Back to Blue

La vacilación es tal vez lo que lo había llevado a ese punto, siempre tan cerca, pero a la vez, tan lejano como el piso hasta el espacio exterior.

YiFan se encontraba en la terraza, jugando con sus dedos, prendiendo y apagando llamas que provenían de él mismo, de su esencia de dragón, mientras con la otra, sostenía una copa de champagne. Observaba el cielo, se sentía vacío, triste y a la vez contento de ver a través de las ventanas el rostro de él, con una preciosa sonrisa que dejaba espacio para su hoyuelo, se veía tan hermoso vestido de blanco. El mismo había confeccionado ese traje, hecho a medida para su boda, un regalo que resquebrajó su corazón en cada puntada que daba, en cada cita que tenían para hacer los arreglos, en los cuáles le dejaba pequeñas macetas y pequeñas historias alrededor de los preparativos para ese día.

La mente de YiFan estaba llena de recuerdos desde el día en que se enteró que ellos dos estaban juntos, pasando por el día que anunciaron su compromiso hasta ese mismo día, cuando veía al amor de su vida, bailando un vals con alguien que no era el mismo. Le dejó una sonrisa al cielo y decidió que ya era hora de partir, el tiempo no iba a retroceder y el mundo no iba a cambiar por más que él lo quisiera. Había dejado pasar todas sus oportunidades y ese era el resultado que tuvo por ser un imbécil, desde su perspectiva, desde el primer momento.

Apagó las llamas, dejando un rastro azul en estas que lo hacían pensar en el último par de macetas que le regalaron, eran lirios de color azul, sus favoritas. Tomó el remanente de la copa y lo dejó en el borde de la mesita de noche a su costado. Una pequeña risa escapó de él, era casi sarcástica, con un dejo de dolor en ella. ¿Lloraría? Tal vez luego de un polvo y que estuviera en la ducha. YiFan sabía que no era un santo, tal vez el destino había hecho bien en no juntarlos al final del camino, nuevamente aquello, otra risa sarcástica al aire para ocultar su dolor. Sí, YiFan estaba bien con ser solo amigos por lo que le quedaba de vida, ver su felicidad y alegrarse por él, caminar a su lado y evitar que se caiga si podía. ¿Estaba bien eso, cierto?

Vio a YiXing cambiar de pareja en medio del salón, una y otra vez, su corazón vibraba al verlo sonreír, brillante y deslumbrante, se sentía un poco egoísta, su felicidad le dejaba dejos de dolor en el corazón. Sus miradas se cruzaron y simplemente se acercó a él, lo había llamado con los ojos y con siempre, YiFan obedecía todo lo que le pidiera. Hizo una pequeña reverencia hacia el tío de YiXing, HuangYun, un buen tipo, el hermano menor de su padre.

Una corriente eléctrica atravesó todo su ser al poder juntar sus manos con YiXing y empezar nuevamente ese infinito vals en el que se encontraba, daban vueltas al compás de la música y todos aclamaban felices sabiendo que eran hermanos, tal vez la sangre no los unía pero sí una vida creciendo juntos.

—Te ves muy guapo, Fan-ge. —Susurró en su oído.

—Eres tú quien a todos ven. ¿Quién diseñó tan hermoso traje? —preguntó con descaro, mirando sus ojos reír. Estaba feliz y una calidez incomparable se esparció dentro de él, en su alma.

—Pues un hombre un poco gruñón y con mal carácter, aunque déjame decirte que es un poquito guapo. Siempre le daba macetas y nunca las volví a ver. —Hizo un pequeño puchero con los labios y le guiñó uno de sus ojos, riendo nuevamente, dejándolo perdido en el tiempo, que avanzó increíblemente lento mientras veía su hoyuelo, hasta que se detuvo por completo y el mundo perdió el color.

Las cejas de YiFan se alzaron y su expresión cambió a una seriedad total, algo no estaba bien. Se separó con cuidado de YiXing, viendo que estaba congelado, al igual que todos en la fiesta. Se alejó un par de pasos y dio un par de vueltas alrededor de él.

