Tres

"Canta con nosotros"

Dipper no tenía la "responsabilidad" u "obligación" de ir por mandados que deben y hacen los sirvientes, cocineros o en todo caso mayordomos. Ya que su prioridad era cuidar, vigilar, entretener, controlar, y entre otras cosas, a los gemelos y futuros herederos de comprometedoras empresas.

Sin embargo, aquel día por alguna razón crítica, el servicio estaba más que ocupado y ademas Dipper se había ofrecido a ir por algunas compras mínimas que faltaban, ya que él castaño también quería volver a sentir aquel ambiente de entrar a un super o un local donde vendieran aquellos productos que se necesitaban. Prácticamente ha pasado medio año desde la ultima vez que entro a una tienda con gente de su mismo nivel socio económico.

Por lo tanto, el no iría solo como habían ansiado desde un principio, ya que los gemelos querían acompañarlo. Si bien, ellos podrían quedarse en su mansión a jugar algunos videojuegos o ver videos, películas, series entre otras muchas cosas que tenían un niño millonario. Pero ellos no, no querían dejar que su "niñero" fuera sólo al local donde se compraba los productos necesarios, y para no complicarnos tanto le pondré "Tienda".

Marcos se había negado, no podía permitir que los grandes y futuros herederos de fabulosas y numerosas empresas, vayan a la "Tienda" donde gente de muy baja o regular clase asiste. No quería que estuvieran en aquel ambiente caluroso y corriente.

Y al final, después de una extraña y larga discusión con los menores, a pesar de que el niñero estaba de acuerdo con Marcos ya que no quería que los menores fueran con él; término algo enfadado, aceptando que los niños fueran y pudieran observar "el ambiente bajo" para aprender algo y que de grandes, usarlo a su favor y ser personas mas inteligentes manipulando el pensamiento de las personas.

O eso hacían creer los gemelos al mayordomo y quizás tenían razón.

En fin; Dipper se encontraba camino a la tienda, enfrente de él los gemelos que acaparaban miradas de niñas o chicas adolescentes un poco mayores que ellos. Ciertamente, los gemelos eran muy guapos y vestían de forma llamativa y ligeramente elegante y a la moda. En especial Bill, que caminaba de forma "Cool". Ambos menores hablaban de cosas normales y triviales, y uno que otro detalle para una nueva broma que quizás en alguna futuro llevarían a cabo.

El cielo era de cierto modo, relajante y bonito. Despejado, el aire era encantador y no hacía tanto calor. Pero era una muy, muy, muy larga caminata ya que la tienda no estaba precisamente cerca de la mansión o a la vuelta de la esquina.

Cuando por fin llegaron, los gemelos se tomaron, cada uno, del brazo del mayor, casi posesivamente. Esperando que el castaño los guíase a un lugar totalmente desconocido, extraño y desconfiado.

Dipper suspiró resignado, siguió caminando y adentrándose más al local, sintió un poco de peso extra ya que los gemelos lo sujetaban de una manera muy... como ya dije, posesiva. Resiviendo algunas miradas extrañas por parte de uno que otro chico mayor o adulto.

En cambio, madres de familia o gente de la tercera edad en especial mujeres, veían algo tierna la escena de los gemelos sujetados y muy apegados al castaño que solo continuaba caminado algo irritado, buscando los productos.

Si bien, parecían como una par de lindos animalitos siendo protegidos por su "madre" mientras está los conducía a lo desconocido.

-Por qué no mejor se entretienen con otras cosas y me sueltan. Tardaré un poco en escoger y buscar algunas cosas. - dijo Dipper mientras se zafaba de golpe del fuerte agarre de los gemelos que reaccionaron desconcertados.

Después de unos segundos, y algunas miradas...

-Uhm, supongo que... podemos jugar en nuestro celular.

-Pokemon Go!

-Vale, pero por favor no se alejen tanto de mí.

-¡Oh~! Pino se preocupa por nosotros!

-Si, como digan. Sólo no se pierdan.

