XXIII
- El azabache y el rubio tonto -
7:00am
- Buenos días pequeña, encontrar la dichosa llave fue más difícil de lo que imaginé. - habló el de puntas azules mientras dejaba en la barra de la gran cocina, una caja con un logo bastante reconocido.
- ¿Cómo entraste? - respondí incrédula a su repentina presencia dentro de mi solitario hogar. Él sólo sonrió y se acercó abrazarme.
- Recuerda que hay una llave escondida en el jardín. - dijo sosteniendo mi rostro entre sus manos a la vez que apretaba levemente mis mejillas.
- ¡Oh, esa llave! - exclame recordando, era una llave que se encontraba en un agujero de tierra en el jardín que estaba cubierto de pasto.
- Ahora sientate a desayunar que hoy yo te llevaré al instituto. - me llevó a un taburete y lo movió sediendome el puesto para luego extenderme la caja que había colocado en la barra.
- Espero te guste. No sabía como te gustaba así que te traje dos de cada uno, así decides cual comerte y puedes guardar los otros. - explicó y le sonreí en forma de agradecimiento.
Abrí la caja, que ahora viendola de cerca era de la panaderia de los padres de Marinette, dentro de esta había 4 Croissant, los cuales tenían un pequeño banderín que indicaban de qué era su relleno. Los de la derecha era de queso crema, jamón ahumado y aceitunas, y los de la izquierda de queso crema y pimentón acaramelizado.
Sin duda alguna Luka me encanta.
Tomé uno de cada uno para comermelo y le extendi uno a él, al principio se negó pero luego de insistirle tanto y amenazarlo de que no saldría con el, accedió a comérselo a regañadientes, como un niño de cinco años al que no le gusta el brócoli. Mientras desayunabamos en un silencio pacífico, mi mente viajo a la pelinegra de puntas moradas; ¿No debería de estar aquí también si Luka me llevará hoy al instituto?
- ¿Y Juleka, no debería de estar aquí? - cuestione mientras columpiaba mis pies.
- Dijo que no estaba dispuesta hacer mal tercio entre nosotros, así que me pidió... ¡me exigió, mejor dicho! que la llevara antes al instituto. - contó haciendome reír, Luka y yo aún no eramos algo ¿oficial? si se podría decir así. Después de la fiesta de Kim sabíamos que nos gustabamos mutuamente.
- Será tonta. - solté poniendo mis ojos en blanco, el solo levanto sus hombros indiferente y seguimos comiendo.
...
8:45am
Las miradas estaban sobre nosotros, era bastante incómodo para mí. Sabía que era porque Luka y yo íbamos abrazados, pues la mayoría de las veces estabamos juntos y esto no ocurría, sentí como me empujaban haciéndome tropezar levemente para luego observar una cabellera rubia pasar de largo delante de mí bastante rápido, la cual se detuvo en un casillero y pude percatarme de Adrien, el cual después de dejar algo cerro el casillero con fuerza desviando la atencion de las personas hacia él.
- ¡Metanse en sus asuntos! - exclamó furioso para luego a los pocos segundos darme una mirada enojada.
¿Qué bicho le pico ahora?
Aquél ruido que indicaba el inicio de las clases sonó, Luka con toda la amabilidad del mundo me llevó a mi salón y luego se marcho al suyo, saqué mis cosas y me dispuse a seleccionar mis materiales. Sentí como jugaban con mi corto cabello y me giré encontrandome con una Alya bastante distraída, a pesar de estar haciendo un posible nudo en mi cabello su vista se veía pérdida.
- Hola Alya, ¿te encuentras bien? - cuestione con una pequeña sonrisa. Ella pareció espabilar notando que le hablaba, me sonrió. Que chica tan simpática.
- Solo pienso en lo estúpido, idiota y patán que puede ser Adrien. - bufo con enojo y me observó con el ceño fruncido. Al parecer no solo el estaba disgustado hoy.
- ______ tú podrias ayudarlo a cambiar. - soltó repentinamente. ¿Qué demonios podía hacer yo? a mi parecer nada, además no sabía el porqué su comportamiento ni porqué ella decía eso de él.
A los pocos segundos vimos como el rubio entraba al salón junto a Marinette abrazandola por los hombros, todas las miradas se posaron en ellos, algunas chicas susurraban cosas bastante crueles, otras los miraban con envidia, los chicos igual. El dirigió su mirada a mí, le regalé una sonrisa y le salude, fruncio su ceño al verme y giró su cabeza indiferente.
Okey...
La morena se acercó a él y noté como hablaban pero repentinamente se pusieron a discutir. Yo no conocía del todo al rubio, pero desde hace un tiempo se había empezado a comportar distinto y su actitud de hoy era bastante extraña a mi parecer, aunque es igual al principio y creo que es a eso a lo que se refería Alya.
- ¡No es tu problema, ni el de nadie Alya! Es mi vida y hago lo que me plazca. - gritó llamando la atención de todos, Alya permanecía con su rostro enojado frente a el mientras la azabache era indiferente aquella escena.
- ¡No lograrás nada con eso Agreste! deja de ser tan inmaduro e idiota. - replicó exaltada. La tensión era tal, que el resto de las personas permanecían incomodamente silenciosas. Aúnque algunos secreteaban sacando conclusiones.
- ¡Dejame en paz, eso a ti no te incumbe en lo más mínimo! si tan malo te parece, ignoralo como todos y ya. - demandó golpeando su mesa de trabajo con bastante fuerza, causandome sobre salto.
- Yo no soy todos Agreste, soy tu mejor amiga, pero no me extrañaría que fueras así porque andas con está y peores... - soltó la morena refiriendose a la azabache quien solamente la observó indiferente.