—¿YiXing? —preguntó esperando una respuesta, sabiendo que no habría.

—Él no te escucha.

YiFan volteó, tenía ojos de dragón, estaba alerta y dispuesto a todo por traerlos de vuelta. Había un hombre sentado en una de las mesas, con las piernas cruzadas y una copa de vino en las manos. Era alto, con el cabello negro y despeinado, llevaba un traje un tanto llamativo, pero al mismo tiempo sobrio, que se ajustaba a él y sus uñas pintadas de negro. Le llamó la atención ver su rostro, como ojeras que más que ser una imperfección, lo hacían ver bien.

—¿Quién demonios eres tú? —YiFan tenía la voz profunda, estaba enojado.

—Tranquilo, tranquilo, vine a ayudarte y no a lastimar a nadie. Deja tú los ojos de dragón de lado, YiFan-ah. —Aquel hombre se levantó lentamente y tomo el resto del vino de golpe, sacó una cajetilla de su saco y un encendedor para prender uno de los cigarros. Expulsó el primer conjunto de humo con gozo, totalmente relajado mientras YiFan lo veía con expresión ambigua, armando rompecabezas en su mente.

—¿Controlas el tiempo?

—¡Bing! ¡Bing! ¡Bing! Correcto, soy Tao, los dioses me han enviado por una misión en específico y me vas a ayudar.

—¿Por qué te ayudaría Toa?

—Es Tao, con "o" después de la "a". Verás, querido niño de los dioses del volcán...

—¿Niño?

—Niño, dije. Sígueme hasta el baño y veremos algo.

YiFan estaba aún confundido, pero no tenía otra opción, eligió creer en lo que le estaba diciendo aquel hombre más bajo que él. Lo siguió a paso lento hasta llegar a la entrada del baño, donde se dejaba ver el cambio de las losetas. Tao se volteó, plancho con las manos las arrugas inexistentes de su traje verde y lo miró por encima de sus ojos.

—YiFan, resumiendo todo. YiXing es amado por los dioses, fue bendecido con el don de la vida, tú lo sabes, más que flores y dar vitalidad a los seres, su poder se puede hasta quintuplicar, ha nacido para hacer grandes cosas, sin embargo, si su corazón es dañado, y lo será, todo eso se puede convertir en lo contrario. YiXing puede dar vida, pero también puede quitarla.

—¿Quieres decir que QiangZhu lo va a dañar?

—Más que eso, va a destrozar su corazón varias veces.

Tao se cruzó de brazos, movió la cabeza de lado a lado, lamentando sus visiones del futuro. Se hizo a un lado, y guió unos pasos más hasta el último cubículo a YiFan. Golpeo con sus pies la puerta, dejando ver al ahora esposo de YiXing, con otro hombre, mucho más joven, tal vez uno de sus estudiantes, en medio de un beso casi tan intenso como lo era el rojo de su corbata. YiFan golpeó con un puño la pared, estaba enojado. Nunca aprobó a ese sujeto, pero pensó que solo eran sus propios celos los cuales lo estaban cegando, sin embargo, no se había equivocado. Se preguntó cuántas veces ya había engañado a YiXing y cuántas veces más lo engañaría en el futuro.

—¿Qué puedo hacer yo?

—Verás, los dioses estaban un poco disgustados con el hecho de que ustedes fueran una especie de hermanos, pero al final se han dado cuenta que no hay nadie que ame más a YiXing qué tú, YiFan.

—¿Eso qué diablos quiere decir?

—Voy a ayudarte a volver al pasado, específicamente un día hace diez años en el que no pudiste darle la nota a YiXing y te rendiste.

—Espera. ¿Cómo sabes de esa nota?

