2. 내 이릉을 불러줘 (Say My Name)

"Eran tiempos difíciles cuando yo te vi,

aún así mi afecto por ti se hizo más profundo [...]

Trate de renunciar a un milagro,

no creía que llegaría al final,

pero tú estás allí después de una larga espera."

—¡No haré lo que tú y Wu Yi Fan tienen planeado! ¡Esta vez no! —exclamo furiosa cerrando la puerta principal de mi casa con un portazo.

Hemos regresado de la reunión con Wu Yi Fan. No recuerdo cómo viví aquel evento en mi primer pasado, pero puedo asegurar que en este nuevo me sentí sumamente incómoda y con la abrumadora urgencia de alejarme a toda costa del hombre que arruinaría mi vida en el futuro.

Así que cuando apenas pongo un pie en casa, la conmoción producida por el inesperado evento y mis impulsos me orillan a actuar, aun cuando lo hago de manera imprudente. Es por esto que mi padre —quien ha entrado antes que yo— se vuelve y me mira con el ceño fruncido. Su semblante me expresa su cansancio, no obstante predomina la consternación y el asombro.

—¿Disculpa? ¿De qué estás hablando? ¿Por qué te diriges hacia tu padre con ese tono, So Young? —interroga, agraviado por mi actitud.

—Simplemente te advierto que esta vez no cumpliré tu voluntad, padre. —Trato de mostrarme segura y firme, aunque en realidad esté inestable—. De nuevo no haré lo que tienes planeado.

Sin más explicaciones, me encamino hacia las escaleras de mi casa; esto con el fin de encerrarme en mi habitación y tranquilizarme, pues en un arrebato inconsciente puedo llegar a insultar a mi propio padre o a hablar de más, revelándole que he viajado en el tiempo para evitar arruinar mi vida.

—¿Y según tú que es lo que estoy planeando? —pregunta él a mis espaldas.

Me detengo en el primer escalón. Por un momento me debato conmigo misma si debo confesarle a mi padre lo que yo sé o si tengo que esperar a que llegué el momento en que él me revele que me casaré con Wu Yi Fan.

—So Young, si no sabes lo que está sucediendo es mejor que no digas nada y que no te desquites con tu padre. —Él me riñe, aprovechando mi momentáneo silencio.

—¡Sí sé lo que está ocurriendo! —exclamo, impotente, al mismo tiempo que me vuelvo hacia él—. ¡Tú me obligarás a casarme con Wu Yi Fan!

Mi padre, al escuchar lo que digo, adopta una posición rígida y su ceño se profundiza. Más que molesto, él parece frustrado y pasmado, confirmando que mi acusación es cierta.

—¡No puedes obligarme a hacer esto, no es correcto... no es justo! —le reprocho cuando él no refuta mi recriminación.

—¡Tú no sabes lo que es correcto o justo, So Young! —exclama a la defensiva.

—¡Claro que lo sé! —Contraataco—. No es correcto que uses a tu hija para salvar tu empresa, y tampoco es justo que la obligues a atar su vida a una persona que ni siquiera conoce.

Mi padre se exaspera, pero trata de tranquilizarse tomando profundas respiraciones. Él camina hasta la sala de estar y toma asiento en uno de los sillones, pasando sus manos por su cabeza con cabello blanco. Parece bastante atormentado, entiendo que debe sentirse demasiado estresado por todo lo que está sucediendo con la empresa, y mis reclamos obviamente agregan más a su carga.

—So Young tienes que comprenderme —me pide mi padre después de un rato en silencio—, si la empresa cae en completa bancarrota, tú y yo seremos arrojados a la calle, perderemos todo... Es por esto que debes ayudarme.

—Pero esta no es la solución... —respondo, haciéndole ver el error que está a punto de cometer.

—Lo sé, pero la familia Wu es la única que se ha ofrecido a ser nuestro salvavidas. —Mi padre me mira desde su posición con ojos brillantes—. Son dueños de una gran empresa en China, han invertido en muchas compañías y es la oportunidad perfecta para rescatar la nuestra.