Si bien, Dipper no sabía que haría si perdía aquellos niños, sería una gran problema y muy probable que lo despidieran en seguida. Es por eso que estaba tan preocupado. Y recordaba perfectamente la pequeña advertencia que le había dicho Marcos de lo que pasaría si él llegaba a perder a los gemelos o algo grave les pasaba.

Pasaría un maaaaaaaaaaaaal rato.

El mayor buscaba entre la sección de vegetales muy tranquila y concentradamente. Hasta que ¡PUM! Entre  las lechugas salió Bill causando que el castaño tan solo diera un salto del susto.

-¡Me espantaste! ¿¡Que coñ....-se interrumpió así mismo para no terminar de decir aquella grosería y no dar le un mal ejemplo al niño. Sólo fue unos mili segundos hasta que volvió hablar.- rayos haces ahí!?- eso no evitaba que estuviera enojado y... algo agitado por el tremendo susto causado por el rubio. - ¡Casi me matas del susto! Además no puedes estar entre las lechugas.

-Oh, perdón Pino.  Es que estaba atrapando pokemones hahaha. - respondió mientras hacia unos cuantos movimientos con su celular. - ¡Lo atrape! - sonrió. Dipper viro los ojos irritado.

-Sal de ahí. ¿Y donde esta tu hermano?

-Am.... no lo sé. Quizás se perdió.

-Ah.... ok. - pensó, proceso la información y Prosiguió. - ¿¡SE PERDIO!?- espero la respuesta del rubio, este asintió de inmediato. - ¡AH! Bill, cuida el carrito voy a buscar a tu hermano ¿¡Entendiste!?

-¡Si Pino!-

Dipper no espero más y empezó a correr por los pasillos en busca de una cabellera azul, pero no lo encontraba.

Los minutos pasaban con rapidez y cada vez estaba más desesperado,  incluso había recurrido e preguntar a las personas si habían visto al peliazul.

-Mierda, Mierda, ¡Mierda! - murmuraba el castaño resiviendo algunas miradas extrañas. - ¡De seguro esta asustado!

Luego pensó en que quizás, si llegaba a encontrarlo probablemente Will le contaría a Marcos que él lo había perdido. No podía permitir eso.....

Buscaba y buscaba, quizás ya había pasado media hora haciéndolo. Regreso a donde había dejado Bill con el carito, en la sección de vegetales, se veía tranquilo hablando con su hermano.

-¡Will!- gritó el castaño acercándose a los menores. -¿¡Donde estabas!?¡Me tenias con el Jesús en la boca!

-¿Jesús se puede comer?

-¡Es solo una expresión Bill!

-P-Perdón Dipper... l-lo que paso fue que tenía ganas de ir al baño... y pregunté donde quedaba un baño, y cuando llegue estaba lleno y tuve que esperar y t-también... -

-¡Eso no importa! ¡Estaba muy preocupado por ti! ¡Avísame a la próxima!  - lo empezó abrazar. - A partir de ahora ¡Ninguno de los dos se separará de mi!¿¡Entendido!?

-¡S-Si!-

Y así fue como Dipper se hizo un poco mas sobre protector con los pequeños niños. Y también, Bill logró atrapar a sus pokemones, por lo que, fue un medio día feliz, al menos para los chicos que experimentaron lo que estar entre un ambiente de muy baja clase. Y los más importante, que pudieron disfrutar la "agradable" compañía de su niñero.

(...)

Ese día era el primero del mes de agosto, y quizás no significaba mucho... Naaaa, claro que si.

El 1 de agosto significa dos cosas muy muy importantes para los gemelos.

La primera, que se acercaba el cumpleaños de su castaño, y segunda era de que era la fecha en que sus padres fallecieron.

Normalmente uno iría a visitarlos en los cumpleaños de los mismo, día de las madres o el día de los muertos,pero en este caso no.

Marcos llevaría a los niños en la limusina hacia el panteón donde estaba los cuerpos de sus padres.

Los niños iban vestidos con un elegante traje del mismo color, negro y zapatos que hacían conjunto. Ambos tenía un ramo de rosas, Will  traía rosas rojas y Bill blancas.

