2

Tal y como dijo, Janson volvió a los treinta minutos.

Condujo a Thomas a través de más pasillos confusos, ahora definitivamente estaba perdido. Esa instalación era igual de confusa que un laberinto. Janson hablaba de algo a lo que él no prestaba atención, seguía pensando en ella, en Newt, ¿Cómo se lo tomaría?

-... Volveré en un rato. Olvide unos papeles, cuando regrese les daré un anuncio importante a todos- habla Janson. Frunció el ceño, no recordó nada de lo que dijo. Para que no lo notara, asintió y se dispuso a entrar por las puerta doble que estaba frente a ellos-. Disfruta la comida.

Sin decir una sola palabra, entró. Todos sus amigos estaban dentro; las chicas del Grupo B también. Adentro había unas mesas rectangulares muy largas, un pequeño foro estaba a su izquierda y sobre este había un atril de madera.

Recorrió con la mirada el lugar. Algunos de los chicos de su grupo estaban mal, tenían un aspecto horrible. Los hombros de Chuck se sacudían conforme sollozaba; algo hizo llorar a ese niño de tan auténtico carisma, ese niño que se encargaba de hacer reír al menos a una persona. Su labio inferior temblaba, de vez en cuando pasaba el dorso de su mano izquierda por su nariz. Sus mejillas estaban bañada en lágrimas.

Minho que era el más fuerte de todos, lloraba en silencio. Miraba sus manos y jugaba con sus dedos; aún en las peores situaciones él seguía haciéndose el fuerte. Su amigo Newt parecía sin vida, la vista la tenía en un punto fijo; su aspecto era igual o peor que el de Thomas.

Él dedujo que ya habría de saber lo que pasó con _______. Se acercó despacio a la mesa donde se encontraban sus amigos. Ninguno notó su presencia hasta que pronunció de una forma apenas audible, y con la voz quebrada, el nombre de uno de sus mejores amigos.

El susodicho levantó la mirada hacia él. Newt se levantó de su asiento y se acercó a Thomas. Se miraron por unos segundos, ambos tratando de contener las lágrimas. El corazón de Thomas se estrujó al ver el rostro de su amigo, estaban pasando por un mal momento.

Sin más, se abrazaron y lloraron en el hombro del otro. Era difícil asimilar lo que pasaba, perdeiron mucho.

-ella... -Thomas trato de hablar, pero de nuevo su voz se quebró. Cada vez que la intenta hablar de ella, un nudo se forma en su garganta.

-ya lo sé, Tommy, me dejó una carta- por sus mejillas caían gruesas lagrima que parecían no tener fin. Era su única familia y se la habían arrebatado-. Estube con ella cuando se la llevaron. Fue el día que llegamos, en cuanto el Berg tocó tierra ellos entraron y se la llevaron. -su voz se quebró. Agachó la cabeza mientras sollozaba fuerte- ¿Sabes qué fue lo último que le dije?

Thomas ya no podía ver a Newt a la cara, bajo la mirada y se limpio las lágrimas, fue en vano ya que seguían saliendo más de sus ojos, parpadeo varias veces intentando tranquilizarse y no llorar. Pero escuchar a Newt decir que el estubo ese día allí le partía el corazón, y llegó a preguntarse: ¿Dónde estaba yo?

-me dijo que no dejara que se la llevarán... Y...- le dijo Newt. Se limpio las lágrimas en la camisa-. Le fallé. Le fallé y ahora ella ya no está aquí.

Volvió a romper en llanto. Está vez Minho se levantó de su asiento y se acerco a sus amigos.

-lo siento, viejo- apretó su hombro en señal de apoyo-. Todos la queríamos mucho. Esos garlopos pagarán por lo que le hicieron.

Todos asintieron en señal de que estaban de acuerdo con Minho. Thomas se acercó al pequeño Chuck; el niño tenía los ojos hinchados y la nariz roja. Thomas paso uno de sus brazos por los hombros del niño, quería que supiera que no estaría solo; él lo cuidaría por ella, se lo prometió. Chuck se pegó al cuerpo de Thomas y lloró más fuerte.

