Capítulo 22.
Jungkook entró al departamento de Jimin, haciendo que este se asustara.
Jimin, quien se encontraba recostado en su cómodo sofá mirando un programa de televisión, no entendía qué mierda le pasaba a Jungkook que traía esa cara.
—¿Qué haces aquí? Te dije que no vinieras hasta que yo te avi...
—¿Por qué lo besaste? —le interrumpió. Jimin frunció el ceño, sin entender a qué se refería— ¿Por qué lo besaste, Jimin? volvió a preguntar, su voz sonaba angustiada, pero sutilmente molesta.
—¿A qué te refieres?
—Vamos, Jimin, no me hagas esto —se acercó a él, con una expresión de tristeza sobre su rostro— Por favor, no me mientas. Solo necesito una explicación, nada más que eso... —entonces Jimin recordó a Taemin y mordió su labio inferior al no saber qué decir ni cómo excusarse ante los hechos.
—Solo... solo me hizo una broma y me besó, no pasó nada más que eso —cruzó los brazos y miró hacia otro lado, restando importancia a lo que acababa de decir.
—¿Por qué no me lo contaste?
—¿Acaso importa? —lo fulminó con la mirada. Odiaba tener que dar explicaciones— Solo fue un beso sin importancia, no armes tanto alboroto por ello, yo no lo hago cuando sales por ahí con tu supuesta amiga.
Quizás para Jimin, aquello era algo sin importancia, pero a Jungkook lo estaba hiriendo y su corazón dolía. Quiera llorar y preguntarle qué había hecho mal, porque estaba seguro de que él no merecía eso, no merecía nada de lo que Jimin hacía, pero él lo soportaba porque está enamorado, muy enamorado.
—Nunca la he besado y estoy seguro de que tus dudas no son reales, siempre te cuento todo, así que no la compares con lo que hiciste.
—¿Sabes? —Jimin se acercó a Jungkook, y su mirada era indiferente al rostro triste del castaño— Al inicio toda relación va bien, se pasa tiempo juntos y se disfruta del momento. Pero nosotros ya pasamos por eso y ahora es cuando ya no me dan ganas de verte seguido, nuestros tiempos ya no van a coincidir. Jungkook eres igual que cuando tenías dieciocho años. Te aferras a algo que no existe.
—¿Qué estás diciendo, Jimin? —frotó su rostro con ambas manos, en un vago intento de calmarse. Se sentía frustrado y destrozado.
—Creo que debemos dejar de vernos, dejar esta absurda relación y seguir con nuestras vidas por caminos separados.
—¿Absurda? —lo miró confundido— Para mí nunca fue absurda, Jimin. Te amo y esto no es absurdo en absoluto.
—Jungkook, tú y yo no llegaremos a ningún lado.
—¡Eso es porque tú lo quieres así!
Y ahí estaba nuevamente el maldito revoltijo en el estómago de Jimin. ¿Ver la cara triste de Jungkook lo hacía sentir así?
—Lo siento, Jungkook, pero me iré a Moscú nuevamente y lo nuestro ya debe llegar a su fin —los ojos de Jungkook se llenaron de lágrimas, su nariz y mejillas quedaron de un color carmesí y sus cejas estaban levemente juntas. Lo hacían ver verdaderamente dolido.
—Yo... —metió su mano al bolsillo de su chaqueta y sacó una pequeña cajita azul marino. Jimin supo de inmediato que era.
—Maldición, Jungkook. ¡Esto debe ser una broma! —gruñó casi histérico. Al escuchar aquellas palabras las lágrimas comenzaron a descender por las mejillas de Jungkook. Si bien, no pretendía pedirle matrimonio y simplemente eran anillos de pareja, pero verlo reacción así lo hirió aún más - Yo no te amo, Jungkook. Estos meses han sido genial, sí, pero no pasa de eso, si tú vas y te enamoras así de fácil es tu problema y no mío. Lo siento si crucé la línea y te di esperanza de algo más, pero no quiero llevarlo demasiado lejos. Si buscas estabilidad o que sea todo lo que necesitas, Jungkook ese nunca seré yo, por más que lo intentes.
