▲ 191 ▼ (Segunda Parte)

Lunes 17 de Octubre

¿A qué está jugando? ¿Qué diablos le ocurre?

Se sigue espantando de ese modo cada vez que surge algo frente a lo cual no parece estar acostumbrado, se escapa, me evade, desaparece del mapa y hasta me ha bloqueado de todos los chats que compartimos.

Sobre todo que me abandone en esta situación, cuando parece que estamos juntos por fin, cuando más peligro corremos de estar expuestos frente a la desaparición de Kylie y Stefano, el muy idiota decide suprimirse de esta forma sin importarle cómo puedo estar.

Pero se terminó.

Basta.

No tolero más su juego de las escondidas.

Esta vez no saldré a buscarlo si es lo que espera. Estoy cansada de que me use de esta forma, estoy harta de que un día me diga que me ama o que siente algo por mí y a la media hora se borra de mi vida.

De una manera muy estúpida, por cierto.

Ya que pude hacer contacto con Margot, su madre, quien asegura que ha estado hablando con su hijo y está muy bien, sólo que no quiere usar su máscara para cuidarse el pómulo herido. Según ella, Theo se ha estado comportando muy terco y se muestra algo apático últimamente pero en realidad ya no quiero saber nada de ello.

Se terminó. Ya no seguiré esas peleas que me hacen tanto mal.

Quizá ya me esté acostumbrado a su modo de ser y es a lo que más le temo pero al menos, lo estoy terminando de conocer.

Y nunca va a cambiar.

Se comporta como el primer día que lo conocí.

Por lo tanto, nada me garantiza que vaya a cambiar si decido volver a él por el motivo que fuere.

Kylie es una peligrosa criminal a quien tuve que enfrentar cara a cara. Stefano es su novio imposible quien anda por ahí tratando de recuperarse de una bala que le metí en el abdomen. Ambos andarán escondidos dondequiera que sea, seguramente no para planear recibirme con flores y besos en mi primera clase de esta segunda semana tras del Finde para Padres.

Al tiempo que ando por los pasillos de la IVU, mi celular vibra en el bolsillo y lo saco con prisa, haciéndome la estúpida ilusión de que pueda ser él, sin embargo no es así y quisiera latigarme a mí misma por haber tenido ese pensamiento.

La parte buena es que dicho aviso se trata de que Rosas para Jude ha sido actualizada y abro la aplicación con la enorme esperanza de que Annie anuncie la segunda parte de la novela, algo que no sucede sino otro aviso (con su parte alegre y su parte triste): Resulta que ha presentado el libro a las editoriales y se están peleando por publicarlo. Finalmente una parece querer lanzarlo al mercado cuanto antes y eso a la autora la tiene muy feliz y me alegro por ella. No puedo esperar a tener mi novela favorita en la biblioteca de mi casa, la misma que está llena de libros que...

....que me regaló el idiota de Theodore Landon.

Es inútil. Todo me devuelve a él.

Sigo leyendo la nota y la parte triste es que al haber hecho contrato y ser lanzada pronto a las góndolas de las librerías, ya no puede seguir publicando la novela en la red.

¡Sí! ¡Habrá segunda parte!

Aunque sólo se podrá leer desde papel y...mierda, tendré que ponerme a ahorrar. La vida de una estudiante universitaria implica gastos que a veces, nos duele mucho costear.

Pero haré mi esfuerzo de todas formas.

Luego de darle mi voto al anuncio, levanto la mirada y choco contra el cuerpo de un hombre que aparentemente también viene caminando con los ojos pegados a la pantalla de su teléfono celular.

-Oh, discul... ¿Tracy?

Me encuentro cara a cara con Evans, lo cual me hace sentir bien pero a la vez, con un poco de remordimiento hacia él.

Este tipo me conoce, conoció a mi padre y ahora sé cuál es la verdadera razón al por qué de querer tenerme en su comité de investigaciones más allá de mis "aparentes dotes de estudiante".

-Buen día, profesor Evans.

Intento pasarlo por un costado y atropello sus bíceps anchos cubiertos por la tela de la camisa blanca a rayas azules.

-Aguarda-me pide.

Este sujeto es atractivo pero se equivoca si piensa que va a intentar seducirme.

De todas formas, sólo por cortesía me detengo.

-¿Sí?-le pregunto de lado.

-Tracy, me ha comunicado Trevor que hace tiempo no te pasas por el IIMD. ¿Ocurre algo?

«Í. Í. Eme. Dé.»

-Nada-le respondo-, sólo planeaba darme una vuelta en estos días.

-Fabuloso. Porque según me han informado, tienes un libro valioso cual deberías devolver.

¿Devolver? Ese libro es de mi padre, idiota. ¿Con qué derecho...?

-Además-añade-creo que ese libro es precisamente el motivo por el cual no regresaste.

-...

-¿Me equivoco?

-No-le respondo por fin-, no se equivoca.

-¿Aprendiste a leer el diario de un Glorioso o ya lo sabías de antes? Esa no es información que precisamente vayas a encontrar en el ordenador de tu celular.

-Ya lo sabía-miento.

-¿Y qué encontraste?

-¿Para qué pregunta si ya lo sabe?-le digo con un tono demasiado a la defensiva que mucho no me interesa ya que este sujeto es demasiado entrometido y exasperante.

-No. No lo sé. Como te habrás dado cuenta, ese libro estaba sin leer.

Exacto.

De lo contrario, ya habría alguien pasado carboncillo por las páginas punteadas.

Fui la primera en saber su contenido.

-¿Tienes un momento para un café?-me propone y lo miro con una ceja arqueada-. Oh, descuida, sólo quisiera conversar un poco del contenido que sabes y podría servirnos al club.