Yo lo observé esperando una buena reacción de él pero solo poso su mirada expectante en mi y al ver que lo estaba observando, miro con furia a la morena y salió del salón, cerrando la puerta con fuerza. La profesora entro al salón y después de pensarlo bien unos segundos me levanté acercandome a ella.
- Profesora sé que acabamos de entrar pero tengo una emergencia en el baño, ¿podría dejarme ir? Es urgente. - susurre ganandome una mirada curiosa por parte de Alya.
- Claro Srta. Lafont pero vaya y venga rápido. - aclaró la mujer, le sonreí y fui en búsqueda del rubio.
Espero no arrepentirme de esto.
Mientras caminaba por los pasillos del instituto en su búsqueda me puse a pensar en las veces que he repetido esa frase desde que lo conozco. "Espero no arrepentirme de esto", cada vez que el rubio está involucrado en algo y pienso en ayudarlo esa frase no tarda en resonar en mi cabeza y algunos momentos no han tenido finales muy amenos.
Pasando cerca de la cancha escuché el sonido de unas zapatillas rechinar contra el suelo.
Seré tonta, obvio era el.
Entré al lugar y me senté en la banca más baja de las gradas, observando los lanzamientos que hacía y los movimientos que utilizaba pensando que tenía un oponente en frente. El no se percataba de mi presencia, su rostro se veía furioso y decaído a la vez. De un momento a otro sus movimientos se volvieron bruscos y repentinamente lanzó el balón tan fuerte que al rebotar toco el techo del gimnasio y al regresar casi me golpea.
- ¡Oye, ten más cuidado! - exclame cruzada de brazos. El bufo y volteó exaltado.
- Nadie dijo que te metie... ______... - su cuerpo se relajó de inmediato, tomé el balón que hace unos pocos segundos por fin dejó de rebotar y me acerque a él.
- ¿Qué te sucede? - le extendi el balón y el lo tomó entre sus manos aúnque ambos seguiamos sujetandolo como unos tontos, el me observó y suspiro para por fin colocarlo a su costado bajo su brazo.
- No es nada de lo que debas preocuparte chica de la cafeteria. - dijo para luego hacerme un pase el cual atrape. No seré amante de los deportes pero tampoco soy tan inútil para dejar caer un balón.
- Disculpa por considerarte importante. - dije devolviendole el balón del mismo modo comenzando una serie de pases.
- ¡Soy importante para ti! que orgullo. - exclamó con sarcasmo, la burla en su voz era muy notable. Solo puse los ojos en blanco para luego escucharlo reir. Me siento como su payaso personal.
- Eso ya debías de saberlo, ¿no? - dije con una sonrisa socarrona. Me observó sorprendido y luego se carcajeo.
- La sabelotodo aquí eres tú. - levantó sus hombros y luego encesto el balón, yo lo tomé y lo coloque detrás de mí.
- Eso lo sé. - admiti orgullosa, el rubio se acercó a mí y tomo mi rostro entre sus manos. Yo me sonroje de inmediato. El acercó su rostro poniendome nerviosa.
¿Por qué me tengo que sonrojar tan facilmente?
- ¡Vaya, pero que modesta nos salió la niña! - exclamó irónico, se alejó de mi y yo suspire aliviada sintiendo como mis mejillas se enfriaban y volvían a su tonalidad de siempre.
- Tu sentido de alivio me ofende muchísimo chica de la cafeteria. - soltó fingidamente ofendido, yo reí y le lancé el balón. Estábamos tardando demasiado en volver al salón y no creo que la profesora vaya a ser considerada aunque tratándose de mi podía ser.
- Adrien, ya es hora de volver al salón. - anuncié, como era de esperarse no le dio importancia y comenzó a encestar una y otra vez el balón algunas entraban y otras no.
- ¡Adrien es en serio! - exclame tratando de que me hiciera caso, pero creo que a la profesora le prestaria más atención en este momento.
Suspire y fui a quitarle el estupido balón de una vez por todas, trate de hacer lo que hacen los jugadores profesionales y al parecer funcionó porque logre exitosamente arrebatarle el balón de las manos, al tenerlo en mi poder me sente en el suelo en posición fetal ocultandolo.
Ahora si me va hacer caso.
- Eres buena pero... ¿qué demonios tratas de hacer? - cuestionó confundido, aunque su tonta cara de modelito se burlaba de mi.
- Hazme caso, prestame atención. - solté, el permaneció en silencio mientras que yo me sentía como una niña de cinco años la cual no quiere prestar su juguete favorito.
- Bien, iré contigo al salón si encestas más canastas que yo. - retó y yo lo observé pálida. ¿Cómo demonios iba a ganarle?
- Sí no tendrás que quedarte afuera conmigo. - y eso era lo que no quería escuchar. Estoy jodida.
- "No justifiques tus malas acciones hacia otras personas por tus sentimientos. No lastimes a los demás porque te sientes mal. M.M"-
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Han pasado 84 años...
¡Hola, Hola! Espero se encuentren super super bien. 😄
Aquí les traigo finalmente un nuevo capítulo de BAD BOY.
Y voy a explicar un poco el hecho de que casi no estoy actualizando.
Primeramente espero terminar "Una canción de amor" antes conocida como LoveApp, pues necesito organizar mis ideas; segundo que el colegio me esta sofocando y al encontrarme en cuarentena todas mis asignaciones las hago por internet, tercero... mi internet es un asco.
Pero bueno, iré terminando poco a poco las historias que han sido comenzadas para luego empezar una de las dos historias que tengo por estrenar.
Espero que este capítulo les haya gustado, nos vemos en el siguiente cap. 😉
¡LOS AMO!
¡Besos! 💋
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