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Theo

Vincular a su amigo con la búsqueda de Tachas, no lo encuentro una buena idea pero me veo obligado a asumir que ya es parte del "equipo".

No sé cuánta información esencial podría aportar: saber que está de visita en esta ciudad, me pone los pelos de punta. ¿Qué quiere? ¿Qué necesita con ella?

De todas formas, pasar por el bar/licorería un lunes por la noche es el punto positivo.

He llegado media hora antes para poder disfrutar de un Gin Tonic a solas. Perfecto para calentar el cuerpo en un día tan frío de otoño. Ya se ve venir un invierno crudo para este año.

De pronto vibra mi móvil sobre la mesa y encuentro un mensaje de Tracy aunque no lo abro ya que alguien se ha puesto de pie delante de mí a la espera de mi atención.

-¿Theodore?

Levanto mi cabeza y lo encuentro.

-Carlos-le saludo.

-Soy Carl.

Toma asiento a mi lado, pegados a la barra y se quita un saco de paño cual deja reposar sobre su regazo. Hace lo propio con un gorro de lana y guantes cuales los mete en una mochila que trae puesta y deja reposar a sus pies.

No lo miro directamente pero soy consciente de que ha sacado un cuaderno con anotaciones y busca algo específico.

-Amigo-le habla el cantinero-. ¿Qué se te ofrece?

-¿Qué hay?-lo mira con atención a través de sus enormes gafas-. Quisiera ver la carta, por favor.

-Ja... Usted elige lo que quiere beber, señorita: Tiene sudor de los murciélagos en la azotea o el mío luego de que estrujo una toalla-se burla el idiota.

-Una cerveza está bien-me interpongo-. Yo pago, Bill. Haz lo tuyo.

El cantinero ya es todo un conocido. Desde que entré a la IVU, este bar se ha convertido en un segundo hogar para mí al igual que para unos cuantos que vienen por cada vez que juegan los Dixxonss.

Bill, un tipo gordo, pelado, con un tatuaje de ancla en su brazo izquierdo y sentido del humor que pocos comprenden, se marcha dejándonos a solas.

-¿Qué tienes ahí?-le pregunto a Carl.

-Anotaciones, información. Algunos datos de interés.

No me digas.

-Ajá-murmuro.

-Creo que Tracy algo te ha comentado...

-Y viceversa. Jacob es un imbécil pero me cae bien y no me gustaría que se encuentre con las personas equivocadas.

-¿Lo proteges?

-No. -Doy un nuevo trago hasta terminarme lo mío. Bill trae la cerveza de Carl y le deja sobre la barra.

-Muchas gracias-responde él.

Creo que el cantinero desagradable quiere emitir algún tipo de broma al respecto pero le hago un gesto con la mano en señal de que puede irse. Y lo hace.

-Es muy autosuficiente-añade Carl-. Pero esta vez, estoy casi seguro de que necesita ayuda. Es como si lo hubiesen borrado de la faz de la Tierra.

-Verdad. No es una persona que dependa emocionalmente de nadie y eso me agrada.

-No es de hielo... Sí que tiene sus emociones.

Lo miro de reojo.

-¿Y de dónde se conocen?-le pregunto.

-A Tracy la conocí en el Club de Lectura. Los dos teníamos cierta fascinación por las novelas juveniles y la comedia romántica hasta que un día coincidimos en la asignatura de...

-Me refiero a Tachas. De dónde lo conoces a él.

-Oh.

Se queda en silencio y toma el jarrón con cerveza.

-Wao-murmura mirando el líquido espumoso-. Es demasiado y se la ve...

Al notar que no contesto, toma el recipiente y se lo lleva a la boca pero un instante después, lo aparta con una terrible sensación de asco.

-¿Y qué tal?-le pregunto.

-Aaarrgggg. -Parece que hubiera succionado un limón-. Es... es... extraña.

-Pásamela.

Carl se deshace de esto con gusto y le doy un largo trago a su bebida. Siento que me golpea directo en la cabeza pero luego de un ligero mareo, mi mundo se reacomoda y saco mi billetera.

-¡Bill!-le llamo-. Aquí tienes lo tuyo. Deja el vuelto para la próxima.

Él se acerca y mientras nos ponemos de pie con Carl y tomamos nuestras cosas, el cantinero busca el jarrón y el vaso para añadir:

-Es un placer recibir clientes nuevos.

Suelta una carcajada. Si bien, esta vez no sé en qué tono va dirigido, no le contesto pero estoy seguro de que lo ha dicho por Carl ya que no soy precisamente un cliente nuevo.