Mi padre se pone de pie con la misma expresión en su rostro. Se acerca a mí, acaricia mi cabello y contempla mi rostro con aflicción, como si le doliera esta situación.

—Tienes que poner de tu parte y ser considerada con tu padre —murmura, con tono lastimero—. He hecho mucho por ti después de la muerte de tu madre, pero ahora ya no puedo darte lo mismo, estamos al borde del abismo.

Usa la muerte de mi madre para intentar que me compadezca de la situación, pero no tiene ninguna relación el hecho de que deba casarme con Yi Fan, pienso molesta.

—Además, Wu Yi Fan es un buen joven, ustedes no se llevan una gran diferencia de edad —repone él, como si intentara aligerar la situación—. No será como si fueras a vivir encerrada o esclavizada: terminarás tu universidad, vivirás bien, podrás venir a visitarme cuando quieras... Verás que no será malo, sino todo lo contrario.

De un momento a otro, las lágrimas se acumulan en mis ojos. Si tan sólo pudiera ver el destino deplorable que me espera y del cual he escapado por milagro, pienso con mucho dolor.

—Por favor, padre, no me hagas esto. Será bueno para la compañía, pero estoy segura de que en el futuro me arrepentiré tanto por el simple hecho de ayudarte. —Le suplico, tratando de hacerlo entrar en razón, pero mi voz se apaga poco a poco—. Tiene que haber otra manera...

El sigue mirándome de la misma forma pero, al final, agacha su cabeza y niega lentamente.

—Lo siento, So Young, las cosas con la familia Wu ya están fijadas, es poco probable que se modifiquen. —Mi corazón punza adolorido cuando oigo esta declaración—. Sólo si encontramos otra solución...

Mi alma se reconforta un poco con lo último que él dice y espero a que declare qué pasará si hallamos una solución diferente; no obstante, su teléfono timbra desde el bolsillo de su pantalón de vestir, interrumpiéndolo. Mi padre se limita a sustraer el aparato y revisar quien le llama.

—¿Si encontramos otra solución que pasará? —insisto, ligeramente inquieta.

Él regresa su mirada a mí y suelta un suspiro. El teléfono sigue timbrando.

—Si encontramos otra solución, te prometo que cancelaré el acuerdo con la familia Wu y juro que nunca más te involucraré en mis negocios.

Sin más que agregar, mi padre contesta su llamada y se retira hacia su despacho en la planta baja, dejándome con más esperanzas de las que ya creía perdidas.


Sinceramente, jamás pensé que la reunión con Wu Yi Fan sucedería tan pronto. Imaginaba que cuando fuera el momento de toparme con él, yo estaría lista con un plan de acción efectivo que evitaría nuestro forzado casamiento. Pero todo acontece tan rápido, me encuentro tan frustrada y consternada que me es imposible reaccionar ante la situación como desearía.

Después de la discusión con mi padre, me encuentro en la terraza de mi casa. Contemplo la puesta del sol, nuestro extenso jardín y las luces titilantes de la ciudad. Estoy sola. Mi padre se ha ido hace un par horas con la excusa de que lo necesitaban urgentemente en el edificio de la empresa. Aun cuando deseo hablar con alguien y no sentirme tan desolada, no he hecho el amago de hablarle a Jong In o a Yu Na.

Recargada en la barandilla, la ligera brisa de la tarde acaricia mi rostro. Se siente como si tratara de reconfortarme, al mismo tiempo que se lleva lejos los pensamientos precipitados que perturban la tranquilidad en mi cabeza.

—¿Ahora piensa en el futuro, señorita So Young? —cuestiona una voz masculina, irrumpiendo el silencio y sorprendiéndome.

Me incorporo y vuelvo la cabeza hacia la dirección en la que proviene la voz. Observo una silueta oscura, delgada y alargada a unos metros de mí. Se mueve un poco más cerca, la luz de la estancia me revela que el extraño es el Doctor del Tiempo Zi Tao.

