Un comienzo bastante fuerte.
Un silencio estremecedor se escuchaba en el aire...
Por un lado, estaban unos ojos de impresión, impactados cual bala al ver las acciones del otro individuo hacia este...
Por el otro, unos ojos llenos de rabia, frustración, miedo y locura, que en la caída de la cordura lo llevó a una cadena de eventos que, le ocasionaría problemas...
Pero en este mundo, matar era el pan de cada día...
La primera criatura, una cabra antropomorfa macho, de quizás unos 30 años, a pesar de ser peludo, podría apreciarse una buena musculatura, tenía varias marcas de color negro en su rostro al igual que en su cuerpo, su pelaje era totalmente blanco a excepción de sus marcas, sus ojos completamente negros y pupilas de un color ámbar, tenía puesto una camisa de color negra y unos pantalones militares de cuero quizás, unas botas negras militares también, era Asriel Dreemurr, uno de los 2 centinelas de Snowdin.
A pesar de tener buen físico, buena salud y saber combatir, a fin de cuentas, todos somos vulnerables a las armas blancas...
En su garganta ya hacia un cuchillo escarlata, fino y delicado como si fuera una obra de la serie desafío sobre fuego,aquella arma destrozó por completo el músculo esternohíodeo del triángulo submentoniano, para bajar hasta el músculo escaleno medio del triángulo posterior del cuello, a ciencia cierta, describirlo de esta manera suena más sencillo, de describir realmente cómo se veía la escena en la vida real...
Parte de la laringe y la faringe colgaban y eran visibles a simple vista, se podía sentir como la laminación del cuchillo rozaba suavemente la tráquea del mousntro. Las tiroides eran un total desastre en este punto.
La sangre, bueno, ¿Que podemos decir sobre esto? Un río pequeño bajaba por la camisa negra del mounstro, como era de esperarse, vasos chorreando con fuerza y salpicando la cara del otro individuo, como la herida era muy profunda sería más que todo internamente el sangrado, pero debido a que la apuñalada tuvo un leve giro durante el ataque, hizo más grueso la herida, lo que significa más abierta, y para remate, el filo del cuchillo era tan duro que cortaba la piel como papel, y así fue como bajo tranquilamente por el cuello de Asriel...
En el rostro de el podía verse plasmado el horror, un dolor infalible, un asombro pero sobre todo....decepción.
Algo que caracterizaba ese momento, era el tétrico sonido que hacía el mousntro, aquel sonido de viscosidad y como si el agua saliera con mucha presión de una tubería, pero sobre todo, el sonido de Asriel ahogándose en su propia sangre, era digna de un oscar por drama...solo que no era actuado.
El otro individuo, una humana de quizás unos 26 años, estaba mirándola de manera perturbadora, era tez pálida, casi parecida a Asriel, su cabello corto hasta sus hombros de color castaño, ahora manchado de sangre, la hacia ver de una forma retorcida aún más hermosa de lo que ya era, vestía una chaqueta de color negra abierta, en el bordado de la capucha había una tela más delicada la cual tenía una esponjosidad bastante grande y era de color blanco, bajo esto, traía un suéter jersey de color rojo que dejaba los hombros al descubiertos y cubría gran parte del cuello, en la parte inferior de su ropa una falda negra de cuero con un diseño bastante interesante y con costuras a los costados que eran notorias, por último, su calzado unas botas militares negras que llegaban cerca de sus rodillas, algo resaltante de ella, era su cuerpo, sus pechos algo grandes y unas buenas curvas, era muy llamativa, pero como dice el dicho " Todas las rosas, por más bonitas que sean, tienen sus letales espinas, que se entierran en la piel de forma profunda..."
La mayoría de su ropa estaba totalmente manchada con aquel líquido rojo recién salido del cuello...
Sus ojos, eran diamantes brutos de color rojo, resaltantes en cualquier aspecto, sin embargo, en estos momentos se tornaron en un rojo vivo, casi como el fuego, su rostro mostraba una expresión macabra ante la situación, en las pupilas de ella, podían apreciarse un vacío, como si no tuviera alma, era como ver el infierno en una sola mirada...
