un callejón ancho, escucho una puerta abrirse y después algo deslizándose sobre el pavimento, un pie tal vez.

Una persona estaba de espaldas a ella, una mano apoyada en la puerta trasera y la otra en el techo del auto. Avanzó más y vio un cuerpo contra la pared, lleno de disparos.

-santo Dios -coloco una mano sobre su boca para que no se le escapara un grito.

-______ - Thomas se dio vuelta. Al verla corrió abrazarla e impedir que siguiera viendo el cuerpo inerte de Camisa Roja-. ¿Estás bien?

Se aferraba a su camiseta, ocultando el rostro para no ver el cuerpo. Por u. Segundo creyó que Thomas pudo matarlo, descartó la idea al recordar que no traía ni un arma.

- Thomas, el...

-no fui yo, si es lo que piensas - aclaró-. Aquél tipo ¿Te hizo algo?

-no. No me tocó ni un cabello -se separó un poco. Vio aquellos ojos que tanto la volvían loca. Por impulsó se acercó y choco sus labios.

El beso fue intenso, salvaje y lleno de deseo. El aire comenzó a faltarle y no tuvieron de otra que separarse. Con sus pulgares, Thomas acariciaba las mejillas de _______.

-Princesa... -susurro.

-shhh -interrumpió. Coloco su dedo índice sobre los labios de Thomas, los cuales estaban entreabiertos.- cállate y besame.

Obedeció sin objetar. Volvieron a besarse, esta vez más lento y de forma tierna. _____ jugaba con el cabello de Thomas, y él mantenía sus manos en su rostro.

-extrañaba esto. -confesó Thomas al terminar el beso.

-¿Te soy sincera? -sacudio la cabeza-. Yo igual.

El cuerpo a su derecha invadió su campo visual, interrumpiendo el intercambio de miradas entre ambos.

-¿Quién lo mató?

Thomas levantó la mano hacia el cielo.

-una de esas máquinas. Apareció volando, le disparó hasta
matarlo y antes de que yo pudiera reaccionar, apareció la Rata en una pantalla. Intentó convencerme de que debo regresar a CRUEL.

-Tommy, -dijo ______- dime que no...

-cree en mí cuando te digo que ni drogado vuelvo a allí -acuno sus mejillas, en un intento por tranquilizarla-. De lo que sí tenemos que preocuparnos es de Peter. Janson piensa que está sucumbiendo a la Llamarada más rápido de lo normal. Tenemos que ir a ver cómo está.

-no le creo ni una palabra. Admito que Peter actuó un tanto extraño en los último días, pero no significa que la Llamarada lo este controlando.

-es mejor que vayamos a verlo- repitió Thomas-. Tenemos que hacer
algo por él.

Asintió. Miro de nuevo el cuerpo y apartó la vista casi al instante, su estómago no estaba preparado para ver semejante cosa. Thomas tomó su mano, acaricio el dorso de su mano con suavidad. ______ lo estaba dejando tocarla, cosa que no pensó volver hacer, estaba tentado a releer la carta de su bolsillo. Se imagino la situación en otras circunstancias; en un lugar tranquilo, ellos dos solos y sin nada de que preocuparse, para él era el paraíso.

-¡Allí están! -sus amigos aparecieron.

-llevamos horas buscandolos -dijo Minho.

-¡Guey! ¿Qué le ocurrió? -Newt miraba el cuerpo inmóvil.

-lo atacó una pandilla de unicornios radiactivos que lanzaban fuego por sus cuernos hechos de bombón -respondió sarcástica su hermana-. Lo mataron a balazos, Newt. Hola, ¿Qué no es obvio?

-con un simple: le dispararon. Basta.

Thomas les explicó lo mismo que a Génesis. Ninguno se opuso. Génesis le debía mucho a ese chico, sin su ayuda ella no hubiera hecho muchas cosas, como por ejemplo haberse ido al Laberinto y haber escapado de Cruel.

-se está haciendo tarde- dijo Brenda-. Y ellos no dejan que la gente entre y salga de la ciudad por la noche. Ya es suficientemente difícil controlar la
situación durante el día.

Por primera vez, Thomas y _____ notaron que la luz había comenzado a extinguirse. El cielo comenzaba a reírse de negro y abría paso a la media Luna.

Jorge, que se había mantenido callado, dijo:

-yenemos problemas mucho mayores que ese. Algo extraño está sucediendo aquí, muchachos.

-¿De qué hablas? -preguntó _____.

-en la última media hora, toda la gente parece haberse esfumado, y las
pocas personas que he visto no tenían muy buen aspecto.

-ok. Esto haremos. Nos iremos a un hotel y mañana a primera hora iremos a ver a Peter, ¿Quedó claro? -miro a cada uno.

-ya oyeron a mi hermana -comenzó Newt. Paso un brazo por los hombros de la susodicha-. Vámonos a un hotel.

Caminaron calle abajo, hacia un hotel no muy lejos de donde se encontraban.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top