Capítulo 18

En ese momento amó saber nadar. Claro, nunca había sido bueno, ni rápido ni mucho menos. Y así y todo se tiró al agua. De hecho le pareció un poco tonto de su parte haber saltado con ropa dentro del mar disperso, he incluso en un clima que amenazaba con llover, pero nada de eso le importó. Lo único que quería era a Yami. Le preocupaba, él no tenía idea de cómo nadar, ¡apenas tenía unas semanas en la tierra!

El choque contra el agua dolió un poco. No sabía clavar, ¿cómo podía esperar que no doliera? Siguió adelante y salió a la superficie en busca del tricolor copia, tratando de divisarlo. Revisó con desespero todas las direcciones posibles. Cuando logró verlo estaba alejado de la vista apenas con la cabeza manteniéndose a flote. La corriente lo había arrastrado. Se apresuró entonces a nadar en su dirección mientras sentía otro chapuzón cerca suyo. No le importó. Solo quería llegar a su destino.

Con el agua y el viento en contra, Yugi tuvo que esforzarse más y poner más fuerza en su nadar para poder lograrlo. Empezó sentirlo cada vez más lejos, sentía que no iba a llegar. Y que Yami moriría ahogado. Joey entró en escena, lo vio adelantarse con facilidad y acercarse al alíen.

Y ese fue el colmo. Se sentía inútil, un completo inútil. ¿Es que para nada podía hacer algo? Deseó poder nadar más rápido, deseó ser más fuerte, deseó ser mil millones de veces mejor de lo que era, ¡diantres! ¡Incluso deseó tener una cola y membranas* en las manos para poder desplazase mejor!

Y como por arte de magia, el deseo se hizo realidad.

Yami por su parte, estaba ahogándose de a poco. Las olas chocaban y le pegaban fuertemente. Resistía, pero la falta de aire lo estaba matando. Sentía como la salada agua le entraba por la nariz y la boca, esa sensación no le gustaba para nada. Fue entonces cuando lo sintió, miedo y decisión, los dos al tiempo, en dos individuos acercándose. Uno a más velocidad que el otro. Sintió entonces como el agua lo arrastraba sutilmente hacia atrás, esto lo creyó extraño. No había tenido ese comportamiento anteriormente, solo eran choques y choques. Y se volteó. El miedo recorrió todo su cuerpo.

Una ola grande, que se estaba rompiendo y como muy mala pinta venía directo hacia él. No pudo moverse. No sabía cómo. No sabía que para pasar ello se tenía que agachar la cabeza y esperar. No sabía que el golpe no se sentía debajo del agua. Y tampoco supo, como pudo escuchar aquel lejano y perdido grito que venía desde lo más profundo de la garganta de Jaden.

—¡¡YAMI!!—desesperado. Así fue ese grito.

Y la ola azotó violentamente contra la Costa. Hasta Jaden sintió el pequeño temblor del traicionero muelle en el que estaba. Lo mojó un poco, pero no le importo. Solo quería saber dónde estaba el alíen en esos momentos.

Joey salió a la superficie. Estaba solo. No había rastros ni de Yami ni de Yugi por ninguna parte. A todos les causó un miedo inmenso. Hasta Haou consideró en ese momento en ir él mismo a buscarlos a los dos, digo, varios días con ellos le había surgido efecto, tampoco es como si fuera un sin sentimientos, era solo que por alguna razón, le daba miedo mostrarlos. Pero dicha acción no fuera realizada. No sabía nadar, ¿qué demonios iba a hacer allí? ¿Ahogarse?

—¡Yami!—gritó Jaden mirando desesperado a todos los puntos cardinales.

—¡Yugi—Gritó un igualmente preocupado Joey, demonios, ¿dónde estaban ese par de tricolores?

Haou buscó con su afilada mirada por la playa, esperó encontrar alguna señal, Joey mientras tanto trató de buscar un par de veces más debajo del agua, pero la imposibilidad de abrir los ojos abajo, se tuvo que salir.

¡Diablos! ¡¿Por qué tenían que aceptar venir justo el día en el que no había salvavidas?! Justo el domingo. ¿No podían ser más idiotas?

—Jaden—llamó Haou no muy fuerte. Pero el aludido no escuchó, seguía mirando con desesperación. El de los ojos amarillos resopló.—¡Jaden!—gritó. Gritó como nunca antes lo había hecho. Tanto el de los ojos cafés, como el de los ojos miel -que apenas había subido al muelle- lo voltearon a ver. El observado volteó su mirada hacia una parte de la tarde playa y después empezó a caminar en esa dirección. Muy pronto fue tocado los el viento que dejaron sus dos compañeros por correr.

