capítulo 19.
«LUCY»
—¿Por qué no puedes decirme a donde vamos?— cuestionó Justin, que se encontraba bastante impaciente porque la castaña no le daba ninguna respuesta clara. Era el día de su cumpleaños y se suponía que tenía que distraerlo hasta que todo estuviera listo en casa de Clay.
—Porque es mejor un poco de intriga— sonrió sin decir más, mientras buscaba en su armario el vestido que iba a usar esa noche. Cuando lo encontró, lo dejó sobre la cama.
—Para mí no— volvió a insistir.
—Paciencia. Ya sabrás— le volvió a sonreír con calma y se acercó para hacerlo girar. —Tengo que cambiarme. No mires— murmuró un tanto divertida, un tanto en serio.
Justin sin dejar de emitir quejidos hizo lo que ella indicó, volteó hacia la pared algo ofuscado. La chica se quitó las zapatillas, siguió por el vaquero y luego continuó con su remera.
—Lucy, no entiendo porque estamos haciendo todo esto...— como ella imaginó, Justin no pudo evitar girarse para mirarla, sorprendiéndola en ropa interior.
—Te dije que no mires— lo reprochó, aunque su enojo era totalmente fingido. Estaba jugando con él.
—Okey, okey... No miro— se volvió hacia la pared. Entonces ella tomó el vestido que estaba sobre la cama y comenzó a ponérselo. —No sé si quiero ir a cenar...
—¿No tienes hambre?— preguntó, pasando las manos por ambos lados del vestido a rayas.
—Si, pero no exactamente de comida...— insinuó. —Podríamos quedarnos aquí.
La castaña apretó el labio inferior y negó evitando largarse a reír porque Foley no podía ser tan obvio.
—¿Me ayudas con el cierre?— pidió, necesitaba ayuda, pero más disfrutaría de provocarlo.
—Claro— giró hacia ella y se aproximó, colocando sus manos a ambos lados del cierre. —¿Qué dices de quedarnos? Es mi cumpleaños, ¿no? Puedo elegir— trató de convencerla, al mismo tiempo que cerraba su vestido lentamente. Lucy percibió las manos del contrario a escasos centímetros de su piel y luego, una corriente eléctrica recorrió su espalda.
—Justin...— se dio vuelta para quedar frente a él, buscando una razón para convencerlo de irse.
—Por favor— pidió con aquella expresión angelical que utilizaba cada vez que quería pedirle algo. Por lo general funcionaba.
—Vamos a cenar— pronunció para luego aproximarse hasta su oído. —Y luego quizá puedas quitarme el vestido— aseguró, dejando algunos besos cortos sobre su rostro. —¿De acuerdo?
—Bien— aceptó; no le quedó más opción que acceder.
«JUSTIN»
No entendía porque se detenían en la casa de los Jensen (bueno, su casa también). Reconocía que su novia tenía una sonrisa extraña, evidentemente sabía algo que él no. Al menos podía asegurarse de que no se trataba de nada malo, porque ella sonreía.
—¿Me traes a casa?— preguntó mientras se dirigían a la entrada.
—Es que Clay me pidió que pasara. Quiere hablar conmigo. No sé— la vio encogerse de hombros, como si no entendiera nada, pero él no terminaba de creerle. —¿Puedes abrir?
Justin se acercó con las llaves en la mano y dudoso abrió la puerta, encontrándose con la casa completamente a oscuras.
—Lucy ¿puedes decirme qué es lo que está pasando...?— frunció el ceño mientras buscaba el interruptor de luz y ella reía por lo bajo. Entonces, cuando las luces se encendieron, supo exactamente lo que estaba pasando.
—¡Sorpresa!— grito el pequeño grupo de gente al unisono. Reconoció a todos: Clay, Zach, Tony, Alex, Jessica, Sheri; además de Lainie y Matt Jensen. El lugar estaba perfectamente ambientado para una fiesta, su fiesta. No podía creer que habían hecho algo así para él. Se sintió importante. Se sintió especial. Justo lo que Lucy le hacía sentir cuando la tenía cerca.
