Pov Nico

La musica sonaba de fondo, mi mente se sentía como alejada, a veces sentía que ni siquiera pensaba un poco lo que hacia. Pero ahí estaba, la chica de los ojos verdes y las palabras venenosas, sentada junto a mí, con la ventana baja y haciendo ondas con sus manos, Llevé mi mano hacia su pierna, para acariciarla. Ella miró mi mano un instante y luego siguió mirando hacia la ventana.

_¿Y tu novia chico malo?_ Preguntó mientras sacaba un cigarro de su bolso y comenzaba a fumar. Entre cerré los ojos, no había querido pensar en Jim en todo el día, en su cabello rojo acariciando sus hombros y esa manera de estirar las palabras al hablar, no quería recordarla, por que instantaneamente me sentía un idiota, por que sentía que esta vez era diferente, ella ya no se arrodillaría ante mis pies, ella esta vez tenía a alguién más_ Te quedaste callado_ Susurró Luna. Ambos nos miramos y ella levantó una ceja_ Eso es una mala señal.

_Jim me dejó_ Confirmé. Luna asintió pensativa.

_¿Y por qué ella dejaría a un chico tan divertido?_ Preguntó con esa mirada intensa que solía tener cuando sonreía. Fruncí el ceño un instante por lo que estaba pensando, pero mi boca habló sin dejarme pensar.

_Por cojerme a chicas como tú_ Solté. Ella levantó ambas cejas...Mierda.

_¿Chicas como yo?_ Dijo mientras se acomodaba en su aciento. Suspiré y estacioné el auto.

_Lo que quiero decir es..._ Ella llevo su dedo hacia mi boca, callándome. Y se acercó hacia mí, mi respiración comenzó a entre cortarse. Ella sonrió, malisiosamente.

_No pudes decir "chicas como tu" ya que vos y yo no lo hicimos_ Susurró, rosando mis labios. Llevé mis manos hacia su cintura y ella rodeó mi cuello. Su lengua comenzó a moverse sobre la mía, lenta y en calma, de una manera totalmente sensual que nadie podía comparar. Ella se levantó a penas del asiento y comenzó a subirse encima de mí, ambas piernas rodeando mis caderas y sus manos subiendo por mi pecho. Apoyé mis manos en su trasero y la moví encima de mí, ella suspiró al sentir mi excitación en su intimidad_ Como estamos eh..._ Susurró en mi oído haciéndome perder por completo el control.

_Tengo a una chica muy sexy encima de mí ¿Como se suponé que esté?_ Respondí mientras comenzaba a devorar su cuello y pequeños gemidos comenzaron a salir de sus labios entre abiertos. Ella se movió un poco y su celular se calló al suelo, yo no le di importancia, pero ella lo tomó repentinamente con el semblante pálido, al parecer Matteo estaba llamándo y sin querer ella lo había atendido, llevó el aparato a su oído.

_¿Por eso te fuiste de casa Putita? ¿Para acostarte con Nicolás?

Pov Ambar

La luz tenue que entraba en mi habitación, me iluminaba lo suficiente como para entender que algo dentro de mí estaba cambiando, mis ojos estaban un poco más iluminados, mi rostro ya no estaba tan pálido, mi corazón tampoco se sentía tan abollado. ¿Sería gracias a él? ¿O gracias a que me permití hacercarme a él? Los ojos de Simón, eran como un mundo aparte, mas adictivos que el propio café, mas intensos que el dolor; su voz para mí, funcionaba como un refugio, sus brazos me daban seguridad. Pero... ¿Estaría bien seguir? Todo lo que quiero siempre desaparece, y yo quería que es permaneciera alegre y presente siempre.

_Amiga_ Dijo Nina entrándo a la habitación. Me giré hacia ella, que extraño que estuviera despierta_ Simón esta acá_ Susurró con una sonrisa. Fruncí el ceño incrédula y la figura del hombre que me estaba quitando el sueño, se encontraba allí parado en la puerta. Nina lo hizo pasar.

_Bueno me voy_ Dijo guiñándome un ojo. Simón la miro un instante.

_Mandale saldos a gastón_ Susurró. Ella lo miró asesinamente y luego cerró la puerta.

_¿Gastón?_ Pregunté desentendida. El asintió con la cabeza.

_Su mochila esta en él sillón de la entrada_ Afirmó. Yo sonreí emocionada, ese chico me gustaba muchísimo para ella. 

_¿Paso algo?_ Dije al levantar la vista y notar que sus ojos se encontraban algo vacíos. El se acercó hacia mí y acarició lentamente mi rostro.

_¿Por qué no me dijiste que te acostaste con mi mejor amigo?_ Preguntó repentinamente. Dejandome en pausa. ¿Acostarme con su mejor amigo? Miré hacia el suelo intentando comprender... claro ¡Matteo! Levanté la vista.

_No creí realmente que fuera importante_ Susurré. El tomó mi mentón y besó cortamente mis labios.

_No importa_ Musitó y me abrazó de una manera muy dulce_ Al menos se que tu me quieres a mí y no a él_ Dijo y largué una risita haciendo que el se molestara.

_¡Obvio que te quiero a vos!_ Exclamé. Su sonrisa comenzó a notarse, esa sonrisa hermosa que poseía el. Me tapé el rostro avergonzada; el me tomó de la cintura levantándome en el aire y saltó hacia mi cama. Me destapé los ojos para mirarlo, se encontraba a mi lado riendo y acariciando mi pelo.

_Que lindos ojos que tenes_ Susurró apoyándo su nariz en la mía. Acaricié lentamente su rostro depositando un pequeño beso en sus labios, el me abrazó y el calor de su cuerpo en aquella noche fresca se sentía increíblemente bien_ Yo se que tenes miedo_ Susurró penetrándome con sus ojos_ Pero yo solo quiero darte amor_ Confesó y un nudo comenzó a formarse en mi garganta_ Yo no se lo que te paso Ambar... _ Apreté los ojos dejándo caer varias lagrimas, no quería que el supiera sobre mi vida, no quería que nadie supiera realmente, por que hablar de ello me llevaba a una depresión insuperable_ Pero yo se que no voy a dejarte sola_ Necesitaba que dejara de hablar. Tomé su rostro y comencé a besarlo, con desesperación, al igual que él, que cedió ante mi manera de callarlo y comenzó a acariciar mi espalda, haciendome girar y quedando encima de mí, sus brazos al rededor de mi rostro y sus ojos marrones en aquella oscurdad se veían realmente irresistible. Mordió mi labio lentamente y bajó por mi mentón hacia mi cuello, llevó sus manos hacia mi camisa y comenzó a desabrocharla mientras bajaba con sus besos por el medio de mis pechos, el control poco a poco empezaba a desaparecer...