—YiFan, técnicamente soy un aprendiz del padre tiempo. Sé todo. —Tao rodó los ojos y se acomodó el puente de sus lentes. —En fin, voy a enviar tu memoria a ese día, solo tienes ocho horas antes que tu mente se pierda en ese mismo tiempo y se funda con el tú de dieciocho años, te regresaré inmediatamente. Si cumples con tu misión este futuro no existirá y sólo quedará en tu memoria. Nadie más que tú lo sabrá. —Tao avanzó hacia el balcón con el descendiente de dragones detrás de él, apreció el cielo, descongelándolo para hacerlo retroceder de manera fugaz. YiFan lo observó anonadado, sin saber si era de mañana, noche o madrugada, vio el paso de las personas retroceder y atravesarlo sin cesar, el mundo estaba retrocediendo de manera incesante y cuando menos lo esperó, Tao toco su frente, empujándolo, desvaneciendo su mente y apagando todos sus sentidos.

YiFan despertó de golpe con una migraña incesante que martilleaba su cabeza, se sujetó del borde de su cama y pasaron varios minutos hasta que se pudo parar, parpadeó varias veces, acostumbrándose a la luz que entraba por su ventana, cuándo se dio cuenta, notó que era su vieja habitación. Realmente había retrocedido en el tiempo, corrió hacia el baño de su cuarto. Sujetando el borde de su espejo, toco su rostro lentamente con la punta de sus dedos, despeinó su cabello y palmeo casi todo su cuerpo. Definitivamente se veía más joven, no tenía ese rasgo maduro y serio que había desarrollado en los años siguientes, no tenía ojeras y su cabello tampoco tenía rastro de tintes, de hecho, estaba más corto.

—¿Es en serio todo esto? —Una frente se apoyó en su espalda. Sabía que era YiXing, si mal no recordaba, en esa época el baño de su habitación tenía un fallo en las tuberías, así que usaba el suyo.

—Fan-ah, deja de mirarte en el espejo, no te vas a volver más guapo. —Su voz sonaba más juvenil, soñolienta pero encantadora. YiFan volteó lentamente y lo tomó entre sus brazos, acarició su cabello y jugó con el pequeño arete que llevaba en ese entonces.

Un sentimiento de nostalgia se instauró en su pecho, podría quedarse así por mil años, respirando su esencia con olor a flores de loto, amaba el olor de YiXing, tenerlo tan cerca de sí mismo, tan cerca de su corazón. Recuerda que cuando YiXing empezó a tener novios, nunca más sintió la seguridad de hacer todo aquello, tomarlo tan naturalmente entre sus brazos, mimarlo y cuidarlo como lo qué era, lo más preciado de su vida, de hecho, con el pasar del tiempo, solo se distanciaron más. YiFan amaba a YiXing, pero era doloroso verle dedicar sus pequeñas sonrisas, las más bonitas del mundo, a otros hombres que no eran él.

—Lo sé, báñate rápido, te llevaré a la escuela, es tu último día.

YiXing acababa la secundaria ese día, por eso YiFan había preparado esa nota. Por eso había comprado ese libro. "Back To blue." era un libro que YiXing había buscado como loco el último par de años, había encontrado versiones nuevas, pero él en específico, quería una versión antigua con pasta dura y no había podido encontrarla, a pesar que había recorrido todas las librerías de la ciudad. Sin embargo, YiFan había regresado de visitar a su padre en Canadá, solo había sido una semana, pero mientras paseaba por los alrededores, entró en una librería antigua del barrio chino, encontró el libro en un estante muy alto, cubierto de polvo, definitivamente era un libro muy antiguo, lo que significaba que YiXing se volvería loco. Lo compró sin dudar un segundo, esa semana se dedicó a limpiarlo bien, en principio solo sería un regalo más pero luego de mucho pensarlo, había decidido confesar su amor.

YiFan recuerda que la primera vez que vio a YiXing, toda su alma vibró y un sentimiento incomparable se extendió por todo su interior, recorriendo cada parte de su ser, sólo tenía once años y supo reconocer que aquello era amor, tal vez el amor en su más puro estado.