—Doctor... —Murmuro, sin saber que decir. En silencio, él se acerca a la barandilla e imita la posición en la que yo me encontraba hace unos segundos.

—Es bueno verla vivir su pasado, pero usted no parece muy entusiasmada por ello —menciona él, mientras mira hacia el frente.

—No es eso... —trato de justificarme, pero me detengo al no tener algún argumento congruente.

—¿De qué se trata entonces? ¿Es que acaso ya no va a luchar por lo que deseaba? ¿Ya no quiere enmendar sus errores? —cuestiona el Doctor Zi Tao—, ¿no planea recuperar a aquella persona a la que lastimó?

Inmediatamente, la imagen de Jong In llena mi cabeza y mi corazón salta en mi pecho, tanto alegre como acongojado. Es ese momento en el que recuerdo la última vez que nos vimos en mi primer pasado: la mirada decepcionada, las palabras frías, la despedida sombría...

—Todo esto es muy difícil —expreso, con la incipiente desesperación y melancolía adueñándose de mi cuerpo—. No sé qué hacer, Doctor, ni siquiera sé por dónde empezar.

Las esquinas de mis ojos comienzan a picar y de inmediato restriego mis ojos, tratando de alejar las lágrimas. No quiero que el Doctor Zi Tao piense que sólo soy una chica débil, o peor aún, que no soy apta para enmendar mi vida a través de la oportunidad que él me ha otorgado.

Después de un considerable silencio, un suspiro cansino se hace presente por parte del Doctor y después menciona:

—Señorita So Young, lo único que puedo decirle, es que se mantenga fuerte y que no pierda de vista las razones por las cuales quiso volver en el tiempo.

Lo miro incorporarse, y él me regresa la mirada con aquellos ojos rodeados de sombra y los cuales, de cierta forma, logran consolarme. El Doctor me mira con determinación y agrega:

—Este es el momento más importante de su pasado, es cuando debe comenzar a actuar con suma precaución. Hay muchas cosas que están en juego, señorita So Young, y lo que más destacan son el rumbo de la compañía de su padre y su relación con su amigo, si no se mueve inteligentemente sin duda usted misma pondrá en riesgo su futuro y el de los que están a su alrededor, y le recuerdo que el tiempo se encuentra marchando.

En estos momentos agradezco que el Doctor del Tiempo haya aparecido y me aconseje como había dicho, pero aun no comprendo cómo yo sola me haré cargo de manejar las cosas para que todo ande correctamente.

—Puedo aconsejarle que se apoye en aquellos en los que confía —menciona él, como si hubiera leído mis pensamientos—. Cuando pedimos la ayuda de los demás no es signo de debilidad sino de fuerza para confiar. Así que señorita So Young, no se guarde para sí misma, verá que hablar de lo que sucede con alguien más va ser más beneficioso de lo que se imagina.

Y sin más, con esa simple advertencia, la situación ya no me parece tan compleja como hace unos minutos, ahora ya sé que es lo que debo hacer. Debido a esta especie de "iluminación", sonrío motivada y mil estrategias de acción se formulan en mi cabeza.

—Muchísimas gracias, Doctor —digo en respuesta, y hago una pequeña reverencia como muestra de mi gratitud. Él sonríe ligeramente y se acerca un poco más a mí para posicionar su mano en mi brazo en signo de complicidad.

—Manténgase con ese ánimo, verá que de esa forma logrará lo que desea —aconseja el Doctor del Tiempo. Se separa de mí y mira hacia la oscuridad de mi jardín—. Es hora de que usted actúe y que yo me retire, sea inteligente y precavida, señorita So Young, le deseo el mejor de los futuros.

Sin una palabra más, el Doctor del Tiempo hace un ligero ademán con su cabeza y se esfuma en la penumbra de la fresca noche.