-ella no hubiera querido que estés así -frota su espalda-. Hay que ser fuertes por ella, enano.

-Thomas... ¿Verdad que ella no tenía la Llamarada? -lo mira a los ojos, con tanta tristeza que lo que quedaba del corazón de Thomas, se partió en mil pedazos.

-no -dijo, en un murmuró apenas audible.

Janson entro a la sala con su típica sonrisa forzada. A Thomas se le revolvió el estómago nada más verlo. Su odio hacia él y todos los asociados a C.R.U.E.L creció repentinamente, quería ir hacia ese pequeño escenario, tomar a Janson por el cuello y ahorcarlo hasta que su piel se ponga morada y su lengua salga de boca. Deseo con todas sus fuerzas poder tener un arma y dispararle desde donde se encontraba.

Janson se colocó detrás del atril y su sonrisa se forzó más al tener que saludar a todos los chicos y chicas que lo miraban con odio y repulsión. Aclaró su garganta, entrelazó las manos sobre el atril.

Él hablaba y hablaba; sin embargo, Thomas estaba sumido en sus pensamientos y no presto atención a lo que el Hombre Rata decía y los insultos y preguntas que le hacían sus amigos.

Janson les explicó la situación actual de allá fuera. Los Cranks odian a los inmunes; llamándolos Munis. Les dijo que ya no les harían más pruebas ni nada, todo había terminado ya. Ya no habría más mentiras o eso aseguraba Janson.

También les dijo que podían devolverles sus recuerdos, uno por uno. Solamente tenian que remover el Neutralizador que estaba en sus cerebros y todo estaría bien. Claro, las protestas de sus amigos nosé hicieron esperar, ellos con confían en C.R.U.E.L y temen que vayan a manipular sus recuerdos, al igual que los manipulaban a ellos.

-... cómo les dije, no todos ustedes son inmunes a la Llamarada -hablo Janson-. Ahora nombraré a los no inmunes; Newt...

Todo el sistema de Thomas se puso alerta. Acababa de escuchar el nombre de su amigo en la lista de los no inmunes. Eso quería decir que se convertiría en Crank, al igual que ella.

No, se negaba a aceptarlo. No perdería a su mejor amigo al igual que perdió a su novia. Él no. La cara expresión de Newt era neutra, como si estuviera sin vida. La vista fija en un punto inexistente del otro lado de la habitación.

-lo siento. Mis disculpas, me he equivocado. -se apresuró a aclarar Janson-. Tomé la lista equivocada. Cariño, tráeme la otra lista.

El alma le volvió al cuerpo. Sólo fue un error de ese estúpido hombre con cara de Rata. Newt y quiénes sean los demás que estén en esa lista, sí son inmunes.

-me lleve un gran susto -comenta Chuck.

-todos nos lo llevamos -concuerda con su amigo.

Estaba tratando de tranquilizar su agitado corazón, cuando se dió cuenta de algo importante; Janson llamo a alguien: cariño. Él no sabía que un tipo como él podría tener esposa. Sintió gran curiosidad por saber quién era la dichosa "Cariño".

En menos de un minuto, una chica con máscara quirúrgica entra en la sala, captando la atención de todos.

Todo está en silencio. El único sonido que se escuchaba es el de la chica al caminar. Ella no parecía ser la esposa de Janson, a menos que le gustarán jovenes, y tampoco parecía muy mayor, podría ser de la edad de ellos; algunos dieciséis o diecisiete.

Lo que llamó la atención de Thomas fue que jamás levantó la vista del suelo. Caminaba con pasos seguros y con una postura perfecta, como si toda su vida hubiera usado tacones.

-¿Quién es ella? -pensó en voz alta.

-¿Su hija? -sugirio Sarten.

-no, no puede ser su hija. No creo que haya una mujer en este mundo capas de estar más de dos horas con ese miertero cara de poplus -hablo Minho, con voz áspera y sin su toque sarcástico que tanto lo caracterizaba. Dejaba bien en claro el odio hacia aquél hombre que estaba parado frente a ellos.