El camino a la escuela del menor le trajo una nostalgia que nunca antes había sentido, era primavera y muchas flores se dejaban ver flotando alrededor, el viento era suave como si dejara besos en sus mejillas y el sol no quemaba su piel sino la acariciaba con pequeños rayos de sol. Cuando era joven nunca pudo notar esos detalles, la vista a través de su parabrisas nunca se vio tan preciosa como en ese día, tal vez porque una parte de todo lo que lo había llevado a ese punto, incluido los dioses, le decían que estaba bien decirle sus sentimientos a YiXing, a comparación de su yo de dieciocho años que estaba asustado, temeroso de la reacción de su acompañante, no sabiendo si aquello estaba bien o mal, si YiXing lo odiaría o se alejaría de él para siempre. No, la mente del YiFan de veintiocho estaba relajada, si los mismos dioses lo habían empujado a ese destino, ¿Todo iría bien, cierto? Un pequeño temor se instauró en el rincón de su corazón.

Tao veía como se alejaba el auto de YiFan, reposado en un árbol en medio de su florecer, su ceño se arrugó y mordió su labio para luego morder su dedo, solo esperaba que YiFan no se echara para atrás, nuevamente.

—Fan-Ge, no es necesario que vengas a recogerme, iré a comer con unos amigos después de terminar las clases.

—Lo sé, te recogeré en la tarde del centro comercial. Recuerda Xing-

—Lo sé, "Excava el pozo antes de que tengas sed". —YiXing lo vio por debajo de la ventana. —Ya no tengo diez años, Fan-Ah, ya no me caigo al caminar y soy muy precavido. Te llamare del teléfono de Han cuando terminemos. —YiXing se alejó del auto, volteo un par de veces para despedirse con la mano y luego otra vez para decir desde lejos que se le iba a hacer tarde a YiFan para sus propias clases. Aceleró nuevamente para dirigirse a la universidad, si mal no recordaba, tenía clases de dirección artística y esa profesora odiaba a todo el mundo, había reprobado ese examen, pero YiFan con su mente de conocimientos de diez años, sabía las respuestas. Sería un buen día después de todo y de paso arreglaba una de sus notas viejas.

—Después de todo, "Pregunta al hombre con experiencia, no al hombre con estudios", aunque si tengo estudios. Bueno, una ayuda al yo más joven, no hace daño. —Bajo de su auto, caminando a paso apresurado, tenía cinco minutos para llegar a su salón, de alguna u otra manera lo hizo y tomó su asiento en la octava fila del auditorio, era una de esas clases de juntaba a muchos de tercero en una misma sala, pero en efectiva, la profesora DaiNa, indicó que antes que acabaran eras tres horas pedagógicas, tomaría una prueba. ChanYeol que se encontraba a su costado, pego la frente contra la mesa de golpe y todos rieron. Era un estudiante de intercambio que había llegado ese año, para quedarse hasta el quinto ciclo, sin embargo cuando regresó a su país, ellos siguieron siendo amigos cercanos, dándose visitas de largo tiempo y llamando cuando estaban aburridos o en apuros, aunque más ChanYeol que YiFan, en general. YiFan acaricio su cabello, aquello siempre le había dado una especie de paz, cuando ChanYeol estaba callado y no parloteaba horas sin parar y solo le quedaba escucharlo hasta que sacaba todo lo que había en su mente.

—DaiNa significa joven y elegante. ¿Como se atreve esa bruja a usurpar un significado tan bello? Explícamelo YiFan. —ChanYeol giró la cabeza aun apoyada contra la mesa, para mirar a su compañero.

—Porque nos dan nombres antes de definir nuestra personalidad y sin saber que usarás tres kilos de base en el rostro y no sabrás combinar bien tu ropa a pesar que des cursos para diseñadores, artistas y músicos. —ChanYeol tapo su boca con toda su fuerza para no soltar una risa escandalosa y ser expulsado del auditorio. YiFan le dio un golpe en el cuello y apuntó algunas cosas en su libreta. Pequeñas palabras claves y algún que otro cuadro comparativo que habían visto hace meses en clase. Ayudaría con un par de puntos a ChanYeol si podía, después de todo mañana ayudaría al YiFan de pasado a pasar su pena amorosa, aunque... tal vez ya no sería pena amorosa si las cosas marchaban bien. YiFan sonrió para sí mismo un segundo y luego volvió a la misma expresión de siempre, serio y reservado.