⏳⏳⏳

Tomé tan en serio el consejo del Doctor Zi Tao que, al día siguiente de su visita, decidí que era momento de actuar con la ayuda de aquellos en los que confiaba. Así que tan pronto como sale el sol, le envío un mensaje de emergencia a mi más grande confidente para que nos reunamos hoy por la tarde en nuestro lugar recurrente: una acogedora y tranquila cafetería de Sinsa-dong.

—¡Hola, So Young! —me saluda animadamente, extrayéndome de mis pensamientos.

Alzo la mirada y me encuentro con Yu Na, mi mejor amiga. Le devuelvo el saludo con gran alegría; aún no puedo acostumbrarme al maravilloso hecho de que he vuelto en el tiempo y que puedo encontrarme una vez más con mis amigos. Observo cómo toma asiento frente a mí y coloca su bolso en la silla desocupada junto a ella.

—Siento el pequeño retraso, las clases de canto en la Academia se han alargado más debido al festival de invierno —explica, mientras se retira su cabello largo y castaño de los hombros—. Dime que no llevas mucho tiempo esperando, porque me sentiré como la peor amiga del mundo.

—No, en realidad, apenas llegué —respondo, al mismo tiempo que me río por su exagerada expresión.

—Menos mal —contesta Yu Na con un gesto de alivio. Compone su semblante y se inclina sobre la mesa para estar más cerca—. Ahora, ¿qué sucedió? ¿Por qué enviaste el mensaje SOS?

Me quedo callada por un momento y suspiro nerviosa. No comprendo porque de un momento a otro me siento tan insegura y avergonzada frente a mi mejor amiga, a la cual conozco desde la secundaria. Tal vez es por el hecho de que estoy a punto de confesar lo que siento por Jong In, cosa que no le había contado a absolutamente nadie en mi primer pasado.

Ella al parecer se percata de mi divagación y mi cambio de humor, y toma mi mano sobre la mesa, dándome un apretón cálido y reconfortante.

—So Young, ¿estás bien? ¿Es por la compañía de tu padre? —pregunta en voz neutra—. Sabes que puedes contarme cualquier cosa, aquí estoy para ti.

Yu Na me mira fijamente y me transmite tanta confianza y fortaleza que me convenzo de que es momento de hablar sobre la situación de mi padre, el acuerdo nupcial con Yi Fan y, sobretodo, de mis sentimientos hacia Jong In.

—Es sobre eso, pero también hay algo más y necesito tu ayuda para resolverlo —confieso, finalmente. Mi mejor amiga sonríe complacida y aprieta un poco más mi mano.

—So Young, siempre tendrás mi apoyo, eres como mi hermana y estaremos juntas hasta la muerte —declara y ahora soy yo quien le regresa el apretón—. Entonces, cuéntame todo.

Sin más, comienzo explicándole sobre el problema con la compañía de mi padre. Yu Na me escucha atentamente mientras bebe el té helado que ha ordenado hace un rato. Cuando le menciono sobre Yi Fan ella se sorprende, hasta llega a enojarse.

Antes de contarle sobre Jong In, tomó una gran bocanada de aire y siento como mi estómago se retuerce por los nervios.

—Tómate tu tiempo, So Young, comprendo lo difícil que puede ser —expresa Yu Na, después de que vuelve a percatarse de mi nerviosismo.

Asiento ante sus palabras de aliento, y prosigo:

—Esto no se lo he dicho a nadie, y no es un dilema tan grande como los que te he contado, pero es importante para mí y necesito ayuda porque realmente no sé qué hacer. —Hago una pausa para recobrar mi aliento—. Es sobre Jong In... él me gusta...

Lo último lo digo con los ojos cerrados y en voz baja. Por un momento, temo que Yu Na no me haya escuchado y me avergüenza pensar en que debo volver a decirlo.

Espero encogida en mi lugar, pero no escucho ninguna palabra de ella, solo siento que se estira sobre la mesa y pone su mano en mi hombro; es entonces cuando abro los ojos.

—Ya lo sabía, tontita —menciona, burlona, cuando hacemos contacto visual.

