Capítulo 5

" Ven aquí, podemos vernos en la parte de atrás. Pantalones vaqueros oscuros y tus Nike, mírate. Oh, vaya, nunca había visto ese color azul.
Solo piensa en las cosas divertidas
que podríamos hacer, porque me gustas."

Taylor Swift

Convencer a Hoseok de que acudiera hasta aquel bar cercano a la playa había sido tremendamente difícil pero tras varios largos minutos de insistencia Jin lo había logrado y ahora ambos se encontraban caminando hacia el lugar con las manos enterradas en los bolsillos de sus vaqueros. Hoseok era una persona a la que la muchedumbre lo espantada y Seokjin se sentía un poco más comprendido de lo normal cuando se lo contaba.

—Lo que tengo que hacer por un poco de sexo con un escritor loco - farfullo el chico mientras pateaba una de las latas del suelo.

Llevaba puestos unos vaqueros rotos, sus manchados tenis y una camisa negra sin mangas que había acompañado con una chaqueta excesivamente grande debido a la lluvia de verano que en los últimos días se había hecho inusualmente frecuente. Cuando Jin lo observó caminando por el camino de tierra de la carretera secundaria, bajo la lluvia y la luz naranja de las farolas, con su cabello rizado de nuevo y cada gota de agua bañando su fino rostro, sintió que de nuevo se encontraba encerrado en una de esas películas de los ochenta sobre amores de verano que prometían para siempres pero se acababan en el mismo instante que el otoño aparecía con sus mil colores y sus escenarios de vuelta a la rutina.

Le gustaba sentirse de esa forma, había pasado demasiado tiempo escapando de sus recuerdos y de la forma en que todas esas personas hicieron de su vida normal un infierno de desconfianza. Con Hoseok no le hacia falta confiar o no, no le hacia falta preguntarse si lo suyo derivaría en amor... Ambos parecían tan similares en ciertas cosas que en lo que iba de mes habían aprendido que sus pensamientos coincidían en el 70% de las ocasiones y en el 30% por ciento restante podían solucionar las cosas iniciando una conversación distinta o peleando con las debilidades sexuales que tenían. No eran adictos el uno al otro ni se derretian cada vez que se miraban, pero ese punto de placer y disfrute había comenzado a convertirse en algo íntimo para ambos, el lugar dónde sin vergüenza podían derribar sus muros y dejar salir las emociones reprimidas. Había gente que bebía, otros buscaban peleas... Ellos se sumian en interminables rondas de sexo que tiraba su mente a la basura durante el período de actividad y con esta cada pensamiento negativo o doloroso que se atreviera a asomar la cabeza en su vida.

Eran infantiles de alguna forma, ellos lo sabían mejor que nadie. Era absurdo perderse así el uno en el otro cada vez que algo malo les sucedía. Poner su confianza sobre una persona que no conocían era extrañamente más fácil que ponerla sobre alguien que conocían desde hace tiempo. Quizás porque sabían que el ser juzgados traía más dolor viniendo de viejos conocidos y con aquellos que acaban de llegar a tu vida, la pérdida será insignificante.

—Deja de quejarte, es la primera vez que iré a algún lugar interesante desde que llegue a Blue Side. Incluso si solo es un bar, quiero ir contigo y comprobar como te desenvuelves entre el tumulto de gente.

—No sabía que te iban ese tipo de cosas - Hoseok habló con sarcasmo y saltó sobre la espalda de Jin para que este lo llevase a caballito. Seokjin se tambaleó unos segundos antes de sujetar al chico y suspiró - Mira si quieres humillarme existen formas más placenteras de hacerlo que obligarme a ver a esos idiotas. No hay ni una sola persona que valga la pena en este pueblo.

Jin trago saliva por un segundo, quería hacer esa pregunta. Se sentía necesitado por algún motivo.

—¿No valgo la pena Hoseoki?

El ambiente se hizó levemente tenso y el chico miró por unos segundos al escritor extrañado por la pregunta que había salido de sus labios. Jin le resultaba alguien decente, no estaba mal, todavía no sabía bien como lidiar con él pero aún era pronto para juzgarlo por completo. No sabía lo que pasaría entre ellos en un par de semanas más o cuanto tiempo tardaría en darse cuenta que su vida no es algo que deba inspirar un libro.

—Eres útil - Hoseok apretó sus brazos alrededor del pecho de Jin cuando notó que este quería dejarlo caer - Me gusta pasar tiempo contigo, ¿lo prefieres así?

De nuevo pasaron varios segundos hasta que finalmente ambos sonrieron con cierta timidez, no estaban acostumbrados a las charlas de ese estilo. Podían llegar a hablar de su soledad o cosas realmente íntimas pero si se trataba de decirse el uno al otro el porqué de que en un mes habían comenzado a pasar día y noche juntos... Simplemente preferían esquivar el tema.

—Tú también eres útil Hoseok.

Los dos rieron de nuevo y Hoseok bajo de la espalda de Jin para caminar a su lado, estaba yendo marcha atrás y el escritor temía que en algún momento tropezase con alguna de las piedras del camino, sin embargo no dijo nada. La cara del chico seguía pareciendole enfermizamente linda.

Cuando llegaron al bar el escritor pudo comprender un poco mejor la preocupación que habia mostrado Hoseok. Todos parecían interesados en juzgarlo con la mirada, alimentados seguramente por gran cantidad de falsos rumores.

"Hoseok podía hacer que todos dejasen lo que estaban haciendo y lo observasen, solo con poner uno de sus pies sobre algún lugar las personas le clavaban los ojos como estacas."

