Cinco
"Disfraza te con nosotros"
Los gemelos esperaban fuera de la habitación del castaño, gritándole que se diera prisa.
Después de unos breves segundos, salio el chico disfrazado de lobo, pero el traje no era precisamente "horrorizan te", más bien parecía adorable. Es por eso que el castaño estaba muy Colorado. En otras comprencibles palabras, rojo como un tomatito.
-¡Te queda perfecto Pino! - dijo Bill, quién estaba disfrazado de vampiro.
-Te v-ves muy lindo. - añadió Will, disfrazado de esqueleto.
-Me siento tan... un disfraz de hombre lobo debería ser asombroso y aterrador. No bonito y- fue interrumpido.
-Adorable.- dijieron ambos menores con un brillo en los ojos.
-¿Por qué rayos estoy haciendo esto?-
-Por qué nos quieres acompañar a pedir dulces y- Bill fue interrumpido por el castaño.
-Me refiero a por que acepte a disfrazarme de esto... -
-Mira el lado Bueno. - dijo Will.
-¿Los dulces? ¿La convivencia?-mencionó Dipper un poco más tranquilo.
-Aparte. Al menos no te pusiste el otro disfraz. - Comentó el rubio sin tanto interés al principio.
-¿Había otro disfraz? - pregunto Dipper repentinamente interesado.
-Si, pero no creo que te hubiera gustado ni en lo más mínimo. - aclaró el peliazul.
-¿Más peor que este era?- preguntó señalandose así mismo.
-Él que traes puesto te hace ver muy lindo y adorable. En comparación con el otro... estoy seguro que la gente te hubiera confundido con una chica. Y te verías más sexy- explicó el rubio coqueto.
-¿De que era?-
-¿Sabes que es Miraculous ladybug?- pregunto Will.
-Si. ¿Ustedes también la ven?- dijo Dipper emocionado por compartir sus teorías y ships.
-No, pero nuestras compañeras hablan mucho de eso y por casualidad un día vimos los orígenes y se veía un poco interesante. El caso es que te ibas a disfrazar de uno de los héroes. - dijo el rubio.
Los tres no se habían movido de donde estában y el tiempo pasaba muy lento.
-Creo que el disfraz de Chat Noir me hubiera quedado mejor que este. - dijo Dipper suspirando e imaginándose lo increíble que se hubiera visto en un traje de Chat Noir.
-No te ibas a disfrazar de Chat Noir... - dijo Bill.
-¿Que? Entonces de que... -
Un silencio se hizo presente, creo que ya era un hábito.
El silenció fue interrumpido por el sonido de una llamada entrante. Y la melodía era....
-Es ladybug, en su interior~ de inmediato Dipper colgó la llamada muy apenado.
Los gemelos se veían entre ellos aguantando la risa.
-Ya veo que te encanta la serie. Estoy seguro que el traje de ladybug te hubiera quedado hermoso, y más tierno. - comentó el rubio con una sonrisa tierna haciendo sonrojar al castaño.
-N-No sé como fue que mi tono de llamada cambio a ese... -
-Claro.... -
-Y jamás me pondré un traje de ladybug, ni en sus sueños. -
-Te verías tan hermoso~ quien sabe Pino. Quizás en una dimensión paralela seas ladybug, hahahaha eso seria fantástico. - dijo el rubio guiñando el ojo.-
-Claro, así como tu serias Chat Noir, eso jamás. -
;-;
-Si yo fuera Chat Noir ¿Te darías cuenta?-
-No creo ser tan tonto y despistado para no darme cuenta que son el mismo mocoso.- añadió el castaño cruzado de brazos.
-Bueno, mejor vayamos, no quiero que los dulces se acaben. - dijo por fin Will que se le hacía baba de tan sólo imaginarse probando los miles de deliciosos dulces que llegarían a su estómago.
-Van a dar las siete de la noche, todavía tenemos tiempo.- comentó Dipper sin prisa.
-¡Ya es tarde! Vamonos.-
Y los tres salieron de la mansión con la limusina, hasta llegar al vecindario más cerca que había.
Se bajaron, en las banquetas ya habían variedad de niños y niñas disfrazadas.
Los gemelos sacaron un lista donde estaba el registro de las casas de toda la villa, a Dipper simplemente le sorprendió.
-Bien, así podemos tener en cuenta a que casas ya hemos ido. Si una casa se pone dura, le aremos una travesura. - dijo el rubio con malicia.