Mi boca cae hasta el suelo, la sorpresa y la vergüenza me invaden de una manera proporcionada. ¿Cómo es posible que ella se haya enterado?, me pregunto mentalmente.

—Si te preguntas cómo es que me di cuenta, es por la simple razón de que, querida amiga, te conozco muy bien y sé cuándo alguien te gusta —explica Yu Na, como si hubiera leído mis pensamientos—. Además, confieso que eres muy obvia.

—¿Qué? Entonces si es obvio que me gusta Jong In, ¿él lo sabe? —cuestiono, horrorizada por la idea de que mi mejor amigo tiene conocimiento sobre mis sentimientos románticos.

Yu Na se ríe, supongo que debido a la expresión de espanto en mi rostro, pero agrega: —No sé si él lo sabe, pero conociendo cómo es de despistado en ciertas cosas, estoy segura de que es lo que más ignora.

El color regresa a mí con la contestación de mi mejor amiga.

—Sinceramente he sabido que Jong In te gusta desde mediados de segundo año de Preparatoria —relata ella—. Me percaté de que habías cambiado con él. A veces te incomodabas y eras tan tímida a su alrededor, hasta te sonrojabas cuando él hacía algo por ti. Fue así que pude identificar que Jong In te gustaba más que como un amigo. Pero no entiendo, ¿por qué necesitas ayuda? Ya soy cercanos, lo conoces bien, ¿cuál es el problema?

Cuando Yu Na lanza esta pregunta, me doy cuenta de que he llegado al punto crucial. Suspiro ligeramente antes de contestar:

—Necesito saber si él tiene los mismos sentimientos que yo. No puedo llegar y preguntarle "¿Jong In, te gusto?" o confesar todo lo que siento sin saber si me corresponde, ¡sería un error fatal y temo que nuestra amistad termine! Por eso es que necesito la ayuda de un tercero...

—¿Ahí entro yo? —cuestiona ella. Asiento con la cabeza.

—Además quiero comenzar a acercarme a él de otra manera... ¡pero no sé cómo hacerlo y no tengo mucho tiempo para ello! Temo arruinarlo porque Jong In es el único chico que me ha gustado de verdad —declaro, tapando mi rostro con mis manos.

—So Young no te frustres —menciona Yu Na, yo alzo mi rostro y la miro con ojos esperanzados—, te ayudaré.

—¿En serio? —Cuestiono sorprendida y con una sonrisa asomándose en mi rostro.

Yu Na sonríe y asiente con la cabeza: —Te lo dije antes, siempre tendrás mi apoyo.

—¡Gracias Yu Na, en serio, muchas gracias! —Profiero tomando de nuevo su mano sobre la mesa y apretándola con alegría.

—Gracias a ti por confiar —expresa ella, con una sonrisa sincera—. Exclusivamente, te ayudaré con tu dilema amoroso, pero creo que sería bueno llamar a los chicos para que nos apoyen a idear un plan sobre el problema de la compañía de tu padre y el compromiso con el chino millonario.

Me parece una idea brillante, así que acepto su propuesta.

Mientras Yu Na manda un mensaje SOS al grupo de Kakao que compartimos con Se Hun y Jong In, siento todo a mí alrededor fluir con tranquilidad; mi cuerpo se siente ligero y me hago a la idea de que ahora ya no estoy sola en esto, a comparación de cómo me lo autoimpuse en mi primer pasado.


—Jong In-ah, ¿por qué últimamente te gusta meterte en problemas? —le pregunto un poco exasperada a mi mejor amigo, mientras trato de curar su pómulo amoratado.

—No fue mi culpa, el otro chico estaba siendo grosero contigo, alguien tenía que ponerle un límite —responde, todavía irritado por la pelea que ha tenido con otro estudiante después de que terminaran las clases.

—No necesito que me defiendas, Jong In, yo puedo ponerle un límite a cualquiera sin tu ayuda —expreso molesta, y presiono con un poco de fuerza en la zona mallugada, ocasionando que él se queje.

