De vuelta al futuro

La madrugada del 18 de junio de 1996, James Sirius Potter sacó a Umbridge del baúl, la dejó inconsciente y casi moribunda sentada en despacho, le aplicó su más potente hechizo desmemorizante. Salió a hurtadillas para encontrarse con Scorpius que lo esperaba en compañía de Draco en la entrada del castillo con dos escobas.

Sobre el castillo sobrevolaba el auto DeLorean que estaba siendo conducido por Halley, ella no iba a bajar debido a que no deseaba ver a su futuro padre.

— Nos vemos en nueve años — Draco estiró la mano para brindársela a su futuro hijo — Scorpius.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — Preguntó un tanto sorprendido, mas de inmediato lo supo. — Cuídense que no quiero tener un hermano mayor, suficiente con tres Malfoy.

— Por supuesto, no soy un Weasley. — Rio divertido, luego miró a James — Cuida de Halley, no la dejes sola cuando se enoje.

— Entendido, suegro. — Le sonrió de manera descarada, tomó la escoba y se elevó por los aires antes de recibir algún encantamiento.

Scorpius le siguió.

Hermione y Fred observaban el DeLorean desde la torre de Astronomía, Draco se les uniría en unos instantes. Los tres estaban decididos a hacer que el futuro ocurriera sin ningún contratiempo. Los vieron desaparecer en una gran ráfaga de luz

30 de junio, 1997. 10pm

Pansy lloraba desconsolada en la vereda del N° 4 de Privet Drive en Little Whinging, sus órdenes eran esperar a Arabella Figg, una Squib con la que viviría en Wisteria Walk, una de las calles aledañas.

Sus manos temblaban, había estado haciendo de espía doble para la Orden del Fénix, pero nunca creyó que el maldito mestizo sin nariz la obligara a matar al director, y mucho menos creyó que Severus Snape la suplantaría ante tal atroz acción, todo era parte del plan. Aún así se sentía impotente por lo que ocurrió antes sus ojos. En cuanto el director cayó por la torre ella saltó con él porque tenía el traslador que la sacaría de Hogwarts.

— ¿Pansy Parkinson? — Preguntó la mujer que se acercaba a paso veloz.

— Sí. — Su voz estaba quebrada. — Yo...

— No digas nada —Le dio un abrazo. — Draco te está esperando y mañana llegará Harry.

Se dejó abrazar — Debe odiarme... yo... lo he despreciado tanto en estos meses... — Sus padres debían estar decepcionados por su traición. Pero eso ya no importaba, seguramente ya estaría repudiada para ese momento.

— Necesitas descansar, todo era parte del plan. No hiciste nada malo... — La sra. Figg la guio hasta su casa.

Draco estaba esperándola. Parte del plan era que abriese el paso a los Mortífagos, de esa manera expuso la seguridad de los estudiantes del castillo. Lo único que lo consolaba es que muchos fueron parte del Ejército de Dumbledore por lo que pudieron defenderse bien. Por su parte mientras todo el caos ocurría, ingresó a la oficina del Director para huir con un traslador.

El costo de ser un espía doble fue recibir la marca tenebrosa, estaba asustado por su madre, pero estaba seguro de que Regulus y Sirius la estarían cuidando en Grimmauld Place.

En cuanto Pansy ingresó ambos se abrazaron, ambos se sentían culpables por haber participado en la muerte del director, ahora solo quedaba esperar a encontrar los Horrocrux faltantes. Ya que por el momento tres ya habían sido destruidos: el anillo, el diario y el guardapelo.

— ¿Crees que me perdone? Fui una maldita todo este tiempo. — Se alejó de Draco que se encontraba igual de sombrío. — Granger, sabe que todo era parte del plan y que la adoras... ella no te odia, es seguro que vendrá a visitarnos.

Días después llegó Harry, lo primero que hizo fue informar a los Dursley que tenía una novia sangre pura, en cuanto Pansy Parkinson ingresó a la casa, Petunia, Vernon y Dudley por la sonrisa macabra de la adolescente.

— No es un gusto conocerlos. — Dijo en voz alta. — Supongo que puedo venir a quedarme un par de días aquí. Antes de que se larguen por su propia seguridad.

Harry se quedó sorprendido por la frialdad de su novia, pero entendía que era debido a los recuerdos que vio el año anterior durante las clases de oclumancia.

— No seas descarada, niña. — Petunia la miró con desdén — ¿Crees que por ser una bruja mi casa se convertirá en un burdel?

