Capítulo 14.

El molesto ruido de un teléfono sonando en algún lugar de la habitación, hizo que Jimin frunciera el ceño aun sin abrir los ojos. Cuando finalmente había vuelto a quedar todo en silencio, el maldito teléfono volvió a sonar. Jimin estiró su brazo de manera perezosa hacia la mesita de noche junto a su cama, e intentó buscar su celular para ver si era el suyo que sonaba, pero cuando logró tomarlo y pudo verificar que no era el suyo, gruñó molesto. Más cuando vio la hora.

—Jungkook. Oye, despierta —habló mientras bostezaba. Jimin le movió el brazo sin mucha delicadeza, pero este no despertó y solo se acurrucó aún más cerca de él— ¡Mierda! —gruñó no tan alto y salió de la cama maldiciendo mentalmente.

Eran las seis de la mañana y odiaba despertar con el maldito sonido de un teléfono, más cuando era su día de descanso. Caminó de puntitas con sus pies descalzos y se encogió al sentir el frío del piso, se movió guiado por el maldito sonido hasta que logró encontrar el teléfono de Jungkook entre uno de los bolsillos de su ropa, lo tomó y desactivó la alarma.

¡Era una jodida alarma la que sonaba y sonaba!

A regañadientes, dejó el aparato en el mismo lugar de donde lo sacó ya que tenía todas las intenciones de lanzarlo directo a la cabeza de Jungkook. Sintiendo el frío de la mañana, no se demoró en volver a su cama nuevamente y arroparse hasta el cuello con sus colchas que aún estaban calentitas ya que aún tenía sueño. Ese día comenzaba oficialmente su descanso indefinido o hasta que decidiera abrir su academia.

Miró a Jungkook, el cual seguía durmiendo aferrado a su cuerpo ya que lo había abrazado por la cintura, y se veía tan cómodo como si estuviera en su propia cama.

—Oye, Kookie, no puedo moverme —gruñó y le apretó la nariz para que no pudiera respirar. Aunque sentía que aún tenía sueño, ya le era imposible volver a dormir— Si yo no duermo, tú tampoco.

—Mmhg —se quejó y se removió hasta que Jimin le soltó la nariz—Me duele el cerebro... —susurró sin abrir los ojos— Necesito un doctor...

—Nada de doctor, idiota —habló fuerte y Jungkook hizo una mueca de dolor.

—Más bajito, Minnie. Creo que estoy enfermo, voy a morir.

—Sí claro, cómo no. Ahora tener resaca es estar enfermo —se burló— Tengo hambre. ¿Quieres comer panqueques? —preguntó bastante animado.

—Quiero un beso, para sanarme —Jimin sonrió divertido y se removió para quedar frente a frente con Jungkook. Le tocó la mejilla con uno de sus deditos, haciendo que Jungkook finalmente abriera los ojos.

Jodido infierno, ¿cómo es que en las mañanas lucía tan encantador? Pensó Jimin, al ver los ojos marrones de Jungkook.

le dio una mirada inquisitiva y se relamió sus pomposos labios.

—Si me besas y luego sales con que quieres vomitar o suena tu maldito teléfono, te vas y te juro que no me vuelves a ver jamás en tu vida —sentenció y Jungkook simplemente asintió con la cabeza mientras sonreía.

—Eres... eres tan hermoso en las mañanas, Minnie —llevó una de sus manos a la mejilla de Jimin y la acarició, se acercó lentamente y unió sus finos labios con los carnosos de Jimin. Ambos cerraron sus ojos y abrieron sus bocas dando acceso a que sus lenguas se unieran por completo. Jimin soltó un pequeño gemido y Jungkook sonrió mientras aún lo besaba, llevó su mano hasta el cuello del rubio y por un momento pensó en seguir bajando y explorando, pero se detuvo.

—N-no te detengas... —se separó levemente de los labios contrarios— No ahora, idiota —y volvieron a besarse con más vigor, sus lenguas se entrelazaban con más fuerza hasta que lograron quedar sin aire. Jungkook dibujó un camino húmedo de besos que terminó en el cuello de Jimin, haciendo que este gimiera entrecortado por las caricias que estaba recibiendo— Agh —se quejó al sentir los dientes de Jungkook en su clavícula y esto le excitó.

Sí, él era un hombre joven y saludable. Era normal que se excitara así de fácil, ¿no?