En esta situación, estaría brincando de la emoción al saber que Jong In me ha defendido y por estar a tan corta distancia de su cuerpo, pero estoy tan frustrada y molesta por todo, que ignoro eso.

Aplico un poco de pomada sobre su mejilla de forma intencionadamente brusca. Mi mejor amigo vuelve a quejarse y toma mi muñeca, deteniendo mi acción. Me mira fijamente a los ojos con molestia, pero cambian a confusión cuando se percata de mi irritación.

—¿Acaso estás molesta conmigo por lo que hice? —pregunta.

—Sinceramente sí —respondo, mordaz—. Puedo cuidarme sola, odio cuando intentas protegerme como si fuera una niña débil, a veces pienso que hay algo detrás de estas acciones...

—Claro que no, sólo lo hago porque soy tu amigo —exterioriza al instante. Eso hace mella en mi corazón, pues algo muy dentro de mí esperaba que su respuesta fuera distinta.

Nos quedamos en silencio, tan cerca que nuestras respiraciones se mezclan. En la mirada de Jong In veo que siempre pensará en mí con la preocupación de un amigo y nunca con el amor de un novio.

—Últimamente estás actuando muy raro y me preocupo por ti... —confiesa en voz baja, soltando mi muñeca. De nuevo me lleno de decepción dolorosa, pero lo disfrazo poniendo los ojos en blanco. Él se percata de ello y veo como el enfado lo inunda de nuevo.

Antes de que él pueda reclamarme, Yu Na y Se Hun se hacen presentes.

—¡Siempre como el caballero que rescata a la damisela en apuros! Tienes suerte de que te hayas peleado en la salida, sino te hubieran suspendido. Debes sentirte halagada, So Young —menciona mi amiga para molestarme, pero le ignoro completamente.

—Pues Jong In debería ser el que esté halagado. So Young es tan buena amiga que se empeña en curarle las heridas —bromea Se Hun, siguiéndole la corriente a Yu Na, y eso es lo último que colma mi paciencia.

Miro de la manera más despectiva a mis amigos, le lanzo las cosas a Jong In y, sin una sola palabra, tomo mi mochila del suelo y me encamino hacia el pasillo rumbo a la salida del colegio.

—So Young, ¿a dónde vas? —exclama Se Hun.

—Yo nunca pedí que me defendieran. No soy una damisela en apuros, no me siento halagada y tampoco soy buena amiga, así que no tengo porque ayudarle a Jong In —profiero molesta, cuando me vuelvo hacia mis amigos.

—Sólo estamos jugando, no seas tan amargada — insinúa Yu Na, y eso me hace enojar aún más.

—Dejaré de ser amargada cuando tú dejes de ser irritante —le contesto. Mi mejor amiga jadea sorprendida y molesta.

—So Young, ya basta, no trates así a los demás cuando sólo estás resentida conmigo —me reprocha Jong In. Su profundo ceño fruncido me da a entender que está muy enfadado por mi actitud.

—Tal vez no sólo estoy molesta contigo —recrimino ante su regaño—. Cada vez estoy más harta y creo que hoy he llegado a mi límite.

—Si quieres que me disculpe por intentar ayudarte o si quieres que deje de hacerlo, déjame decirte que no haré ninguna de esas cosas — advierte él—. Entiende que únicamente estoy tratando de ser buen...

—¿Buen qué? ¿Buen amigo? —exclamo irónica, interrumpiéndolo—. Ya me cansé de que quieras jugar a ser buen amigo conmigo. Ya no quiero seguir así, prefiero tenerte de enemigo a que sigas haciendo malabares con mi cabeza y mis sentimientos.

—Kim So Young, ¿de qué estás hablando ahora? —interviene Yu Na, consternada y molesta.

Me tomo unos minutos para mirar el rostro de Jong In: el moretón que acentúa su pómulo, su boca abultada con la comisura izquierda del labio inferior rota, sus ojos chispeantes en molestia, su cabello oscuro que cae sobre su frente y su marcado ceño fruncido.