Dipper por casi obligación y petición de los gemelos, tenía que ir y como no tenía un traje "adecuado" para la ocasión, tuvo que pedir uno prestado de Marcos quien apenas accedió apresatarselo.

Caminaban y caminaban, cada vez más cerca del las lápidas de los señores Cipher. Dipper notó el ambiente muy silencioso. Se le hacía muy raro ver a Bill tan serio, pero eso no evitaba que el rubio lo estuviera sosteniendo del brazo al igual que el peliazul.

Al llegar a su 'destino', se quedaron inmóviles por unos segundos, los menores pusieron los ramos de rosas donde correspondían, el de rosas rojas en la lápida de la señora Cipher, y las blancas en la del señor Cipher.

La brisa soplaba contra los grandes árboles, se escuchaba un silencio de causaba miedo.

Marcos estaba muy atrás de los tres.

Los gemelos eran quienes estaban más cerca de las lápidas en una posición para "rezarle" a sus muertos padres.

Dipper miraba a los pequeños con algo de cariño y admiración. Se veían tan serios, concentrados, se notaba que amaban a sus padres y a pesar de sus muertes lograron seguir adelante. Y reían y se divertían con sus propias bromas, en especial Bill.

Después de unos largos minutos, los menores regresaron con Dipper y Marcos, se dispusieron a regresar a casa.

-Y.... ¿Todo bien?- mencionó Dipper para ver si podía cambiar un poco aquel ambiente denso y serio.

-Si. - contestó Bill un poco más animado.

-Hablamos más con mamá. - agregó Will con una de sus tiernas sonrisas. Ambos gemelos, de cada lado, se a pegaron mucho al castaño y esté no se quejo, por esta vez.

-Ya veo y... Si no es una molestia. ¿De qué hablaron?

-Que seguimos con nuestras vidas. - contestó Will seguro.

-Y que le damos las gracias por habernos permitido conocer a alguien como tu Pino.

-Le platicamos mucho a  mamá sobre ti D-Dipper. -

-Y que pronto nos casaremos contigo y formaremos una familia. - concluyó el rubio sonriendo con emoción, imaginándose a él, su hermano y su Pino dentro de diez años y con muchos lindos hijos.

-¿Eh?- dijo el castaño un poco confundido.

-S-Si. Y que no importa en que situación estemos... si estas tú para estar con nosotros, todo irá bien. - agregó el peliazul ruborizado.

-Por qué para nosotros, Pino es nuestro hogar.

Está bien disfrutar el presente que la vida te ha regalado y no pensar o preocuparse mucho en el futuro.

Los gemelos sabían que Dipper era su niñero, que era su trabajo que el mayor los cuidará, y pensaban que Dipper les tenía  cierto afecto por lo que se a pegaban mucho más al castaño. No pensaban cuanto tiempo Dipper se quedaría, ellos creían que su niñero estaría con ellos por siempre.

Que mal que todavía nadie les ha dicho la verdad, que el castaño no los cuidaría por siempre. O quizás era que... nadie se atrevía a decirles aquello por miedo a ver la reacción de los menores.

Y Dipper simplemente no quería tocar ese tema o creía que no era algo importante que discutir. Por lo que los gemelos seguían en su burbuja donde su realidad era en verdad una fantasía.

Su Pino no estaría siempre con ellos, esa era la realidad oculta.

Pero por el momento, no nos centraremos en este tema y seguiremos con la forma en que se desarolla la vida de nuestros protagonistas.

Al día siguiente...

A Dipper le había llegado una carta de su querida madre, y esté le entró la nostalgia y unas inmensas ganas de querer visitarla; los gemelos lo notaron y se atrevieron a preguntar que le pasaba y  el mayor les explicó.

-Y n-no puedes ir por que cuidas de nosotros ¿no?- dijo Will un poco triste.

-Así es niños.

