Capitulo diez
/ ⁄ BAD BLOOD PRESENTA
ACTO UNO — — Capitulo diez:
Palabras: 1595
Maratón: 5/5
Advertencia: Punto de vista de otro personaje. Tensión. Molestia. Mención de sangre.
Comentarios míos: Elmo va a mantener a Aemond lejitos de su hija 😰 Disfruten, comenten y voten 💖
Año 120 d.C
Marcaderiva
Elmo Tully no entendía nada de lo que sucedió durante la noche. Primero, fue con la princesa Rhaenyra a hablar los términos del compromiso entre su hija Lune y el príncipe Jacaerys. Segundo, su hija aparecía aun con ropa del funeral bastante agitada y casi llorando, con algunos rapones en sus rodillas diciendo palabras que apenas comprendió. Y tercero, alguien gritaba desgarradoramente a lo lejos.
Él tendría que haber regresado a Aguasdulces con sus dos hijos en vez de estar en Marcaderiva.
Pero allí estaban, en el salón del trono de Marcaderiva escuchando como el maestre cocía la herida del ojo faltante del príncipe Aemond. Mismo príncipe, que al ver a su hija le dio una mirada tan seria que ella se refugió en sus brazos. Las palabras de su hija "Aemond reclamo a Vhagar" revolotearon en su cabeza. Después miro al grupo de chiquillos que se encontraban escondidos tras su espalda.
Kermit, Jace, Luke, Baela y Rhaena. Los cinco mirando la situación con algo de remordimiento en sus ojos.
La nariz de Lucerys estaba algo sangrante, asi que saco un pañuelo de uno de sus bolsillos para ponerla en la nariz del menor. Este lo miro agradecido con una pequeña sonrisa que hizo su pecho apretar. Le recordaba las sonrisas que sus hijos le daban cuando le agradecían por estar cerca de ellos. No sabía que haría sin la presencia de Lune en Aguasdulces. Su pequeña hacia resplandecer el lugar con sus risas y travesuras, y sus cantos durante sus clases con la institutriz, eran tan delicados y dulces que a veces le encantaba escucharlos.
— ¿Qué piensas? —Murmuro el príncipe Daemon llegando a su lado.
Elmo suspiro acariciando la cabeza pelirroja de su hija.
—Que toda esta situación se hubiera controlado si al niño lo mandaban a acostar junto al resto —respondió. El peliblanco asintió—. La madre no hace un buen trabajo si no se preocupa de enviarlos a todos a la cama. Solo llamo a Helaena, Aegon fue llevado a rastras por Lord Otto.
—Y le dieron la oportunidad a Aemond para que fuera con tu niña —termino el príncipe.
Eso era lo que más preocupaba a Elmo. Su pequeña hija siguió a su amigo hasta un lugar que nadie sabía. No estaba pensando mal del príncipe, pero si otra fuera la situación y ambos contaran con edades más adultas como 14 y 18 onomásticos, la situación seria bastante complicada de enfrentar. En esos momentos se juzgaba el ataque de Aemond y el robo de la dragona Vhagar. Pero si la situación fuera diferente, se juzgaría la doncellez de su hija y su falta de respeto ante el compromiso pactado con el príncipe Jacaerys.
Dioses, Elmo ya no estaba para esos problemas. Solo quería ir a dormir y ver que sus hijos hicieran lo mismo.
— ¿Ella que fue lo que vio? —Preguntó el príncipe.
—Como el príncipe Aemond reclamaba a la dragona. Dice que el príncipe estuvo dos veces a nada de ser quemado, pero insistió —respondió.
Daemon asintió, observando la discusión de Rhaenyra y Alicent. Ellas discutían de algo que Elmo no alcanzo a escuchar, pero por la forma en que la princesa cuidaba de sus hijos, no era algo lindo. Al parecer la reina pedía el ojo del príncipe Lucerys.
—Rhaena y Baela saben que un dragón no se hereda. Ellas estaban esperanzadas de que la dragona las dejara dar una vuelta como tantas veces lo hicieron con Laena —comento el príncipe.
Elmo asintió. Y fue que la situación se descontrolo.
La reina había sacado la daga que descansaba en la cinturilla del Rey y avanzo hasta el príncipe Lucerys con la clara intención de quitarle el ojo. El hombre Tully puso tras su espalda a todos los menores, escondiendo de la vista a su hija que estaba aferrada al brazo de Jacaerys. Ella temblaba, lagrimas caían silenciosas por sus mejillas.
Vio a Daemon sostener a Sir Criston Cole junto a Sir Harrold. El hombre estaba desesperado en ir a defender a su reina. Recordaba cuando era joven, que el hombre era escudero de la princesa, ¿Qué paso con su lealtad, entonces? Se fue a la basura cuando fue rechazado. Tenía muchas ganas de ensartarle un golpe en su rostro, tantas ganas que sus puños se apretaron hasta dejar sus nudillos blancos.
Pero se controló, por todos los niños que estaban escondidos a sus espaldas. Para otra situación sería.
— ¡Baja la daga, Alicent! —Grito el rey al observar la situación entre su hija y su esposa.
—Baja la daga, Alicent —repitió Lord Otto.
—No se vaya a quebrar una uña —murmuró Elmo al ver que el hombre no hizo nada por acercarse.
