Capítulo 3

"Apuesto a que desearías que tuviésemos algo, no lo tenemos. Pero apuesto a que lo desearías."
Raye

La tercera vez que Jin se presentó en la caravana de Hoseok a este ni siquiera le sorprendió. Lo que sí lo sorprendió fueron las palabras del escritor.

—¿No es curioso como para la atracción sexual se necesitan unos segundos pero para el amor mucho más? - aquello descolocó a Hoseok. Por supuesto había sido obvio pero no esperaba esa charla irónica como resultado - ¿Te has enamorado alguna vez Hoseoki?

Hoseok estaba poniéndose la camiseta y terminando de secarse el cabello con una toalla cuando la pregunta y el apodo se precipitaron de los labios del escritor. Lo tomó por sorpresa, por ambas cosas.

En primer lugar, la pregunta era algo que cabía esperarse de un escritor. En la actualidad prácticamente todas las historias incluían el romance, Hoseok había leído hace tiempo un recorte de periódico en el que se explicaba un experimento científico que había concluido que cuando un humano lee el cerebro siente que está viviendo cada línea, cada parte de la lectura implica una aventura para nuestra cabeza, es así como logramos sentir empatía, emoción o miedo a través de las palabras. En definitiva las personas deben de estar muy necesitadas de amor si cada vez más y más historias relevan su magia al falso amor romántico. Pero no esperaba la pregunta por parte de un escritor como Jin, quién le había hablado de lo cansado que estaba de la sociedad y las modas.

Y en segundo lugar, el apodo le parecía tan incómodo como cálido. Entre ellos no existía ningún tipo de confianza y por eso mismo no le agradaba que lo llamase de esa forma.

—No. El amor en sí es solo un sentimiento que surge cuando nos sentimos solos, no es algo real al cien por cien. Es como Dios, la gente se empeña en creer porque temen morir y ser olvidados para siempre, les aterra pensar que una vez muertos no habrá más emociones ni vida. El amor es la misma historia, las personas dicen querer a otras pero lo único cierto es que el egoísmo humano necesita a otro ser del que obtener felicidad. Somos como parásitos.

Seokjin sonrió, le gustaban muchas cosas de ese muchacho pero la primera de ellas se resumía en su modo de vida.

—Me gusta que opinemos igual Hoseoki. ¿Y atracción, la has sentido antes? ¿Qué opinas de eso? ¿Y de los homosexuales? ¿Te irrita algo de eso?

Hoseok sonrió levemente aún dándole la espalda a Jin, su cabello estaba revuelto y húmedo, unas pequeñas ondas marrones habían atraído la atención del escritor quien ya apuntaba en su libreta algunas frases: “Hoseok se ve bien con el cabello mojado, cuando se lo seca con la toalla hay algo especial en el resultado. Sus ondas desordenadas le dan un aspecto descuidado a su cara que aumenta su belleza natural y encaja con sus ropajes despreocupados. Define sus ojos aunque parezca imposible, lo vuelve más atractivo porque de algún modo Hoseok con el pelo húmedo se parece mucho a la imagen de un muchacho peligroso que acaba de encontrar el apasionado orgasmo. También le sientan bien los sweaters grises, se pegan a las partes importantes de su cuerpo y definen su contextura aún sin dejar de ser holgados. “

—La atracción está bien, supongo. Y en cuanto a los homosexuales… Son personas como cualquier otras, no tendrías que preguntar qué opino de ellos porque no hay nada que opinar.

Jin sonrió y tan pronto como Hoseok se dió la vuelta le lanzó una barrita de chocolate que este alcanzó al vuelo por acto reflejo.

—¿Soy un perro al que alimentas si responde adecuadamente? - de algún modo no estaba enfadado por el interrogatorio. Había algo en Seokjin, aparte de la atracción, que le gustaba. Era un chico extraño.

—No pero la última vez que vine solo vi pescado en tu nevera y para seguir tomando notas acerca de tus comportamientos prefiero que tus labios sepan a mi dulce preferido en lugar de a chocolate.

Hoseok casi se atraganta por un momento, Jin estaba siendo excesivamente directo e incluso si eso no le causaba molestias sí lo asustaba. Hacía mucho que no tenía contacto con las personas de ese lugar y aunque definitivamente había tenido una vida sexual plena nunca se implicaba demasiado, era simple placer hasta la fecha, chicos o chicas que le resultaban interesantes. No era la primera vez que Seokjin causaba en él esa sensación de querer rozarlo y pasar más tiempo a su lado, por eso estaba asustado, si Jin causaba eso en él sin ni tan siquiera acercarse definitivamente podría causar mucho más con un beso.