Yami y Yugi estaban en la costa. Espera, eso que tenía el más bajo... ¿Era una cola de pez?

Yugi respiraba fuertemente, pero estaba feliz, había logrado. Se arrastró hasta dónde estaba Yami y se puso a su lado. Empezó a arrastrarse hacia él debido al cansancio. Apenas llegó a su lado se dejó caer el la arena exhausto mientras escuchaba los gritos que sentía que venían de la lejanía. Después se oyó una tos y se sintió un movimiento en la arena.

Pero justo después todo se volvió como un infierno. No podía respirar, no sentía el aire entrar en sus fosas nasales ni en su boca. Se estaba asfixiando. ¿Por qué demonios se estaba asfixiando? Se llevó una mojada mano hacia su rostro. Agua. Lo poco mojado que estaba su mano le ayudó, pero necesitaba más. Mucho más.

—¡Yu...! gi...–magulló Yami completamente asombrado de ver una cola de pez azul saliendo de la cadera del original. Se quedo anonadado. Todos estaban anonadados. Es que, ¿cómo demonios esto era posible? Acaso Yugi se había... ¿trasformado?

El aludido empezó a removerse con fuerza, la poca que le quedaba. Esto alarmó a todos, y apenas notaron que se estaba ahogando. Joey reaccionó primero y se acercó, se puso se rodillas y miró de manera preocupada a su amigo.

—¿Yugi?—preguntó. Este se removió hacia él. No se veía bien. No se veía para nada bien.

—A... Agu... Agua....—dijo con dificultades. Yami captó el mensaje de inmediato. Necesitaba agua. Con las pocas fuerzas que tenía, agarró a Yugi como pudo entre brazos, y con mucha dificultad empezó a caminar hacia el agua. El miedo cruzó por su pecho. Seguía si saber nada y la enorme masa de agua que tenía en frente suyo le había golpeado. Pero no le importó, tenía que ayudar a Yugi, así como él lo ayudó, trató de seguir caminando, pero ya no tan torpes pies tropezaron un poco.

Pero los amigos maravilla estaban ahí para ayudarlos. Jaden sostuvo a Yami para evitar que se cayera y Joey ayudó con Yugi. No tenían tiempo que perder, junto con el rubio, el tricolor copia se dirigió hacia el océano. Esta vez con la seguridad de que le ayudarían si tenía problemas. Una vez estuvieron en una zona lo suficientemente honda como para que un niño pudiera pararse de puntas y alcanzar la superficie, soltaron a Yugi, más bien este se tiro al agua antes de que pudieran bajarlo con cualquier delicadeza. El de los ojos cafés y Haou estaban en la orilla mirando algo impotentes los dos.

—Me pregunto... Que es lo que está pasando...—dijo el primero.

—Se transformó... Como si de uno de nosotros en su primera vez se tratase...—dijo en respuesta de manera inconsciente. Por un momento pareció que algo se le vino a la memoria. Pero solo fue eso, un sentimiento corto y pasajero.
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*membranas en las manos: con esta expresión me refiero a que entre los dedos tiene una especie de capa delgada pero resistente hecha de... Pues, membrana, o piel no se, imagínenselo como quieran. El punto es que con esto y la fuerza suficiente, se podría nadar más rápido, esto debido a que al aplicar fuerza de arrastre (ósea, cuando arrastras el agua hacia abajo y atrás o hacia los lados) sobre el agua a tu alrededor se produce una fuerza inversa en palanca provocando que se avance dependiendo de la cantidad de agua arrastrada y la fuerza aplicada. En términos sencillos, entre más agua se desplace y materia se mueva, más rápido irás por la fuerza contraria que se produce. OwOUu Estoy cerca a un examen de física ewe solo estoy practicando un poco, ok no pero si para que entiendan un poco porque los profesores de natación dicen que andes con la mano cerrada en ves de con la mano abierta :3

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Hola!!! Como están?? 

Bien, este es el primer Capi de la semana, ya saben, es un capi por día, hasta el jueves, espero que lo disfruten!! y que se deleiten con la intriga de un solo día por que no volverá a pasar durante un laaaaargo tiempo :3

Nos leemos!!

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