— ¿Sabe? Soy mayor de edad y prefiero tenerla callada. — Con magia no verbal le puso un cierre en los labios. — Yo soy una bruja que no permitirá que se humille más a mi futuro esposo.

— ¡Niña estúpida! ¿qué le hiciste a mi esposa? — Vernon caminó directo hacia Pansy para herirla, pero con otro hechizo le pegó los zapatos a la alfombra lo que ocasionó que cayera de bruces.

Por su parte Dudley estaba demasiado asustado para decir algo negativo. Así en con un hilo de voz habló—: No hay nada de malo en.... En que... se queden...

— Genial Porky — al decir esas palabras tomó a Harry de la mano y se dejó conducir por ella a la habitación.

El grito de Dudley la hizo reír, le dio un rabo de cerdo como alguna vez lo hizo Hagrid. Estando solos ambos se abrazaron fuertemente, ella sabía cuán dolorosa era la muerte de Dumbledore para su novio.

27 de julio, 1997.

Que los Dursley partieran no fue difícil para Pansy, les hizo entender que, si no se largaban antes de que llegaran los mortífagos, ella los mataría sin dudarlo. Era mentira, pero durante ese mes se había ganado el odio de aquella familia. Draco hizo lo mismo, les dejó clara la situación delicada en la que se encontraban. Por supuesto Sirius se aseguró pagarles cada centavo que pidieron por su mísero hogar en el que habían maltratado a su ahijado a sus espaldas.

El único familiar que se había rehusado a dejarlo "solo y a su suerte" fue Dudley que fue arrastrado por su madre a auto.

— Creo que después todo se ha arrepentido — Comentó Draco en cuanto vio el auto alejarse.

Pansy sintió una punzada de molestia y gritó —: ¡Gracias por la taza de té, primo!

Ese sería el único miembro de la familia de Harry con el que se llevaría bien en el futuro. Así que luego ingresaron a la casa para esperar al resto de la orden del fénix.

Draco no dejaba de observar por la ventana, en ningún momento Hermione había ido a Privet Drive, y no recibió ninguna carta y sabía que ello podía alertar a los mortífagos. Aun así, la sra. Figg siempre les traía las noticias y decisiones de la Orden del fénix.

Horas más tarde el resto de los miembros de la orden llegó, al ver a sus amigos fue consciente de lo altos que estaban. Hermione se apresuró a besar a Draco, mientras Ron evitaba mirar y era molestado por Fred y George. Bill y Fleur estaban sosteniéndose de la mano, el Señor Weasley, observando a sus hijos, Ojoloco, vestido como para ir a la guerra, de una sola pierna, con su brillante ojo mágico zumbando en su órbita. Tonks también sostenía de la mano a Remus, su reciente matrimonio tenía a Sirius vigilándoles, abrazó a su ahijado hasta casi dejarlo sin aire para consolarse, aunque no iba a negar que su amigo de toda la vida era un buen partido para su sobrina, caso contrario con Regulus que parecía estar a punto de ladrar por el ceño fruncido que tenía. Kingsley también estaba ahí, se aseguraría de que cada uno creyera su papel y cuando fuera ministro impondría una ley de matrimonio para cada joven, y se aseguraría de separarla a Pansy de su amado. Hagrid, con su pelo y barba salvajes, tenía que encorvarse estando parado para evitar golpearse la cabeza contra el techo; y Mundungus Fletcher.

Moody explicó el plan con cuidado. Hubo ocho falsos Potter: Ron, Hermione, Fred, George, Fleur, Mundungus, Pansy y Draco se formaron frente al fregadero reluciente de la tía Petunia. Bebieron de la poción multijugos, se vistieron y arreglaron.

— Nunca le contaré de esto a mis hijos — Draco se quejó tras colocarse las gafas.

— Yo lo haré, será divertido. — Pansy comentó una vez vestida y con la mochila al hombro.

— Yo llevaré a Pansy — Anunció Sirius, lo que hizo que Harry se sintiera más relajado — No dejaré que nada le pase.

— Yo llevaré a mi sobrino. — Regulus frotó la cabeza del Potter que creía Draco.

— Soy Hermione — Dijo rápidamente.

— Lo siento. — Se disculpó, y esta vez el Draco original dirigió la mano de su tío sobre su cabeza para que no siguiera tocando a su novia.