La clase paso lentamente, pero al mismo tiempo la disfrutó, no había pisado un salón de clase en muchos años y no recordaba cómo se sentía codearse con gente joven ni mucho menos cómo era dar pruebas. En ese entonces las odiaba porque sentía que él no era del tipo que daba la onda para escritos, él se desempeñaba mucho más hablando o haciendo trabajos gráficos, pero en fin, la prueba pasó sin mayores contratiempos y sí, le fue bien, porque todo aquello se le hizo tan natural como respirar y no dudo ni un segundo al colocar las respuestas, tal vez había fallado un par pero en general se sintió bien con el resultado, era mejor que la catastrófica nota que había obtenido hace diez años que mandó al fondo de la agonía su autoestima y su IQ. YiFan había adelantado cursos en la secundaria porque era un poco más inteligente que el promedio, lo cual lo hacía el más joven de su clase, claro que nadie lo notaba, por el mismo hecho de ser el más alto de la universidad probablemente, porque su rostro no demostraba nada y en general muchas personas se intimidan por él, aunque él solo estuviera respirando al costado y pensando que cenaría esa noche.

Todo marchaba bien hasta que recordó que ese día habría problemas en la cafetería y alguien derramaría su almuerzo encima de YiFan. Comenzó a recordar porque hace diez años había decidido no confesar sus sentimientos a YiXing para empezar, todo le había salido mal ese día. Había esquivado el bajón emocional que le causó esa prueba, luego venía el accidente con la comida, lo que lo llevaría a casa por un cambio de ropa lo cual ocasionaba que llegara un poco tarde a recoger a YiXing, que por consiguiente se quedó un par de minutos solos porque Han tenía que volver a casa y eso dejo que un trabajador de las heladerías del centro comercial, invitara a YiXing a una cita. Usualmente Han era el que alejaba a YiXing de todo eso porque decía "XingXing es mi bebé y los bebés no tienen citas", YiFan aprobaba aquello. Recuerda que, a pesar de todo el fallo de ese día, intento confesar sus sentimientos, pero YiXing le dijo primero que alguien guapo lo había invitado a salir y eso terminó por destrozar toda su pequeña, diminuta y frágil luz de esperanza, como si un balde de agua fría cayera sobre un pequeño cerillo y lo apagara por siempre, en adelante YiXing tuvo muchas relaciones con personas que solo se dejaban llevar por su encantadora personalidad.

YiFan se paró de su asiento y se hizo a un lado, no podía permitir que le cayera esa comida encima, podía evitar todo lo demás ahora que lo recordaba mejor.

Sin embargo, no contó con el hecho de que ChanYeol estaba a su costado y él recibió todo el impacto del destino que había esquivado. YiFan golpeó su propia cabeza con su mano.

—¿Eres idiota? —ChanYeol saltó contra la persona que había derramado su bandeja encima de él, muchas personas intervinieron, los dos tenían golpes y moretones en la cara, YiFan también había hecho lo posible por alejar a ChanYeol de todo eso, incluso SeHun tuvo que interferir y él odiaba mezclarse con los conflictos. Lo llevaron a su auto y se dirigieron a casa de este para que se pudiera cambiar y de paso prestarle un par de camisetas a YiFan y SeHun que de alguna manera habían terminado ensuciándose más de lo que sería posible. Afortunadamente los tres eran de talla similar y lo que ChanYeol les diera les quedaría bien.

—Sabía que eras estúpido, pero no tanto. —SeHun lo reprocho y le dio un zape en la nuca, ChanYeol no dijo nada.

—Yeol. ¿Qué pasó? —No era usual que alguien alegre, pacífico y cuatro ojos como ChanYeol, hubiese reaccionado de esa manera. YiFan recordó algo más que se le había pasado de largo por completo. KyungSoo, el novio a distancia de ChanYeol, había terminado con él a través de mensaje de texto, en ese almuerzo. YiFan se había enterado meses después porque ChanYeol no deseaba hacer un drama de todo aquello, pero su vaso estaba lleno y ese suceso que lo golpeó, lo hizo estallar.

