Capítulo 23

—¡Simplemente no entiendo por qué quieres irte!—gritó.

—Si seguimos aquí, nos va a atrapar. Tenemos que hacerlo.—Dijo se manera severa.

—Pero yo no quiero irme, no es como en los otros lugares... —respondió con una mirada algo sombría—Yo me siento como si realmente perteneciera aquí. Como si... Como si siempre debiera de quedarme aquí—argumentó con decisión.

—Vamos a hacerles daño—contradijo completa y absolutamente cerrado a otras opciones de solución, no aceparía el hecho de que Jaden pudiera salir lastimado, no después de lo que pasó. El otro en cambio estaba perdiendo poco a poco los estribos. ¿Cómo era posible que decidiera irse así nada más?

—¡Más daño les haremos si nos vamos! ¿Es que no lo vez?—dijo con desesperación a hacerlo volver a la razón.—Todos ellos son solitarios, bueno, lo eran, hasta que los conocieron. ¿Tienes idea de cómo la hubieran pasado sin conocernos? ¿Cuándo su vida ya era fatal?

—Ahora se tienen el uno al otro, nuestra existencia o compañía no es necesaria.—contra argumentó. El aludido negó, por su puesto que no lo dejaría, en ningún sentido. Se pasó la manos por toda la cara buscando tranquilidad.

—Haou... ¿Es que tú nunca has hecho algo sin pensar en lo lógico?—Preguntó Yami algo frustrado.—¿Nunca has hecho algo porque crees que debes hacerlo y no por qué es lo más lógico?

—No—dijo inmutable. Y era mentira, una horrible y dolorosa mentira. El tricolor suspiró.

—Quizás por eso es que no quiero irme...—pensó con deserción el tricolor copia—porque yo también estoy solo.

De repente, unos pasos y un portazo fueron escuchados.

—¡Chicos!—gritó una voz. Una conocida. Jaden.

—¿Eh? ¡A-Aquí!—pronunció Yami. Vieron como el castaño entraba en la escena.

—¡Tienen que venir conmigo! ¡Es Yugi!—gritó con desespero mientras mostraba una maleta lateral grande. Si se esforzaban, los dos cabían allí.

—¿Qué?—Preguntó el de los ojos amarillos no muy fuerte y sin entender la expresión que usó el castaño original.

—¡¿Qué pasó con Yugi?!—preguntó el que sí había entendido la expresión, obviamente preocupado.

—Él se desmayó.

Y solo eso bastó para darles miedo a ambos hermanos.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Un fantasma de ese desconocido y muy extraño olor seguía impregnado en su nariz. Está todavía inconsciente y no entendía ya nada. ¿Qué si recordaba algo o cómo se llamaba? Probablemente sí. Probablemente no. Solo él en su mente lo sabía.

Ahora estaba despierto. Hace solo unos momentos estaba dormido. ¿Cuánto había sido? Unos diez minutos más o menos. No lo sabía con certeza. Pero el cambio de inconsciente a consiente fue muy brusco a decir verdad.

Entre abrió los ojos. Veía en blanco todas las cosas que tenía en su campo de visión. Una punzada de miedo se le vino al corazón cuando recordó aquel sueño. Cerró los ojos con la intención de hacer desaparecer ese recuerdo. Los volvió a abrir. Ahora ya podía mirar las cosas más nítidamente. Ahora no era blanco, era gris claro. No era liso, era algo rugoso y... No, no era rugoso, tenía cierta inclinación, eso era. Trató de enfocar algo, y allí estaban, la ventana lateral con persianas blancas. Logró entonces entender dónde estaba, en la enfermería del colegio. Se dedicó a tratar por todos los medios de abrir en su totalidad sus ojos. Una vez lo logró, pudo mirar de un lado a otro solo con sus pupilas tratado de encontrar y entender dónde está y que pasaba. Sin embargo su vista y oídos todavía les costaba reaccionar.

—¿Yugi?—oyó vagamente.

No reaccionó. Realmente no reaccionó. Sonó tan lejos y distante, que creyó que era un sueño. Un muy lejano e inimaginable sueño.

—¡Yugi!—ahora si que lo había oído más claro. Pero todavía le falta algo más de sonido para saber quién era.

Sintió como lo apretaban en su estómago, no se sentía muy bien a decir verdad. Apenas sintió en tacto, el estómago le empezó a gruñir. Le dolió la cabeza de súbito. Y justo cuando creyó que su estómago se iba a quedar vacío y su boca con un mal sabor, paró la presión que sentía.

Y pudo ver el rostro. Lo primero que le llamó la atención fueron esos ojos amista. Eran afilados y hermosos. Casi que podía sentirse identificado con ellos. Después... No pude ver nítidamente nada más.

