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-¿Trac... Tracy?

Es ella.

Santísima mierda, ¡es ELLA!

Al principio me cuesta reconocerla con ese vestido blanco raído, va descalza y tiene su largo cabello rubio cayéndole a los costados.

Si bien no soy una persona alta, ella es mucho más bajita que yo pero un millón de veces más peligrosa. Debo irme con cuidado porque esta chica está loca, lo veo en sus ojos, en cada gesto cuidadosamente articulado.

Sus brazos y rodillas están sucios, bajo sus ojos se extienden dos medialunas amoratadas, se la ve tan distinta a lo que ya estaba acostumbrada que me cuesta distinguir si no es otra persona, alguien diferente. Ahora no lleva sus características gafas enormes ni los detalles que le otorgaban un aspecto más decente.

-Hola, Kylie-le digo haciendo un esfuerzo monumental para que la voz no me tiemble.

Ella tuerce el gesto y me mira con aparente incredulidad.

-¿«Kylie»?-repite y avanza unos pasos hasta que entra al círculo de gasolina-. Tracy, ¿qué ocurre contigo? ¿Por qué me llamas de ese modo? Soy Juliette, ¿me reconoces? ¿Te sientes bien?

-¡Cállate!-le suelto a mitad de sus intentos de persuadirme.

-Tracy, ¿por qué me tratas así?

-¡No des un solo paso más!

-Pero...¿por qué me tratas de ese modo?-habla y sigue caminando-. Pensé que éramos amigas... Después de que te escuché, de que te integré, de que establecimos un vínculo fabuloso vienes a tratarme de esa manera.

-¡No!-le digo-. ¡No digas esas cosas...incoherentes! ¡Tu nunca fuiste mi amiga! Siempre estuviste de su lado, los dos me engañaban a la vez, los dos respondían y responden a Bad Boys. Es que... No llego a entender qué les hicieron. ¿Por qué ya no piensan por sí mismos? Estoy segura de que la chica y el chico que decidieron transgredir las normas para vivir su amor en paz, no querrían matar a otras dos personas que intentan lo mismo.

-¿Me estás hablando de ti y del chico que te intentó violar? Oh, claro, «tu amiga».

Recuerdo cuando les narré la historia a ella y a Kyara (si es que así se llama realmente), necesitaba contarle a alguien mis sentimientos, todo lo que me pasaba dentro, necesitaba hablar, descargar tantas emociones contenidas. Les terminé narrando todo como si le hubiese sucedido a una amiga aunque las tres sabíamos que no era así.

-¡Theo no me intentó violar!-le digo-. ¡¿Por qué mientes?! ¿Por qué tergiversas las cosas de ese modo? ¡No me vas a convencer de que piense lo contrario!

Ella suelta una carcajada.

-¿Por qué? ¡Porque eres una estúpida! ¿No eres capaz de verlo? ¿No entiendes lo que ese maldito te hace en verdad?

-¿Lo que él me haces? Lo que no entiendo es por qué TÚ me haces esto.

Kylie da un paso más y la detengo con un grito y un cerillo en manos a punto de encenderlo.

-¡Basta! ¡Deja de caminar!-grito y aminora el paso-. Estás de pie sobre un círculo de gasolina y no dudaré en prenderlo fuego.

No puedo seguir retrocediendo porque la línea para encender la llama está dibujada justo donde yo me he quedado. El punto es que Juliette, o Kylie o la zorra que está delante mío se está acercando demasiado. Si digo que la distancia que hay entre nosotras es de dos metros, estaría siendo demasiado optimista.

-Vaya... Así que ¿vas a prenderme fuego? Soy tu amiga, idiota. ¿Qué te piensas? ¿Que podrías matarme y quemar toda esta maldita casa con media cubeta de gasolina y unos cerillos que el imbécil de tu novio usa para encender sus cigarrillos de mierda?

Escucharla hablar de ese modo me impacta pero a la vez me hace sentir cierto orgullo porque de a poco demuestra quien realmente es, entonces soy yo quien tiene el control de la situación.

Si lo del fuego no me funciona, llevo guardado el frío revolver contra la cintura de mis pantalones aunque el peso me hace sentir que en cualquier momento se me podrían caer.

-¿Mi «novio»?-pregunto con ironía-. ¿Theo? Él...está dentro-murmuro.

-Exacto, estúpida. ¿Acaso piensas prender fuego la casa con ese montón de huesos rotos dentro? Mátame si quieres pero no será sin él.