-No-le digo.

Por un instante me arrepiento de ser tan descortés pero de hace un buen rato que vengo enojada con el mundo entero, no sería un disgusto precisamente desquitármela con él.

-¿Por qué no?-insiste.

Por lo general soy una persona paciente pero mi límite está demasiado cerca esta vez.

-Porque tú sabías demasiadas cosas de mí desde el primer momento y te las guardaste-le suelto y el enojo que hierve dentro de mí me hace acudir al tuteo-. Tú lo sabías, Stefano lo sabía, Juliette también, ¡incluso Theo! ¡Me tienen harta! ¡¿Se hacen una idea todos ustedes lo humillante que es el hecho de que oculten de ese modo tu identidad y a nadie le importe?! ¿Crees que me hace alguna gracia que jueguen conmigo de ese modo? Y claro, ahora me dejan ese diario en las narices para que me haga de él y termine con un dolor de cabeza monumental al igual que un mar de lágrimas.

A medida que hablo me voy quedando sin aire pero finalmente he soltado todo lo que tenía para decir y el rostro de mi interlocutor se torna borroso debido a la densa capa de lágrimas que me cubre las pupilas ahora mismo.

Él sólo me observa en un gesto compasivo y apoya una mano en mi espalda, entre los omóplatos.

-En verdad-anuncia-, deberíamos ir a dar una vuelta o te invito un café en mi despacho. Necesitas hablar, ambos necesitamos hablar y este no creo que sea un lugar propicio para ello.

Suspiro y caigo en la cuenta de que aún me queda alguna que otra excusa:

-Tengo que ir a clases.

Evans mira su reloj.

-Será dentro de veinte minutos. Vamos.

-No puede obligarme-asimilo por fin.

Él me mira y cede a su mano en mi espalda lo cual no creo que termine por darle buena reputación ya que tiene un currículo plagado de rumores acerca de que se acuesta con estudiantes, lo cual pongo en tela de juicio.

Pese a que actualmente no sea una de mis personas predilectas, admito que este sujeto actúa con mucho profesionalismo y no parece ser de esos sujetos babosos que se arrastran detrás de la primera falda que se alza para ellos.

-Por supuesto que no te voy a obligar-responde y da un paso atrás-, pero recuerda que siempre vas a estar protegida por nuestro equipo. Has hecho una buena elección-asegura mirando mi brazo y tengo la sensación de que el tatuaje del triángulo recto me quemara la piel.

No emito palabra y se da la vuelta.

Antes de que esté demasiado lejos, lo detengo:

-¡Aguarde!

Evans no sigue caminando y voy donde él quien se gira para reencontrarme cara a cara.

-¿Qué opinas?-me pregunta.

Niego con la cabeza.

Busco donde mi mochila y saco el diario para entregárselo.

-Este libro me salvó-contesto-. Tengo la sensación de que ahora podría servirle a alguien más...me llegó a mí en el momento indicado aunque es hora de que puedan hacer de él lo que crean conveniente.

Ya tengo la carta de papá aunque me gustaría luego ser yo la que posteriormente herede ese diario.

Sobre todo porque no he tenido hasta el momento una charla con mamá y esa bitácora oscura sería un buen medio para iniciar la charla que nos aguarda.

-¿Estás...segura de esto?-me pregunta.

-Sí.

Evans lo recibe y me agradece. Lo incorpora bajo el brazo, con cuidado y pienso si no sería mucho peso en caso de que mejor lo guardase dentro del maletín.

-¿Puedo hacerle una última pregunta?

-Sólo si vuelves al club-me condiciona.

Y mi gesto de sorpresa queda en evidencia ya que luego emite una risita y añade:

-Era broma. Dime.

Respiro hondo y mi celular empieza a vibrar en mi bolsillo de la chaqueta. Mal momento.

-¿Cómo llegó ese diario ahí? ¿Acaso el Club ya existía antes de que mi padre...?

-No-responde evitando que me quede sin las palabras adecuadas-. El IIMD es relativamente nuevo. Pero este diario, tu padre no me lo dio a mí ni a ningún glorioso.

-¿Ah, no?

Sacude la cabeza.

-Para nada, Tracy.

-¿Y cómo fue que...?

-Un amigo suyo nos lo dio luego de que falleciera Ethan. Un amigo al que también conoces tú porque te he visto hablar con él.

-¿Stefano?

-Para nada-ríe-. Lo mencionaste antes.

Pienso hasta que el nombre de Theodore aparece en mis recuerdos.

-Por cierto-añade Evans-, luego quisiera que hablemos sobre Guilty. Sólo te doy una sugerencia: No digas su nombre en voz alta. Estás llamando a los muertos.

Y se va.




El móvil no ha dejado de vibrar en mi bolsillo.

Cinco minutos antes de que empiece la clase, me siento en mi pupitre y lo saco de su lugar para encontrarme con una larga lista de mensajes en el chat, llamadas perdidas y SMS que van repetidos.

Sólo leo el último que dice:

POR FAVOR, RESPONDE.

Es él.

Y lo detesto.

Claro, ahora yo le debo contestar a Theo quien no ha tenido mejor idea que desaparecer en todos estos días.

Siete malditos días que no se dignó a darme una señal de vida, que no le importé en absoluto mientras la preocupación me consumía por dentro y él se mantuvo impasible por mientras.

Es un No rotundo.

Lo juré a mí misma... Y ya aprendí que si no empiezo por respetarme yo, no lo hará nadie.

No volveré a caer en su juego.

PÚDRETE.

No doy lugar a las dudas antes de presionar el botón de ENVIAR.



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#BADBITCH #1deAgosto #FINAL

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https://youtu.be/j1KAVSh6iUg

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