Paseadora de perros
Sirius Black estaba a la espera de "su niñera" porque eso era, no hallaba otra manera de nombrarla, bueno, haciendo un poco de esfuerzo incluso podría decirle "paseadora de perros" mas se negaba a hacerlo por su propia dignidad. ¿Abuelo? No estaba tan consumido para que Dumbledore se lo dijera, si se miraba al espejo seguía siendo tan guapo como a sus 20 solo que un poco más maduro, le hacía falta un buen corte de pelo y afeitarse un poco la barba. Suspiró con pesadez tras beber otra copa de Whisky de fuego. ¿Por cierto a donde estaba Kreacher? ¿Otra vez desapareció? No lo había visto desde que se marcharon los Weasley.
Un golpe seco lo inquietó, frente a él apareció una jovencita que estaba de espaldas oportunamente.
— ¿Dónde estará el abuelo Sirius? — Preguntó en voz alta, sostenía muchas bolsas de compras.
— ¿Abuelo? — Repitió Sirius, estaba indignado.
Halley quiso morderse la lengua y desaparecer debido a que optó por no usar la puerta para llegar; su arribo era más que sospechoso. En verdad Sirius Black era parte de su familia, su tío-abuelo. Giró lentamente para observarlo por primera vez en persona.
— Lo siento, esa fue la manera en la que Dumbledore me pidió que lo llamara — Se encogió de hombros, se acercó a la mesa para depositar sus compras que eran productos para el cuidado de perros, una vez con las manos libres le extendió la mano — Soy Hazel-Grace Lancaster.
Dio un nombre falso — Que sacó de una novela muggle — ya que tenía conocimiento de que "su abuelo" tenía conversaciones por chimenea con Harry Potter, era claro que se quejaría de ella en cuanto tuviera la oportunidad.
Por su parte, Sirius la detallaba, era una jovencita muy guapa, vaya que tenía curvas llamativas. Debía de rondar los 17 años, su piel era blanca que casi parecía pálida, sus ojos eran azules o grises... tal vez grises con manchas azules.
— ¿Acaso puede ver a través de la ilusión? — Preguntó asombrada, Halley cruzó sus brazos sobre su pecho para cubrirse. Por primera vez en su vida se sentía avergonzada por su verdadero físico.
— ¿De qué estás hablando, Hazel-Grace? — Decidió que era mejor mentirle.
—No, nada. Me confundí — Confesó sintiéndose aliviada, al parecer su apariencia estaba oculta al igual que sus generosos atributos.
Sirius meditó unos segundos, al parecer la jovencita poseía un hechizo al que los Black Sangre pura eran inmunes, ¡los Black estaban casi extintos! Era imposible pensar en ella como un pariente lejano, ¿De quién podría ser hija? Regulus llevaba bastante tiempo muerto para ser el padre, ¿De Narcissa? No, ella solo tenía un niño. ¿Andrómeda? No, Tonks era hija única. Lo gracioso del asunto es que le parecía familiar ¿a quién podría parecerse? debía tener por los menos 1.75 de altura, lo que le dejaba claro que sus padres debían tener más 1.80 de estatura. Negó con la cabeza, no era un experto en genética, pero si ella tuviera un hermano mayor le sería más fácil saber su procedencia. Estaba ensimismado en sus pensamientos hasta que noto sobre la mesa un shampoo antipulgas.
— ¡Canuto! — Dio un silbido para nada femenino — ¡Ven precioso, es hora del baño! —Halley miró a Sirius — Dumbledore dijo que hay un perro al que debo sacar a pasear, así que primero he de bañarlo, cortarle el pelo y las uñas.
Por supuesto que ella sabía de la condición de animago de Sirius, pero decirlo levantaría muchas más sospechas, así que se puso a revisar cada rincón de aquella vieja casa. Por su parte, Sirius corrió a transformarse en perro hace mucho que no recibía un buen baño y liberarse de sus pulgas era una oportunidad que no iba a rechazar.
Draco tarareaba una melodía, se encontraba de buen humor mientras hacía su ronda. Solo era cuestión de minutos para que Granger y los otros dos aparecieran para cuestionarlo.
— Sé que me están espiando — Fue lo que dijo al escuchar pasos y no ver a nadie. Debían estar usando una capa de invisibilidad.
Granger salió detrás de una columna. — ¿Cómo lo conseguiste, Malfoy?
Una pregunta directa que no iba a responder tan fácilmente — Con dinero, miró sus zapatos — Son los mejores mocasines, muy cómodos en verdad.
— No me refiero a eso — Hermione entrecerró los ojos. — Dímelo.
— Ya entiendo — Chasqueó los dedos — Te refieres a mi escoba nueva...
— ¡No! Malfoy, yo quiero...
— ¿estás confesándote? — Draco llevó una mano al pecho — ¿Estás enamorada de mí? Bueno, con un poco de arreglo puedo aceptar...
— ¡Basta! — Ronald salió de la oscuridad de una columna donde Harry estaba o al menos hasta la mitad. Se acercó dando zancadas hasta el Slytherin, bajó la voz hasta que pareciera un susurro — Puedo comprender que Parkinson de uniera la orden, pero no de ti que eres un completo purista
— Ah, haberlo dicho antes. — Draco le sonrió de manera socarrona. — Es probable que estos meses las curvas de Granger me hayan hechizado, así que no le pongas los ojos encima o podría traicionarlos por despecho
Les dio la espalda y se fue tarareando una cancioncilla, por mucho que dijera sus verdaderas intenciones nunca le creerían y mucho menos quería parecer un demente. Además, sentía mucha más repulsión por su padre que por Potter, se detuvo en seco al notar que era perseguido.
