«LUCY»  

Clay apareció en el desayuno, algunos minutos más tarde que Justin y ella llegaran. Los miró a ambos, parecía molesto, como si estuviera sospechando de algo.

—Que extraño es esto— pronunció.

—Come unos panqueques. Están increíbles— lo invitó Justin.

—Traeré un plato— Matt se puso de pie, en busca de uno. Clay seguía a una distancia prudente de la escena. No parecía cómodo, con nada. Lucy bebió un poco de jugo, sin saber que decir. Temía que cualquier palabra que saliera de su boca lo entorpeciera todo aún más.

—Clay, tu padre te llevará al tribunal— indicó Lainie con una taza de café entre manos.

—Genial— el chico dio unos pasos hacia adelante y tomó el panqueque del plato de Justin.

—Ojala pudiera ir yo también— dijo la madre.

—No hay problema. Sé qué hacer. Y aquí tienes al otro Clay, así que...

Lucy estuvo a punto de escupir el jugo cuando oyó el último comentario. Pero siguió callada y lo observó marcharse. No fue hasta que acabó de beber, cuando le nació la necesidad de ir tras su amigo.

—Ya regreso— mencionó a todos en la mesa y se levantó, siguiendo los pasos de Clay hacia el pórtico. Lo encontró de espaldas, con el diario entre manos abierto de par en par. No alcanzó a notar lo que leía, porque el chico lo cerró en cuanto notó la presencia femenina.

—Clay.

—Lucy, ¿qué haces aquí? Pensé que estabas a gusto en tu desayuno familiar— cuestionó con ironía.

—No me ataques, por favor— pidió esperando a que le diera oportunidad de hablar. —Quería desearte suerte para hoy. ¿Va todo bien, verdad?

—Perfecto— respondió utilizando un tono sarcástico otra vez.

—Sé que estás nervioso por lo del juicio, pero ya verás que todo...

Clay interrumpió.

—No es lo del juicio, Lucy. Lo tengo todo bajo control— aquello no era cierto. —Los vi. Esta mañana. A ti y a Justin durmiendo en tú cama. Muy tranquilos, por cierto— largó sin más. Luego de ver esa escena, Clay había regresado a su cama para dormir el resto de horas que le quedaban. No fue de la mejor manera.

—Ah. Era eso— de pronto entendió todas las ironías. —Estuvimos conversando en mi cuarto porque no podía dormir. Al final se hizo tarde y nos quedamos dormidos. No pasó nada.

—No lo sé. Y no me interesa. Solo, no me digas luego que no te lo advertí. Justin es un mujeriego. Salió con cientos de chicas. Que no te engañe— concluyó, en un ataque de honestidad brutal. No agregó palabra más, pasó a su lado y regresó a la casa. Lucy en cambio, se cruzó de brazos y se mantuvo algunos segundos allí de pie. Pensando. Considerando cuanta importancia debía otorgar a lo que Clay decía. Por último pensó <<¿Por qué?>> Solo eran amigos con Justin. Cercanos. Pero amigos, en fin. No necesitaba advertencias de ese tipo.

¿O sí?

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Ese día la sensación de ser la nueva se intensificó. No estaba Clay a su lado, tampoco encontró a Tony en los pasillos. Vio a Alex, junto a Jessica y otro chico atlético, con la mirada puesta en un cartel que dictaba "Feliz cumpleaños Alex". Se habría acercado, pero apenas cruzaron un "hola" el día anterior y sintió que realmente no tenía tanta confianza para entrometerse.

Mientras cerraba el locker, vio pasar a Monty que —para su sorpresa— la saludó con un asentimiento de cabeza. Se sorprendió, porque pensó que simplemente pasaría de ella. Así que Lucy simplemente levantó la mano y murmuró un

—Hola.

—¿Quién es?— pronunció el chico que caminaba al lado de Monty: Bryce.

—Lucy. Es nueva— alcanzó a escuchar que Monty respondía quitándole importancia. El grupo selecto de chicos vestía las mismas camperas celestes y blancas, junto al símbolo de un tigre. Pertenecían al equipo de béisbol y se mostraban como si fueran inalcanzables. Caminaban por los pasillos como si fueran estrellas del deporte, creyéndose intocables, geniales. La castaña rodó los ojos y dejó de mirarlos, para encaminarse al aula de literatura.

