Capítulo 2


“ Porque he tenido miedo de lugares llenos de gente. Ven conmigo, te llevaré a casa. Porque he tenido miedo de lugares llenos de gente. Ven conmigo, te llevaré a casa. “
Banks

Hoseok observó cómo el escritor apuntaba varias cosas en una libreta humedecida por la lluvia, de su cabello descendían algunas gotas de agua fina producto de la llovizna bajo la que había estado paseando con su bicicleta. En ese instante el chico solo podía pensar en una cosa, envidiaba la tranquilidad que irradiaba Seokjin.

—Bien, entonces cuéntame un poco más acerca de cómo acabaste viviendo aquí.

Hoseok chascó la lengua sin quitarle los ojos de encima al escritor quien se había sentado en una de las sillas de plástico de la improvisada terraza a pie de playa que el chico había creado en un par de minutos. Se había limitado a clavar algunos palos en la arena y atar en la cima de estos una cobertura de plástico que era necesaria para su vieja caravana siempre que llovía. En ese instante incluso se preguntaba porqué simplemente accedió cuando el escritor prefirió seguir en el exterior a pesar de la lluvia, sin la cobertura de plástico sobre el techo de su caravana era probable que las goteras aumentarán.

—¿Qué cómo acabé aquí? - Hoseok sonrió con sarcasmo - ¿Eso quieres saber?

Jin asintió escribiendo rápidamente con su bolígrafo verde sobre las hojas de su cuaderno. Cuando Hoseok lo miraba podía ver el mar de fondo y las olas rompiendo en la orilla tras su perfil, si le siguiese gustando la fotografía esa sería una buena imagen para captar. El escritor estaba inmerso y esa expresión sería que le tensada sus labios le daba un aspecto lo suficientemente atractivo como para que Hoseok mantuviese la mirada fija en él. ¿Cabía la posibilidad de que solo lo hubiese aceptado por ese físico que enviaba imágenes eróticas hasta su mente rápidamente? Ver sus labios gruesos y rojizos era sinónimo de evocar pensamientos lo suficientemente pervertidos como para inspirarlo a escribir una larga saga sexual.

—Mmm - Jin había puesto la tapa del bolígrafo entre sus dientes y asentía a la pregunta de Hoseok sin apartar la mirada del papel.

—Siento decepcionarte pero mi historia no es tan dramática como las personas de aquí se empeñan en decir, ¿has jugado alguna vez al teléfono estropeado? Si vives en este pueblo por un tiempo aprenderás que es una buena metáfora de la gente y la vida.

Al fin el escritor subió la mirada y miró directamente a Hoseok, este estaba sentado de forma descuidada sobre otra de las sillas de plástico y mantenía una pierna cruzada sobre la otra.

—Da igual, yo puedo inventarme el drama. Solo me inspirare en ti, no contaré todo tal y como es. Si lo hiciese no existiría ninguna historia que disfrutar. ¿Para qué escribir algo típico? La gente tiene la rutina diaria, los libros que hablan página tras página de algo mundano resultan aburridos. A mí al menos.

Quizás eso también había tenido parte de culpa en la decisión de Jung Hoseok. El que Jin fuese escritor le llamaba la atención, sobretodo desde que él mismo amaba la literatura. No podía conseguir demasiados libros, cada vez parecían convertirse en algo más y más inalcanzable para la clase media debido a su precio, pero esas pocas obras literarias que guardaba en los cajones de su mesilla se las había aprendido de memoria. Las atesoraba y admiraba profundamente a los artistas que podían crear tales historias.

Entre sus títulos favoritos siempre destacaba Alicia en el país de las maravillas y Viaje al centro de la tierra. Pese a lo que pareciese Hoseok era igual de soñador que Julio Verne o Lewis Carroll. Quizás incluso más, la única diferencia es que mientras que soñaba despierto jamás encontraba la forma de redactar sus ideas de la forma adecuada. Admiraba tantísimo a aquellos que creaban mundos diferentes para las personas que necesitaban un escape del mundo real… Y Jin acababa de darle la razón usando aquellas palabras. Hoseok no sabía lo que él resto del mundo buscaba en un libro pero sí sabía que a él lo hacía inmensamente feliz sumirse en nuevas y distintas realidades. Universos paralelos, distopías, planetas desconocidos… Todo lo que lo apartase de su diminuta burbuja.

—¿Vas a responder? - dijo Jin acercando su silla a la del chico. Este lo miró unos segundos antes de abrir la boca para hablar.

—Mis padres están en la cárcel, eso es cierto, pero ellos no estafaron a nadie. Fueron cómplices de varios delitos que cubrieron por miedo a represalias pero si alguien te pregunta dí que ellos estafaron a muchas personas, eso le da más jugo, la gente se centra más en el rumor si hay cosas así de por medio. - Jin asintió recordando la historia que le había contado su abuelo - Yo también he empezado a decirlo de esa forma. Es mejor que explicarlo todo de cero, sé que nadie me creerá ni creerá que ellos eran buenas personas así que en algún momento me canse de intentarlo todo y recibir nada a cambio.