—Te quiero, Minnie —susurró, mientras seguía repartiendo sutiles besos en el cuello de Jimin. Jimin no respondió ante aquellas palabras, simplemente no había nada que decir por su parte.

Jungkook en un movimiento ágil, se giró y quedó sobre Jimin pero sin apoyar su peso en él. Lo besó una última vez hasta alejarse y mirarlo desde arriba, entonces Jungkook sonrió embelesado.

Estaba entre sus piernas y aún estaban cubiertos con las mantas de la cama, pero Jungkook las apartó, dejando más expuesto el cuerpo contorneado de Jimin, y logró ver el pequeño bulto que había en la parte baja de este.

—¿Te gusta lo que ves? —preguntó, a la vez que mordía su labio inferior.

—Me encanta —tragó saliva en grande. Tener a Jimin así era algo que lo estaba volviendo loco, lo deseaba más de lo que él mismo pensaba y su cuerpo estaba reaccionando rápidamente.

—¿Solo vas a mirar?

—No, yo...

—Venga, no seas tímido —bromeó— No le tengas miedo al éxito, Kookie —volvió a sonreír, viendo como las mejillas de Jungkook se tornaban en un rojo intenso.

—No podré detenerme —advirtió.

—Nunca dije que te detendría —levantó sus brazos hasta el cuello de Jungkook y lo atrajo hasta que sus narices se rozaron. Jungkook cepilló con la punta de su lengua los labios de Jimin, hasta que nuevamente se unieron en un profundo beso. Uno caliente y obsceno, saboreando y gimiendo, mordisqueando y gruñendo.

Jungkook volvió a dibujar un camino húmedo de besos que iba desde sus labios hasta llegar al cuello, para luego continuar hasta el lóbulo de su oreja, donde dio un pequeño mordisco, haciendo gemir aun mas a Jimin.

Las grandes manos de Jungkook se deslizaron por debajo del pijama de Jimin, acarició y amasó la piel cremosa por unos segundos, aun dudando si lo que estaba a punto de hacer estaba bien o no.

—Ju-Jungkook... —la voz agitada de Jimin lo hizo estremecer. La forma en la que mordía sus labios hizo que el miembro de Jungkook diera un brinco, haciéndolo olvidar todas las dudas que estaba teniendo en ese momento.

Con un movimiento rápido y ágil, se deshizo de la parte de arriba del pijama de Jimin y lo que vio... Dios, era malditamente hermoso, perfecto. Jungkook se quitó su propia polera y la lanzó lejos, dejando al descubierto sus pectorales bien trabajados.

—T-tú... —balbuceó y llevó sus manos hasta los duros abdominales de Jungkook. Jimin sin quitarle la vista de encima, mordió lentamente su labio inferior— Es mejor de lo que imaginaba —logró decir antes de que Jungkook lo silenciara con un delicioso beso, uno que luego descendió por su cuello hasta llegar a sus rosados botones— Aaah —gimió, sintiendo lengua caliente y húmeda en su piel. Sentía que la cabeza le giraba y el placer estaba apoderándose de él.

—Delicioso —soltó mientras aún seguía besando, succionando y mordisqueando los duros pezones de Jimin.

Sin abandonar su labor, llevó sus manos hasta el inicio del pantalón de pijama y comenzó a deslizarlo hacia abajo de manera lenta, hasta que tuvo que abandonar los pezones hinchados de Jimin para lograr quitar por completo el maldito pijama, incluso el bóxer fue retirado, dejando completamente desnudo a Jimin.

Su polla se endureció y sintió como vibró al ver a Jimin completamente desnudo, Era tan sensual, tan curvilíneo, con su piel cremosa y perfecta, su hermoso miembro duro contra su estómago. Dios, Jungkook estaba seguro de que se haría adicto a ese pequeño y delgado cuerpo.

—Aaah —gimió Jimin al sentir la mano que envolvió su miembro y que comenzaba a acariciarlo. Jungkook besó el glande mientras movía lentamente su mano alrededor del miembro duro de Jimin, giró su cabeza y besó la parte interna del muslo izquierdo, haciendo gemir aun más a Jimin— M-más... —logró decir mientras molía con sus dientes su labio inferior.

