I. Domingo


—Mucho gusto, yo me llamo Kim SeokJin —le dijo a la chica que conducía el vocho amarillo. Llevaba puesto un vestido rosa con flores blancas, muy entallado y escotado que la hacía ver provocativa, pero no ante los ojos de SeokJin.

     Él, como gran conocedor secreto de la moda, sólo se fijó en que la ricachona traía unos fascinantes lentes de sol de diseñador que le contorneaban la cara de forma espectacular, estaba por preguntarle dónde los había comprado y por qué si tenía para comprar unos de esos, conducía una hojalata como esa, pero ella decidió empezar la conversación.

— ¿Y por qué andas viajando solo, Kim? —Le preguntó.

—Es para cumplir una apuesta con mis amigos, no los conociste porque a ellos los recogieron primero en la autopista —respondió sonriente mientras colocaba una nueva capa de bloqueador solar en su rostro que cuidaba y amaba tanto—, y además ya nos merecíamos unas vacaciones.

— ¿Qué clase de apuesta?

—Te espantarías si te cuento —respondió SeokJin.

—Pruébame —retó ByulYi.

     SeokJin no tuvo dificultad para contarle a ByulYi sobre la apuesta, tomando una confianza peculiar con ella, quien sólo se carcajeó por lo absurdo que era salir a buscar sexo con extraños sólo por un estúpido juego. SeokJin estuvo en total acuerdo con ella, realmente fue algo muy estúpido y no entendía aún por qué accedió a la estúpida propuesta de JungKook, pero ahí estaba: en una nueva aventura, sintiéndose estimulado por la idea de tener un poco de libertad y deslindarse de su vida real.

     SeokJin tenía algo con las mujeres: desde el inicio las trataba cálidamente y se interesaba por buscar tema de conversación, ya que con ellas podía hablar de consejos de belleza, ropa de diseñador, zapatos y demás, mientras que con JiMin y JungKook el tema siempre era League of Legends.

     Ya estaba harto de lo mismo, y ni siquiera estaba realmente agotado por el entrenamiento porque, por amor a Zeus, él era un Top Lane excelente y feroz. Pero de lo que sí estaba cansado era de la monotonía: si bien no podía hacerle frente a su otro problema, el hecho de seguir en el mismo círculo vicioso de victorias, derrotas, peleas y reconciliaciones con sus amigos, simplemente le hacía preguntarse si de verdad deseaba seguir ahí, a pesar de que ellos dos significaran mucho para él.

     Este tipo de cansancio no se soluciona con tomar un respiro y después regresar nuevamente a lo que estabas haciendo. Estaba harto del juego y de los chicos, necesitaba un escape. ¿Y algo más curioso aún? Era la primera vez que viajaba de mochilero, había querido hacerlo desde hace tiempo pero nunca encontró un pretexto suficientemente válido para hacerlo, pues JiMin y JungKook sólo lo anclaban al computador y le obligaban a adoptar una actitud totalmente contraria a su personalidad real.

     ¿Sorprendidos? Seguramente. SeokJin era el típico homosexual doble cara que juzga tu vestimenta en cuanto te ve, que no duda en hablar sobre su orientación sexual en cuanto le preguntas y es capaz de modelar y verse como toda una diva todo el tiempo; mientras que aquellos dos eran homosexuales de clóset. JungKook solo aparentaba no serlo frente a su madre y, con ayuda de sabios consejos de SeokJin, supo apantallar una imagen de chico hetero aunque su madre sospechara porque jamás había tenido una novia. Y JiMin... JiMin era todo un misterio para SeokJin. Desde que lo conoció, se preguntaba a diario por qué jamás se quitaba su camiseta cuando iban a nadar al lago o se desvestían para vencer el calor del verano. También se preguntaba por qué, una vez que vieron porno todos juntos, no vio una erección notable en él. Tenía dos hipótesis: o JiMin era hetero y solo decía que le gustaban los hombres para encajar en el grupo; o era tan tímido y pudoroso con su cuerpo que se reprimía en exceso. Sea cual fuere la respuesta, decidió no ahondar porque, si bien era un chismoso de primera, no iba a incomodar a nadie con el tema de su sexualidad porque a él tampoco le gustaba ser hostigado de esa forma. Ya había vivido eso cuando confesó su orientación sexual junto con la presentación de su primera pareja. Fue ahí cuando tuvo que especializarse en el arte de no ser descubierto, incluso si eso significaba hacer de su vida como adulto algo que realmente no quería, como estudiar medicina, por ejemplo.