Detenidamente miraba como la sangre bajaba por el cuerpo de su hermano, aquello para ella era demasiado bueno, el ver el fluido corporal fuera del cuerpo le ocasionaría una excitación, era como si el dolor ajeno le causara un placer inmenso, para ella se sentía como si tuviera 10 orgasmos al mismo tiempo...
Chara Dreemurr, hermana adoptiva de Asriel...
Sus manos yacían posicionadas sobre el cuchillo, manos delicadas y finas, como si fueran de papel, que con cualquier cosa se quebrarian, bañadas con la sangre de Asriel.
Ambos estaban de pie, sin embargo, por la pérdida de sangre y lo fatal que fue el ataque, Asriel se arrodillo de golpe, aún teniendo su cuerpo recto para la vista de Chara, quien en un repentino movimiento, giro el cuchillo de forma horizontal ya que lo había encajado en vertical, y corto todo el lado derecho del cuello, más sangre salió aún, los sonidos eran aún más notorios y grotescos, al punto de generarle escalofríos a la humana, quien con aquella acción, manchó más aún su rostro y salpicó demás las paredes y un cuadro familiar, la mirada del mousntro estaba totalmente desorbitada, y en un instante se desplomó...
Abatido en el suelo, Asriel dejaba un charco de sangre conforme pasaban los segundos, intentaba arrastrarse, como instinto de supervivencia, buscando la ayuda que nunca llegaría, pues sabía que este era su fin, y que de todas formas su muerte, solo sería una más del montón, Chara para sacar a su hermano de la miseria, acertó un corte justo en el lomo del mousntro, haciendo que este diera un gemido ahogado por la sangre, el golpe fue brutal, aunque había encajado perfectamente el cuchillo en el principio del hueso de la columna, este lo atravesó sin problemas y se incrustó en el suelo de madera, de tal manera que era como si fuera un clavo que es martillado en el roble.
Al hacer esto, la castaña bajo hasta su altura, para susurrarle al oído de manera dulce y siniestra...
—No debes morder la mano que te da de comer...eso dicen...pero adivina....tenias como perro a una pitbull, y tarde o temprano...te traicionan...—.
Acto seguido Chara simplemente se sentó en el sofá de la sala, teniendo una vista perfecta de su hermano agonizando, cómodamente de su chaqueta sacó una caja de cigarrillos y un encendedor de color dorado, para luego sacar uno cigarro y encenderlo, guardar la caja y el encendedor, y poner el cigarro en su boca...
La sensación de aspirar la nicotina y que bajara por su garganta, era exquisita, todo ese humo acumulado en sus pulmones para luego ser exhalado por la boca, haciendo un sonido muy conocido de los fumadores, demasiado hermoso para ella,lo mejor venía después, el humo en el aire, dejar aquella nube tóxica siempre la hacia sentir feliz, fumar no sólo la ponía de buen humor, sino que también la hacía sentir satisfecha como después de una masturbación, aunque no era lo mismo el cuando mataba...
Para ella, matar y fumar, era como tocar el cielo...
Un cielo infernal...
Al pasar un rato, se perdió tanto en el humo del cigarro que cuando miro el lugar del crimen, solo había polvo y un gran charco de sangre, y las prendas de su hermano fallecido...
Sintió miedo cuando escuchó la puerta de la casa abrirse....
—¡Señorita Chara, ya llegue!— se escuchó la voz de un niño pequeño, frágil e infantil, algo curiosa pero sobre todo bondadosa —.
—(Mierda)—Fue lo único que pensó la mujer—.
—T-tengo mucho que contarle, hoy la señora muffet me enseñó a —.
De todas las cosas que el menor había visto, sin duda alguna, esta era la peor de todas, en el lugar se hizo presente un niño de quizás unos 10 años, quien traía puesto un suéter de color negro con franjas rojas, traía un short marrón oscuro y un calzado común de zapatos escolares, su pelo era negro y en su rostro se veía la pura inocencia, rostro que de golpe se formó una cara de shock, al ver aquella situación...