«Huesos rotos».

No, no, no, no.

Da media vuelta y cuando estoy decidida a sacar el arma, un grito escapa de mi garganta:

-¡¡¡Maté a Stefano!!!

Kylie se queda helada.

Se detiene justo en la puerta, al borde del círculo y gira su cabeza, mirándome por encima de su hombro derecho.

-¿Qué...di...jis...te?

¿Qué dije? No... No lo sé. No recuerdo qué dije, ¿verdad? Ay no, mierda. 

-¿Por qué haces esto, Kylie?-intento desviar el tema-. ¿Por qué te tienes que comportar de este modo? Me llamas estúpida a mí cuando la que responde a la voz de otro hombre eres tú.

Ella avanza a paso decidido hasta el punto donde estoy de pie y queda exactamente en el lugar donde iba anteriormente. Esta vez parece ser que calcula sus pasos para quedar dentro del círculo en lugar de tirárseme encima y arrancarme los ojos con las uñas tal cual lo veo en sus intenciones.

-Repite lo que dijiste de Stefano.

-Él... Yo... Demonios, no puedo creer que me hayan engañado de esa forma. ¿No pueden simplemente dejarlo estar?

-¿Y tú no puedes dejar de ser esa mosquita muerta que se piensa lo mejor de todos, que confía ciegamente y no se permite dudar de un montón de matones? ¿Qué crees? ¿Que vas a recuperar a todos los Bad Boys y los Gloriosos de sus miserias? ¡Estás loca!

-No los voy a recuperar. Pero confío en ti. En que podrás hacer a un lado lo que sucedió y pensarás por ti misma. Piénsalo de este modo: podríamos ayudarte si tú nos ayudas a nosotros.

-¡No puedes! ¡Ya nadie puede! ¡No tienes idea de todo lo que hemos pasado! No te atrevas a juzgarme sin saber mi historia.

-Te escucharía pero no hay tiempo que...

-No es que te vaya contar nada, imbécil.

-Yo... Yo...-titubeo-, no es que te haya pedido. O sea, entiendo que has pasado por mucho dolor pero algo bueno podrías recuperar si vuelves a escuchar la voz de tu interior.

Estás loca, dice mi conciencia.

Al menos lo intento.

La rubia me mira con atención y añade inexpresiva:

-Hay vidas que es imposible recuperar. La mía ya está perdida.

Acto seguido Kylie sale del círculo.

Por mi parte, antes de que pueda permitirme llegar al arma en mi cintura, la rubia se me arroja encima tal cual lo preví antes y me tira dentro del círculo con ella sobre mí, cruzando sus rodillas alrededor de mi cintura.

Aprecio en varias ocasiones la idea de sacar el revolver pero no puedo, tiene mis manos aferradas y en momentos como este desearía alguna vez haber ido a clases de defensa personal.

-¡¡¡Dime qué mierda le ha pasado a Stefano!!!-me grita con sus ojos inyectados en sangre.

-¡Quítate de encima!

-¡Dime qué ocurrió!

Opto por mentirle pero temo a las consecuencias de la reacción que vaya a tener.

Noto que los cerillos se me caen y para mi mala suerte, Kylie los toma.

El punto a favor es que, para lograr alcanzar los mismos, ha tenido que soltarme de una mano. Hecho del que me valgo para sacar finalmente el arma y cuando ella vuelve a mí, coloco el cañón en su frente.

Tic tac.

Los segundos los cuento en latidos que me golpean el pecho y resuenan en mis oídos.

-No...te...muevas-le ordeno.

De a poco cede la fuerza de sus rodillas y me libera.

Lo malo es que lentamente desliza el fósforo en la caja y éste se enciende. ¿Disparo? ¿Qué hago? Si Stefano sigue vivo, no quisiera tener que cargarme efectivamente un muerto en la conciencia.

-Apaga eso-le ordeno-. Maté a Stefano y no voy a dudar en dispararte a ti también-esto es una mentira a medias ya que no estoy del todo segura pero pongo todo mi esfuerzo en que se oiga con certeza-. Así que apaga esa mierda ahora mismo.

-Con gusto-refiere.

Y lo arroja a un lado.

En cuestión de segundos, la noche se enciende por el fuego y el calor abrasador me hace caer en la cuenta de que estamos rodeadas por llamaradas intensas con el rostro de La Muerte.

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#BADBITCH 

https://youtu.be/j1KAVSh6iUg


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