Jungkook lo miró unos segundos en silencio, realmente no podía formular palabra alguna. Esa fría noche de invierno estaba resultando terriblemente dolorosa y su corazón se rompía nuevamente en mil pedazos a causa de las palabras cargadas de indiferencia por parte de Jimin.
—Supongo que... —secó sus lágrimas con el dorso de su mano— Esto termina aquí. Después de todo, no tendremos un final feliz.
—Lo siento, Jungkook, pero...
—No sigas. No lo hagas más doloroso. Por favor, no... —se acercó a Jimin y tocó una de sus mejillas para luego depositar un corto beso en su frente, unas traicioneras lágrimas volvieron a caer— Cuídate, Jimin —susurró. Se dio media vuelta y caminó en dirección a la salida pero antes de irse dejó aquella pequeña cajita en una mesa y se fue.
Jimin quedó con un sentimiento amargo en su pecho, no era la primera vez que veía llorar a Jungkook, pero ahora era diferente, aquella vez en el pasado no sintió lo que sentía ahora y odiaba estar así.
Jungkook subió a su auto y derramó unas lágrimas. ¿Por qué tenía que amar a alguien que no le correspondía?
Él estuvo dispuesto por un momento a olvidar lo del beso y seguir con Jimin, pero ver la actitud de este le hizo entender que estaba perdiendo su tiempo al estar en una relación unilateral.
Dolía como el infierno, pero entendió que era lo mejor.
Es lo mejor. Se repitió a sí mismo mientras borraba gruesas lágrimas que inundaban sus ojos.
***
Jimin no podía quitar de su mente a Jungkook y eso lo tenía bastante inquieto. Él estaba seguro de que terminar era lo mejor, no tener que depender de alguien emocionalmente es lo correcto, no sufrir por nadie está bien, no amar no es malo, no llorar por nadie no te hace insensible...
Entonces, ¿por qué no podía quitar a Jungkook de sus pensamientos?
¿Por qué recordar el rostro lleno de lágrimas causaba un dolor en su pecho?
¿Por qué tenía miedo de amar a alguien que lo amaba?
Estaba en su cama lleno de pensamientos, envuelto porque hacía demasiado frío, su cuerpo extrañaba el calor de Jungkook y de algún modo lo anhelaba, sin darse cuenta estaba acostado en el lado que dormía Jungkook y se embriagaba en su olor. Ese olor tan masculino que lo relajaba...
—¡Mierda! —gruñó frustrado y mordió con fuerza su labio inferior. Enterró la cara en la almohada, suspiro y cerró los ojos, aún era temprano y no había dormido bien, su estómago rugía pero lo ignoro. Su teléfono sonó y lo sacó de sus pensamientos.
—¿Kai, qué pasó?
—Hey... tengo noticias, aceptaron la propuesta del profesor para la danza de Black swan, pero se la aceptaron para diciembre, aun tienes tiempo para pensar y darme una respuesta.
—No debo pensar nada...
—Oh, eso es mejor aun. Nos iríamos en julio a Moscú, ¿te parece?
—Claro.
—Así tienes tiempo para organizar tus cosas.
—Bien, gracias por avisarme.
—Estamos en contacto. Cuídate, Jimin.
—Tu igual...
Colgó y dejó su teléfono de lado, se dispuso a comer algo porque estaba con fatiga y sentía que vomitaría al no tener nada en el estómago. Estaba en ello, preparando arroz frito y kimchi cuando el olor revolvió todo en su interior y sintió náuseas. Respiró hondo y tomó un vaso de agua para calmar todo malestar.
—Debo dejar de saltarme las comidas —se dijo a sí mismo.
Desde que terminó con Jungkook ya habían pasado cinco días, no tenía idea de cómo estaba él y tampoco pensaba averiguar.
Tocaron el timbre de su departamento y Jimin se levantó del sofá para ir a ver quien era y ahí estaba, la persona que quizás más adoraba y amaba, su alma gemela, su mejor amigo.
—Tae... —o abrazó— ¿Qué pasó? Es raro que vengas a esta hora —sonrió sin muchas ganas.
