XXVII

El pobre técnico se encuentra el estudio de grabación hecho un absoluto desastre, pero no logra ver al culpable de tal crimen. Lo habían contratado por unas horas para grabar unas pistas, pues si Austria iba a estar tocando no podría manipular el tablero y Prusia no tenía la menor idea.

Austria le había pedido que llegara al estudio ya entrada la tarde, pues creía que se iba a tardar mucho en grabar las pistas de Prusia, siendo que, no las grabaría al primer intento, si no que harían varias tomas hasta que quedase perfecto, claro, eso no sucedió.

El técnico se adentra en la sala de grabación revisando cada detalle como una escena del crimen, en busca de indicios que le puedan revelar que ha pasado.

En la alfombra se lobraban ver manchas de líquido, así como el triste intento por limpiarlas, era sospechoso aunque, si fuera sangre se quedaría el carmesí ¿no?

Los instrumentos, el bajo, guitarra y flauta estaban en condiciones deplorables (solo estaban el el suelo sin orden específico), el aroma era picante, daba cosquillas en la nariz.

Decidió entonces revisar las grabaciones qué se habían hecho ese día.

Por suerte para él y su salud mental antes de llegar a la lista de grabaciones escucho el crujir de la puerta.

Austria, cual lirio, se presentaba etéreo en su impoluta vestimenta del siglo pasado, mirada severa, adornada por lentes de carácter duro. El técnico tragó saliva ante tal imponencia.

Detrás de él estaba Prusia, con una sonrisa tan mala como grande, no era imponente, menos con ese traje qué no le quedaba para nada, una camisa lila, casi blanca, con pantalones de vestir, algo típico para cualquier varón que en él se veía poco natural. Nada raro, si contamos qué la ropa que lleva se la prestó Austria.

-¡Hey! -saluda Prusia muy contento, entrando sin tapujos al estudio.

-Buenas tardes -entra Austria tan campante, ignorando el hecho que llega tarde.

-Buenas tardes... -tartamudea el técnico.

-¿Podemos empezar a grabar? -pregunta/ordena Austria. Inmediatamente el técnico se pone a manejar el tablero para dejarlo listo.

El Austriaco le da una mirada a Prusia, logrando que este ría como idiota.

-Puedes irte si quieres, voy a tardar un rato -advierte Austria a su prometido, el técnico traiga saliva. La última vez que Austria dijo "un rato" fueron ocho largas horas.

-Nah, si yo no estoy ¿Quién se va a burlar de ti cuando te equivoques? -reta Prusia altivamente.

Austria avanza, como si el comentario no le hubiese calado en los huesos.

¿Equivocarse? ¡Equivocarse dijo! ¡Ja! Le va a enseñar como se toca a ese bastardo.

El técnico procura no mirar a los ojos a Nadia, un mecanismo de supervivencia. Prusia se deja caer en la silla giratoria a su lado, mirando los controles con algo de desinterés.

Austria le hace quien sabe qué al piano en vidca de mejorar su sonido. Será la primera pista que graba. Una vez que el sonido no le disgusta le hace una seña al técnico para que comience a grabar.

Austria respira, inhala y exhala pesado antes de poner sus dedos sobre las teclas. Ha tocado esto tantas veces que no necesita ver las partituras, está seguro, además ha estado practicando en secreto.

El inicio de su canción es un solo de piano, las notas graves resaltan ante el poderío de la melodía. No son más de diez segundos, no es más de una hoja en la partitura, pero el primer error se hace presente.

Austria interrumpe la pieza de inmediato.

Prusia suelta una risita.

El técnico llora internamente.

-Ja ja, el señorito perfecto cometiendo un error eh... ¡Y quedó grabado! -grita Prusia con sorna.

Austria aprieta los dientes.

-Bórralo y repitamos -ordena Austria. El técnico obedece, con la sangre congelada.

Después de otros intentos con más errores y más burlas del alemán, Austria se coloca los audífonos a todo el volumen, de modo que impidan toda comunicación.

-Pff... Que aguafiestas -protesta Prusia al notar que ya no le oye.

El técnico piensa que Prusia tiene muchos huevos para hablarle a Austria así.

Austria comete otro error, hace un gesto con la mano que le indica al técnico repetir.

El técnico suspira.

-Si quiere se puede ir, esto va a tomar horas y horas -le dice a Prusia, sin despegar la mirada de los gestos de Austria.

-Nah, es muy tierno cuando se enoja -afirma Prusia con malicia.

