—Entonces vas sumando a cada número la cantidad indicada empezando por la derecha—La castaña asintió y contó con sus dedos hasta terminar la suma
—¿Así?—Le mostró su cuaderno a su niñero y éste sonrió dándole un par de aplausos
—¡Perfecto Hye Ri!—Acarició su cabeza—Ahora continuemos con las demás, intenta hacer hasta la número seis y cuando termines muéstrame—La castaña asintió
Jisung se levantó y caminó hacia la cocina, sacó un paquete de salchichas y comenzó a cortarlas a la mitad formando con ellas figuras de pulpos.
Hye Ri en el comedor terminaba de hacer su tarea de matemáticas, ésta vez había puesto atención a lo que su niñero le había explicado logrando resolver varios ejercicios de su tarea. Cuando terminó de resolverlos y asegurarse de que estuvieran bien corrió hacía la cocina percibiendo un delicioso olor a comida.
—Terminé—Dejó su cuaderno en la mesa donde Jisung estaba sentado terminando de preparar las salchichas
Jisung tomó el cuaderno y formó un puchero mientras revisaba cada ejercicio, miraba con los ojos entrecerrados el cuaderno y a la castaña quien lo veía con nerviosismo, al final Jisung sonrió levantando sus pulgares.
—Bien hecho Hye Ri, ésta vez no tuviste ningún error—La pequeña bajó sus hombros soltando un suspiro
—¿Qué es eso?—Con su barbilla señaló el plato frente a Jisung, le había provocado curiosidad la figura rara qué tenía la comida que había cocinado
—¿Ésto?—Señaló el plato y sonrió—Son salchichas fritas—Empujó el plato hasta estar frente a la castaña—Son para ti, un pequeño premio por resolver correctamente tu tarea de matemáticas
Hye Ri subió las cejas sorprendida, en tres años ninguna de sus niñeras le había dado alguna recompensa por hacer algo bien en sus tareas, siempre recibía comentarios que la hacían sentir mal, le recalcaban que era su obligación mantener un buen promedio para que su padre tuviera buena reputación.
La castaña miró el plato y tomó una salchicha, con timidez la comió y saboreó.
—¡Está delicioso!—Tomó otra salchicha y la comió soltando ruidos de satisfacción
—Gracias no soy el mejor cocinando pero...—Guardó silencio al ver a la pequeña llenar su boca de salchichas—Come uno por uno, puedes ahogarte—Rió
—Oh aquí están—Minho asomó su cabeza por la puerta de la cocina
—¡Papá!—Hye Ri corrió a abrazar a su padre aún con comida en su boca—Jisung preparó unas salchichas con figuras extrañas y saben ricas
—¿En serio?—Sonrió al ver a su hija correr de regreso al plato en la mesa y tomar una salchicha mostrándosela a su padre—¡Son pulpos!
—Son lindos—Comió el que traía en su mano
Jisung sonreía al ver a la pequeña mostrarle lo que había en el plato, Minho también sonreía al ver que su hija tenía una sonrisa en sus labios, es la primera vez desde la muerte de Jiwon que su hija lo recibe con una sonrisa.
Después de haber terminado su plato de salchichas con forma de pulpos Hye Ri platicaba animadamente sobre su día con Jisung a su padre y el cómo pudo resolver los ejercicios por ella misma recibiendo una recompensa. Minho escuchaba atentamente lo que su hija decía, la miraba con una sonrisa y ahí estaba de nuevo, su mirada desprendida un destello que Hye Ri notó.
Su padre siempre la miraba con un lindo brillo en sus ojos y con una sonrisa, los momentos en que solían ser serio es cuando hacía una travesura o la regañaba por sus notas en la escuela y su mirada brillosa desaparecía cuando veía a cualquier persona que no sea ella hasta que llegó su último niñero, Han Jisung.
Minho pensaba en que los días de su hija estaban comenzando a cambiar y su actitud no se quedaba atrás. A pasos pequeños Jisung estaba logrando cambiar a la pequeña y la castaña estaba tratando de mejorar en todos los aspectos.
—¿Señor Lee?—Preguntó Jisung abriendola puerta sólo un poco esperando encontrar a su jefe en su despacho
—Adelante Jisung—Minho dejó su pluma en el mar de papeles que tenia en su escritorio—¿Sucedió algo? Nunca habías visitado mi despacho
Con nerviosismo el pelirrojo tomó asiento en una silla frente al escritorio de Minho y juntó sus manos.