—Vamos - dijo el escritor tomando su mano y tirando de él hacia una de las mesas. Notar las miradas comenzaba a ponerlo nervioso, se sentía expuesto y asustado. No sabía como podría reaccionar Hoseok en una situación como esa.

Durante varios minutos estuvieron en la barra, entre la gran cantidad de gente que había en esa zona no llamaban demasiado la atención por lo que pudieron disfrutar hasta que Hoseok se sintió cansado de estar de pie, el pasarse los días en el mar para vender aquel pescado o marisco que lograba colectar, generalmente lo mantenía agotado ya que se llevaba su energía. Todo fue bien por unos instantes, sin embargo tan pronto como se sentaron en una de las mesas el primer comentario hiriente explotó con altitud sobre el volumen de la música y Jin miró a Hoseok de inmediato.

—Parece que los frikis se atraen los unos a los otros - dijo uno de los chicos de una mesa cercana.

Hoseok frunció el ceño e hizo el ademán de levantarse, sin embargo Jin lo tomó del brazo obligándole a volver al asiento.

—Ignoralos.

Pero los comentarios eran inacabables y de repente el bonito lugar paisajes marinos sobre el que Seokjin amaba escribir, se había convertido en un sitio menos bonito de lo que le había parecido a primera vista. ¿Cómo un lugar tan precioso podía albergar tantos monstruos en su interior?

—¿Esa es tu chica Hoseok?... Oh espera, eso es un chico... No creí que te fuesen ese tipo de cosas, estás más enfermo de lo que creía.

Jin respiró profundamente y pidió una cerveza. Antes de poder beber el primer trago ya se encontraba siguiendo a Hoseok hacia la mesa de dónde procedían los comentarios hirientes. No le hubiese molestado que el chico se defendiera sino estuvieran en un lugar tan pequeño, dónde los rumores podrían llegar fácilmente a los oídos de sus abuelos y crisparle la paciencia a estos. Sabían, por descubrimiento propio, que pasaba tiempo con Hoseok. Lo habían aceptado pero aún desconfiaban de este debido a las calumnias que la gente creía con gran facilidad y luego repartía de oído en oído.

—Lo voy a matar, te lo juro - farfullaba de nuevo el chico.

—Hoseok, sabes que mis abuelos me harán volver a la ciudad si me meto en líos. No tengo derecho a pedirte nada pero por favor no golpees a nadie.

Hoseok miró a los ojos al escritor, lo sabía, Seokjin tendía a contarle todo y por eso conocía el hecho de que los abuelos de este lo miraban creyendo cada rumor. Pensaban que era violento, una mala influencia para su precioso y nada inocente nieto. No quería dejar ir a Jin tan fácilmente pues se había convertido en su método de escape para los días malos, sin embargo tampoco quería dejar que el resto de personas de ese pueblo le hiciesen lo que le hicieron a él, quien comenzó a defenderse demasiado tarde.

Sin embargo Jin siempre encontraba una forma de distraerlo. Eso le ponía los pelos de punta cada vez que lo pensaba. ¿Cómo podía ceder desde el inicio con tanta facilidad ante los deseos del escritor? Le bastaba con que este pidiese algo.

—¿Qué tal si pagamos por unas cervezas y nos vamos a la playa? - susurró en su oído el escritor apartandolo poco a poco del grupo de idiotas provocadores - Podemos aprovechar para intentar algunas cosas nuevas. ¿Qué dices?

Hoseok respiró hondo y asintió consciente de que había perdido una batalla más. Se rendía tan fácilmente ante él, sobretodo cuando le hablaba al oído. Jin era realmente algo con lo que no le resultaba sencillo lidiar. Confundía todos sus sentidos.

Finalmente dejaron el local y caminaron hasta aquella playa que ya se podía considerar como un refugio también para el escritor. Aunque la lluvizna permanecía no dudaron en sentarse sobre la arena y abrir las botellas de cerveza que habían comprado. Si Jin lo pensaba cuidadosamente, prefería ese lugar y el estar solo con Hoseok antes que el tumulto de gente.

—Hace mucho que me aparte de la tecnología inútil pero ahora mismo me apetecería tener un teléfono repleto de buena música. Momentos como este requieren las mejores canciones, hacen que todo sea más intenso. ¿No crees Hoseoki?

Hoseok sonrió y asintió.

—El generador de la caravana todavía puede lograr algo - sonrió - Vamos, pondré algo de música para ti.

—El chico nómada tenía más tecnología de lo que parecía - narró cómicamente en alto Seokjin - Si te dabas el tiempo suficiente para conocer su entorno incluso podías llegar a ver su ordenador y sus baffles. Al chico nómada también le gustaba la música en los momentos importantes...

—¿Puedes parar con eso? Un médico no dice que es médico a cada instante.

—No pero un médico salva una vida incluso cuando está de vacaciones. Un escritor escribe aunque no esté creando una novela.

Hoseok suspiró y negó levemente mientras tomaba las cervezas y comenzaba a caminar hacia la caravana por la poco iluminada playa. Seokjin se tomó unos segundos más para escuchar el sonido de las olas, el suave viento y la lluvia. Le gustaba ese lugar. Le gustaba ese chico. Le gustaba ese momento.

—Jin mueve tu culo, empieza a hacer frío.

Una sonrisa se escapo de la boca del escritor y miró hacia el cielo negro por las nubes.

"Hoseok tenía solo un pequeño defecto, no lograba distinguir los momentos realmente emotivos de los momentos a secas. Quizás porque para él todos los momentos eran igual de importantes. Incluso los más simples... O eso le gustaba pensar al escritor que lo acompañaba cada día y se colocaba en los momentos tan mencionados."

—Solo un minuto más, el sonido es realmente tranquilizador.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top