—Sí,bueno... quería hablar contigo —caminaron hasta sentarse de manera cómoda en el sofá—¿Cómo estás?
Jimin reprimió un suspiro, siendo consciente casi de inmediato del porqué su amigo estaba ahí.
—Vamos, ya sé a donde quieres llegar.
—Entonces dime que pasó —pidió con dulzura.
—Solo terminamos y ya.
—¿Terminaron o tú lo dejaste? —Jimin lo miró haciendo una mueca, eso respondió la pregunta de Taehyung— Jimin...
—Lo dejé. No iba a resultar de todas formas, no lo amo y es absurdo seguir, además me iré y no me interesa una relación a distancia.
—Jimin, cariño —tomó sus manos con dulzura— Sabes... la mejor manera de amar, es empezar por uno mismo, el resto puede esperar.
—Tae, me amó lo suficiente y eso no tiene nada que ver con el hecho de dejarlo. ¿Por qué te preocupas tanto por él? —su voz sonaba irritada.
—Es solo que, tenías a alguien que te amaba incondicionalmente, te trataba bien, quería estar contigo todo los días pero tú lo mandaste a la mierda, y estoy seguro que fue de la peor manera. Todo lo que tienes son excusas del por qué lo dejaste.
—No son excusas, es lo que tenía que hacer porque no terminaría bien de todas formas.
—¿Cómo estás seguro de eso? Cariño, sé que te aterra enamorarte y experimentar cosas nuevas —acarició su cabello— Pero espero que no llegue un momento en el que te arrepientas de ello. Jungkook quizás no lo hará, porque él dio todo de sí mismo para estar contigo, pero tú solo te cerraste ante la posibilidad de experimentar y expresar tus sentimientos.
—¿Por qué me dices todo esto?
—Hablé con Jin y me preguntó si sabía que pasó entre ustedes, Jungkook no a ido al trabajo en estos días y no responde el celular —suspiró— Supongo que es normal que se preocupen por él, así como yo me preocupo por ti.
—Supongo que sí —Jimin abrazó a Taehyung y se enterró en su cuerpo, necesitaba de alguna manera los cariños que le daba su mejor amigo.
Jimin no dijo nada, pero su corazón latía rápido y se odiaba en esos momentos, Taehyung siempre tenía razón y era así como él le decía, pero ya había dejado a Jungkook. Ahora solo había que mirar hacia el futuro y enterrar el pasado, o eso pensó.
***
Al no saber de Jungkook en cinco días, Namjoon fue al departamento y tocó varias veces la puerta, pero nadie salió a recibirle.
—No sale nadie.
—Habla con el conserje para derribar esa puerta, amor.
—Bueno, iré a buscarlo entonces.
—Me avisas cualquier cosa, ¿sí?
—Sí, pero no estés preocupado, quedate tranquilo amor. Luego hablamos. Te amo.
—Te amo.
Cortó la llamada y cuando se dirigía a caminar al ascensor, la puerta se abrió lentamente
—¿Jungkook? - y una cara llena de tristeza se asomó por la puerta.
—Nam... —bajó la mirada— Lo siento por haber faltado... —sorbió la nariz— Pero creo que... —Namjoon abrió la puerta completamente y Jungkook retrocedió, se metió al departamento y pudo entender que pasaba.
—Toma tus tocas, nos vamos en diez minutos —ordenó, sin sonar tan duro.
—¿Qué? —lo miró confundido.
—No creas que te dejaré solo aquí, Jin y Jieun están realmente preocupados. No respondes las llamadas y tampoco nos das señales de vida.
—Lo siento...
—Toma tus cosas y nos vamos ahora mismo —Namjoon a veces daba miedo y todos en el trabajo lo respetaban porque verlo enojado no era algo divertido. Pero quizás el tono que usaba ahora sonaba a regaño aunque no lo era, pero Jungkook estaba herido y frágil por lo que sus lágrimas no tardaron en aparecer y entre sollozos trato de mover su cuerpo para ir a su habitación— Jungkook...
—¿Mmm? —no fue capaz de mirarlo a los ojos, sus lágrimas caían y se avergonzaba un poco estar así.
