XIII
- Los helados de André -
¡Vamos, yo invito! - exclamó insistente.
Había pasado ya un mes desde que volví al equipo de básquet, ya muchos chicos de los que habían salido por promedio regresaron, pronto serían los juegos, pero ahora me encontraba en la biblioteca con la chica de la cafetería teniendo otra sesión de tutorías que ya no era necesaria según el entrenador, trataba de convencerla de que dejáramos la lección de hoy hasta lo que llevábamos para ir a comer un helado, porque después iríamos a visitar a mamá, ella me ignoraba leyendo un libro y cada vez que decía algo para que me respondiera rodaba los ojos o decía que siguiera haciendo lo que me mandó.
- ¡Sólo será por hoy! anda si.- le quite el libro de enfrente haciendo que voltear a verme.
- Adrien, dame mi libro por favor - pidió estirando su mano para intentar tomarlo.
- No te lo daré hasta que vayamos a comer un helado - infantilmente conteste con voz de niño.
- No Adrien, tenemos examen mañana - bufo fastidiada.
- ¡Ya estoy preparado! Vamos, preguntame algo - sugerí ansioso. Ella suspiro y me observo.
- ¿Con qué fórmula se calcula la molaridad? - preguntó cerrando el cuaderno en donde tenía las fórmulas.
- Moles de soluto sobre litros de la solución - conteste y ella sonrió.
- ¿Y con que fórmula se calcula el número de moles? - volvió a preguntar.
- Masa total sobre masa molecular - respondí rápidamente y ella asintió.
- Bien, tu ganas pero tu pagas. - río y se levantó para guardar sus cosas, me levanté detrás de ella y le quite su bolso para cargarlo yo, ella se me quedó viendo confundida.
- ¿Qué? - pregunté con una sonrisa arrogante.
- ¿Tú siendo un caballero con alguien que no llevarás a tu cama? - preguntó incrédula mientras reía.
- ¡Oye! soy un patán pero tengo modales - conteste riendo de igual manera.
- Al menos admites que eres un patán - levantó sus hombros con indiferencia y sonrió saliendo de la biblioteca.
Al verla salir sonreí como estúpido y sabía que eso era malo pues desde hace una semana me estoy dando cuenta de la fuerte atracción que tengo hacia ella, y aunque ella no lo sepa le estoy dando el control de poder hacer conmigo lo que le de la gana. Siendo esa la razón del porque nunca me relaciono sentimentalmente con alguien, nunca he tenido algo más que una noche.
Salí de la biblioteca siguiendola y la veía atentamente, llevaba puesto un conjunto de la colección de mi padre pues Antonella de vez en cuando le ordenaba que los usará. Llevaba puesta una falda de jean corte alto que llegaba seis dedos arriba de la rodilla con un suéter blanco el cual tenía una pequeña parte de adelante metida por dentro de la falda con unos zapatos deportivos rojos de suela blanca y en su cabello tenía una pequeña diadema roja.
Estuvimos caminamos mientras conversabamos amenamente hasta encontrar a André, el mejor heladero de Paris. La tomé de la mano y la jale rápidamente hasta el carrito de helados siendo recibidos de muy buena manera.
- !Oh pero si son el señorito Adrien y la pequeña _____! - saludo alegremente el hombre de bigote.
- ¿Cómo está André? - saludamos al mismo tiempo para luego reír por la coincidencia.
- ¡Vaya, pero aquí tenemos unos corazones muy enamorados! - dijo mientras tomaba su cuchara y abría el depósito de los helados.
- ¡Oh no, nosotros no somos pareja! - río tímidamente mi contraria.
- Yo no he dicho lo contrario - el hombre río e inmediatamente ella se sonrojo. Comenzó por el helado de ella, tomo el cono y empezó a colocar las distintas bolas de helado.
"Chocolate oscuro y mora azul como sus ojos"
"Melocotón como sus labios"
"Y tan deslumbrante como una cereza"
Le entregó el helado y ella lo observaba atentamente, una sonrisa se escapó de sus labio mientras sus ojos tenían un brillo especial, sus mejillas se sonrojaron y volteó a otro lado. Ahora venía el mio.
"De frambuesa como su olor favorito"
"Dulce de leche porqué si"
"Y Coco, que le gusta"
Rápidamente gire mi vista a la chica que tenía a mi lado, ella siempre olía a frambuesa y su cabello castaño claro como el dulce de leche pero obvio no sabía si le gustaba el coco, tomé un poco y lo probé estaba delicioso, pague los helados y nos fuimos de ahí hasta que observe que miraba fijamente su helado mientras lo comía.
- ¿Quién es el afortunado? - pregunté pícaro haciéndola sobresaltarse e inmediatamente sonrojarse.
- Ni idea... ¿Y tú?- suspiro bajando su mirada al suelo y después de unos segundos volteó a mi otra vez.
- No lo sé, ¿Te gusta el coco? - pregunté levantando una de mis cejas picaramente.
