Predicciones del mañana y el ayer

Draco y Pansy veían de manera silenciosa como los Gemelos Weasley arrastraban a Hyperion Baxter por los pasillos del castillo, iban presentándoles señoritas solteras con la que se cruzaban.

— ¿Por qué... — Draco empezó a inquirir, no estaba muy seguro de que decir — están haciendo el ridículo?

Pansy pensó en correr y proclamar que en cuanto tuviera una hija con Harry se la daría al pobre chico, pero hacerlo haría que su unión a la Orden del Fénix fuera en vano. Necesitaba mantenerse de perfil bajo hasta finales del sexto año cuando iría a vivir al N° 4 de Privet Drive, ese era el trabajo que Dumbledore le encomendó. Por supuesto que se encargaría de hacer sufrir a esa familia que tanto daño le estuvo haciendo a su novio.

— No aceptan que quiera ser sacerdote. — Pansy se apoyó en el hombro de Draco que no se apartó.

— Sigue haciendo eso. — Le susurró. — Granger nos está mirando.

Negó con la cabeza — Ella sabe que salgo con Potter, no me uses como cebo para atraerla.

Draco le sonrió y susurró al oído —: Lo sé, pero esa mueca de enojo en su rostro me resulta adorable ¿no crees?

Hermione estaba siguiendo al autoproclamado "Trío de guapos" para evitar que continuaran molestando a las señoritas solteras. Hasta ahora logró impedir que Hyperion sostuviera las manos de niñas de 13 años hacia atrás. Los gemelos Weasley eran un mar de problemas cuando se lo proponían, pero no podía negar que le alegraba que Hyperion no estuviera solo. Observó entre la multitud y notó la presencia de Pansy junto a Malfoy, cuando vio la cercanía fue consciente de su ceño fruncido. Era increíble como Malfoy podía resultar ser un patán... esa ridícula confesión la tenía pensando en él más de lo que deseaba.

El bullicio de los alumnos se vio apagado por los gritos de Umbridge hacia la profesora Trelawney, el vestíbulo de inmediato fue rodeado por los estudiantes.

Hyperion sabía que el momento del despido había llegado.

— Tiene que ser mala para que el ministerio no la destituya — Una pequeña rubia le musitó a Hyperion. En cuanto él la miró ella le sonrió. — Soy Luna Lovegood, mira ha llegado el director.

Minerva McGonagall estaba abrazando a la profesora Trelawney.

— Hyperion Baxter — le susurró en respuesta — ¿Sabes que ocurrió?

— Umbridge la supervisó y frente la clase la profesora soltó una profecía — Luna le miró directamente a los ojos— Dijo "El tiempo no quiere viajeros inesperados... El castigo ha nacido para quienes osaron resistirse al curso de los hechos, deberán combatir mucho más atrás por el bien de sus progenitores sin matarlos en el acto. Cuatro elegidos y un bebé detendrán la destrucción de su porvenir. Los veteranos de guerra poseen la respuesta a su dilema y dolor que tendrán al regresar su lugar de origen" — se mostró pensativa — Lo he memorizado sin querer, aunque no le encuentro mucho sentido a lo que expresó, pero creo que para Umbridge tiene mucho sentido. ¿Quieres pudin? — Le extendió el dulce.

Hyperion lo aceptó y le sonrió. Los estudiantes empezaron a dispersarse y ella se alejó dando saltitos.

— ¿En que estábamos? — Fred le preguntó y luego dirigió la mirada al pudin — No sabía que te interesaban las de 14 años.

— No es eso, yo... — Scorpius sintió una presión en el pecho. ¿Acaso esos sueños que estaba teniendo con una chica pelirroja eran ciertos? ¿Cómo pudo ser un idiota! Ni siquiera estaba seguro de que podía ser castigado de tal manera.

— Hyperion ¿estás bien? — George se apresuró a sostenerlo en cuanto se desplomó delante de algunos estudiantes.

Hyperion había estado teniendo sueños con una chica pelirroja que poseía la edad de su hermana, una chica muy guapa y dulce con la estaba manteniendo una relación amorosa que resultaba ser carnal, esos sueños le hacían dudar sobre su decisión de abrazar el celibato, ahora tenía confirmado que estaba viendo su castigo por tratar de cambiar el destino. ¿Qué estaba haciendo él en el futuro? ¿Por qué sedujo a esa chica? ¿Quién demonios era Lily? No quería esa vida, estaba feliz con su decisión de ser sacerdote, ahora todo estaba de cabeza.

Halley estaba limpiando las escaleras de la casa, entonces decidió descubrir el cuadro parlante, al sacar la sabana polvorienta vio a una mujer madura observándola. Empezó a decirle algo, más dejó de escuchar porque en su mente se arremolinaron visiones de una vida que no había tenido.

James y ella estaban en una cama cubiertos por sábanas, abrazándose y besándose. ¿Qué estaba haciendo? Vio el anillo que reposaba en su dedo anular. ¡Estaba casada! No es que no quisiera, pero su vida no ocurría de tal manera. Se tocó la cabeza y todo se tornó sombrío sintió como su cuerpo rodaba escaleras abajo.

Sirius y Kreacher llegaron a detenerla en cuanto vieron que se desplomaba por las escaleras. El retrato de Walburga Black gritaba: "¡Narcissa Black deja de vestirte como un asqueroso sangre sucia!"