—Minnie... —subió su cara, hasta quedar ambas frentes juntas— Te quiero. Siempre te he querido, Minnie... —quizás era pronto, quizás no era el momento, quizás se arrepentiría de todo en algún momento. Pero era lo que él sentía y quería expresar esos sentimientos que habían quedado ocultos por mucho tiempo.

—Cá-Cállate y sigue-aaagh... —Jungkook sonrió de manera dulce y dio un pequeño besos en los labios contrarios para luego bajar directo hasta el miembro duro de Jimin que ya empezaba a gotear.

Pasó su lengua por toda la extinción, desde el inicio hasta la rosada y brillosa cabeza del miembro de Jimin, logrando sacar un gemido agudo de sus labios. Con su mano derecha hacía movimientos lentos, mientras lamía y chupaba.

—Espera... aaaagh. Espera, idiota —perdió Jimin con la voz entre cortada— Me ugh... me v-voy a correr —llevó sus manos hasta los cabellos castaños y enterró sus dedos con un poco de fuerza.

—Dije que no me detendría, Minnie —murmuró— No ahora —los movimientos de la mano y boca se intensificaron y esto hizo que Jimin en unos pocos segundos se terminara corriendo. Jungkook nunca retiró su boca y recibió toda la esencia del rubio, para luego ingerirla completamente.

—Tú... ¿Por qué te lo tragaste? —su voz sonó cansada y agitada— Dios... —fue todo lo que salió de sus hinchados y adormecidos labios.

—Te quiero... —le susurró mientras volvía a besarle.

—Basta de besos —se quejó— Toma lo que necesitas y sigue —pidió casi en ruego. Jungkook tomó la botella de lubricante y condones que había en el cajón indicado por Jimin, untó sus largos dedos con el líquido espeso y transparente para luego llevarlos hasta su entrada e ingresar de un dedo hasta lograr dilatarlo.

—Deja de jugar ahí, te necesito dentro —rogó algo exaltado.

—Bien... —rompió con sus dientes el envoltorio plateado del condón y lo sacó para ponerlo con cuidado en su endurecido miembro.

Jimin miró atento, cada detalle del pene grueso, venoso y duro de Jungkook. Tragó saliva al sentir que la boca se le aguaba ante tanta majestuosidad, y aunque no lo admitiera jamás en voz alta, el pene de Jungkook era algo que jamás había olvidado. Dios, siempre supo lo bien dotado que estaba y saber que volvería a disfrutar de ello, era algo que lo tenia demaciado caliente, queria sentir como su cuerpo se moldeaba a él, queria sentirlo dentro, queria sexo, queria... mierda quería follar rápido y sí, se sentía demasiado desesperado.

—Jungkook... —Jungkook lo miró una vez que el condón quedó listo y no lo hizo esperar más. Se alineó en la entrada fruncida de Jimin y de manera lenta, tortuosamente lenta, ingresó en él.

—¡Aaah! —gimieron al unísono. Jungkook se acercó a los labios de Jimin para besarlo y tratar de controlar las ganas que tenía de enterrarse hasta lo más profundo, de hacerlo gritar y gemir. Jimin enterró sus dedos en los hombros de Jungkook, el ardor en su interior era realmente doloroso pero a la vez placentero.

—Ju-Jungkook... —se separó de los finos labios— Maldición, muévete y no te detengas —casi lloro al pedirlo. Jungkook comenzó a mover lentamente sus caderas.

—Tan apretado —jadeó Jungkook con su voz ronca— Me encantas, Minnie...

Ambos estaban envueltos en una burbuja de placer y lujuria, las embestidas comenzaron a aumentar el ritmo y se volvieron más precisas, Jungkook golpeaba la próstata de Jimin haciendo que gimiera cada vez más fuerte y apretara de manera inconsciente sus piernas alrededor de sus caderas.

—N-no puedo más... —Jimin sentía como le recorría un tipo de electricidad por su cuerpo, avisando que pronto llegaría al orgasmo.

Jungkook aumentó la velocidad de las estocadas y el orgasmo de ambos estaba cada vez más cerca, por lo que no pudo aguantar más y tomó con fuerza la cintura de Jimin para mover su pelvis con más vigor, enterrándose profundo en el delgado cuerpo. Los gemidos también aumentaron en ambos y esto provocó que todo el placer se concentrará en el vientre de Jimin, quien enterró nuevamente sus dedos en la piel de Jungkook cuando el orgasmo llegó y se liberó, manchando su propio vientre con su tibio y espeso semen. Jungkook dio unas estocadas más y terminó por correrse dentro del condón mientras seguía moviendo sus caderas, haciéndo hipar a Jimin con la sobre estimulación.