-¿Tierno? -chillonea el técnico sin poder evitarlo, desviando la mirada por un segundo para ver el rostro del demente al que le parece tierno que el demonio encarnado se enoje.

-Es muy lindo, míralo, como frunce el ceño, se le juntan las cejas y se le arruga la frente, además sus ojos son muy filosos, parecen dagas de amatista.

El técnico le mira, le juzga.

-¿Usted cree? -susurra, pues no se lo cree, no cree que nadie pueda encontrar lindo a semejante bestia mandona.

-Es como un gatito, bueno, un gato grande pero debilucho.

El técnico piensa que es más bien como un depredador sediento de sangre y disciplina.

-Oh y ¿notas como se le mueve el rizo de lado a lado cuando se enoja? ¡Es hilarante! Como una antena.

Prusia se ríe sin tapujos. El técnico no puede dimensionar lo raro que es todo esto.

-Definitivamente tengo un novio muy guapo que combina con lo increíble de mí mismo -fanfarronea Prusia, quien se distrae diciendo tonterías.

-¿Novio? -vuelve a chillar el técnico. Y es que... No es que no se esperaba que Austria fuera homosexual. Había rumores de que estuvo casado con una voluptuosa mujer, pero, realmente eran poco creíbles. El punto no era ese, claro que le gustaban los hombres, era todo el estereotipo. Solo que, no pensó que nadie pudiese realmente soportarlo como para llamarlo pareja.

-Prometido, de hecho, futuro señor del asombroso Prusia -presume.

El técnico le da sus condolencias mentalmente.

-Oh, oh, recuendo cuando escribimos esta parte, estaba tomando una cerveza cuando derramé la mitad en sus partituras, me puso a reescribirlas a mí pero medio segundo después dijo que él lo haría porque mi letra "es un desastre, como las patas de una araña deforme" -Prusia imita a Austria en falsete antes de carcajearse.

En cada punto de la canción Prusia le contaba una anécdota al técnico sobre el proceso creativo que siguieron para llegar a cada nota.

Al escuchar de un lado más... Humano de Austria, el técnico comenzó a pensar que quizá el pianista no es el demonio encarnado, solo un perdido perfeccionista demasiado enamorado de la música.

-Ah, esta secuencia... -reconoce Prusia -. La escribí pensando en él, son notas graves, pesadas qué representan lo mucho que lo odio y como me desespera, pero, después hay un toque de flauta, cuando mezcles todo lo verás, la flauta toca y piano contesta hasta que los dos instrumentos tocan juntos y... Eso representa qué, en realidad, él me complementa y no puedo imaginar una vida sin él.

Al técnico se le iluminan los ojos, pensando que, eso si es muy tierno.

No es hasta que Prusia se da cuenta de lo que dijo que se sonroja violentamente.

-Austria no puede escuchar nada de esto ¿verdad? -pregunta con pánico, pero la nula reacción del austríaco le da la respuesta.

Para confirmar el técnico niega con la cabeza.

Prusia vuelve a respirar.

Cuando Austria estaba completamente satisfecho con la pista de piano procede a tomar el violín.

Inicia otro infierno.

La luna estaba exhausta del sonido, brillando pálida en la noche. Ya eran las 20 horas.
El técnico estaba más que cansado y Prusia seguía con sus comentarios desatinados.

Austria no estaba harto, pero temeroso de que su desempeño bajara decidió terminar la grabación.

-Vámonos -Ordena Austria quitándose los audífonos.

-Por fin -Prusia comunica los sentimientos de todos.

Austria entra a la sala de mandos.

-Te agradecería mucho que mezcles, limpies y me entregues la pista de piano antes de la siguiente grabación -pide al técnico como una orden disfrazada de sugerencia.

El técnico asiente rápidamente, viendo todas las grabaciones en la computadora, cuando nota algo extraño.

-Hay dos archivos -dice el técnico.

-¿Eh? -la mirada inquisitiva de Austria.

-Está el archivo de el micrófono de la cabina y... Otro -se da cuenta. Prusia levanta una ceja y Austria se quita los anteojos con fastidio.

-Revísala, seguro es un micrófono qué se encendió por error en la cabina -el pianista le quita importancia -. Bien, te veo el martes -anuncia, tomando el brazo de Prusia y saliendo de ahí con él.

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Prusia es un pollito
Todo está escrito con guión largo, si llegan a ver un guión corto culpen a Wattpad.

Gracias por leer.

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