-No se que me da más miedo, el hecho de que tengan un registro de todas las casas con detalle o la travesura que le vayan hacer. -
-Tranquilo Pino. Todo saldrá bien. Hay que disfrutar nuestro primer halloween contigo y el último que tendremos.- dijo Bill sonriendo algo melancólico.
-¿Último?- - cuestionó el castaño.
-Él año que viene ya tendremos 13. Y se nos será imposible seguir pidiendo dulces.- comentó Will descontento por esto último.
-¿Desde cuando llevan pidiendo dulces? Al principio pensé que niños como ustedes con mucho dinero no tendrían la necesidad de hacerlo.-
-Es muy divertido, siempre se nos hizo genial disfrasarnos en un día específico. Aunque jamás lo hacíamos en compañía de otros niños de nuestra edad.- - dijo Bill mientras guiaba a los dos hacia la primera casa y se iban preparando.
-Desde que tenemos 8 años. Siempre íbamos con nuestras antiguas y aburridas niñeras, pero por lo menos íbamos. - le siguió Will sin interés alguno en el tema.
-Yo iba desde que tenia 5 años y deje de ir a los 13. Saben, me hubiera encantado ser de su edad y conocerlos. Sería muy divertido estar con ustedes.-
Lo dijo de una manera dulce y tierna que los gemelos lo observaron con demasiada ternura y atención.
Es que su niñero era perfecto.
(....)
Habían pasado poco más de tres horas, y fue el mejor halloween que tuvieron, tanto para el castaño como para los gemelos. Fue muy divertido, fantástico e increíble.
Lo mejor no fueron del todo los dulces, si no las bromas que los gemelos (Bill) hacían a las personas que no le daban lo deseado.
Y Dipper no paraba de reír sobre el asunto.
Lo más in memorable fue cuando visitaron la casa de la anciana Willy Woncan. ¿Por qué ese nombre raro y sacado de una película? Es algo realmente gracioso e inolvidable.
Todo comenzó cuando los pequeños iban ya por la décima casa, y una inocente anciana les resivió. Esta les regalo una sonrisa llena de arrugas y fue a buscar los dulces.
Los tres vieron desde la gran puerta lo que pasaba adentro.
La canosa había abierto como un enorme gabinete lleno exageradamente de dulces, a lado un refrigerador con los helados más deliciosos que un niño pudiese imaginar.
Parecían la misma fábrica de chocolate de Willy Woncan, o eso había comentado Bill.
Se escuchaba a la anciana murmura sola, probablemente pensando que le podría dar les.
Los tres estaban emocionados, es que... ¡Dios! ¡Cuantos dulces!
La mujer tomó algunas cosas y regreso hacia la puerta.
Ellos sonreían con amabilidad esperando los más deliciosos dulces que podrían saborear... oh, pero claro, siempre... SIEMPRE algo tiene que salir mal.
¿Saben lo que ocurrió? ¿Que les dio aquella anciana amable y delgada?
Unas mandarinas.
Oh, leyeron bien.
M-A-N-D-A-R-I-N-A-S
No naranjas, ¡mandarinas! La copia barata de las naranjas. Y no sólo eso. Unos cacahuetes, de esos de la marca más chafa y horrible que te recomienda un dentista para que no te lastimes los dientes o te saquen caries.
Los chicos se quedaron en silencio, Dipper dio las gracias debilemente y se llevó a los gemelos.
La anciana se metió a su casa.
Bill y Will querían vengarse y por esta vez, Dipper les ayudaría. O por lo menos los cubriría.
Ya se han visto que muchos niños lanzan huevos a las casas y la en vuelven en papel higiénico. También dañaban el jardín o usaban aero sol para manchar las paredes y techos.
Los tres quisieron irse por algo sencillo y rápido.
La lanzaron las mandarinas y los cacahuates rompiendo así algunas ventanas o que alguna maceta se cayera.
Y sin decir más, corrieron a esa velocidad como cuándo no hiciste alguna tarea muy importante pero tu amigo la tiene, sabes que si se la pides te la va a pasar y el maestro (a) no se dará cuenta, pero tienes menos de 30 minutos para copiar, esa velocidad que se utiliza para copiar. Pongamos eso a Cómo ellos corrieron.
Después, en ocasiones engañaban a algunos niños con trucos de magia, distraerlos mientras les sacaban sus dulces.
Fue realmente divertido.