     Si algo caracterizaba a SeokJin, era su capacidad para guardar secretos y aparentar, y lo hacía tan bien, que nadie sospechaba sobre lo que realmente pasaba por su cabeza ni lo mucho que le atormentaban los temas de su pasado.

     La verdadera personalidad de SeokJin, era una bomba de colores excesivamente brillantes, al grado de molestar la vista. Pero él era consciente de que esa personalidad podría no agradar a aquellos chicos que le querían y seguían ciegamente. Él tuvo que sacrificar esa necesidad de actuar como realmente era, para lograr dos cosas: proteger a estos chicos de aquella mala vida a la que estaba arrastrándolos, llena de vandalismo y alcohol, y también logró seguir llevándole la contraria a su padre. Cuando SeokJin estaba harto de esa vida, simplemente los recordaba a ellos y todo volvía a la "normalidad". Solo así podía controlar sus ganas de salir a las calles a seducir a alguien para llenar su vacío aunque tuviera miedo a los encuentros sexuales; solo viviendo su vida de papel podía apaciguar esa necesidad de estar alcoholizado o drogado para calmar una ansiedad que le ha perturbado el sueño desde hace tres años...

     Si era honesto consigo mismo, odiaba su vida, pero amaba a sus chicos. Sin embargo, estaba harto de fingir.

     Y en ese viaje ya no fingiría nunca más.

— ¿Entonces eres gay, SeokJin? —Le preguntó ByulYi luego de que él terminara de hablar sobre la apuesta, el juego y la playa de Gwangalli.

— ¿Se me nota mucho, linda? —Le dijo, volteándola a ver con una descarada sonrisa de oreja a oreja y haciendo un ademán gracioso con su mano.

Se sentía bien hacer esas gesticulaciones sin temor alguno. Se sentía bien ser él mismo.

— ¡Lo sabía! —Chilló la chica, cantando victoria—. Fantástico, tengo tantas preguntas qué hacerte sobre el sexo gay, SeokJin.

—Hazlas, hermosa, pero rápido que el camino es corto.

— ¿Tienes algo muy importante qué hacer en Yangpyeong?

—No realmente, sólo quiero conocer un poco y buscar un lugar dónde acampar para pasar la noche.

— ¿Por qué no te quedas en mi casa? Vivo con mi... con mi hermana, tenemos una habitación extra.

— ¿En serio me darás posada? —Se sorprendió SeokJin— ¡Muchas gracias! Me acabas de ahorrar la vergüenza de ir a pedir un jardín prestado para dormir como un vagabundo.

—No hay de qué, así tendremos más tiempo para que me respondas mis preguntas y, de paso, haremos una noche de belleza. ¿Qué te parece? Siento que eres de los que les gustan esas cosas.

— ¡Pero claro! Me caíste como anillo al dedo, linda. Creo que voy a disfrutar este viaje más de lo que me imaginaba.

—Eres toda una diva, SeokJin —se carcajeó ByulYi—, le vas a caer muy bien a... a mi hermana.

     En los treinta minutos restantes de camino, hablaron de la ropa veraniega que estaba de moda, de las listas de Spotify de sus artistas favoritos, y de lindo que lucía Ed Sheeran con esos kilos de más (porque SeokJin era amante de Sheeran en secreto), y finalmente ByulYi se decidió a hacer una de sus preguntas, aunque le daba un poco de vergüenza a pesar de que SeokJin estaba más que dispuesto.