-Mmm... bueno, tú debes vigilarnos y controlarnos sea donde sea que estemos. Así que creo que... sería bueno ir a visitar a la madre de nuestro Pino. - guiño el ojo. A Dipper se le iluminaron los ojos y tomó a los gemelos para abrazarlos bien fuerte.

Gracias mocosos! ¡Los quiero mucho!- dijo alegre el castaño mientras besaba por toda la cara (excepto en la boca) a los menores que más felices y sonrojados no pudieron estar.

A Dipper no le importaba ser ahora cariñosos con ellos, por el momento quería agradecerles y no pensaba muy bien lo que hacía.

Y los gemelos pues... Aprovechaban el momento mientras sentían los cálidos labios de su niñero en toda la cara, menos la boca claro. Un momento compartido por los tres que jamás olvidarían, más mejor no podía ser. (Si notaron el error de mi frase les felicito, aún que lo hice a posta)

La mañana y tarde fueron practicente normales, tan feliz estaba Dipper que se volvió a bañar con los gemelos y a dormir con ellos. Incluso en todo el día los mimo un poco.

Y todo el personal de trabajo, incluyendo Marcos, notaron que los gemelos estaban más felices, eran más amables, productivos, no se quejaban y ninguna travesura.

Fue un gran día.

Al siguiente era cuando Dipper visitaría a su madre que si no mal recordaba, a detener unos 45 años.

Los gemelos se vistieron de la forma más sensual y adecuada posible que pudieron, debían darle una muy buen inpresion a la madre de su niñero, o como ellos ansían llamar a la  mujer, "nuestra futura madre".

Dipper ignoraba por completo las verdaderas intenciones de los gemelos, lo único que esperaba era un era un buen y adecuado comportamiento por parte de los menores hacia su madre.

El chófer hizo el favor de llevarlos, un recorrido de 40 minutos.

Dipper traía un expresión serena acompañada de una media sonrisa. Los gemelos estaban acurrucados en su pecho aprovechando la serenidad del castaño.

Aquel momento tan tranquilo y cálido acabo cuando la limusina paró indicando y avisando a los tres que ya habían llegado a su destino.

Bajaron del transporte.

-¿A que hora regreso?- preguntó el chófer con su expresión sería y relajada, un hombre de 66 años. Aunque parecía de menos.

Dipper lo pensó un poco, miro su reloj que indicaba que apenas era medio día.

-No tardaremos mucho, regrese en una hora.- el hombre solo asintió y se fue.

Los tres voltearon para encontrarse con una casa de dos plantas, muy bonita de colores claros. No era lujusa pero si tenia aquel ambiente que tanto hacia falta en la mansión de los gemelos, un ambiente familiar y cálido,  agradable.

Pero gracias a Dipper, ese ambiente se estaba a completando. Junto al castaño, podían sentir el cariño y atención que necesitaban.

Dipper tocó el timbre y no paso mucho tiempo cuándo se abrió la puerta dejando ver a una mujer saludable y se veía joven, pelo largo castaño, bonita y con ropas normales.

-¡Hijo! Hace tiempo que no te veo, un gusto verte cariño. - dijo la mujer mientras abrazaba a su "pequeño" como si fuera alguna clase de super oferta en el super mercado, Dipper devolvió el abrazo y la beso en su mejilla.

-Lo mismo digo mamá. - dijo Dipper con una sonrisa muy tierna, sorprendiendo un poco a los gemelos.

A pesar de que la mujer tuviera 45 años aparentaba 10 años menos. Y todavía conservaba su forma.

La Señora Pines les invito a pasar y se diriguieron a la sala.

Dipper se sentó en un sillón rojo de tres compartimientos, en medio y a sus lados los gemelos, Will a su derecha y Bill  a su izquierda.

La mujer se sentó en otro sillón de color azul de un compartimiento enfrente de los tres.

-¿Y quienes son los angelitos?- pregunto con una sonrisa amable.

"Si tan solo supieras madre" Pensó el castaño indiferente.

-Son los niños a los que cuido, el peliazul se llama Will y el rubio Bill. Tienen 12 años.