—¿Q-q-que p-paso? Y-y..— miró un momento hacia el suelo para ver las prendas y la sangre coagulada de su difunto amigo cabra—¿A-a-asriel?—.
Al levantar su mirada, solo podía observar la figura de una mujer, totalmente obscura, pero lo que destacaba de ella, serían sus perlas rojas que lo miraban de manera psicótica, el niño no lo dudo dos veces y corrió, pero antes de que llegara a la salida, aquella silueta negra se interpuso frente a él, lágrimas comenzaron a salir, tenía miedo, en ese momento solo se arrodillo para implorar por su vida...
—N-n-no p-p-porfavor n-n-no mates — su voz quebrada y adolorida, como perra al perder sus cachorros, agonizante, como pájaro caído, y a la vez sollozante, como ratón siendo aplastado, daban una sensación de no querer lastimarlo—.
Pero para ella, la compasión solo es un limitador...
Ella bajo hasta su altura para luego con sus manos ensangrentadas con el delito, acaricia su cabello negro y jugar un poco con el...
—Awwww niño, sabes que soy incapaz de hacerte daño, tu eres mi cielito no puedo siquiera pensar en quitarte la vida— decía aquella humana con voz dulce y gentil, de una manera falsa, que a los ojos del niño, era la silueta oscura—....¿Tu no me traicioneras....verdad?—.
—N-n-no— tartamudeó asustado aún llorando a causa del miedo, en ese momento la mano de ella bajo hasta su cuello y puso cierta presión sobre este—.
—Que bueno oír eso...porque si llegas a comentar algo sobre esto, tu y yo la vamos a pasar muy bien en el sótano, y ya no hay nadie que me detenga de hacer cualquier cosa contigo...—.
En ese momento la mano de Chara pasaba sus largas y afiladas uñas por el cuello del menor, dejándole una heridas pequeñas y muy arduosas, el infante solo sintió un escalofrío recorrer sus cuerpo, tenía los ojos cerrados entonces, no quería verla porque le daba miedo...
—No te preocupes mi cielo, mami limpiará este desastre, ahora ve a dormir ¿Sí? Debes estar muy cansando después de jugar mucho con muffet— Comentaba mientras le daba un pequeño beso en la frente al niño de forma amorosa—.
Lentamente asintiendo con la cabeza, el menor caminaba con miedo hacia las escaleras del segundo piso, no sin antes pasar a un lado de la sala y ver lo que quedaba de Asriel, cosa que no paso por alto de los ojos de la castaña...
—He dicho que te vayas a dormir....¿o prefieres que yo lo haga?—.
Su voz dulce se torno una voz profunda, tétrica y escalofriante, al punto de hacer que el pequeño tuviera un pequeño brinco del susto y subir rápidamente a su cuarto, el cual era el cuarto de la humana, se encerró en este con llave y se escondió debajo de la cama...
En ese instante solo podía hacer algo...
Llorar....
Sentía como si otra vez, aquel dolor que enterró hace tiempo volvía para hacerle una herida más, no sólo eso, sino que también, el recordar que estaba viviendo literalmente con una psicópata doble cara, le daba entender...
Que en cualquier momento el sería el siguiente...
¿Pero que podía hacer? Solo era un niño pequeño, incapaz de defenderse...
Inyectado con miedo a la humana, a los mounstros y sobre todo, a escapar...
Las lágrimas caían, llenando todo el piso de madera con un mar salado, sus sollozos eran algo notorios, se abrazaba a sí mismo para reconfortarse...
Esperando a que alguien lo rescatará...
Pero nadie vino...
Nadie lo oyó...
Nadie lo salvo....
Ni lo lloró...
Solo pensó en un instante algo...
La salida del problema, era el...
Aveces cuando no puedes más, cuando el dolor es más fuerte que tu, cuando ya gastaste toda tu fuerza en la batalla, y sabes que estás rodeado, rendirse es la mejor opción...
Su última esperanza...
El suicidio....
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