Seokjin volvió a tomar el bolígrafo para apuntar varias cosas en la libreta, seguía totalmente concentrado y aunque lo que contaba Hoseok no era ni de cerca lo que se esperaba, al menos le serviría de algo.

—Entonces…

—Ahora iré a eso, calma escritor - dijo Hoseok evitando una sonrisa al notar la impaciencia de Jin - Mis tíos tampoco me echaron de casa, aunque por aquí te encontrarás muchas versiones acerca de cómo el loco de la playa comenzó a vivir en la playa… lo cierto es que sencillamente me escape y pago una mensualidad por estar aquí con lo ganó pescando. Esto me recuerda a mi infancia porque mis padres amaban la costa. Me gusta el mar, no hay mucho más que contar acerca de eso.

Jin volvió a alzar la mirada y le dedicó una sonrisa, estaba siendo decepcionante. Había sido demasiado fácil y la historia de Hoseok no tenía demasiado de interesante, solo esperaba poder obtener una buena inspiración de esas charlas porque desde luego iban a tener más de una.

—¿Te sueles meter en peleas? - la pregunta había sido inesperada para ambos pero Jin repentinamente quería saber que tan profunda podría llegar a ser la situación de su personaje.

—Sí, es quizás lo único cierto de lo que cuentan aunque tal vez se olvidan de mencionar que suelo defenderme. El chico malo tiene que tener motivos para serlo, padres en prisión y unos tíos que lo dejaron en la calle. Los rumores aumentan y como tú, la gente de este lugar también puede crear personajes distintos de realidad. No muerdo ni lastimo a la gente sin motivos, si se meten conmigo van a llevar el doble de golpes. He aprendido a defenderme y ellos lo usan en mi contra - el chico parecía repentinamente a la defensiva, como si el tema de las peleas hubiese tocado especialmente su punto débil - No tengo más que decir de eso.

Hoseok observó la reacción de Jin, era muy difícil para él descifrar lo que el escritor pensaba. Sus gestos eran ambiguos y aunque sabía que estaba concentrado en apuntar puntos interesantes, si Jin no tuviese una libreta y bolígrafo en sus manos, podría llegar a pensar que lo que había en sus ojos era enfado y no interés.

—¿Qué te hacen para que llegues a la decisión de defenderte? - y eso fue suficiente. Jin supo que había metido la pata en el momento en que los ojos de Hoseok se oscurecer on.

—Hemos acabado con este interrogatorio absurdo. ¿De verdad eres escritor? - Hoseok se levantó, la rabia estaba posada en su cara como si el tema le quemase.

Jin lo miró con tranquilidad y con esa misma calma se puso de pie. Su cuerpo alto y musculado se podía percibir a través de la húmeda camiseta mientras que el sonido de una excesivamente cálida sonrisa se escabulló de sus labios  gruesos.

—Soy un escritor, pero puedes considerar que tengo un fetiche con el hecho de tocar los puntos frágiles de los chicos como tú. Malos en apariencia por lo que la gente decide decir de ellos. Me gusta encontrar la verdad en las personas.

—Entonces vete de aquí, estudia psicología y molesta a tus clientes con esta mierda. No vas a sacar nada de mi.

—No pongas ese tipo de objetivo en mi camino Hoseok, o de lo contrario te sacaré hasta el alma y la describiré en mi cuaderno sin olvidar ni un solo detalle - el escritor se mordió el labio, había notado la mirada del chico sobre estos en más de una ocasión. A Hoseok no parecía importarle ser obvio.

—Maldito idiota, no sabes en lo que te estás metiendo - la voz de Hoseok enfadado era ronca y rasposa, Seokjin apuntó eso en su mente para añadirlo más tarde a los detalles del chico que tanto le habían gustado para su personaje.

El escritor sonrió aún más ampliamente confundiendo por completo a Hoseok quién a esas alturas no sabía como reaccionar. La imagen del muchacho lo atraía sexualmente pero su personalidad, excesivamente retadora lo hacía querer destrozarle la cara a golpes. Había fallado y le había dado demasiada confianza solo por el hecho de que sus geniales parecían gritar por encargarse del escritor y su mente creaba demasiadas historias calientes. Estaba necesitado de personas nuevas y hombres bonitos, Hoseok aún no sabía que también estaba necesitado de amor. Había olvidado por completo lo que era eso.

—Es por eso que es tan inevitable que me meta hasta el fondo, me gustan las cosas misteriosas. Soy escritor, no puedo evitarlo Hobi.

—No me llames así.

Sin embargo Hoseok no recibió más respuestas, tras introducir el pequeño cuaderno en el bolsillo trasero de su vaquero, Jin le dió la espalda y caminó por la playa. Era hora de volver a casa, no quería que su abuelo empezase a hacer preguntas.

Hoseok por su parte entró en la caravana, un dolor que ya era familiar se posó sobre su entrepierna y maldijo en voz alta recordando con los ojos cerrados esos preciosos labios del escritor que tanto lo habían excitado.

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