— ¿Qué se siente la primera vez en ustedes? —Preguntó mientras le extendía a SeokJin un paquete de goma de mascar.

—Gracias, querida —tomó una pastilla y se la llevó a la boca—. Es un infierno la primera vez, el ano obviamente no está preparado biológicamente para recibir un pene, y por más que dilates bien al principio, siempre duele, pero te acostumbras, después viene la parte placentera.

—Wow —se sorprendió ByulYi—, pues es parecido a nosotras, o al menos eso me han dicho.

— ¿Nunca has tenido sexo? —La volteó a ver con cierta curiosidad.

—Nunca, SeokJin, ni anal ni vaginal. Es más, nunca en mi vida he pasado más allá de besos y jamás he tocado un pene aunque he tenido la oportunidad —negó con su cabeza—. No tengo idea de lo que me gusta, pero de tanto yaoi que veo y leo, desearía mejor tener un pene para cogerme a otro hombre, o viceversa.

— ¡Niña sucia! ¿Con esa boquita comes? —Se burló SeokJin.

—Ash, ni me digas nada, tu boca es más sucia que la mía —rezongó la chica—. Seguro has lamido tantos penes que ya perdiste la cuenta.

—Ya quisiera yo —dijo dolido, su sonrisa de pronto se borró—, por desgracia solo llevo uno, y no salió tan bien como esperaba.

— ¿Te engañó o algo? —SeokJin se quedó con la mirada perdida, revolviendo los recuerdos tormentosos en su cabeza hasta que ByulYi le chasqueó los dedos en el oído: —Hey, Tierra llamando a SeokJin~. ¿Me copias?

—Oh, discúlpame —regresó al presente—. No me engañó, sólo me usó como experimento para saber si él era gay o no. El idiota me folló deliciosamente un montón de veces y después sólo se aburrió, me dejó por una vagina.

     Habló monótono, con miedo a que la chica no le creyera. De verdad prefería contar esa mentira para no revelar lo otro...

—Dios, lo siento tanto, SeokJin —compadeció la chica—. Perdón por hacerte recordarlo.

—No te preocupes, nena —le ofreció una pequeña sonrisa—. Ya pasó. ¿Tienes más preguntas?

—Sí, pero te las haré cuando lleguemos a casa, ya estamos por entrar a la ciudad.

     SeokJin pasó la tarde completa acompañando a ByulYi a hacer compras, comieron un poco de helado, se rieron de la gente mal vestida que iba pasando y se sentaron en un parque a conversar. A eso de las cinco llegaron a la casa de ByulYi donde le darían alojamiento por una noche.

     La sorpresa fue que la hermana de ByulYi no era una "hermana", sino un hermano cuyo nombre era TaeSeob, pero se denominaba a sí mismo como mujer transgénero.

     ByulYi se lo dijo apenas entraron a casa y SeokJin quedó maravillado por la belleza que poseía. Su rostro era andrógino y precioso. De complexión delgada y mirada profunda, ella vestía ropa negra y sus uñas y labios estaban pintados del mismo color, su cabello no era largo pero estaba tan bien peinado y arreglado que SeokJin sentía envidia tan solo de verlo. Era rojo y presumía un adorable mullet. Además llevaba puesto un maquillaje perfecto, digno de una súper modelo. En la misma presentación que ByulYi hizo, mencionó que TaeSeob era estilista y modelo. Obviamente aquello maravilló a SeokJin, ya que su sueño era ser modelo.

     TaeSeob lo recibió con cariño y calidez. No le pareció para nada extraña esa visita, puesto que la forma en que ellos vivían era medio hippie y estaban acostumbrados a recibir viajeros. Sin embargo, SeokJin era el visitante más agradable que tendrían.