Aunque nunca faltó una chica Disfraza de coneja-zorra o enfermera-zorra que le coqueteara a su querido y lindo niñero.
Sin duda, al llegar a casa todas sus cuentas que tenían serían hakeadas ( se que está escrito mal) misteriosamente.
Aunque por una parte, los chicos entendían, comprendían, reflexionaba y aceptaban la belleza que su niñero traía y que cualquier depredador (aparte de ellos dos) quería tenerlo. Lastima que ellos son...
Los Cipher.
Además con ese traje tan adorable que traía quien no se podía resistir. Fue un milagro que Muchas personas no se hayan dado cuenta y lo tacharan de put@
(....)
Los chicos estaban en una de las salas de la mansión, al rededor de una mesa grande y redonda sacando los dulces.
-A ver.... yo tengo 227 dulces, Will tiene 229 y Bill... ¿Por qué rayos tienes 300?-
-Quién sabe. -- comentó encogido de hombros.
-Bueno chicos, me la pase demasiado bien con ustedes, después de todo me acostumbre a usar esto. - dijo el castaño señalandose a sí mismo con aquel tierno disfraz. Sus ojos y su pelo contrastaban perfecto con el increíble traje.
Remarcaba muy bien su trasero y descubría su espalda.
Se ve realmente bien.
-Pino, Will y yo queremos tomarnos fotos contigo, guardarlas y atesorar las para recordar estos hermosos días a tu lado. - el castaño sonrió y se ruborizó un poco.- Además a nuestros futuros hijos les encantaría ver como pasamos nuestro halloween contigo. - esta vez fue Bill quien sonrió.
Will y Bill tan sólo se imaginaban aquel día en que su niñero fuese su amado espos@. Se vería realmente sexy como ama de casa mientras ellos traían el dinero a la casa.
-Bill, lo primero fue realmente bonito, hasta que dijiste eso de los hijos.- añadió Dipper irritado.
-¡Pero seria muy lindo tener hijos!- dijo Bill sonrojado y contento.
-E-Estoy de acuerdo con mi hermano. Sería muy lindo. - dijo Will con una tibia sonrisa.
-El problema no es tener hijos, si no que será conmigo. No tiene mucha lógica. Yo no puedo dar a luz y además sería muy raro, no sólo que seamos hombres, también que sería un matrimonio igualitario conformado por tres personas. Eso seria muy extraño. Además yo solo los quiero como si fueran mis hermanitos.-
--¡Eso no importa!- exclamó el peliazul confiado.
-¡Nosotros dos queremos casarnos contigo!- dijo Bill igual de decidido.
-Eres nuestra pareja ideal. Te amamos.-
-Niños... no se que les pasa... Es algo imposible... -
-S-Si es amor entonces nos lo es. - dijo Will casi tartamudeando.
-Casate con nosotros. Prometenos que te casaras con nosotros cuando podramos conseguirte tu propia casa para que los tres vivamos juntos. - dijo Bill mientras tomaba la mano de su niñero, y Will hacia lo mismo pero con la contraria.
-Pero ustedes ya están destinados a vivir en la mansión Cipher y tener una exitosa y ocupada vida. - - dijo Dipper tratando de que los gemelos lo soltaran.
-Pero no será feliz si no es contigo. - los ojos de Will parecían entristecerse y su mirada de caía.
-Por favor... queremos compartir contigo todo nuestro tiempo. - dijo Bill totalmente convencido.
Ambos le proponían algo que Dipper no podía aceptar pero... se le era muy difícil negarles si lo miraban así.
-Además no dejaremos del todo las empresas de nuestros padres... También Phill puede vivir aquí. Él lo entenderá.- añadió Will tratando de que él y su hermano lograrán que el castaño accediera
Los gemelos miraban al mayor con ternura esperando su respuesta, el castaño se sentía algo presionado mientras se detenía a pensar en su futuro....
Pensaba que era muy posible que los menores, con el tiempo olvidarán aquella promesa así que.... ¿Que perdía con hacerlo?
-Entonces.... me casaré con ustedes.- dijo finalmente sonriendo con ternura.
-¿¡En serio!?- dijieron ambos menores.
-Me ... encantaría vivir con ustedes... sería divertido. Además sería algo nuevo para mi.-
-¡No te arrepentirás Pino!-
-¡Te daremos todo nuestro AMOR! -
-Will busca los anillos. - - ordenó Bill muy contento.
-¡Si!- dijo este mientras iba con toda la velocidad que podía en busca de lo antes mencionado.