-¿Dónde vamos?-pregunta acomodándose nuevamente el saco de paño.

-A dar una vuelta.

-¿Dónde?

-¿Siempre haces tantas preguntas?

-Lo siento...

Ahora veo por qué se lleva tan bien con Tracy.


Una vez que ya estamos dentro de mi auto, prendo la calefacción y dejo mi chaqueta en el asiento trasero.

-Puedes arrojar tus cosas atrás-le indico poniendo el motor en marcha.

-Está bien, descuida.

Se quita los guantes pero no el gorro de lana. Sostiene su mochila y el saco sin ceder a librarse de esto.

-Sigues sin responder a mi pregunta-le indico saliendo marcha atrás.

-Yo... bueno... ¿Que cómo conocí a Jacob?

-Sí.

-¿Tracy no te lo ha contado?

-No.

-Vaya. Creía que sí pero no tendré las cosas tan fáciles...

-¿Qué ocurre? ¿Es tu hermano?

-¡No!

-¿Tu primo?

-¡Tampoco!

Le miro a los ojos cada tanto pero no responde. El pobre contacto visual es señal de que en efecto, tiende a la timidez lo cual no me sorprende viniendo de él.

-Digamos que es un viejo amigo.

-Ah.

-¿Se entiende?

-Sí. También es mi viejo amigo.

Tuerce el gesto pero no agrega más nada.

-¿Y qué me ibas a mostrar en ese cuaderno que sacaste hace un rato?

-Oh, es verdad.

Vuelve a su mochila y lo extrae nuevamente. Se acomoda las gafas para a continuación leerme:

-Primer dato: Llamadas a su móvil, familiares, personas allegadas o amigos.

-¿Familiares?-pregunto-. Jacob no tiene a nadie. Está solo.

-Es verdad.

-¿Lo sabías?

-Sí. Contacté con los amigos con quienes se supone que quedaba y un tal Neo me dijo que ya no vive con ellos.

-Claro que no.

-Pero esto no lo sabía hasta hace unos cuantos meses atrás.

-Okay, prosigue.

-Segundo dato: Contacto con antecesores, posibles parientes políticos o personas que posiblemente puedan ofrecer un dato de procedencia.

-¿Y?

-En mi segunda llamada a la extraña casa llamada Bad House, una tal Audrey me dijo que contacte al orfanato donde creció Tachas.

-¿Ah, sí?

-Sí. Y en mi tercer llamado, me dijeron que era un loco psicópata y que si volvía a llamar, iban a matarme.

-Déjame adivinar. ¿Audrey otra vez?

-No. Dominic.

-Ah. Ya.

-Conseguí el contacto del orfanato.

-¿Y?

-Era información confidencial así que acudí en persona y luego de rogarles durante un largo rato, me señalaron por lo menos cómo llegó ahí. Es que un sujeto lo llevó de pequeño, en una fría noche de invierno, envuelto en una cobija y con un dulce en la mano.

-Vaya cuánto detalle.

-La mujer que lo recibió en su momento ahora es directora del orfanato.

-Mira tú-murmuro y bostezo.

Pero el sueño se va de repente cuando él continúa:

-El punto es que pregunté quién lo había llevado y me pasaron el nombre, sin poder obtener nada más al respecto. El asunto es que...supuse que tú le conocías.

-A ver, dime.

-El hombre que lo llevó se llama Will Ryan.

De pronto clavo mi pie en el freno.

Suerte que venimos con cinturón bien amarrado sino nuestras cabezas ya estarían puestas en el paragolpes.

Parezco haberlo asustado ya que se ha puesto tan pálido como pasta para hacer papel.

-¿Qué sucede?-pregunta sorprendido.

-¿Estás seguro de lo que dices? ¿Cuál es el apellido de ese individuo? ¿Por qué demonios dices que yo puedo conocerlo?

-Esto... Ya, pero no te alteres.

-Habla, demonios, habla.

Mis ojos están inyectados en sangre y fijos en él quien agacha la cabeza y se reacomoda las gafas.

-Es... Henry Landon.

-¡¡¡OHHH, MIERDA!!!

Le doy un puñetazo al manubrio que me queda zumbando al igual que la cabeza.

-¿Quién es?-insiste el muy tocapelotas.

-¡¡¡ESE HIJO DE PUTA ES MI PAPÁ!!!

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#BADBITCH #BADBOYS #BOYTOYS

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https://youtu.be/j1KAVSh6iUg

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