— Malfoy, espera. — Harry estaba observándolo era claro que desconfiaba. — ¿Es verdad lo que dices? Hermione...
— Potter, ¿acaso no has notado lo hermosa e inteligente que es? — Preguntó tras darle la cara — Ella tendrá el honor de ser mi pareja, te lo aseguro. Dejando eso de lado, se me ha pedido que te instruya en la oclumancia.
— ¿Qué? Para eso está Snape...— Harry objetó — él ...
— Lo odias más que a mí y no te has tomado las clases como se debe. — Draco usaba un tono sereno, no arrastró las palabras. — En mi caso no tengo deseos de insultarte en cada clase, yo no tengo tanto resentimiento hacia ti.
— Eso espero, que Snape quiere matarme del enojo.
— Yo no, nos vemos en clases. — Se alejó un par de pasos — Deséale buenas noches de mi parte a Granger.
— No fue tan malo que Halley le contara la verdad a tu padre. — James dejó la taza de poción multijugos sobre la mesa, su apariencia era la de Umbridge.
— Puede que nos juegue eso a favor por ahora. — Scorpius estuvo espiando a su padre gracias a la capa de invisibilidad que James le brindó, casi se sintió descubierto, por suerte que no era el único que lo estaba haciendo. — Bien, ¿qué es lo que sigue?
— Despedir a la profesora Sibil Trelawney, cuestionar a Hagrid. El ministerio a empezado a presionarme por resultados, por otra parte, me preocupa que mi padre caiga en la trampa de Voldemort. — Se llevó las manos a la cabeza.
— Déjame ayudar, voy a silenciar a quien se meta en nuestro camino. — Scorpius presionó sus puños — No puedo quedarme observando cuando mi cuñado va a haciendo el mal.
— Yo no puedo concebir que un futuro sacerdote quiera silenciar a alguien. — Negó con la cabeza, sacó un par de fotografías de su bolso — El futuro ha empezado a cambiar y no estoy dispuesto a dejar que metas tus manos.
Scorpius tomó la primera fotografía, la cual mostraba a James en compañía de su padre sentados en una banqueta del parque sonriéndose, pero ahora no estaban solos, en las piernas de Harry estaba una niña pelirroja que era tan hermosa que no pudo reprimir un suspiro, asimismo en las piernas de James estaba sentado un niño idéntico a su padre. La segunda foto mostraba a Draco de 43 años sentado en un sillón de cuero, Scorpius y Halley estaban hijos de pie tras él, sobre las piernas de su padre reposaba un niño castaño de cabellos rizados, por los ojos grises era claro que se trataba de un Malfoy ¿Era su hermanastro? No, esos cabellos rebeldes debió heredarlos de Hermione.
— Nuestras madres no están, lo que quiere decir que solo hemos retrasado a Kingsley. — Suspiró — Dado que él es relevante para la historia, tendré que matarlo el mismo día que transporten a mi padre a la casa de los Tonks.
— Yo lo haré. — Scorpius se puso en pie — Dios me ha de perdonar porque lo haré por nuestro bien.
Salió del despacho sin escuchar a su amigo, no iba a permitir que el fuera el único que se manchara las manos. Tenía que hacer algo para recuperar su familia.
Por mucho que lo negara odiaba con todo su ser a Kingsley, no solo por la estúpida ley sino también porque lo amenazó con casarlo a fuerza si se convertía en un sacerdote muggle, porque lo obligaría a tener descendencia así tuviera que usar el imperius. Se permitió quebrarse en uno de los pasillos, lloró a sabiendas de que nadie lo escucharía y de hacerlo creerían que era un fantasma. No había nacido para amar libremente y no estaba dispuesto a hacerlo por la fuerza. Iba a deshacerse del ministro por sus sueños egoístas, para tener una familia amorosa y que su hermana pudiera casarse por amor con James.
Sintió una manta sobre él. — Calma, soy yo. — Hermione estaba junto a él. — No tienes que contarme lo que ocurre, llora todo lo que quieras, pero no lo hagas solo. — tocó su propio hombro — puedes apoyarte en mí todo lo que quieras.
"Mamá, te necesito" Quiso decirle, mas dejó que las lágrimas se desbordaran de sus ojos, nunca tuvo donde apoyarse debido a que él estaba siendo fuerte para su hermana menor, ahora en compañía de su futura madre se permitió derrumbarse, mientras crecía ella le faltó por eso necesitaba que la Ley de matrimonio nunca fuera emitida.
Hermione por su parte sentía que aquel joven la necesitaba, sentía mucho aprecio por aquel muchacho, pero no era ningún tipo de interés romántico, era como si deseara protegerlo y ayudarlo. Quería sacarlo de la desesperación, aunque no supiera el motivo, solo deseaba ayudarlo.
Draco los observaba escondido entre las sombras de la noche, por un instante le pareció ver a Granger más adulta abrazando a un niño de revueltos cabellos, mas al observar bien esa no era la situación. Lejos de sentirse celoso fue capaz de notar como en su pecho crecía cierta calidez ¿Qué era? siguió sus impulsos y caminó hasta ellos.
— Debes extrañar mucho a tu hermana — Se sentó también junto a ellos. — También tienes mi hombro.
"Hubiera querido esto mil veces" Era el pensamiento que envolvía a Scorpius, si siendo un niño hubiera sido consolado de tal manera no estaría orillado a convertirse en un asesino. Sus sollozos fueron más altos, probablemente sería ridículo para algunos ver a un chico de 18 años siendo consolado por adolescentes de 15 años.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top