Nunca habíamos peleado de esta forma y eso fragmenta mi corazón. Pero todo tiene una razón, así que le sostengo la mirada a quien tanto he amado, para destruir mis sentimientos y mi propia alma con una afirmación falsa:

—Hablo de que ya no quiero seguir con esta amistad. Ya no quiero seguir siendo la "buena amiga" de Jong In ni de ustedes.

Esta discusión es la única forma de alejar a mis amigos del problema en el que me estoy convirtiendo. No quiero que sientan lástima por mí, así que lo mejor es empujarlos antes de que si quiera puedan enterarse de lo que está a punto de acontecer. No me importa si llegan a odiarme, pues muy pronto estaré lejos. Lo único que espero es que algún día puedan comprender por qué lo hice y me perdonen.

⏳⏳⏳

Un par de días después de la reunión con Yu Na, y de contarle a Se Hun y Jong In sobre el acuerdo de mi padre con Wu Yi Fan, me encuentro en la azotea de la Academia de Danza, pensando en aquellos errores que cometí en mi primer pasado y que, en esta nueva oportunidad, estoy enmendando.

Ha sido una larga tarde de ensayo, la noche ya ha caído y espero a que mi padre me llame para avisarme que ya ha llegado por mí. Miro hacia el cielo oscuro, acompañado por algunas estrellas y la luna cubierta por una ligera niebla; el aire fresco enfría mis mejillas, pero es tan agradable que ni siquiera me inmuto en cubrirme.

Todo está en silencio, ocasionando que se reproduzcan de nuevo aquellos recuerdos turbios. En aquel pasado, las cosas eran más delicadas y me habían afectado mucho. Tenía miedo, pero también estaba avergonzada: no quería que nadie más supiera sobre mi situación. Así que me callé, hasta el punto en que no pude guardar más mi malestar, y exploté, lastimando a quienes más me importaban.

Pero ahora todo es y será distinto.

Deseo que la compañía de mi padre resurja, pero sin involucrar mi libertad e integridad. Quiero vivir de acuerdo a mi edad y a mi propia conveniencia, conforme a lo que planeo, sueño y siento. Anhelo estar con mis amigos siempre, nunca separarme de ellos, especialmente de Jong In: no deseo separarme de él jamás.

Con esto en mente, vuelvo mi mirada hacia la luna, y como si de una estrella fugaz se tratase, le confieso mi mayor anhelo:

—Por favor, permíteme estar con él, realmente lo quiero, es muy importante para mí; no permitas que poco a poco nos alejemos, antes de que sea demasiado tarde, dame coraje para confesar lo que siempre he sentido...

—¿So Young? —Y como si lo hubiera invocado, la voz de Jong In llamando mi nombre llega hasta mis oídos. Me vuelvo en mi posición y lo miro de pie en la puerta de la azotea.

En mi primer pasado, ver a Jong In hacía que mi corazón se reconfortara, al mismo tiempo que se angustiaba. El efecto sigue siendo similar ahora: me hace feliz saber que está junto a mí, no obstante temo que en cualquier momento nos apartemos por culpa de sentimientos en los que no concordemos.

—¡So Young! —él exclama mi nombre con alivio cuando me reconoce entre la poca iluminación. Él corre hasta mí y antes de que llegue, tomo una gran bocanada de aire para controlar las sensaciones que revolotean en mi pecho.

Cuando está a dos pasos de distancia de mí, puedo observar que sus ojos brillan más que cualquier otra estrella en el universo, y eso me llena de un gran sentimiento. Coloca su mano en mi hombro y se acerca un poco más a mi cuerpo. Me limito a sonreírle, pues ocupo todas mis fuerzas en disimular que estoy a punto de desfallecer. Jong In sonríe con genuina alegría, por fin habla:

—¡Buenas noticias! He encontrado una solución que puede salvar la compañía de tu padre y liberarte del matrimonio con Wu Yi Fan.


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