—Mírame —le ordenó pero Jungkook no lo hizo— Mírame —repitió y el menor levantó lentamente su cara— Dios, estás hecho un desastre —agarró el brazo de Jungkook y lo llevó hasta su gran cuerpo y lo abrazó.
Jungkook simplemente se aferró a él y lloró como un bebé mientras que Namjoon le acariciaba la espalda y trataba de alguna manera de darle consuelo. Así estuvieron por varios minutos hasta que Jungkook logró calmarse. Verlo así, tan vulnerable, tan frágil, tan roto le rompía el corazón a Kim, porque lo quería. Jungkook era alguien increíble que salió solo adelante a causa de su esfuerzo y méritos, eso lo hacía ser alguien admirable y aunque Nam nunca lo dijera, admiraba eso de él.
Llegaron a la mansión Kim y Jieun salió primero a recibirlo, lo abrazó y besó sus mejillas tan dulce que Jungkook se sintió peor.
—Bienvenido, Jungkookie —sonrió de manera cálida
—Hola, Jie...
—¡JUNGKOOK! Mierda, me tenías preocupado —Seokjin lo abrazó con fuerza, pero a la vez con dulzura— Tonto, no vuelvas a desaparecer así, ¿vale? —El castaño asintió con la cabeza.
—Nos tenías preocupados a todos, Jungkookie —dijo Jieun en un tono suave.
—Iré a dejar las maletas a tu habitación, luego te darás un baño y bajaras a cenar —ordenó Namjoon.
Y así fue. Luego de la cena, Jungkook se fue a su habitación para dormir, estaba cansado y sus ojos picaban.
—Ve a descansar, cariño —Seokjin le hizo cariño en su cabello y lo revolvió un poco— Te ves bastante cansado.
—Sí... buenas noches —se despidió y subió las escaleras hasta llegar a su dormitorio. Una vez ahí se puso el pantalón de pijama y se quitó la polera, para dormir más cómodo, cerró los ojos y trató de no pensar en él...
Aunque era imposible.
Estaba ahí, intentando que su cuerpo se relajara para por fin dormir, pero por más que lo intentaba no podía, se movía de un lado a otro sin tener resultados hasta que su puerta se abrió lentamente y Jungkook abrió los ojos para intentar ver quién en medio de la oscuridad.
—¿Ju-Jungkookie? —al escuchar supo claramente de quién se trataba.
—Hey... ¿Qué sucede? —se sentó en la cama— ¿No puedes dormir? —ella negó con la cabeza y entró al dormitorio.
—Puedo... ¿puedo dormir contigo? —su voz sonaba nerviosa pero esto le causó cierta ternura a Jungkook.
—Oh —sonrió— Claro, ven que hace frío —Jieun avanzó rápido y se metió en la cama, acercándose cerca de Jungkook y lo miró por un momento en silencio.
—Siento mucho lo que pasó, pero aquí estamos para ti —le sonrió— No estás solo, Jungkookie.
—Lo sé... solo necesitaba estar solo unos días —suspiró y talló sus ojos.
—¿Te canto una canción de cuna para que te duermas? —ambos rieron— Me gusta verte así y no triste, sabes.
—A mí también me gusta verte feliz —picó con delicadeza una de las suaves mejillas de Jieun con su dedo— Tu sonrisa es preciosa.
—No sigas que me da vergüenza —rió y enterró su cara en las sabanas.
—Bueno, ahora sí, a dormir —cerró sus ojos y Jieun lo miró.
—Descansa, Jungkookie —y se acercó un poco más al castaño, esa noche fue increíblemente agradable para ambos.
Los dos tenían el corazón roto, los dos amaron a alguien que no los valoró como ellos merecían, los dos dieron todo lo que se podía dar en la relación y al final fueron dejados, los dos anhelaba estar aun con esa persona aun sabiendo que no eran amados.
***
A veces pienso... bueno, no es que no piense, porque siempre pienso kjdskuhl pero cuando llego a estos caps, me doy cuenta que hice demasiado blandito a Jungkook kljdshgfjkeg Me faltó odio para su personaje :c porque es tan lindo y enamorado que no hace nada con malas intenciones y solo le desea lo mejor al mundoooo.
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