Cuando salió del interior, se quitó el condón y lo ató para arrojarlo al pequeño bote de basura que había en la habitación, se dejó caer completamente rendido a un lado de Jimin y lo abrazó, pegandolo a su pecho. Estuvieron así hasta que ambos regularizaron la respiración.

—Si quiero panqueques, Minnie —dijo mientras recordaba vagamente lo que Jimin había ofrecido antes.

Jungkook repartía besos en la húmeda piel de Jimin a causa del sudor y este se dejó hacer, no se quejó ante las muestras de cariño, simplemente estaba demasiado cansado como para apartarse del cálido abrazo de Jungkook.

—Primero... primero necesito un baño — se sentó a duras penas en la cama y una mueca de dolor se dibujó en su rostro. Maldición, llevaba tiempo sin una buena cogida— Y luego salimos a comer, no quiero hacer nada —se levantó lentamente y se envolvió con las sábanas de su cama.

—Bien. Iré a mi departamento, no tengo ropa y no quiero andar de traje —se levantó y comenzó a ponerse su boxer— Luego te vengo a buscar, ¿te parece bien, Minnie?

—Sí, sí, lo que sea —caminó lento hasta el baño, aún enrollado en la sabana— Deja bien cerrado cuando te vayas y vuelve rápido —fue todo lo que dijo hasta que entró al baño. Jungkook sin dejar de lado esa tonta sonrisa de enamorado, se terminó de vestir y salió tan rápido como le fue posible para volver al lado de Jimin.

Jimin estaba en las nubes, perdido en sus obscenos pensamientos mientras la lluvia caliente caía sobre su cuerpo.

¿Había sido tan bueno el sexo antes?

Mierda, no podía dejar ahora a Jungkook aunque quisiera.



***

Como prometió Jungkook, no tardó en volver al departamento de Jimin totalmente cambiado y bañado. Estuvieron todo el día juntos ya que habían salido a comer a un bonito lugar y luego Jungkook arrastró a Jimin hasta el cine donde vieron algo al azar, cuando la película finalizó a las dos horas después, Jimin se quejó de que tenía hambre y Jungkook lo llevó a un puesto callejero que vendía brochetas de Eomuk y aunque Jimin se negó en un inicio a comer, lo hizo de todas formas. Restaurante. Para cuando el reloj marcó las cuatro de la tarde, ellos estaban caminando por un parque en la ciudad, hablaban de lo primero que se les venía a la mente y de vez en cuando reían al escuchar lo que le contaba el otro.

Jimin sin darse cuenta, estaba conforme y a gusto con Jungkook.

Jungkook simplemente quería pasar el mayor tiempo posible cerca de Jimin.

—Minnie... —habló notoriamente nervioso y detuvo el paso para tomar ambas manos de Jimin.

—¿Qué pasa, kookie? —le sonrió.

—Me... yo... —diablos, esto era más difícil de lo que él imaginó.

—¿Tú?

—¿Me darás una oportunidad? —logró decir finalmente. Se notaba lo nervioso que estaba con solo ver su linda carita de cachorro bebé.

—¿Quieres que salgamos oficialmente? —preguntó mientras sonreía de lado y alzaba sus cejas— ¿Estás seguro?

—Sí, porque yo... te quiero... —miró las manos de Jimin, necesitaba valor y dejar la timidez de lado. Volvió a mirarlo— Si me das una oportunidad, sé que puedo hacer que me quieras... —bien, quizás no debería decirlo ni pedirlo así. pero no sabía realmente cómo actuar alrededor de Jimin, nunca supo cómo actuar y eso lo asustaba realmente.

—Tienes confianza, eh —suspiró y soltó las manos de Jungkook para llevar sus brazos hasta el cuello y apegarse aún más. Sin dejar de sonreír en ningún momento— Bien, veamos si puedes hacer que mi corazón se agite por ti, Kookie —terminando de decir y lo besó.

Jungkook tenía claro que Jimin no era alguien fácil de impresionar ni de conquistar, pero tenía la esperanza porque él lo amaba y daría todo de sí mismo para lograrlo y conquistarlo.

Para que funcione y puedan estar juntos. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top