-Pero que lindos nombres tienen... Me pueden decir .....

-Mejor mamá. - dijo el rubio con toda naturalidad desconcertando un poco a la mujer.

-Hahaha, que graciosos son... - dijo riéndose un poco nervioso el castaño.

-A mi no me molestaría. - comentó la mujer con una mirada tierna.

-No mamá, ellos están jugando. - dijo Dipper.

-Ah... son tan guapos los pequeños, ya me imagino cuanto te cases y tengas unos lindos hijos como ellos. - dijo la mujer mientras imaginaba un futuro con su pequeño niño cargando en brazos unos lindos bebés.

-¡Mamá!- grito Dipper medio soronrojado y avergonzado.

-¿Quiere tener nietos?- pregunto Will muy interesado al igual que su hermano gemelo.

-Me gustaría mucho. - esbozo la castaño con una dulce sonrisa.

-¡Haremos que Pino tenga muchos hijos entonces! - dijo convencido el rubio. Sus ojos brillaban de la emoción mientras se imaginaba que él y su hermano le daban duro contra-

-Vuelvanme al matar. - murmuró el mencionado.

-Que adorables son... ¿se les ofrece algo?- pregunto la castaña.

-Unas galletas estarían bien. - contestó el rubio.

-Y bebida para acompañarlas. - añadió el peliazul.

-Bien, Bien. Ahora vuelvo. - dijo mientras se retiraba hacia la cocina.

Hubo un pequeño silencio incómodo.

El castaño sólo esperaba un tanto impaciente a que su madre rompiera ese silencio; mientras que los teñidos, digo... Los adorables niños inspeccionaban la casa con sus hermosos ojos.

Después de un rato, la Señora Pines regreso con lo pedido por los gemelos, quienes le agradecieron a su futura suegra.(?)

Conversaron un poco, el ambiente era agradable y hasta cierto punto familiar, muy cómodo para los cuatro.

Los gemelos supieron controlar su vocabulario y conducta lo cual Dipper estaba contento.

El tiempo prácticamente se fue volando.

La mujer les mostró un álbum de fotos, y claro, ellos sólo prestaban atención a las imágenes donde salía su adorado castaño.

Desde que era un bebé, luego a los cinco años, donde tenía un muy, en serio... MUY tierno, adorable, encantador traje de oveja, luego le pedirían una copia a la madre de esa hermosa fotografía. Luego otra foto cuando tenía 10, 13, 15, y.... hasta ahora no había una reciente.

En la mayoría de las fotos  salía con su hermana gemela, o como Bill le decía, estrella fugaz.

-Bueno, ya es hora de irnos. Adiós mamá.

-Adiós cariño y... cuidense pequeños.- Dipper se había adelantado por lo que no escucho lo siguiente.

-Hey Hey, ¿Tiene alguna copia de la fotografía donde Dipper esta vestido de oveja?- dijo el rubio apresurado.

-Ahm... creo que si. ¿Por qué?

-Queremos una. - dijieron ambos gemelos.

-¿Por qué? - volvió a preguntar la suegris. (?)

-Es muy lindo. - comentaron ambos con un ligero rubor.

-Oh, Okey, esperen. - se fue y regreso rápidamente. - Tengan, son muy tiernos ustedes. -

-¡Por qué tardan tanto!- gritó Dipper desde afuera, el chófer ya había llegado.

-¡Ya van! - gritó la madre de Dipper y luego se dirigió a los Cipher. -Bueno.. Bill, Will, se que mi niño cuida de ustedes pero por favor... cuiden de él... Es algo despistado. - hablo con ternura mientras les daba una copia de la fotografia que ellos querían. -Adiós. -

Bill y Will salieron de la casa mientras murmuraban algunas cosas.

-Nuestra suegra es genial. - comentó Will con una tierna sonría y un leve rubor en su mejillas.

-Lo sé, Tiene suerte de que su hijo se case con personas tan maravillosas como nosotros. - dijo Bill un tanto ¿orgulloso?

-¿Dé que hablan?- preguntó el pasivo, digo... Dipper Pines.