Thomas no les prestaba mucha atención, ya que su curiosidad por saber quién era aquella chica de tan perfecta postura que casi se podría decir que era un robot. Su vista seguís puesta en el suelo, en ningún momento levantó la mirada hacia ellos.

Janson le susurró algo, a lo cual ella asintió y dió media vuelta para regresar por donde llegó. Él llegó a preguntarse sí en verdad era un robot; comparado con todo lo que CRUEL había hecho ¿Qué era un robot? Nada.

Pero su curiosidad aumentó más, tanto que deseo ponerse de pie e ir a detenerla para hablar con ella.

-espera -la detuvo Janson-. Olvidaste la lista.

La vio darse vuelta, caminar hacia el atril y recibir la lista; sin levantar la mirada.

»sólo levanta la vista. Míranos. Por el amor de Dios, sólo voltea« pensó.

Estaba desesperado por el echo de que no los miraba. ¿Qué es lo que ocultaba o cuál era el otro motivo por el que no los miraba?

Como si de algún modo la chica hubiese escuchado las súplicas de Thomas, giro su cabeza un par de centímetros y levanto por fin la vista del suelo. Nada más fue una fracción de segundo. Y eso basto para que el corazón de Thomas latiera tan fuerte que golpeaba su pecho.

No podía ser posible. No era real, su mente varias veces le jugaba bromas como esas. Llegó a imaginar dentro de aquella habitación de paredes blancas, verla entrar por la puerta y pedirle que huyan.

-no puede ser -murmuró.

Ella seguí caminando hacia la salida. Para cuándo se dió cuenta, ya estaba llendo detrás de ella. Tenía que confirmar sus sospecha, no podía ser cierto. No era ella.

Ignorando las órdenes de Janson diciendo que volviera a su asiento, siguió a la chica. Tenía que salir de dudas. Ya no soportaba seguir así, viéndola en todas partes y saber que solo era producto de su imaginación. Se volvería loco a ése pasó.

Ella era su mundo entero. Cuando sentía que no podía más, estaba allí, a su lado, ella estaba allí dándole ánimos de seguir. Por ella es que despertaba todos los días con ganas de encontrar una salida de ese Laberinto; por ella es que fue capaz de finalizar las pruebas del Desierto. Todo por ella.

-oye... -la llamo.

Thomas la alcanzó antes de que pudiera llegar a la puerta. La sujetó de la manga de la bata, haciéndola girar para que lo viera. Los nervios los lo comían vivo y no disminuyeron al verla por fin de cerca.

Parecía asustada, lo reflejaban sus ojos. Se deshizo del agarre de Thomas y retrocedió torpemente.

-eres tú... -dijo, en un susurro apenas audible. Era como un animal asustado, retrocedía y buscaba el pomo de la puerta.

Sus ojos. Esos ojos que no sería fácil que él los olvidará; esos ojos que lo hechizaban y lo hacían sentir una calma inexplicable. Era la viva imagen de ella. Estiró su mano para retirar la máscara quirúrgica, pero alguien sujetó su muñeca a medio camino.

Giro a ver al responsable. Janson, que trataba de mantener su postura tranquila hablo:

-te dije que te sentaras.

Thomas jaló su mano. De nuevo miró hacia ls chica, ya no estaba.

-¿Quien es ella? -exigió.

-eso no es de tu incumbencia, Thomas. Ahora vuelve a tu asiento.

Janson no parecía feliz con lo de acababa de hacer Thomas. Minho y Newt llegaron y se lo llevaron a rastras. Se volvieron a sentar, para que Janson continuará con lo que iba a decir.

-¿Estás loco? -cuestiono su mejor amigo-. ¿Por qué fuiste tras ella?

-es ella -murmuro.

Newt que ya tenia su sermón, se quedó callado mirando a Thomas.

-¿Que dijiste? -pregunto Minho.

-es ella. Te juro que ahora no es mi imaginación. Es ella, Newt. Es ______ -hablo con frustración.

Su corazón latía más fuerte. Newt estaba en shock tratando de procesar lo que Thomas había dicho.

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