- Lo siento -

El vehículo empezó andar y mi mente volvió a maquinar distintas situaciones más el causante de ellas, mi cuerpo se tenso en el asiento y apreté el pequeño bolso que traía fuertemente con mis manos. El sonido de un teléfono me sacó de mis pensamientos y observé por el retrovisor como el corpulento hombre contestaba.

- Dígame... si, ya estamos en camino para allá... Okey, Sr. Agreste - escuché a el hombre hablar y luego el volteó al retrovisor observandome e inmediatamente desvíe mi mirada a otro lugar.

Me estaba poniendo nerviosa, mis pensamientos no ayudaban mucho y realmente no entendía el porque de toda está extraña situación. Me convencí a mentalmente que todo tenía sentido.

Gabriel le dijo a Adrien que me dijera que nos reuniriamos hoy en vez de decirle a mi madre la que debido a su reunión no podría acompañarme, la hora seguramente fue por la visita que le hago diariamente a Emilie y el que él mismo no estuviese presente en este momento era porque seguramente estaba esperándome en su oficina.

No hay nada raro.

Si es eso, y el comportamiento extraño de Adrien sólo fue porqué seguro estaba buscándome desesperadamente pensando que me había marchado del instituto.

Suspire y me relaje, admirando el camino por la ventana del auto. Los minutos pasaban y a medida que avanzabamos me daba cuenta que este no era el camino ni para la mansión agreste, ni para la compañía de los mismos.

- Disculpe... ¿a dónde nos dirigimos? - cuestione con sospecha al hombre que conducía.

- Al restaurante del Le Grand París Srta. Lafont - respondió amablemente el hombre.

Esto no me da buena espina.

...

Narra Adrien:

Va a matarme.

De aquello no tenía duda, estaba nervioso y más cuando sabía que Chloe podía estar rondando por aquí. Quería que todo saliera a la perfección porque si por una u otra cosa por mínima que fuera, saliera mal, no sólo me iba a odiar por lo ocurrido en la fiesta.

Escuché mi teléfono vibrar en mi bolsillo y lo saqué observando la pantalla, inmediatamente conteste.

- ¿Qué sucede gorila? - cuestione levantándome de mi asiento en la mesa para dos que había reservado.

- Ya llegamos - respondió e inmediatamente comencé a buscarlos con la mirada.

- Traela a la mesa, por favor.- pedí y me aleje para que no me viera ahí. Dio un sonido de afirmación y colgó. Después de unos segundos a lo lejos divise ambas figuras.

Ella sin duda se veía hermosa, traía un vestido de tiras en corte V cruzado, ajustado al cuerpo que llegaba a la mitad del muslo de color coral, observe sus largas y tonificadas piernas notando unas sandalias de tacón doradas, las cuales eran cruzadas hasta la mitad de la pantorrilla y luego mis ojos se posicionarnos en sus brazos los cuales apretaba con aparente fuerza un bolso del mismo color de las sandalias.

Se veía hermosa, sin duda alguna me conquistó de una manera extraña, porque lo hizo sin darse cuenta y sólo siendo ella misma. "¿Gistirmi ilguiin cimi illi? Jimis"

Me siento un idiota.

Gorila la sentó en su lugar y se marchó, respire profundamente relajandome y me encamine nuevamente a la mesa.

- Espero no te molestes.- hablé a sus espaldas haciéndola girar con sorpresa.

- ¿Qué haces aqu... ya entiendo todo. - fruncio el ceño y volvió a enderezarce, tomé asiento frente a ella y la observé mirarme con algo de molestia.

- ¿Por qué lo hiciste? - cuestionó seriamente.

- Necesitaba que me escucharas y si te mentía con esto, sería mucho más fácil poder reunirme contigo. Además de que hoy a pesar de lo ocurrido me hablaste, así hayan sido unas pocas oraciones, me animo un poco más a hacerlo. - expliqué.

No mentía con respecto a eso, estaba super conciente de que este plan tenía sus fallas pero después de la corta charla que tuve hoy con ella me convencí de que de si algo iba a salir mal, iba a salir mal de todas maneras y que tenía que intentarlo.

El que no arriesga, no gana y si no ganó por lo menos lo intenté.

- Dejando de lado el hecho de que ignoraste mis mensajes y llamadas durante todo el fin de semana.- solté con algo de gracia.

