Epilogo
El 22 de febrero, hace casi seis semanas, Andrew y Athan Barber recibieron una llamada de la policía estatal de Massachusetts, Laurie y Jacob estaban en un auto que se había salido de la carretera y fueron llevados a la unidad de cuidados intensivos del hospital de Newton.
Los doctores informaron que Laurie había recibido daños pero no de gravedad, aunque no podría decirse lo mismo para Jacob, ya que él, quedó en un estado de coma.
La policía dijo que no hubo otros autos involucrados o señales de que hubiera sido un accidente, dejando una sola suposición, Laurie intento matar a su propio hijo.
—hola hijo—Andrew entró al cuarto número uno del pasillo de personas en coma, donde se encontraba Athan que como cada día, iba a visitar a su hermano
—¿Que votaron?—pregunto el chico en un tono frío y seco—¿La van a mandar a la cárcel?
—no, no procedieron—comentó su padre y el chico soltó algunas lágrimas, aunque Andrew no podía verlo ya que estaba de espaldas a él—iré a ver tu madre, por si quieres venir
—ella dejó de ser mi madre en el momento en que intento matar a mi hermano—la voz de Athan ahora se volvió entrecortada, Andrew prefirió no decir más y dejar a los gemelos solos
Athan comprendió que la sensación que tuvo aquel día, fue en el momento en el que su madre decidió quitarle a su compañero y amigo de vida. Solo por sus pensamientos retorcidos sobre qué Jacob había asesinado a Ben y lo había obligado a cubrirlo ante todos
El chico se la pasaba en el hospital todo el día, desde la mañana hasta la noche a lado de su hermano, no podía creer que Jacob estuviera en esas condiciones, con tubos saliendo de todo su rostro, sin un diagnóstico que le permita saber cuándo despertará y volverá a estar junto a Athan.
—no debiste de terminar así, siempre supimos que éramos inocentes—dijo Athan limpiando sus lágrimas—te prometí no terminar la película, y no lo haré hasta que despiertes—el chico tomo la mano de su gemelo—te amo Jacob, y si puedes oírme, por favor, regresa conmigo. No se como vivir sin ti
Athan se levantó de la silla ya que la hora de visitas estaba a punto de terminar, el chico tomó dos collares que posaban en su cuello mientras salía de la habitación, tenía su collar y otro que le entregaron cuando llegaron al hospital, era el de su hermano.
Y desde ese día, Athan le juro a su hermano que siempre llevaría su collar a donde sea, y solo se lo quitaría para regresárselo cuando Jacob despertara.
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