Por supuesto que Moody sabía que costase lo que costase debía deshacerse de Kingsley en aquel transporte y Severus debía ser quien lo hiciera. Era la misión que Dumbledore le dejó antes de fallecer, sabía que si salía con vida esa noche sería un regalo.

31 de julio, 2023.

El DeLorean apareció sobre el colegio Hogwarts.

— Ya estamos aquí — Halley que estaba al volante anunció, mientras se dirigía al Callejón Diagon. — De regreso a casa, deberíamos comprobar que pasó...

— ¿Si Fred está vivo? — Preguntó James, estaba un tanto celoso, pero comprendía los sentimientos de su esposa — Hasta yo quiero saber quienes salieron vivos de la guerra.

— Vamos a donde sea, solo no me lleven a casa. — Scorpius estaba encogido en su asiento. — No seré capaz de terminar con Lily.

Halley no respondió, se limitó a manejar porque sabía que su hermano debía estar en medio de un debate emocional. Solo tarareó un par de canciones hasta llegar al Callejón Diagon, estacionó el DeLorean.

— Ve — James la apresuró para que fuese a Sortilegios Weasley. — Scorpius y Yo iremos a comer un helado alcánzanos luego.

Los gemelos Weasley tenían la tienda a reventar, siendo el cumpleaños de Harry Potter era un día festivo para Inglaterra mágica, era como celebrar el cumpleaños de la reina.

Fred se asombró al ver a Halley Malfoy ingresar a su tienda, pero no era la señorita que días atrás estuvo ahí, está tenía el cabello rubio hasta los hombros, al parecer había cortado la mitad castaña.

— ¡Hey Baxter! — La llamó y ella se acercó a él. Le extendió una caja de Marsmallow — No olvidé que te gusta, sigues tan hermosa como en ese entonces.

— Yo... Gracias. — se mostró asombrada mientras recibía los dulces. — Yo...

— Deberías regresar a casa, hay mucho que puede sorprenderte. — Fred de 45 años le dio un guiño. — Tus padres viven en cerca de la madriguera. Por cierto, Los marsmallow tienen sabores únicos, pueden saber a felicidad, a día lluvioso y demás cosas que deberás descubrirlo.

Una niña pelirroja le jaló de la falda, debía tener seis años. — Hola Halley, ¿Jamie vino contigo?

— Halley — Fred llamó a su hija, ambas lo miraron. — No le preguntes por su esposo.

— ¿Pelearon otra vez? — La niña imitó su rubio cabello; Era metamorfomaga. — Si me presento como tú, seguro me elige.

Dicho eso se fue corriendo a los brazos de su tío George que los observó a lo lejos.

— Soy viudo, mi esposa murió luego del parto y no he podido educar bien a mi pequeña hija. — Fred le sonrió.

— Debo irme, necesito... ponerme al corriente. — Se marchó con los dulces en la mano, se perdió entre la multitud de magos.

Cerca a las tres de la tarde Scorpius se rehusaba a salir del DeLorean para ingresar a la casa en la que vivía aún con sus padres.

— No estoy listo.

— Lo estás, ahora baja o te... — Halley alzó la varita.

— Ya, está bien. — Salió del auto y se marchó sin cerrar la puerta.

James sostuvo la mano de su esposa — ¿Ahora a dónde deberíamos ir?

— A agosto de 1981. — Rápidamente colocó la fecha en los circuitos del tiempo — Dejé a Regulus en una casa abandonada en Godric's Hollow, tiene 18 años en lugar de 20.

— Esta bien, pero antes deberíamos pasar a saludar a tus padres o a los míos. — le sostuvo la mano. — Kingsley murió la noche del 27 de julio de 1997.

— Lo sé, muero por ver a mamá y a mi hermano Hermes. — Acarició su anillo. — Ya que se supone que estamos enamorados, deberíamos tomar el viaje a 1981 como una luna de miel o algo por el estilo.

— Me haces desear estar ahora mismo en el 81. — James se desabrochó el cinturón para salir, pero antes de siquiera lograrlo vio como Scorpius regresaba corriendo al auto. Tras él iba un Kneazle gris y su hermana Lily.

— ¡No me voy a casar! — Gritó Scorpius tras lanzarse al interior del DeLorean. — ¡Acelera Halley!

Lily también ingresó, sostenía una mochila y usaba unos lentes obscuros. — Ni se te ocurra dejarme como la última vez o te aseguro que me dejo viuda.

— ¡Vámonos! — La puerta fue cerrada de inmediato, aceleró a 88 millas por hora.


CONTINUARÁ...

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