- ¿Y que tienes que decir en tu defensa? - pregunto ella relajandose un poco más.

- Sé que debes de odiarme, pero lo ocurrido en la fiesta no lo planee y ni siquiera sabía que ella haría eso. - dije inicialmente y observé su rostro, no lucia convencida en lo absoluto. Escuché un suspiro salir de su boca y luego habló.

- Adrien, lo que sucedió en la fiesta no me molesto. Lo que realmente hizo que me molestara fue el que no cumpliste y ni siquiera hiciste nada para evitarlo o por ayudarme, sólo te quedaste viendo como todo sucedía.- su voz sonaba triste y apagada al contarme aquello.

- Tienes razón, pude haber hecho más que decirle una estupidez a Chloe lo cual no detendría nada. Y no pude cumplir con mi parte del trato por estar contigo.- sentía enojo conmigo mismo porque sabía que había sido mi culpa, pero yo realmente nunca quise que eso ocurriera.

Ella cambió su semblante a uno confundido y permaneció callada por unos segundos, abrió su boca pero de ella no salió nada así que volvio a cerrarla.

- Por estar contigo no pude cumplir con mi parte del trato, para que Chloe dejará de molestarte tendría que salir con ella pero no podía, estar contigo me lo impedía, porque me gus... - Es que soy idiota. Piensa rápido, piensa rápido.

¡Ya sé!

Comencé a toser, fingiendo que me ahogue con saliva y la observé levantarse de su silla para colocarse detrás de mi y darme algunas palmaditas en la espalda para hacer que se me pasara.

Que se me pasara lo imbécil.

Le pidió a un mesero agua y este rápidamente la trajo, ella me extendió el vaso con el líquido transparente y la bebí fingiendo que ya estaba bien.

- ¿Estás bien? - yo sólo asenti y ella me observó paciente, yo sólo sonreí repentinamente y tomé más agua. Volvió a su asiento y se dispuso a prestarme atención.

- ¿No piensas continuar? - inquirió desconcertada.

- A sí... ¿en qué quedé? - reí nerviosamente. Ella poseía un semblante serio.

- En que te gus... - hizo un gesto con sus manos para que continuará.

- En que... Me gustaba pasar tiempo contigo y prefería estar contigo a que salir con ella.- mantenme ahora.

Pude haber dicho algo mejor. Estúpido.

Ella fijo su mirada en mis ojos, parecía analizarme, pude notar como su vista bajaba a mis manos y luego subía nuevamente a mi rostro, estaba nervioso. Los minutos pasaban lentamente y ella no decía nada, incluso uno de los meseros se acercó a nosotros pidiendo nuestra orden y tuve que decirle que aún no nos decidimos pues ella seguí ahí sentada sin hacer nada, hasta pienso que no está parpadeando.

- _____ por favor di algo, tu silencio me está matando. - hablé y ella permaneció igual.

- ¡Por favor, me estás jodiendo, lo sé! - exclamó levantándome de mi asiento para acercarme rápidamente al suyo.

Y seguía como Shakira, ciega, sorda y muda.

- ¡Habla Dios mío! - me arrodille delante de ella y oculte mi cara en sus manos. No podía verme más ridículo.

Pensarán que le pediré matrimonio.

Escuche una leve risa que se fue transformando en carcajadas, levanté la cara viendo como se reía. Por lo menos le doy risa.

Soy un chiste, que bonito.

- Siento que me arrepentire de esto.- susurró y posicionó su mirada en mi. Rápidamente me levanté y la tomé por los hombros sacudiendola levemente. Una sonrisa se formaba en mi rostro.

- ¿Qué quieres decir? - dije con una emoción saliendo a flote, espero que sea lo que creo que es.

- Estás perdonado,  Adrien. - definitivamente soy feliz, di un salto y grite tan fuerte de alegría que las personas me miraban extraño.

- Deberías ver que te estás fumando, porque creo que te está afectando bastante la cabeza.- río y yo sólo pude abrazarla.

No dejaría que Chloe lo volviera arruinar.

...

Pero no se percataron de que alguien en el lugar los estaba observando...

- "Los presentimiento pueden ser momentáneos porque no necesariamente tiene que suceder algo justo cuando lo sientes. M.M" -

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