Donde, después de que el profesor explicara, pidió una breve reseña acerca de la poesía que acababa de leer.

—En grupos— dijo. Lucy sintió frustración. No le molestaba tener que escribir una reseña, pero odiaba la palabra <<en grupos>> porque no conocía a nadie y por ende, tendría que esforzarse para conseguir con quién trabajar. Sin embargo, cuando volteó a ver el resto de la sala, todos tenían compañeros. Excepto Monty, qué, desde un banco en el fondo, la encontró con la mirada. No tenía opción.

—Yo escribo— le hizo saber, mientras se sentaba a un lado del muchacho.

—Perfecto. Haz lo tuyo— murmuró sin inmutarse por la tarea. Tenía una expresión de fastidio, siempre con aires de misterio e increíblemente, esa especie de enojo que llevaba en la cara lo hacía lucir interesante y físicamente lindo.

—¿Lo mío? Es de a dos— le recordó sin dejarse pasar. —Estás equivocado si crees que haré todo esto sola.

Él se relamió el labio inferior y se encogió de hombros.

—Sabes que no me importa.

Lo escuchó y respiró hondo, armándose de paciencia.

—Bien. Yo redacto— indicó. —Pero al menos dime lo que piensas sobre lo que leyó el profesor. ¿O no piensas nada?— intuía que si lo transformaba en un desafío, él caería.

—Pienso que fue una basura lo que leyó— respondió. Lucy lo contempló, expectante a que dijera más.

—¿No te transmitió nada?

—Eso. Que es basura— insistió con lo mismo y casi rendida, la chica rió por lo bajo. Monty era imposible.

Pero luego de un extenso intercambio de palabras, donde logró que Monty formulara una idea concisa, redactó la tarea y la dejó lista, caminó hasta el escritorio del profesor y la entregó. Podían retirarse, así que regresó a su banco a recoger las cosas.

—¿Lucy?— la chica elevó la mirada. Otra vez, Monty. —En un rato habrá una ceremonia de béisbol en el salón de deporte. Pasate— comentó y sin dar opción a contestar, se retiró. ¿Era una invitación o qué...?

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Finalmente asistió a esa "ceremonia", donde las personas protagonistas en medio de la sala vestían conjuntos celeste y blancos del Liberty Tigers. Aunque esta vez no estaba solo el equipo de béisbol, también las porristas. La capitana habló y luego, Bryce le comió la boca adelante de todos. A Lucy le causó la impresión de que era un gesto exagerado e incluso provocativo. Innecesario. Todos parecían pasarla bien, excepto algunas caras en el público que lucían aburridas. Y no era para menos. Lucy tampoco encontraba emoción o sentido a lo que hacían.

Monty emitió una especie de sonrisa cuando la vio entre la gente. Sonreía. ¿De verdad ese chico podía sonreír? Creyó que alucinaba. Ella no supo que hacer, más que devolver el gesto con amabilidad.

Se aburrió ante el discurso de un tal Marcus Cole y eligió irse. Quería llegar a casa, donde se sentía a gusto, donde estaba Justin.

Caminaba de regreso, a pocas cuadras de los Jensen, cuando un jeep la interceptó, disminuyendo la velocidad para seguirle el paso. Giró para descubrir quién conducía: Monty. Nuevamente él.

—¿Me estás siguiendo o qué?— lo cuestionó.

—¿Por qué te fuiste tan rápido?

—Me aburrí. ¿No es evidente?

—Pero si fue genial.

—Yo no lo encontré divertido— contestó. Lucy siguió caminando, él continuaba en el auto siguiéndole el ritmo.

—¿Qué tal si te invito a un lugar que sí encontrarás divertido?— propuso. Ella lo miró como si acabara de decir algo ridículo.

—No. Pero gracias por la invitación, Monty. Tengo otras cosas que hacer— se limitó a responder. —Ahora, ¿puedes dejar de seguirme?— pidió con la mayor educación posible <<ya tuve suficiente contigo hoy>> pensó.

—Como quieras— pronunció y aceleró la velocidad del auto, alejándose de Lucy al instante, que suspiró aliviada. 

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Bueno, en este capítulo se ve como Lucy se "integra" al colegio y como Monty se le acerca más de lo normal(?😳

 Se imaginan cuando Justin se entere? 😱👀