- Es mi fruta favorita, ¿Por qué? - respondió confundida.
- Bueno, eres tú- dije saboreando muy bien el helado mientras la veía. Ella se sorprendió y volvió a sonrojarse.
Le diré a las maquillistas que no le apliquen rubor, sólo haganle un comentario bonito y ¡Boom! Sonrojo instantaneo.
Giré mi mirada al frente nuevamente y ella no decía nada al respecto, la observé por el borde del ojo y aún seguía sonrojada, sonreí por eso.
- Y esta muy rico, a lo mejor tu también - la observé con una sonrisa pícara y arrogante haciéndola exaltarse para luego recibir un pequeño golpe detrás de mi nuca. Reí y vi como su ceño estaba fruncido y tenía un pequeño puchero en sus labios pero sus mejillas seguían rojas, se veía tierna.
- Cerdo - susurró mientras volteaba a otro lado.
- ¿Disculpa? - cuestione burlón, ella se giró y con la pequeña cuchara que tenía me echó helado en la nariz.
La observé levantarse rápidamente de la banca en donde estábamos sentados y correr lejos de mi sin dejar de verme mientras se burlaba de mi. Se reía a carcajadas de lo que había hecho hasta que de un momento a otro dejo de hacerlo y pude ver como veía una de las bolas de helado que se le habia caído.
- ¡Ja, a eso le llamo Karma! - grite llamando su atención pero la observé regresar a mi con la cabeza gacha.
- Es tu culpa - habló por lo bajo desviando su mirada a su helado que ahora tenía dos bolas. Yo sólo me carcajee con fuerza recibiendo otro golpe de su parte.
...
Habíamos pasado una linda tarde juntos, después de habernos comido el helado fuimos al hospital a ver a mamá como todos los días, ella le leyó un capítulo de "yo antes de ti" y luego nos pusimos a conversar, recibiendo varias indirectas de mi madre para que estuviéramos juntos. Amo demasiado a mi madre pero hay veces que se pasa.
Nunca olvidaré el comentario que hizo en una de sus oportunidades:
"Quiero que mis nietos tengan sus ojos"
Y después de eso la señaló sin cuidado alguno. No me pude haber sentido más avergonzado en ese momento, creo que no fue buena idea haberle dicho que me atraía y todo porqué insistía en que habláramos después del momento de su recaída.
Ahora me encontraba dejándola en su casa, la cual estaba sumamente oscura. Parecía no haber nadie, bueno Antonella solía estar trabajando al igual que mi padre.
- Oye, gracias por el helado y por traerme a casa Adrien - dijo después de haber abierto la puerta de su casa.
- No hay de que, por cierto hay una fiesta el sábado en casa de Kim e irás conmigo - sonreí inocentemente.
- ¿Qué? - pregunto atónita.
- Bueno de todos modos no iré, recuerda repasar para mañana - explicó.
- Oh no señorita, usted irá conmigo quiera o no - toqué la punta de su nariz con mi dedo índice. Ella fruncio el ceño y giro los ojos con fastidio.
- Bien, pero me debes una Agreste. Adiós - se acercó a mi y dejó un beso en mi mejilla para luego entrar a su casa.
Me fui a paso lento de ahí y me puse a pensar en como podía ponerme esa chica, nunca me imaginé ser su amigo y mucho menos ser yo el que diera el paso para esa amistad aunque claro ella fue la que me ofreció su ayuda ese día. Pero realmente todo comenzó con las tutorías porque ella a comparación de mi nunca fue mala conmigo o me trato mal.
El sonido de mi teléfono me sacó de mi pequeña burbuja de pensamientos, lo saqué de mi bolsillo y visualice el identificador de llamada. Frustrado suspire y conteste.
- ¿Qué quieres? - hablé con fastidio.
- No has cumplido tu parte del trato Agreste y si no lo haces, pronto alguien tendrá una pequeña sorpresa - habló a través de la línea y luego colgó.
Maldición.
- "El amor puede ser como los dados, mientras buscas que salga un doble 6 el te puede dar un doble 1. M.M"-
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¡Hola, Hola!
Ha vuelto su humilde servidora. Espero les haya gustado el capítulo pues me mate haciéndolo para ustedes ya que estaba completamente en blanco.
De verdad disculpenme la vida por eso, pero cuando me quedó sin inspiración me bloqueó y ¡Puff! Nada sale, ni siquiera un diálogo.
Ya saben si les gustó déjenme una estrella ahí abajito y si no ¡también!
Recuerden dejar sus comentarios los cuales estaré leyendo 👀👀
Y pasense a darle mucho amor a mis otras dos historias, la cual una de ellas está culminada.
"Secret love" y "Almas" 💕
Pondré manos a la obra para su preciado maratón, el cual se viene muy pronto porque gracias a ustedes está historia está por llegar a los 10k⭐
¡Besos! 💋
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