—KyungSoo termino conmigo, simplemente dijo que no podía con todo esto y que buscara la felicidad con otra persona, que se adecuara más a mi. —YiFan se sintió muy triste y a la vez un poco aliviado, en los siguientes meses el YiFan del pasado podría ayudarlo en su ruptura, ChanYeol ya no tendría que pasar solo todo aquello, ahora ellos podrían consolarlo de manera más cercana.

—ChanYeol, tú eres de los que ceden el camino y ensanchan el mundo.

—Ser amable no me está llevando a ninguna parte.

—Te trajo a China, tonto. Nos conociste a nosotros. —SeHun le quitó sus lentes rotos y lo tomo por la cabeza, haciéndolo reposar en sus hombros. —Definitivamente vas a encontrar el amor, estimado cabeza de lechuga, y si no es así, siempre puedes mudarte con YiFan, ya sabes, él sí tiene herencia, yo no, soy un pobre diablo, prefiero morir de hambre solo que morir acompañado por otro muerto de hambre. —Todos rieron, SeHun era el becado de su generación y le gustaba bromear acerca de aquello con sus cercanos, a pesar que a primera vista era alguien que no le gusta conversar con nadie, se había acercado a YiFan solo porque no parecía un tipo socialmente activo y molesto como el resto de su clase.

Llegaron a casa de ChanYeol y cada uno tomó una ducha rápida, se prestaron camisetas y pidieron pizza a domicilio ya que ninguno había podido disfrutar bien su almuerzo.

—¿Creen que me expulsen? —Pregunto ChanYeol mientras jalaba el queso de su tajada.

—No lo creo, YiFan y yo te respaldamos, seguramente FeiMao se quedó asustado, aparte sabe que fue su culpa y creo que tiene la suficiente sangre en la cara como para quedarse callado. —SeHun respondió simple y conciso, como si ya hubiese pensado la respuesta antes.

YiFan estaba tranquilo hasta que recibió un mensaje de Han, que decía que ya podían pasar a recoger a YiXing porque él debía volver a su casa temprano. YiFan se paró de golpe, tomó sus cosas y se despidió de sus amigos, se fijó en su reloj cuando estaba a mitad del camino, tenía veinte minutos para llegar y confesar sus sentimientos, sin que lo hubiera visto, el día pasó corriendo delante de él y solo le quedaban eso, veinte minutos de las ocho que le había brindado los dioses para corregir su destino.

Sí, YiFan estaba a punto de cagarla, otra vez. Acelero un poco más porque definitivamente no perdería esa oportunidad, que el YiFan del pasado se llevara la furia de su madre por la multa que seguramente le pondrían, no importaba. Solo necesitaba llegar a YiXing o todo eso no valdría la pena. Bueno, tal vez sí, porque había ayudado a ChanYeol en un momento difícil y el YiFan del pasado no tendría ese fatídico día al cien, por cierto, pero necesitaba llegar o no se lo perdonaría.

YiFan salió corriendo del auto cuando notó a YiXing en la entrada del centro comercial, acercándose a él, ya que había notado su auto desde hace un par de cuadras.

—Linda camiseta Fan-Ge. ¿Es nueva? —YiXing se cruzó con él y entró directamente al auto, a la parte del copiloto. Mientras se acomodaba el cinturón de seguridad, YiFan solo golpeó su cabeza con el techo de su BMW M3. YiFan volvió a entrar en la parte del volante, una pequeña jaqueca martilleo su cien y lo hizo sentir mareado. —¿Te sientes bien, Ge? — YiXing toco su frente e hizo una pequeña mueca. —Tal vez tengas algo para la migraña en tu mochila. — Buscó su mochila en la parte trasera del auto para su suerte solo estaba detrás de su asiento. Abrió esta y para su sorpresa, había un regalo envuelto. —¿Es para mí? — YiXing lo volteó a ver con una sonrisilla de aquellas.