—Señor Lee solo lo vengo a visitar porque quiero hablar sobre su hija—Minho centró su atención en el pelirrojo poniéndolo nervioso—Hye Ri ha estado haciendo correctamente sus tareas éstas últimas dos semanas y tiene bastante tipo de sobra
—Vaya, entonces la profesora decía la verdad—Jisung frunció el ceño confundido—Ella también ha estado sorprendida por el asombroso cambio en las notas de Hye Ri, quería saber que es lo que sucedía ya que Hye Ri no es muy comunicativa
—Bueno, es genial—Sonrió—Ahora que ella realiza sus tareas por si misma creo que es momento de tener una actividad extra en sus días
—¿Que sugieres?—Sonrió ladino y apoyó sus codos en su escritorio poniendo entre sus manos su barbilla
—La he descubierto viendo programas y películas de ballet además de que ha hecho el intento de hacer algunos pasos, creo que sería un buen hobby si ella asiste a clases de ballet—Bajó la cabeza apenado, Jisung sentía que su sugerencia parecía un comentario de obligación
—Si dices que tiene tiempo libre entonces hablaré con ella y veré si quiere asistir a clases de ballet—Jisung levantó la cabeza con una pequeña sonrisa—Gracias por sugerirlo Jisung
Minho le ofreció una sonrisa mostrando sus lindos dientes donde al frente destacaban sus dientes de conejo.
—No es nada, solo quería decirle eso—Se levantó—Tenga una buena noche—Hizo una reverencia y caminó hacia la puerta del despacho
Antes de tomar la manija de la puerta se detuvo, sus pensamientos sobre las escenas en lo ocurrido hace unos días lo detuvieron, los nervios lo inundaron pero se mantuvo a flote.
—Señor Lee—Minho levantó las cejas ante el llamado del pelirrojo
—¿Si?
—Sobre lo que pasó entre nosotros hace unos días...—Comenzó tartamudeando
—Oh—Minho bajó la mirada nervioso
Ninguno había hablado sobre lo ocurrido desde aquel día, no habían tenido la oportunidad de hablarlo ya que los días habían estado siendo agitados y éste era el momento indicado.
—Lamento mucho si te incomodé, no era mi intención hacerte sentir así sólo quería darte un poco de apoyo—El castaño también tartamudeaba
—Tal vez esté confundiendo las cosas. Confundo su amabilidad con interés amoroso—Hizo una reverencia—Le ofrezco una disculpa señor Lee
—No acepto tus disculpas Jisung, no hay nada por lo que debas disculparte—Sonrió para que su nerviosismo no se notara
En su mente debatia si debía invitar al pelirrojo a una comida o no pero su boca había sido más rápida al expresar lo que pensaba.
—¿Harás algo el domingo? Quisiera invitarte a una comida—El pelirrojo se sonrojó ante la propuesta de su jefe, ¿Acaso lo estaba invitando a una cita?—Como disculpas de mi parte—Agregó—Te invitaré a una comida para disculparme por haberte hecho sentir incómodo
Minho cruzaba los dedos para que el pelirrojo dijera que sí, ocultó sus manos nerviosas debajo de su escritorio esperando la respuesta de Jisung.
—Está bien—Respondió Jisung con timidez—No tengo nada planeado para el domingo
Minho soltó el aire que había retenido inconscientemente y sonrió para disimular su nerviosismo ¿Porqué se sentía así? Ya no es un adolescente, es un hombre de treinta y cuatro años no debería reaccionar como un adolescente.
Pero era como si volviera a vivir el momento en que conoció al pelirrojo, sentía las mariposas en su estómago cada vez que lo veía, no podía evitar sonreír cuando lo veía convivir con su hija, no podía controlar su corazón cuando Jisung hablaba a solas con él sobre el día a día de Hye Ri y sus avances.
Después de que Jisung salió de su despacho tocó su pecho en el área del corazón y suspiró dando vueltas en su silla, en ese momento se dió cuenta que sigue locamente enamorado de ese chico aunque hayan pasado años sin verlo.
Con el pasar de los días Hye Ri notaba el comportamiento raro de su padre frente a su niñero. Cuando hablaba tenía muchas trabas y limpiaba sus manos en su pantalón cuando entablaba una conversación animada con el pelirrojo, incluso se había vuelto un poco torpe.