-Sobre tu mami, es tan cariñosa y agradable Pino. Deberíamos visitarla más seguido.

-suspiró.- No podría, estoy muy ocupado y no me puedo tomar esas libertades. Aunque quizás la vuelva a visitar en navidad pero faltan como cinco meses para diciembre.

Los tres al llegar a la mansión, decidieron hablar un poco sobre el regreso a clases de los gemelos. No hacía falta que ellos fueran a comprar sus útiles ya que había sirvientes que lo hacían.

-Así que... ¿Que quieren hacer?

-¡Cantar!

-Okey, vuelvo a preguntar... ¿Que quieren hacer?

-¡Cantar! ¡Digimos que cantar!-

-Pos ya que.

-Mi hermano y yo escríbenos una canción hace unas semanas.

-Quiero escucharla entonces.

Bill fue a buscarla mientras que Will esperaba junto a Dipper en el cuarto de música.

No paso mucho cuando el rubio llegó emocionado y le enseñó la canción al castaño, esté la leyó y parecía interesarle.

-Bueno, primero ustedes para ver el ritmo.

-Claro.

Cómo Will era el que presta un poco más de atención en las clases de piano él lo iba a tocar, estaba nervioso pero la sonrisa del castaño lo tranquilizó un poco, además tocaría enfrente de las personas con las que tenía mucha confianza  (aparte de Dolis que es su maestra de música, aunque ella no estuviera presente).

Bill iba a cantar, estaba entre emocionado y feliz.

{Nota: perdón pero no pude escribir la canción así que les dejo el video, usen su "imaginación" para que suene a un Bill joven, y creo que ya saben cuál es la canción, }

Cuándo la canción finalizó, Dipper estaba seguro que Doña Dolis estaría llorando muy orgullosamente de ellos.

Cuando se lo proponían lograban cosas sensacionales e impresionantes.

Más tarde....

Dipper estaba apunto de dormir hasta que sintió dos pesos extras entre las sábanas.

Por un momento pensó que eran duendes, hasta que vio dos caballeras que jamás olvidaría y supo quiénes eran.


-Bill, Will- antes que pudiera terminar lo interrumpieron.

-Vamos Pino, tuvimos una pesadilla. Además nosotros no te haremos nada malo. -

-¿Una pesadilla?-

-¡Fue horrible!- dijo Will llorando mientras abrazaba con fuerza al castaño.

-Muy cierto. Además estas muy solo, vamoooos!- insistió el rubio mientras ponía la cara más tierna y adorable que un ser humano podría ver.

Ahg, Bill Cipher era tierno cuando quería.

Dipper viro los ojos e hizo un puchero algo tierno. Sus mejillas se ruborizaron, en pocas palabras, se veía muy lindo.

-Está bien. - dijo resignado al final.

Luego Prosiguió a cerrar los ojos para consiliar el sueño y no le fue tan difícil como había pensado.

Los gemelos veían al castaño con ternura y cariño, se veía que estaba cansado, claro, ellos eran muy imperactivos, pero desde ahora tratarían de no darle tanto problemas a su niñero, por él bien de su salud. De su bienestar.

Ambos se acurrucaron en su pecho abrazandolo posesivamente, admirando el aroma de su castaño.

Podían sentir la respiración del mayor. Su calor corporal aunque llevará una pijama puesta de color celeste con estampados de... pinos.

Fue cuestión de minutos para que se quedarán profundamente dormidos.



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Lamento la enorme tardanza, me quede sin Internet por varias horas y tenía mucha tarea.

Ahm, miren esto:

Por desgracia no encuentro muchas imágenes de Will y Dipper como las que yo deseo y menos si Will es menor. Hay más imágenes de Bill y Dipper... ah...

Bla bla bla, tardaré en subir el próximo capítulo, ya saben que además los hago muy largos. Espero no agobiarlos, lamento mis errores de ortografía, gracias por sus votos.

El próximo capítulo, me tardaré en subirlo pero será largoooo.

Gracias por su paciencia ~♥

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