incertidumbre o seguridad.

── Necesito que hables, Felix. ── la dura voz de su padre fue ablandándose poco a poco. Sin embargo, seguía siendo firme en su necesidad por interrogarlo. Por la Diosa, su cachorro jamás había mostrado un comportamiento de ese tipo.

O eso esperaba JaeBum. Porque quizás no soportaría la idea de que su hijo le mintiera por años. 

La mañana era fresca y cálida, pero para el joven omega eso nada importaba. Menos cuando Bang Chan estaba abajo, en un propio debate mental.

── Cachorro...

El rubio alzó la vista, le costó demasiado no derramar las primeras lágrimas. Apretó sus delgadas manos contra su propio regazo y sintió el colchón hundirse, sabiendo que su padre se había sentado al lado suyo.

── Acaso... ¿Acaso él te hizo algo malo?

Felix negó sin dudarlo ni un segundo. ¿A qué venía esa pregunta siquiera?

── Perdóname, papá. Yo- yo quería pasar tiempo con él, soy muy feliz a su lado y...

── Y esa no es excusa para hacer lo que hiciste. ¿Crees que aquello está bien? Por favor, hijo, esos alfas no son de fiar. 

── Él me quiere, papá. ── musitó casi en un susurro, pero el aludido se mostró disconforme. ── Me quiere mucho.

── Nadie que quiera a alguien, provoca este tipo de problemas.

── Bang Chan no es así. ── contradijo, tomando algo más de valor. No podía quedarse en silencio cuando querían atacar a su novio. Así sea su propio padre.  ── Es mi culpa, él no me obligó a nada. 

── Felix...

El tono de advertencia se hizo denotar. No obstante, el omega resopló fuerte y observó al mayor fijamente a los ojos.

── Deja que se vaya, papá. No tienes nada qué hablar con él. Fui yo el que te mintió y aceptaré cualquier castigo. ── soltó en medio de una batalla con sus nervios y balbuceos. ── Por favor.

── No. Él tiene que estar ahí cuando baje si es que estás tan seguro y confiado en defenderlo, Felix. No todos los alfas son como Lucas, ese muchacho podría lastimarte en cual- 

── Él sería incapaz. ── le interrumpió.

── ¿Por qué te empeñas tanto en darme la contra? 

── Porque lo quiero, papá. 

JaeBum suspiró con cansancio. Sin embargo, la mirada de su hijo demostraba la claridad de sus palabras. Con tanto sentimiento que le llegaba a dar miedo que pudieran aprovecharse de él. Nunca había conocido a alguien cercano a su cachorro, y que éste apareciera de la nada con un alfa que gritaba algo más que un simple "amigo", le ponía los pelos de punta y debía abordar bien el tema antes que le diera un ataque.

── Hago esto para protegerte, y quiero que sepas que no estoy siendo el villano de esta situación.

── Y yo te pido que le des una oportunidad, por favor. ── le rogó, su garganta empezaba a flaquear. ── Sé que hice mal, p-pero tenía miedo que esto pasara y reaccionaran muy feo. Ustedes se desviven por querer que comparta todo mi tiempo con Lucas y yo no lo quiero a él. No quiero que me emparejen con alguien de esta forma.

El alfa limpió la solitaria lágrima que se deslizó por la tersa mejilla de su hijo, con la mano temblorosa al verlo en un estado sensible.

── Lucas y yo nos dimos cuenta desde el primer día, y ninguno quiere que esto siga avanzando. Papá... Yo quiero a Bang Chan.
            
Cuando Felix intentó tomar las manos de JaeBum para pedirle perdón una vez más y convencerlo de que su novio no tenía nada qué hacer en la casa. El alfa se levantó de su lugar y se encaminó hacia la puerta, dejando un desolado Felix que esperaba que todo saliera bien.

── Pues veremos si él piensa y siente lo mismo que tú, Felix. 

Y el rubio deseó lo mismo con todas sus fuerzas. Confíaba en Bang Chan.

JaeBum dobló las mangas de su camisa hasta los codos, queriendo mostrarse más que neutro con la conversación que tendría dentro de poco. Intentaba calmar sus feromonas, esas que destilaban su molestia. Después de todo, ese tal Bang Chan era un crío y no podía abusar de su autoridad como mayor.

Aunque ganas no le faltaban...

Mucho menos cuando al pisar el último escalón, no notó la presencia de nadie en la sala ni el pasillo. 

"Lo sabía" ── dijo para sus adentros. Sin saber si alegrarse por alejar al tipo o preocuparse aún más por su cachorro. Pff, de todas formas ese muchacho había ocasionado un problema y, las ganas para golpearlo no le faltaron. A la mierda la moral. 

Sin embargo, cuando abrió la puerta principal para notar qué tan lejos había huido el cobarde. Su lobo se quedó estático como él cuando observó al joven alfa sentando en las gradas de la entrada. 

Bang Chan rápidamente volteó el rostro hasta observarlo, poniéndose de pie como si el piso quemara debajo de él. 

── Señor Lee...

El mentado arqueó una de sus cejas, cruzándose de brazos mientras lo analizaba.

Bang Chan sintió sus manos sudar como nunca. Maldición, ¿cuándo siquiera se había sentido nervioso e intimidado?

"WooYoung tenía razón cuando dijo que el amor apendeja" ── se lamentó mentalmente. 

No obstante, recordando a su chico sabía que todo eso valía la pena. Felix valía mucho más que un alfa problemático y con problemas de disciplina.

── Así que no has escapado aún. 

El castaño tragó saliva con fuerza, escondiendo sus manos -que parecían gelatina por el temblor en ellas- detrás de su espalda.