— ¡Cállate! — Ordenó Sirius y con un movimiento de la varita cubrió el cuadro. — Debiste darle un susto de muerte a...

— ¡Señorita Cissy! — El elfo la estaba pálido al ver el corte sangrante en la mejilla derecha.

El mago la tomó entre sus brazos para llevarla a la habitación y curarla, la jovencita parecía estar en medio de una pesadilla ya que sus expresiones faciales eran de horror, a pesar de estar desmayada.

— Orión... ayúdame... — El susurro parecía ser una súplica.

— Shh, aquí estoy, niña. — Se sorprendió a sí mismo respondiendo por su segundo nombre, se detuvo en medio de la escalera al darse cuenta ¿Cómo sabía ella su nombre?

— Mamá... ¡No te vayas! — Halley abrió los ojos y descubrió que estaba en los brazos de un hombre que la llevaba escaleras arriba como en sus sueños— James Sirius, ¡déjame... no te me acerques!

Se removió hasta que él la soltara. Volvió a tocarse la cabeza ¿Qué eran esos recuerdos! En un segundo su madre se iba lejos y al siguiente ella estaba casándose con James. "El castigo ya está empezando" Escuchó un susurro en su mente.

James por su parte estaba en su oficina rompiendo los cuadros de gatos, destrozando todo a su paso. Estaba en su forma real, su desnudez estaba cubierta solo por unos boxers.

— Tengo claro que habrá un castigo por jugar con el tiempo — Se dijo a su mismo cuando vio sus puños llenos de sangre. — Estoy dispuesto a asumir todo sobre mis hombros, pero mis amigos no pueden mancharse. — Rompió un jarrón de un solo puñetazo. — ¿es este el precio de remover el futuro! ¡Estúpida profecía! Mi enemigo es alguien abstracto, mi enemigo me obliga a ir más atrás, mi enemigo es el tiempo. — Se dejó caer de rodillas sobre la ropa rosa que se arrancó en cuanto el efecto de la poción multijugos acabó.

La puerta se abrió de golpe, Draco Malfoy ingresó y cerró la puerta tras de sí. — Tú debes ser el prometido de Halley — Observó el despacho destrozado.

— Soy... el... esposo. — James tartamudeó, creyó que sus sueños eran solo eso, pero gracia esa profecía tenía todo claro. — Lo hemos logrado, el futuro ha cambiado... — Alzó su mano izquierda y le mostró la alianza que reposaba en su dedo anular. — Me he casado antes de tiempo... ¡Halley debe odiarme!

— ¿Eso quiere decir que tus progenitores no se han separado? — Preguntó con cautela. Eso querría decir que su futuro junto a Granger estaba asegurado.

James negó con la cabeza. — Se han separado más tarde de lo que ocurría en la línea de tiempo original. — Chasqueó los dedos para verse presentable. Aunque lo único que logró fue convocar ropa de motociclista por lo que se veía como un rebelde. Sus manos continuaban sangrantes, no se molestó en limpiarlas.

— Una profecía ha sido dicha y no hay manera de burlarla. — Se levantó temblando. — Yo iba a cargar con el dolor, pero el tiempo que se resiste a ser cambiado nos está castigando.

— Señor Potter tenemos que hablar. — Dumbledore ingresó apresurado, vio a Draco — Debí imaginar que usted estaba al tanto de la situación, joven Malfoy.

— ¿Por qué otra razón me uniría a la dichosa orden del fénix? — Preguntó cruzándose de brazos. Ya imaginaba que un Potter estaría tras su hija. — Si mi futuro está en riesgo lo mínimo que puedo hacer es poner de mi parte antes que resistirme.

— ¿Cuál es su plan señor director? — James miró directamente al anciano que le dedicó una sonrisa misteriosa. — Tengo una leve sospecha de lo que está pasando por su mente.

— Es así, Severus se encargará de ello, en lugar de una oreja tomará una vida. — el director sonrió. — No le guardo rencor a nadie, pero es justo y necesario hacer este sacrificio — Ahora le dirigió una mirada a Draco — Usted fingirá su muerte a finales del sexto año, luego irá en compañía de Harry Potter al N° 4 de Privet Drive ya que será mayor de edad para ese entonces. Por ahora siga instruyendo a su amigo.

— Potter no es mi amigo. — Se cruzó de brazos. — Si todo está resuelto, eso quiere decir que se irán pronto.

— No lo está, debemos impedir cierta batalla en el ministerio de magia — James empezó a limpiar con magia el desastre que ocasionó.

— Quieren conseguir la profecía y para ello usarán a Potter — Draco comprendió lo que estaba sucediendo — Si no enseño bien al cabeza hueca será mi culpa si se da la batalla ¿cierto? — Vio a James asentir — Tiene que haber una manera de hacer que el ministerio se entere de que quienes-ustedes-saben ha regresado.

— Su madre está de nuestro lado señor Malfoy. — Dumbledore se mostró seguro — Por lo pronto tendré una charla en privado con el ministro de magia y le haré entender mis razones.

La manera en la que movió su varita asustó a James, empezaba a comprender porque el tiempo lo estaba castigando. Por lo pronto debía consolar a su prometida, es decir a su esposa que lo hechizaría en cuanto lo viera.  

Estamos a unos cuantos capítulos de cerrar esta primera parte y empezar con Back To The Future II. Espero que les guste seguir a la tercera generación en este embrollo. 

Gracias por sus votos y comentarios.

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