     ByulYi no tardó en sacar la cerveza artesanal del refrigerador para ambientar la tarde. Sentaron a SeokJin en el sofá y ellos se sentaron en la alfombra, esperando las increíbles historias que el chico tenía para contarles. Se sentía extraño, pero al mismo tiempo era una vía de escape para todos esos años que pasó reprimiendo su verdadero ser del mundo exterior.

     Se sorprendió al saber que ambas no habían tenido sexo y eran demasiado tímidas como para salir a buscarlo. TaeSeob gustaba de hombres únicamente, conservaba su pene y era muy curioso, pero no tenía muchos amigos íntimos que pudieran contarle historias reales. Por su parte, ByulYi se limitaba a calentar chicos por internet pero jamás concretaba nada porque era muy paranoica en cuanto a los métodos anticonceptivos y las intenciones ocultas de los hombres, además de que no estaba segura de que le gustaran por completo.

     Así que esa fue la tarde estelar de SeokJin, su momento para brillar.

     La tarde fluyó como el agua, SeokJin los tenía asombrados a ambos contándoles sobre sus experiencias sexuales que, aunque fueron con un solo hombre, en cantidad eran suficientes como para estar horas explicando. BDSM, edging*, juguetes, ropa comestible, sexo en público y todas las posiciones habidas y por haber asombraron al par de hermanas curiosas.

     Cuando las historias se acabaron y estaban todos un poco borrachos, decidieron pasar a otra cosa.

     Ordenaron una pizza y se hicieron mascarillas, manicura y pedicura, se arreglaron el cabello y TaeSeob enseñó a SeokJin a maquillarse correctamente, a pesar de que este no acostumbrara a usarlo. Dieron las doce y los tres chicos aún no agotaban el tema de conversación, pues tras responder todas las preguntas de aquellas dos chicas curiosas, empezó la hora de las confesiones y el típico juego "Yo nunca, nunca". Ya podrán imaginarse quién terminó borracho hasta el culo esa noche. Sí, tal vez SeokJin podría ser un friki cuyos últimos años se redujeron a estar frente al ordenador jugando LoL, cargando con una duda que le hacía llorar por las noches y reprimiendo todo su ser durante el día, pero era quien más "vida" había tenido antes de todo eso. Había probado drogas, cometido vandalismo, robado incluso, y de prácticas sexuales ni se diga.

     A eso de las tres, cansados y borrachos, decidieron irse a la cama por el bien de su integridad moral, pues el par de hermanas estaban a tan solo un shot de la perdición total, ya no había barreras que los detuvieran de hacer cosas inapropiadas, así que fue decisión de SeokJin mandarlos a dormir, pues era quien se encontraba más cuerdo, a pesar de haber bebido demasiado.

     A pesar de que en lugar de sangre, fluyera alcohol por sus venas, SeokJin tomó su diario y escribió en la primera página:


Día uno:

Debí haber hecho esto hace mucho tiempo. No sabía de lo que me estaba perdiendo hasta ahora, la vida que siempre quise está lejos de Seúl, lejos de LoL, lejos de JiMin y de JungKook. Ya estoy harto de ese juego y de mi estúpida carrera, no quiero ser médico, odio todo lo que tenga que ver con ello, lo único que quiero es alejarme de todo, ser modelo y, si se puede, ENCONTRAR A ALGUIEN PARA QUE ME PARTA ELCULO DÍA Y NOCHE.

¡Salud!


     Tal vez se arrepentiría de haber escrito eso, tal vez no, o tal vez ni siquiera podría leer al día siguiente por la tremenda resaca que iba a resultar de esa noche.




Edging: se refiere a la práctica de controlar el orgasmo, retrasándolo. Significa acercarse al límite de lo que se denomina "inevitabilidad eyaculatoria", el punto orgásmico de no retorno, y luego detenerse por un minuto más o menos antes de reiniciar la acción.


Así luce TaeSeob bebé:

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