Hoseok sabía que el amor era una mentira, que los humanos solo se juntaban para vencer la soledad al igual que sabía que era su naturaleza hacerlo. El problema estaba en las despedidas. Tal vez pensaba demasiado en el final, mucho más que en los principios y tal vez estaba exagerando por completo. Jin, desde el momento en el que lo conoció, había hecho gran cantidad de bromas en las que mostraba seguridad en sí mismo y apertura en cuanto al tema de la sexualidad. Su frase podría ser otra broma insignificante más.

—¿Necesitas más inspiración? - preguntó Hoseok tratando de dejar el tema sexual a un lado. Su cabeza era un hervidero por culpa del maldito escritor.

—Yo sí me enamoré. Lo siento, sé que no te interesa demasiado mi historia o lo que sea que me haya ocurrido - sin embargo el escritor tenía toda la atención de Hoseok - Me enamoré pero me hicieron daño en el proceso, varias veces, y precisamente por eso creo que tienes razón en lo de que el amor es una mentira. Los humanos solo buscan compañía de forma egoísta, lo sé por experiencia y supongo que me gusta ocultar esa parte de mi ante el mundo. ¿Has notado mi confianza? También son mentiras.

—¿Por qué me lo cuentas si prefieres ocultarlo? - ahora era Hoseok el interesado en obtener respuestas.

—A veces las personas rotas necesitan empezar de cero, vine aquí por eso y de casualidad me crucé contigo en el camino. En los últimos días he paseado cerca del mar, he caminado por las calles sencillas o he estado con mi abuelo en la tienda atendiendo a los clientes. He intentado desconectar y pensar un poco en porque en solo unos años pasé de ser un adolescente más a alguien que odia la actualidad. Solo he podido llegar a la conclusión de que el dolor me hacía querer escapar y alejarme, como te paso a ti. O como por lo que cuentan creí que te había pasado a ti. Supongo que incluso antes de sentirme atraído me sentí identificado y ahora hay una mezcla de ambos sentimientos en mi interior.

Hoseok no dijo nada, no sabía qué o cómo contestar.

—Me gusta el mar, mucho. - siguió hablando Jin. De repente sus manos habían comenzado a temblar - y creo que precisamente por eso entiendo que te hayas escabullido y vivas aquí pero si lo pienso, y recuerdo que tu historia no es tan dramática como todos dicen, no puedo evitar preguntarme qué es lo que te hace permanecer aquí. Y cuanto más me lo pregunto más te pienso. En una semana mis días y noches no han sido más que un incesante reflujo de ideas o preguntas que tienen que ver contigo.

—¿Estás tratando de decir que te gusto? - Hoseok sentía una gran curiosidad hacia esa incógnita porque aunque fuese rápido él también notaba esa especie de curiosidad y atracción física hacia él. Como un amor de verano en el que el físico juega todas las cartas, ese sentimiento irreal que muchos confunden con amor. Similiba ser lo que ambos les ocurría.

Jin sonrió y miró a Hoseok, de repente se había puesto sentimental al recordar el pasado. Las relaciones dañinas y tóxicas que lo hicieron aislarse del mundo o los comentarios de la gente que hace un tiempo le importaban excesivamente. Ya no quedaba dolor en su corazón pero el pensar en los malos momentos parecía crear en él una especie de impotencia que lo llevaba a la recaída en forma de ansiedad. Por suerte su forma de vivir había cambiado, ahora se enfrentaba a las críticas de una forma distinta. Era más fuerte.

—Estoy tratando de decir que me atraes, no sé si me gustas pero me pareces jodidamente sensual Hoseok. Me atraen los hombres y a ti también, lo sé porque disimulas mal y piensas en voz alta continuamente cuando crees que no hay nadie a tu alrededor.

Hoseok frunció el ceño y empujó levemente a Jin.

—¿Me has estado acosando?

El escritor sonrió, una carcajada corta y sonora que llenó las facciones de su cara de felicidad.

—Como dije antes he estado observando el mar, pero tú siempre estás dentro de este. Ya sea nadando, pescando o dejándote flotar. Por algún motivo si observo esta playa o paseo por ella, tú formas parte del paisaje.

Ahora era Hoseok quien sonreía, de algún modo las palabras de Jin lo hacían sentirse bien. Había algo en aquel lugar que lo hacía sentirse en casa, incluso si la caravana se caía a pedazos o algunos idiotas lo incomodaban de vez en cuando tratando de asustarlo.

—¿Sabes nadar Jinie? - el apodo había salido de forma meditada de su boca.

El escritor negó.

—No. ¿Quieres enseñarme?

—Suena como un buen plan para mi. La temperatura es buena aunque esté nublado, vamos, te esperaré en el agua.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top