Tenía mucha curiosidad sobre que estaba pasando con su padre, quería saber por qué su padre reaccionaba así sólo cuando Jisung se encontraba presente.
Y finalmente su día favorito de la semana había llegado, sábado. Su padre había llegado temprano del trabajo y se dirigió a su despacho después de saludarla.
Hye Ri estaba decidida a saber que era lo que ocurría y si nadie se lo quería decir entonces ella lo averiguaría.
Caminó a paso decidido al despacho de su padre y antes de que llegara Jisung tocó la puerta y entró. Hye Ri corrió y pegó su cabeza a la puerta tratando de escuchar lo que conversaban.
—No hay problema—Escuchó a su padre—Date prisa, tu amigo espera por ti
—Gracias señor Lee—Jisung hizo una reverencia y abrió la puerta donde la pequeña castaña cayó al piso con un grito—¿Hye Ri?
Minho se levantó de su asiento para ver que sucedía. Encontró a su hija levantándose del piso con su mano izquierda dando suaves caricias a su brazo y Jisung ayudándola a levantar.
—¿Estás bien cariño?—Se acercó incándose y tomando a su hija por los hombros
—Si, sólo me tropecé y caí cuando Jisung abrió la puerta—Pateó la puerta y miró a su papá
—¿Segura?—Preguntó Jisung—Parecía que estabas recargada en la puerta escuchando conversaciones ajenas—Se cruzó de brazos
—¡No!—Gritó enojada—Sólo pasaba por aquí y me tropecé ¡Lo juro!—El pelirrojo rió sin creerle una palabra
—Me retiro señor Lee—Hizo una última reverencia y salió del despacho
—¿Te lastimaste?—La pequeña negó aún enojada—Debes tener cuidado cariño, no quiero que te lastimes—Colocó un mechón de cabello tras su oreja y besó su frente
Y ahí estaba de nuevo, el brillo en sus ojos cuando la mira y una sonrisa ladina. Tomó las mejillas de su padre y las apretó jugando con ellas.
—Papá ¿Puedo preguntarte algo?—Minho asintió
—No tendrás una mascota hasta que tus modales sean corregidos y tus notas mejoren—Hye Ri negó cruzando los brazos
—Pero mis calificaciones mejoraron—Formó un puchero
—Tienes que pasar los exámenes con una buena calificación, es la única manera de conseguir lo que quieres—Se levantó y caminó a su silla
Hye Ri bufó y se dió la vuelta para irse pero recordó a qué había ido al despacho de su padre así que se giró nuevamente y se acercó a él dando brincos.
—Papá...—Minho la miró con la cabeza levemente inclinada—¿Porqué actúas raro cuando ves a Jisung?
Minho abrió los ojos sorprendido, no se esperaba una pregunta como esa de parte de su hija. Evitó mirarla a los ojos intentando despistarla pero las pequeñas manos en sus mejillas hicieron que la viera directamente.
—Te pones raro cuando ves a Jisung pero cuando no está el eres otra persona ¿Porque?—El castaño tragó saliva
¿Se ponía raro cuando veía a Jisung? Sí, se respondió mentalmente, ¿Era demasiado notorio? Sí, incluso su hija se había dado cuenta de su extraño actuar cuando el pelirrojo estaba presente.
—¿De que hablas cariño? ¿Ponerme raro cuando...?—Soltó una risa nerviosa—Es sólo tu pequeña imaginación cariño—Tartamudeó
—¡Lo ves! Estas siendo raro otra vez—Tocó una mejilla de su padre—Y tu mejilla se volvió rosa—Minho cubrió sus mejillas ante la atenta mirada de su hija
—¿Qué? Estás equivocada—Nuevamente una risa nerviosa—Es el color natural de mis mejillas, son igual que las tuyas—Tocó suavemente la mejilla de su hija—Ve a ver la televisión un rato, hay un poco de trabajo que traje a casa pero en cuanto termine me uniré a ti y veremos esa película que amas ver
Hye Ri no tan convencida asintió y salió del despacho dejando atrás a su padre con un lío en la cabeza por la pequeña conversación que habían tenido.
¡Bienvenidxs a un nuevo capítulo!
¿Qué tal?
No hubo beso como lo había creído
Hye Ri pero habrá sorpresas...
No olviden votar si les gustó, pueden
dejar un comentario haciéndome
saber que les agradó el capítulo.
¡Gracias por leer!
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