—¿Esto es real?— arrugó los ojos observando la escena como si no lo pudiera creer; tratando no emocionarse porque se sentía casi tan conmovido como la vez que Clay le dijo que lo adoptarían.
—¿Te parecemos una alucinación?— bromeó Clay. —Feliz cumpleaños, Justin.
—¿Esto es lo que me ocultabas?— cuestionó divertido.
—Lucy me lo pidió. Ella lo planeó todo— Clay reconoció el esfuerzo que ella hizo y Justin ladeó el rostro para mirarla. La encontró con una sonrisa, orgullosa de ver que las cosas habían salido bien, aún más feliz por ver que él estaba pasándola bien.
Antes de que pudiera decirle algo -no le salió nada porque la sorpresa aún formaba parte de él-, los demás se acercaron a saludarlo, uno por uno. Era una celebración de verdad especial: no había gente desconocida, simplemente sus amigos, los más cercanos y su familia. La de verdad.
Cuando acabó de saludar a todos, finalmente tuvo espacio para un momento con su novia.
—¿Lo ves? Te dije que valía la pena venir— bromeó la chica, sin quitarle los ojos de encima.
—Siempre tienes razón— admitió rodeándola por la cintura. Era cierto: Lucy siempre había insistido por cosas que valían la pena. Nunca se había rendido con él y estaba profundamente agradecido por eso. —Gracias, Lucy. En verdad. Nunca habían hecho algo así por mí.
—Soy tu novia, ¿en serio esperabas que solo te llevara a cenar?
El sonrió, dándose cuenta que su chica era una hermosa caja de sorpresas.
—Lo siento. Tengo que acostumbrarme que así funciona contigo. Cuando creo que lo he visto todo, te apareces con algo mejor.
—Ya lo sé. Soy brillante— bromeó y entonces Justin la besó incontables veces hasta hacerla reír. —Espera— le indicó detenerse aún risueña. —Saquemos una selfie— propuso sosteniendo el celular. —No, mejor hazlo tú. Soy mala con las fotos— murmuró pasándole el teléfono. Lucy lo abrazó por la espalda y tomaron varias fotos; aunque la mejor resultó ser una donde Justin sacaba la lengua y ella hacía una mueca divertida.
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«LUCY»
Se sentía realmente orgullosa de haber logrado que los planes de la fiesta salieran tal cual los pensó. Claro que no habría sido igual sin la ayuda de los Jensen, especialmente de Clay. Estaba divirtiéndose con su novio y la música que sonaba, cuando consiguieron escuchar el timbre de casa. Lucy, que se sentía como la organizadora, dejó lo que estaba haciendo para ir a atender. Al abrir, se encontró con la imagen de una mujer delgada y de aspecto un tanto descuidado, a quién creyó reconocer de alguna parte. Ella cargaba con una bolsa de regalo en una de sus manos y la miró con dudas.
—Disculpa... Está... ¿Está Justin?— cuando lo nombró, Lucy terminó de darse cuenta. Era Amber Foley, la madre del chico.
La castaña se quedó estupefacta sin saber qué decir. Lo único que podía procesar era qué, esa mujer había hecho pasar a Justin por mucho dolor y como su novia, solo podía sentir la necesidad de protegerlo.
—¿Puede esperar un segundo?— preguntó planeando recurrir a Lainie o Matt, después de todo, ellos sabrían como manejar la situación. Amber asintió y antes de que pudiera girarse, Lucy escuchó la voz de su novio.
—Lucy, tienes que venir a ver como Zach...— el muchacho no consiguió terminar la frase. Justo cuando creyó que la noche no podía traerle más sorpresas, apareció una más. Una que ni siquiera pasó por su imaginación. —¿Mamá?
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holaaa; espero que hayan disfrutado de este capítulo.
quiero decirles además, que ya son los últimos capítulos. disfruto muchísimo de escribir este fanfic -tanto que la alargué lo más que pude-, así que entiendo si algunxs abandonaron porque les aburrí, pero es que me hace muy feliz escribirla 💖
pero es cierto que todo tiene un final en algún momento, y a este fanfic le llegará pronto el turno💔😭
gracias por leer, voten y comenten por favor 💛🌻
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