-Esperen. ¡Qué!- exclamó el castaño entre confuso y sorprendido.
-Desde hace meses que los tenemos bien guardados.- añadió el rubio muy naturalmente.
-Vaya.... -
Después de un mínimo rato, el peliazul llegó y se sentó a lado del mayor, en sus manos poseía una caja con un diseño lujuso y elegante.
-Ya los tengo.- dijo el menor de los gemelos.
Abrió la caja que contenía cuatro anillos. Todos eran de oro, pero con algún adorno y diamante diferente, pero muy hermoso. Uno tenía el adorno de un pino hecho de una esmeralda. Otro de la constelación de la osa mayor, solo que hecho de un zafiro verde. Uno con una forma de triángulo y en el centro un ojo hecho de un diamante amarillo. Y uno igual que el anterior pero hecho de un zafiro azul.
-Bien hermano... Entonces... Dipper Pino Pines... - comenzó el rubio y dejo escapar una risa, mientras el y su hermano tomaban (Bill la izquierda y Will la derecha) las manos del castaño, para proseguir a depositar el anillo en el dedo indicado.
-T-Te gustaría... - le siguió Will con un sonrojo en sus mejillas pero confiado, y también su hermano lo estaba.
Bill le iba a depositar el anillo del triángulo amarillo y Will el azul, la idea era para que Dipper cada vez que los viera (los anillos) recordará de inmediato a los menores. Y no sería tan difícil, durante los últimos meses , Bill y Will vestían con algún conjunto donde siempre traían aquel extraño símbolo del triángulo con el a ojo en el centro, sólo que de distinto color. Quizás algún día, Pines les preguntaría por que les gusta tanto aquel símbolo y si significaba algo en concreto u especial.
El castaño miro a ambos con un brillo especial en en los ojos y un leve sonrojo en sus mejillas, para la vista de los gemelos se veía tierno. Dipper estaba avergonzado pero... le gustaba aquella extraña sensación que empezaba a sentir por los gemelos.
Quizás era cariño, un cariño muy pronfundo o... Quizás otra cosa de la cuál el Pines todavía no podía identificar del todo. Ni con Robbie había sentido eso....
-Casarte con nosotros.- dijieron ambos al fin.
(....)
Las semanas pasaban con rapidez, los gemelos disfrutaban cada momento con su niñero, incluso Dipper admitía que se sentía realmente bien estar con ellos y ya no era para nada frío con los menores.
Los gemelos seguían sacando excelentes calificaciones, haciendo sentir orgulloso al castaño. Hasta ahora, no han vuelto a discutir de manera brusca como la última vez.
Y se acercaba uno de los días para convivir con la familia, según las tradiciones.
Y me refiero a la navidad.
Los Cipher siempre tenían muy malos recuerdos de aquella época del año, pero esta vez sería diferente. Ahora ya no cenarán solos, ya no abrirían sus regalos con tristeza, ya no estarían aburridos o desolados, esta vez, podrían ser felices. Estaban más que emocionados, y además tenía un disfraz perfecto para el castaño.
Estos niños si que disfrutaban ver a su niñero disfrazado. Y más si saben como se vería el chico.
La mansión, como siempre, decorada de una manera que no había ninguna casa en la ciudad que le hacía competencia, quizás incluso del país.
Y no sólo estaría Dipper, Will, Bill y Marcos _ quién al ser alguien muy importante y cercano a la familia _ también les cayó de sorpresa la inesperada, pero no por eso incómoda, visita del mayor de los hermanos Cipher, aquel sensible amargado de cabellera roja, Pancrasio.
Pero le dicen Phill.
Y también estaría la madre de su niñero, ya que su padre se encontraba algo enfermo y prefiere estar en casa que pasar los germenes, y Mabel celebraba la navidad con su actual pareja.
Eran al rededor de las ocho de la noche cuando dio inicio la cena. La típica cena de gente millonaria, una mesa enorme y ¿Por qué no? Ni cuadrada ni redonda, triangular.
Hasta empezó a notar que Phill también le gustaba aquello del triángulo.
En serio, los Cipher estaba obsesinados con esa wea. Y luego descubría por qué.
El Pino era uno artificial, de color blanco con esferas de colores y en la punta un estrella con brillo amarillo.
La razón por la cual no usaban uno natural, según el Cipher mayor, era por que no le gustaba las cosas relacionadas con la naturaleza o un ambiente hogareño, el pelirojo era muy moderno y actualizado. Todo lo contrario a los menores.