Alguien tiro de su abrigo por la parte trasera, al girar era Lune quien lo hacía con una expresión aterrada en su rostro. Sus ojos estaban abiertos y las lágrimas caían de ellos, sus mejillas sonrojadas y labios hinchados. No le agradaba ver a su hija en ese estado. Menos al resto de niños y a ¿La princesa Helaena? Se sorprendió, ¿En qué momento la princesa llego a su lado?
La peliblanca tenia escondida su cara en sus manos, mientras su hijo Kermit la tenía girada para que no viera lo que sucedía. Elmo asintió comprendiendo, la princesa estaba asustada por lo que la reina podría hacerle a la princesa Rhaenyra. Debían de detener esa locura antes de que fuera demasiado tarde, antes de que más sangre se derramara.
Al ver que nadie hacía nada, dio una mirada a Lord Corlys quien asintió para cuidar de los niños y niñas, para que él caminara a las dos mujeres que se enfrentaban.
—Su majestad, creo que la situación la tiene alterada. Los niños están llorando —murmuro solo para que la reina escuchara—. Sé que es complicado lo que sucede con su hijo, la entiendo. Pero no por eso va a atacar a pedir el ojo del príncipe. Es la reina, pero no se olvide que el niño es el nieto del rey.
—Aemond es su hijo...
—Y él lo sabe, y por eso es que le dará un severo castigo al príncipe Lucerys —interrumpió. La princesa Rhaenyra lo miro estupefacta, pero ya después le explicaría porque estaba haciendo eso—. No deje que la situación se escape de sus manos. Siga conservando la sensatez que siempre se le ha conocido.
La reina se alejó de la princesa tras esas palabras, pero no sin antes hacer uso de la daga Valyria. Elmo sostuvo a la princesa contra su cuerpo al ver que trastabillaba hacia atrás, con su rostro sorprendido y algo dolido. El ambiente se volvió sofocante para todos, el hombre Tully solo quería verificar que su princesa se encontraba bien para poder sacar a los menores de ese Salón. No debían de ver todo eso.
La princesa bajo su mirada a su brazo izquierdo al darse cuenta de algo. Cuando Elmo miró en esa dirección, notó sangre cayendo por el brazo de la princesa. Levanto su mirada para ver la daga Valyria. Esta tenía sangre. Sangre de la princesa.
—No te preocupes madre —dijo el príncipe Aemond pasando por el barullo de gente. Este apoyo su cabeza en el pecho de su madre—. Tal vez perdí un ojo, pero gane un dragón.
¿Qué demonios? ¿El chiquillo lo veía todo como una competencia? Elmo se fijó en que el ahora único ojo del príncipe miraba a una sola dirección, y era a su hija. Ah no. Eso sí que no lo permitiría. No dejaría que el chiquillo comenzara a atormentar a su hija. El príncipe estaba demostrando ser un joven que podría perfectamente atormentar a quien tuviera cerca con tal de obtener lo que deseaba.
—Saquemos a los niños de aquí —murmuro a la princesa y a los cercanos de esta.
Ellos asintieron, ayudando a despejar la sala sin importarles llevar con ellos a la princesa Helaena que apenas escucho los llamados de su madre. Era mejor que la princesa estuviera en un lugar calmado, antes que en uno tenso y molesto. Todos fueron a los aposentos donde dejaron a Baela, Rhaena y Lune quien podría descansar después de esa agitada noche. Su hija solo quera dormir, un padre lo sabía al ver sus ojos cansados y pasos taciturnos. Se despidió para llevar a Kermit al aposento que dormía con Jace y Luke.
Por ningún motivo dejo a Oscar con ellos. El menor fue al cuarto de las niñeras donde estaban los príncipes Joffrey y Alessya.
Cuando ya estuvieron todos acostados, fue a los aposentos de la princesa Rhaenyra donde debía de aclarar porque dijo esas palabras a la reina. Solo para despistarla claro, porque los niños estaban asustados y gritaban. Sus pasos se detuvieron al escuchar voces conocidas.
— ¡Me lo prometiste madre! ¡Me prometiste que ella sería mi esposa y no de Aegon! ¡Y ahora es esposa de ese niño!
—Aemond, cariño, tranquilo. Encontraremos la forma de que Lady Lune sea tu esposa. Hablare con el rey, con Lord Elmo, para que ese compromiso se rompa...
— ¡Lo hice por ella, madre! ¡Reclame a Vhagar para que Lune viera que soy mejor partido para ella! La quiero para mí, madre. Quiero que sea mi esposa. No de ese... Bastardo.
—No repitas esa palabra aquí, hijo. No aquí con tantos oídos en las paredes.
Elmo se tensó. Ese niñito malcriado jamás se volvería a acercar a su hija. No iba a permitirlo.
Y haría lo necesario para que Lune se quedara junto a la princesa por el resto de sus días.
¡Holis! ¡Ultimo cap de la maratón! 💪
Oh vaya, ¿Qué fueron esos arrebatos de Aemond en lo ultimo del cap? Elmo ahora va a andar con una espada de repuesto para proteger a su hija. Esas palabras condenaron a Aemond y, tambien a Lune 😔😔 Aemond va a hacer los imposible para tenerla de su lado.
Bueno, ¿Lucerys recibirá un castigo?
Con esto me despido hasta el cap 11 😘 Les cuento que tengo Canal de Difusión donde informo de fanfics en borradores, spoilers, etc. El link lo pueden encontrar en los comentarios del tablero💖
Nos vemos,
Monse 🐲🐟
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