—¿Eh? Sí. —En verdad YiFan no estaba prestando atención, su cabeza daba vueltas y se sentía confundido. ¿Aquello era de lo que Tao le había advertido? ¿Su mente se estaba fundiendo con su yo del pasado? Quería decirle en ese momento a YiXing todo, sus sentimientos, su amor, su infinito deseo que sean felices y no vea a nadie más que él, pero las palabras no salían, simplemente el dolor era más fuerte.

Mientras tanto a su lado, YiXing desenvolvió su presente con cuidado, como si el papel de regalo costara mil dólares y tendría que tratarlo con cariño y respeto. Vio la portada, era una mano dibujada en resalte dorado que sostenía una rosa azul. Sabía que era. "Back to Blue", la versión que quería, abrió por el medio y se impulsó a aspirar el olor a pasado que estaba impregnada dentro de las hojas, tocó con la yema de sus dedos las hojas que estaban dentro de esa pasta, amarillentas y un poco ásperas. Definitivamente era un regalo espectacular, sus ojos estaban a punto de estallar y dejar correr un río de lágrimas. Algo dentro de él lo hizo ver la última página, aunque sabía que solo era un par de hojas en negro. Había una nota.

"...and i love you. I swear that's true."

—YiFan-Ge...yo. — YiFan volteo a verlo a pesar que el dolor no dejaba ver claramente su rostro. El tiempo se estaba acabando y solo podría decir algo, el resto dependería del YiFan del pasado.

—YiXing, yo te amo. — Su rostro dejó caer pequeños surcos de lágrimas y cuando se dio cuenta, el mundo había perdido color y nuevamente todo se había detenido, el dolor de cabeza fue mayor y solo incremento más hasta que perdió la consciencia.

YiFan se vio caminando en medio de un pasillo, con estantes llenos de relojes, de todos los tipos, nuevos, antiguos, de colores clásicos y uno que otro con colores muy brillantes. Al final de pasillo estaba la figura de Tao, la pudo reconocer por su cabello despeinado.

—¿Lo logré? —Fue lo único que pudo preguntar.

—Lo descubrirás pronto, tonto. —Una vez más, una maldita vez más, pensó YiFan, se desvaneció y cayó a los mares del tiempo. Cuando despertó se encontró en el mismo balcón en el que había tomado su última copa. ¿Había fallado realmente? La jaqueca seguía con él y apenas lo dejaba mantenerse de pie. La noche seguía preciosa, juraría que incluso se veía mejor que antes, aunque eso fuese imposible. YiFan suspiro al aire, una sonrisa melancólica se instauró en su rostro y se dijo a sí mismo que por lo menos había arreglado un poquito su pasado.

—Hey, torre blanca, ven, que van a cortar el pastel. — ¿Esa era la voz de ChanYeol? YiFan volteó y vio a su mejor amigo en traje, esperándolo en la entrada del balcón, peinado y con una sonrisa incomparable. Si YiXing se estaba casando nuevamente, siquiera esperaba que no fuese con un imbécil como lo era QiangZhu, que la línea del tiempo hubiese alterado ese hecho. YiFan noto como muchas personas que conocía y a la vez no, que con el pasar de los segundos se volvían en cara conocidas, lo miraban con sonrisas y lo saludaban con palmeadas en los hombros, otros dándole apretones de manos.

YiFan notó a YiXing junto al pastel mientras intercambiaba risas con algunos de sus mejores amigos a su lado, muchos recuerdos se fueron instaurando en su mente. Sí, lo había logrado, no había fallado pese a todo el recorrido. Caminó unos pasos más y besó en la mejilla a YiXing. Este lo miró con ojos brillantes y el corazón de YiFan se derritió, porque esa mirada solo era para él, no era para nadie más, besó su barbilla por la diferencia de altura y le dirigió un susurro.

—¿Qué te llevó tanto tiempo, Fan-ah?

—Solo di un pequeño viaje en el tiempo, Xing. 

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