Además que un Pino artificial es más bonito, menos difícil de llevar hasta ahí y no en suciaba tanto.
Las risas de los niños se oían como cuál auto chocar,
Los pavos lloraban como cuándo
Te enteras que el final de tu serie favorita ha acabado,
Mientras la nieve blanca caía,
Los gemelos no despejaban su vista del trasero de Dipper que estaba en abundancía aquel día.
_Escrito por: Bill Cipher (por mí)
Feliz navidad~
Dipper estaba disfrazado de un reno, o al menos eso parecía. Tenía unas astas de reno con una divertida nariz, un collar de acuerdo al traje, que tan sólo era un abrigo muy grande que le llegaba hasta los muslos, de color rojo con un pino en el centro.
Y un short demasiado corto, de color gris, enseñando con deslumbró sus flexibles piernas. Más tierno y caliente se veía. Con unas pantuflas de conejo.
Eso sí era ardiente. ;-;
-Esas flexibles piernas podían servirá para más cosas que sólo correr. - comentó Bill inconsientemente. Con una mirada profunda.
-¿Que?- dijo su gemelo.
-Nada. - dijo. Él y su hermano estaban disfrazados de un "supuesto" Santa.
Desde afuera se podía ver como la blanca nieve caía, y pronto debajo del pino, habrían muchos regalos.
Phill no era muy expresivo que digamos, pero por dentro estaba en paz y armonía.
Los gemelos sabían que Santa Closs no existía, pero para ellos era divertido ver a su niñero con aquel disfraz mientras se ponía nervioso, le habían dicho que era el "espíritu" navideño y como tal ellos eran santa y él Rodolfo el reno.
Algo que ni la Señora Pines entendía, pero disfrutaba ver a su hijo menor así, tan adorable con esos pequeños.
Todos los sirvientes habían hecho lo mejor posible para que la casa quedará como tal, para no molestar a Phill.
Mientras, lo menores hablaban con la Señora Pines, según ellos era para ganar más su confianza y amor de "madre". Así tendrían más ventaja.
Hubieron fotos, comida y ¿Por qué no? Villancicos.
La media noche había llegado.
La señora Pines se despidió de sus hijos y de los pequeños gemelos.
Will y Bill al abrir sus regalos eran cosas que, como siempre, costaban muy caras.
Dipper se acercó a los menores, no se veían como cualquier niño que se emociona al abrir un regalo, le resultaba algo extraño.
-Feliz navidad. - dijo el castaño mientras les entregaba un regalo a cada uno.
Y pudo ver aquella expresión llena de alegría e ilusión en la cara de los menores al abrir su regalo que él acaba de darles.
-¡Gracias Pino!
-Gracias Dipper!-
-Espero que les guste... como últimamente notaba su extraño gusto por aquello decidí hacer unas almohadas yo mismo. -
-Son asombrosas! - dijieron ambos menores llenos de alegría.
(...)
-¿Y esos hermosos anillos hijo?- preguntó la castaña.
-¿Hm?... A esto... me lo dieron los gemelos. -
-Pero se ven que son muy caros. -
-Lo sé pero ellos lo quisieron así. -
-¿Y exactamente por qué te los dieron?- preguntó interesada.
Eran demasidos hermosos y por lo visto muy caros.
-Ahmmm... bueno pues... - antes de que logrará terminar la oración fue interrumpido por el grito de un Cipher.
-¡Madre de Pino!- dijo con una alegre sonrisa acercándose a la mujer junto a su gemelo.
-Hola pequeños, ¿Que ocurre?-
-Cuando seamos grandes nos casaremos con su hijo. -
-Y nos preguntábamos si usted... vendrá a la boda. - dijo Will sonrojado.
-¿Khé?- formuló el castaño con una expresión cómica.
-Hehe, pos claro que si. Sería muy lindo ver a mi pequeño casado con niños tan asombrosos como ustedes.- bromeó divertida, aunque claramente los gemelos se lo tomaron muy en serio.- ¿Dipper usará vestido?- preguntó con cariño.
-¡Mamá!- dijo enojado y sonrojado el castaño.
-Eso seria muy adorable. - comentó la mencionada riendo.
-¡Entonces tiene que usarlo!- dijieron ambos menores.
-Hahaha que graciosos son. Sé que harán feliz a mi hijo. -
-Por supuesto que sí.
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