Nina *1*

Tendría al rededor de unos siete años e iba a una escuela gris a unas cuadras de su casa, por esa misma razón nadie la llevaba ni la buscaba a la hora de la salida, como los padres de las otras niñas, ella tenía que regresar sola, pateando algunas piedritas y esquivando los empujones de sus compañeros que tomaban el mismo camino que ella. Todos los días era lo mismo, al llegar a casa, mamá se encontraba sentada en la mesa fumando, desarreglada y con ojeras, mientras papá miraba la televisión con una cerveza en la mano, todo era tranquilo a simple vista, pero por que nadie se animaba a adentrarse en aquel infierno como ella tenía que hacerlo. Caminó en silencio tratando de pasar desapersivida y en ese preciso instante, comenzó.

_¿Podes dejar de hacer ruido pendeja de mierda?_ Gritó él.

_Recién llega... amorsito_ Susurró ella. Nina apretó los ojos con fuerza.

_¡Cerrá la boca pelotuda!_ Le gritó él. levantandose del sillón_ ¡Y vos andate a tu piesa!_ Gritó en dirección a Nina, ella asintió rapidamente y al girarse el libro se le cayó al suelo... no puede ser, solo a ella podía pasarle_ ¡Pendeja de mierda!_ Gritó nuevamente pegándole una enorme cachetada en el rostro. Ella se quedó en silencio luego de ser sentada tras aquel golpe.

_Amor... tranquilo_ Musitó ella. El giró hacia ella con la mandibula apretada y la agarró del cabello.

_Cerra la boca putita_ Le dijo entre dientes y le estampo la cara contra la mesa. Nina se levantó rápidamente y se encerró en su cuarto antes de que volviera a dirigir su furia en ella... Quizá a su madre no le molestaba, pero a ella no le gustaba lo que causaban aquellos golpes, tomó unas gasitas que tenía en su placard y comenzó a curarse la herida mientras observaba a sus padres por la pequeña abertura que tenía aquella vieja puerta de madera, obviamente abollada a patadas. Él se encontraba preparándose un whisky, por que aquel hombre bebía como si no hubiera un mañana, mientras ella lo abrazaba de atrás con la nariz sangrando, el la trataba de correr con el brazo, pero ella depositaba pequeños besos en él. Al cabo de unos segudos el volteó estámpandola contra la heladera y apretándo su cuello, las lagrimas salían del rostro de su madre_ Mirá lo que causaste_ Dijo el señalando su pantalón. Nina no entendía a que se refería su padre cuando le decía eso a su madre, pero si sabía lo que seguía después_ Ahora te vas a hacer cargo ¿Escuchaste?_ Le dijo y sin soltar su cuello la tironeó hasta la habitación. Nina tragó saliva y comenzó a buscar los auriculares que se había encontrado en la calle la tarde anterior, para evitar escuchar todo lo que seguía. Su madre gritando, los golpes, el llanto... Luego todo quedaba en silenció por unos segundos, hasta qué....

_¡No servis ni para satisfacerme!_ Gritaba él. Ella lloraba y se arrastraba semi desnuda por el suelo tratando de frenarlo, para que el no se marchara. Pero el la escupía_ Me voy a buscar placer con otra zorra_ Decía, luego azotaba la puerta. Nina sabía que no volvería por un largo rato, así que se recostaba en el suelo con su madre para abrazarla aún sabiendo que su madre la empujaría diciendo que la dejera en paz.

_¿Por que nos dejamos golpear?_ Preguntaba Nina. Su madre sonreía sinicamente.

_Por que así es el amor_ Respondía mientras se quitaba la sangre de las piernas_ No me abraces, no me gusta.

_Pero mis profesoras dicen que eso es demostrar cariño_ Susurraba ella. Su madre levantó una ceja tratando de sentarse.

_El cariño no existe...Nina.


"Así es el amor" 

"El cariño no existe"

Se decia luego en el espejo, tratando de acostumbrarse a las calamidades que tendría que seguir soportando.

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