Y sus labios se movieron formulando la pregunta mucho antes de que pudiera pensar en algo más.

—¿Q-Quién eres tú?—sonó su temblorosa y algo ronca. Nada mal para alguien que se había desmayado.

A partir de ahí, Yami entró en un pánico total. Su pulso se aceleró. La respiración se agitó. Y un sin fin de ideas improbables pasaron por su cabeza. Jamás, desde que aterrizó en la tierra, había sentido el característico dolor y vacío en la parte media de su cuerpo.

Y debía de admitir, que era algo que desbordaba angustia por donde quiera que lo mirara.

Negó, negó todo lo que pudo. Se abstenía totalmente a que esto pasara. No a él. No a Yugi. No al chico que le ayudó y aceptó a pesar de todo. No al que ha hecho un sin fin de cosas por él a pesar de las consecuencias. No, no se rendiría si de él tricolor original se trataba. Y haría cualquier cosa solo para no perderlo. Se acercó a él y lo levantó por los hombros de manera desesperada, por no decir brusca.

—Yugi, soy yo, Yami—dijo mientras lo miraba fijamente. El aludido estaba todavía muy confundido, sin mencionar que su vista empeoró después de ese movimiento.—¿Yugi?—empezó a sonar cada vez más desesperado.—Yugi, por favor no...—su voz empezaba poco a poco a quebrarse.

Todo se estaba cayendo a pedazos justo en frente de él. Estaba perdido. Yugi no iba a recordarle. Iba a rechazarle. E iba a actuar como si jamás se hubieran conocido. No lo soportaría. No a Yugi, no por fa...

—¿Y-Yami?—preguntó en un hilo de voz. Las esperanzas del tricolor copia empezaron a elevarse drásticamente. Asintió, si le reconocía. —Q-Qué es lo que m-me...—hizo una pausa, pues el mayor en estatura lo había abrazado. No tuvo ninguna objeción. Solo lo dejaron hacer mientras sentía como poco a poco todo se iba tranquilizando—¿P-Pasó?

—Jaden dijo que te desmayaste, solo sé eso, no sé qué más pasó...—dijo aliviado. Antes, sentía un enredo en en garganta, pero ahora estaba mejor, mucho mejor.

—¿C-Cuánto tiempo estuve d-desmayado?—preguntó con dificultad el abrazado.

—Apenas estoy aquí hace unos 15 minutos... No lo sé con certeza, Joey debe de saber.—se separó quedando en frente de él. Bueno, a su diagonal, pero se entiende la idea. —Iré a traerlo para que...

—N-No... No te vayas, por favor—dijo interrumpiéndolo y de improviso. Casi como si no lo hubiera pensado si quiera. Yami le sonrió.

—Esta bien, me quedaré—Dijo mientras se sentaba en un pequeño banquillo que había.—Creo... Que deberías de acostarte—habló inseguro sin saber cómo reaccionar ante aquello. Yugi solo le hizo caso y volvió a recostase. El tiempo pasó. Ninguno de los dos hablaba, sin embargo, tras divagar un poco en sus recuerdos y saber que no era capaz de volver a dormirse, preguntó.

—Um... ¿Yami?—murmuró. El aludido dio señas de escuchar. —E-El primer día que estuviste aquí tu... Bueno, te... Te golpeaste contra la ventana... Y... Me he estado preguntando... ¿C-Como lo hiciste?—preguntó. El tricolor copia  se quedó callado por un momento, parecía que estaba pensando. Después, de la nada, se oyó una risita.

—Eso es, algo un poco difícil de explicar—dijo, sin verlo siquiera, ya sabía que tenía una sonrisa bastante amena en su rostro.—¿Quieres que mejor te lo enseñe?

-.-.-.-.-.-
Hi!
Actualicé en menos de una semana! Ámenme! (??? Ok no eso no ewe Umm a que no adivinan con que me topé el otro día ewe, una carpeta donde tenía una lluvia de ideas para este escrito y... Chicos, ni saben cuánto se me ha desviado la historia XD vale no pero si es mucho lo que ha cambiado en cambio a su historia original. :3

Preguntas Random!
¿Acoso los hermanos se irán?
¿Qué era ese gas?
¿Alguien creyó que Yugi tenía perdida parcial de memoria?
¿De qué truco está hablando Yami?

Bueno, bueno :3 oh, cierto, tengo que preguntarles algo, estoy preparando un proyecto para hacerlo una historia Yaoi sin embargo, quisiera saber si les gustaría leerlo :3 no prometo Lemon pero si una bonita historia jeje.

Nos leemos!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top