── Y no haría eso en lo absoluto, señor Lee. Solo... Solo quería pensar bien las cosas del cómo se llevaría a cabo muestra conversación ── y tomar valor, mucho valor.

── ¿Al menos reconoces que hiciste mal al exponer a mi cachorro de esa manera?

── Por supuesto, señor. Yo-

── ¿Y entonces por qué no lo detuviste?

Bang Chan calló abruptamente, quedando con la mente en blanco. Demonios, justo en ese momento tenía que quedarse sin palabras en el cerebro.             

El mayor fue paciente con él durante esos segundos que parecieron una eternidad tortuosa, escuchando atentamente cuando el castaño decidió seguir después.

── De hecho, si me pareció una mala idea. Yo sé que Felix no ha concurrido a hacer este tipo de cosas, pero, señor Lee, usted tiene absolutamente mi palabra como alfa al asegurarle que he cuidado a Felix desde el primer segundo que salimos en esta y las demás circunstancias. 

» Yo no tengo malas intenciones con su hijo y por lo que él me contó, la situación en casa es complicada incluso aunque no se los haya dicho. Sé que hicimos mal al salir a escondidas y mentiras, pero quisimos esperar a que todo vaya a su debido tiempo. Felix... ── no pudo evitar suspirar al mencionarlo.── Él es un omega inteligente, dulce y noble. No pienso lastimarlo pero, si cree que no lo merezco ni un poco, me gustaría ganarme su confianza aunque me amenace y jure que jamás me la dará. 

JaeBum se sobó la quijada. Admitía que el alfa tenía agallas para pedirle algo tan grande como eso. Sin embargo, no podía aceptarlo tan fácilmente. 

── ¿Realmente quieres a mi hijo?

Bang Chan hizo contacto visual con el mayor, intentando que una sonrisa estúpida no se dibujara en su rostro ante una charla con tono caóticamente serio. 

── Señor, en este punto del día no sé si decir que amo a su hijo es demasiado apresurado o no... Porque es lo que es. Amo, quiero y respeto a su hijo. 

» Puedo jurarle aquí que, si me da una segunda oportunidad, no habrán más engaños ni escapadas en secreto. Quiero hacer lo correcto y sé que no se arrepentirá. 

JaeBum se relamió los labios, causándole algo de gracia el obvio nerviosismo que el joven alfa trataba de esconder a toda costa. Con un sonido dudoso atrapado en su garganta, asintió levemente y con lentitud.

── De acuerdo, quiero que vengas a cenar con mi familia aquí en la próxima semana.

Bang Chan sintió que su cabeza dio vueltas en ese instante, quedando con los labios entreabierto por segundos, segundos que le secaron la boca por completo y retuvieron a su corazón que hasta ese momento latía como el de un loco frenético.

Ambos se quedaron quietos uno frente al otro, hasta que Bang Chan recordó lo que tantas veces su madre el enseñó desde niño.

Dando un sinfín de inclinaciones en modo de agradecimiento, demostró lo conmocionado que se sentía y lo lejos que -positivamente- había llegado ese día. 

Se estrecharon las manos con un respeto que Bang Chan jamás en su puta vida pensó tener y se quedó esperando algo tácitamente. No obstante, el mayor se negó.

── No, hasta la próxima semana no podrán verse. Si bien estoy aceptando darte otra oportunidad, Felix debe aprender que este tipo de cosas no vuelvan a suceder...

Y Bang Chan supo que no había peor castigo que el que no se vieran por unos largos y jodidos días.

── Así que, te espero el próximo sába-

── ¡Bang Chan! ── el grito eufórico de cierto omega terco y escurridizo cortó el sermón de JaeBum, quien cerró fuertemente sus ojos ante la desobediencia de su hijo.

Bueno, tenía en claro que Felix podía darle la contra cuando se lo proponía desde que era un pequeño cachorro.

Sin importarle nada al rubio, corrió tan veloz como pudo hasta abrazarse al cuello del alfa y olfatear su aroma para tener esa calma que tanto estaba ansiado.

── Channie... P-pensé que ibas a irte. 

Bang Chan sonrió con ternura ante el apodo, pero antes de que sus manos tocaran las estrecha cintura ajena. Un gruñido disconforme los separó.

── Bien, bien. Están muy enamorados y toda la cosa, pero tú sigues castigado, jovencito. ── le regañó sutilmente a un Felix que hizo puchero.

── P-pero al menos déjame despedirme de él, por favor.

── Considerando que no van a verse hasta la próxima semana... ── el rostro del rubio se contrajo en una tristeza indignante. ── Un último abrazo y te despides de Bang Chan. 

Felix sonrió y no dudó en abalanzarse nuevamente al alfa. Ambos soltaron risas efímeras que demostraban lo nerviosos y risueños que se sentían luego de toda la situación, una que no había durado ni una hora y los había hecho sufrir como para toda una vida.

── ¡No dije besos en algún momento! 

Con un tono de advertencia, que más que aterrador sonaba a pánico por ver a su único hijo en los brazos de un alfa, Felix y Bang Chan tuvieron que despedirse con demasiado pesar.

── Ya, cachorro. No es como si se fuera al extranjero por años. ── resopló cuando lo vio algo cabizbajo luego del partir del castaño en su motocicleta. 

Felix negó con una sonrisa suave y contenida, pero no pudo controlar tampoco el impulso de colgarse del cuerpo del mayor para abrazarlo fuertemente.

── Aunque realmente desearía eso...

El rubio rodó los ojos, pero su agarre siguió siendo fuerte y cariñoso cuando le susurró un sincero: ── Gracias, papá. Eres el mejor del mundo.

JaeBum se contagió de las emociones de su pequeño y supo que había tomado la decisión correcta de darle su propio camino para ser feliz. 

Estaba esperando demasiado esta actualización, espero que les guste<3

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